jueves, 2 de octubre de 2025

GRANDES CIUDADES DEL ROCK: DETROIT:





En la actualidad Detroit es una ciudad ruinosa, llena de edificios abandonados, con mucha pobreza e inseguridad en sus calles y pocos atractivos para irse a vivir. Con la industria del motor de capa caída, y el recuerdo de los exitosos "Bad Boys" Detroit Pistons ya lejano, la ciudad pero alberga una fornida historia musical, marcada por la Motown pero también por ser cuna del proto-punk y de grandes bandas de rock.  Vayamos pues a hacer un breve recorrido por la Motor City.




UN MILAGRO LLAMADO TAMLA MOTOWN:




En 1959 Berry Gordon Jr.  inauguró el sello Motown (Motor Town), tras una importante experiencia en componer canciones de éxito para otros. Fue entonces cuando ideó su discográfica bajo los parámetros de la industria automovilística y los procesos en cadena. Ello implicaba formar equipos dedicados a cada una de lo que consideraba fases de la música y del espectáculo: profesores de baile, compositores, reclutadores de talento, vestuario, músicos,... Una vez diseñada su estructura se encargó de captar jóvenes cantantes con talento a quién iría moldeando enseñándoles a bailar, a cantar y componiéndoles hits para que saltaran a la fama. De este modo fueron surgiendo una serie de artistas que irían copando los primeros puestos no sólo de las listas de Rythm ' n blues si no de las listas de Pop, pasando a ser la música negra muy popular en EEUU tanto en la población afroamericana como en la población blanca. Ejemplos de ello tenemos al showman Jackie Wilson que demostraba su poderío encima del escenario con su especial forma de interpretar o grupos vocales como The Miracles, los Four Tops, Isley Brothers  o The Marvelletes. También surgió de allí Smokey Robinson, fabuloso compositor para la factoría e insuperable intérprete. O The Temptations que saltaron a la fama con "My Girl" y derivaron hacia otras sonoridades más psicodélicas y reivindicativas. Fueron el ejemplo del sonido de la Motown que arrancó de modo simple, música pegadiza e inocente con letras inofensivas para alcanzar las fusiones del baile y complejidades sonoras bajo letras reivindicativas sociales y raciales.

Con un gran primer exitazo como "Dancing In The Street" de Martha and the Vandellas, las ventas de discos sencillos y larga duración se dispararon así como los contratos para conciertos, televisiones y giras.




Quizás su mayor éxito fueron The Supremes, capaces de competir en las listas con los mismísimos Beatles y llevando a las chicas de raza negra al deseo de toda la población juvenil. Con su pop azucarado dejaron grandes canciones para la posteridad, hasta que su cabeza Diana Ross despegó en solitario creándose una gran carrera. 


Aunque todos nos rendimos ante el gran Marvin Gaye, poseedor de una voz privilegiada y un sex appeal infalible, pasó de los éxitos soul a uno de los mayores tratados musicales del siglo pasado como es el "What' s Goin On" obra cumbre de su época. O los adolescentes The Jackson 5 forjados a base de disciplina militar que inundaron las ondas de las radios con sus melodías y las televisiones con sus bailes, y de los que surgió el denominado "Rey del Pop" Michael Jackson, quién no necesita presentación.


Otro genio que emergió desde la Motown fue Stevie Wonder, quien comenzó como niño prodigio y  acabó encadenando una serie de obras maestras  en forma de disco en los años setenta. Precisamente en 1972 la discográfica abandonó la ciudad del motor para irse a Los Ángeles, lugar en que su producción nunca llegó a ser la misma.



Mención aparte de la tríada compositiva  de la Motown, Holland-Dozier-Holland, autores de grandes éxitos y grandes responsables del auge de un sello que aún hoy en día conserva su casa (Hitsville) que es una de las atracciones de la ciudad y un museo por el  peregrinan los grandes seguidores del soul y de la música popular americana. 






CUNA DEL PROTO PUNK:



Question Mark & The Misterians



Esta formación de cinco chicos de origen mejicano, es una de las grandes bandas de culto surgidas de la ciudad de Detroit, pues su sonido revolucionó el rock en el año 1966 con "96 Tears" y su potente garage rock inspirando a muchos jóvenes a atreverse a tocar música desde el garaje de sus padres y sin tener grandes conocimientos ni habilidades. Sólo les bastaba altas dosis de energía, guitarras sucias y mucha actitud rock' n roll.





MC5

Leyendas del rock, los MC5 emergieron en plena década de la revolución social americana, de los Panteras Negras y de la contracultura. Su rock incendiario puso las bases del proto-punk de la mano de un sonido enmarañado, cargado de electricidad y muchas proclamas revolucionarias. Los Motor City 5 dejaron en 1969 su "Kick Out The Jams" con el que dejaban claro que había terminado la era del flower power a base de energía, sudor y mala leche. 



Iggy & The Stooges


El rock nunca habría sido lo mismo sin los Stooges ni sin James Osterberg, alias Iggy Pop. Siguiendo la estela de los MC5, su propuesta catapultó ese sonido que acabaría convirtiéndose en Punk a base de guitarras afiladas y grandes baterías a cargo de los hermanos Ahseton, y mucho ruido eléctrico, alto voltaje y esa locura insana en el escenario a cargo de la leyenda que fue y es Iggy. Con dos discos imbatibles como el homónimo debut de 1969 y sobre todo "Fun House" (1970) luego darían paso a los discos de Iggy Pop & The Stooges y de Iggy Pop en solitario que se erigirían en uno de los referentes incontestables de la historia del rock, especialmente en los setenta con "Raw Power", "The Idiot", "Lust For Life" y "New Values". Imprescindibles.

Destroy All Monsters

Esta formación duró de 1973 a 1984 y surgió de Ron Asheton (Stooges) y Michael Davis (MC5) a los que se añadió la artista Niagara. Grupo de culto underground, transitaban por la Psicodelia y por el Punk, antes de que gente como los Sonic Youth se fijaran en ellos.








PSICODELIA Y FUSIÓN FUNK:

The Amboy Dukes



Liderados por un joven Ted Nuggent antes de emprender su carrera en solitario, The Amboy Dukes. Puede que su nombre a muchos no os diga nada, pero escuchad esta joya, versionada hasta la saciedad por otros artistas, seguro que os suena.



Funkadelic



Ni Funkadelic o lo que es lo mismo; George Clinton, son oriundos de Detroit, pero podemos decir que Funkadelic, primigeniamente llamados The Parliaments, pertenecen a Detroit tanto como el Ford T, ya que la banda al completo se trasladó a Detroit en 1968, a desarrollar su carrera con la que fueron pioneros en la fusión de Soul, Psicodelia y Funk. Sus directos eran (y son) una auténtica locura que traspasaba cualquier tipo de convencionalismo.





Grand Funk Railroad



Únicos en mezclar Hard Rock, Funk y Blues, Grand Funk Railroad se formaron en 1968, en la pequeña localidad de Flint colindante con Detroit, por tres músicos, entre los que estaban el batería y vocalista Don Brewer y el bajista de Question Mark & The Misterians,Mel Schacher, únicos miembros fijos de Grand Funk. Su primer periodo de actividad no fue más allá de 1976, suficiente para editar 10 álbumes y convertirse en «La Gran Banda Americana».






AÑOS 80:

Bob Seger



Un clásico del rock este barbudo de Michigan con el que podemos vibrar gracias a temas como "Old Time Rock' n Roll". Forjado en distintas bandas en los años setenta, su éxito llegó a finales de la década y se consolidó en la siguiente con discos en solitario como "Strange In Town". 

The Romantics




Nombre fundamental de la nueva ola americana fue esta banda surgida de Detroit en 1977 y que tenían elementos del punk de su ciudad pero también del pop de los años sesenta. Power Pop y New Wave para llenar las pistas de baile ochenteras. 






INDIE 00:



Electric Six



Arrancaron en 1999 y se juntaron con el revival punk y garage de su época aunque bajo la sombra de otros como los Strokes o los Arctic Monkeys. Pero la verdad es que los de Detroit sabieron ganarse su espacio gracias a temas como "Gay Bar" en los que fusionaban géneros como el funk, el punk o el blues. 



The White Stripes



Arrancados el nuevo milenio una pareja musical que se hacía pasar falsamente por matrimonio arrasaba con sus ritmos rockeros y garajeros y sobre todo por el que se ha convertido en todo un himno mundial "Seven Nation Army". Eran los White Stripes formados por Jack y Megan, quienes tras disolverse Jack White ha emprendido una sólida carrera en solitario como músico pero también como actor de cine. 




PERSONAJES ILUSTRES DEL ROCK:


Vincent Damon Furnier nació en Detroit aunque de joven se trasladó a Phoenix y luego a Los Ángeles, lugar en el que se transformó en Alice Cooper y alcanzó la fama como uno de los grandes nombres del Hard Rock. Ligado a su ciudad incluso llegó a homenajearla con un fabuloso disco en el que colaboraba con músicos de la capital de Michigan "Detroit Stories".


Otro personaje maravilloso surgido de las calles de Detroit fue Sixto Rodríguez cuya peculiar historia protagonizaba el documental oscarizado "Searching For Sugar Man" (2012) y que nos desvelaba un gran músico que había pasado años desapercibido y con una sorprendente leyenda y fama en Sudáfrica.


martes, 5 de agosto de 2025

SLY LIVES! EL LEGADO DE UN GENIO (Questlove, 2025):







Para poner al lector en antecedentes: el director de este documental es Questlove (sobrenombre de Ahmir Thompson), el batería y líder de la banda norteamericana de hip-hop The Roots. Con “Sly Lives! El legado de un genio” confirma su exitoso debut tras las cámaras de “Summer Of Soul (...O cuando la revolución no pudo ser televisada)” (2021), un film con el que obtuvo el Oscar al mejor documental, un Grammy, un Sundance y un puñado de reconocimientos mas. Y la verdad es que el largometraje fue justo merecedor de tantos premios, ya no sólo por el testimonio que nos daba del festival de Harlem, sino por cómo lograba tocarnos el corazón a través de la música de genios negros inmortales como Stevie Wonder, Nina Simone, Mahalia Jackson, Gladys Night o Sly and The Family Stone. Y precisamente tomando el testigo de ese gran genio, convertido en banda, ahora nos sumerge en su carrera con esta película de 112 minutos de duración.


Alternando entrevistas de archivo del propio Sly Stone junto con testimonios actuales de los músicos y miembros de la familia Stone, pero también de otros músicos de renombre como André 3000 (Outkast), Nile Rogers (Chic) o el gran George Clinton (Parliament-Funkadelic), las reflexiones, los recuerdos y las emociones son el eje de un documental cuyo planteamiento se centra en el clásico esquema al que muchos músicos acaban sucumbiendo, y del que Sly Stone no logró escapar: el ascenso de un talento hacia el éxito y el descenso en espirales autodestructivas, para la ocasión por culpa de las drogas. Pero ante todo nos quedamos con el convencimiento de que Sly Stone ha sido un genio, un visionario musical y un músico capaz de inspirar a otros genios como pueden ser los mismísimos Prince o Miles Davis. O como etiqueta Questlove, Sly ha sido “un genio negro” con todo lo que ello conlleva, con las dificultades que supone para los afroamericanos asimilar el éxito en los EEUU. Especialmente en el momento en el que le llegó la hora al bueno de Sly, con un país metido de lleno en la Guerra del Vietnam, mientras en sus calles lidiaba con las luchas por los derechos civiles y los abusos contra los de su raza.
                                

Pero primero el director nos lleva hacia sus orígenes en Texas, antes de que su familia se mudara a California, lugar donde el pequeño Sly se sumergió en la música a través del coro de su iglesia, y ya de adolescente montando su primera banda de Doo-Wop. Con la fiebre del rock and roll descubrimos cómo de muy joven fue un reconocido DJ en una radio local de San Francisco para después saltar a la producción musical trabajando con solvencia para gente tan dispar como la banda pop The Beau Brummels, el soulman Bobby Freeman o Grace Slick , antes de que se uniera a los Jefferson Airplane. Esta capacidad de adaptarse a distintos estilos, su prodigioso talento para la música y para los instrumentos, hizo que finalmente fundara los Sly and The Family Stone junto con su hermano Freddie, Gregg Errico (batería), Cynthia Robinson (trompeta) y Larry Graham (bajo), quienes van apareciendo y narrando una historia al lado de imágenes de archivo de actuaciones de la banda. Una formación imponente que fue capaz de desarrollar varios géneros como el Soul, el Funk, la psicodelia e incluso el Jazz eléctrico, todo ello impulsado por la genialidad de su líder y factótum Sly. Pero el éxito chocó con las dificultades y prejuicios raciales y sobre todo con la lacra de las drogas, lo que le llevó a deambular encima de los escenarios, con plantones a sus fans y la paulatina pérdida de sus capacidades creativas.

                                       
Es a grandes trazos el resumen de un interesante documental que recomendamos que no os perdáis, en el que se traza el retrato conmovedor de la carrera de uno de los grandes artistas de los años setenta, quien tuvo que luchar con todas las dificultades que supone ser un genio negro en su país y con sus problemas personales, pero que a pesar de todo nos ha dejado un legado musical imbatible que ahora nos llega a las pantallas no falto de reflexión social y personal.

Por Àlex Guimerà

jueves, 31 de julio de 2025

DISCOS DE 2025: PULP - More:

                                  

A priori, el nou disc de Pulp era un dels grans al·licients del present curs musical, sobretot pels anys que feia que no publicaven material nou. La banda de Jarvis Cocker es va separar després de publicar We Love Life l’any 2001 i no es va tornar a reunir fins als concerts del 2011, en primera instància, i posteriorment el 2022. Pel camí van passar moltes coses. La pitjor de totes, la mort del seu baixista Steve Mackey, que no va formar part de l’última reunió i a qui està dedicat el nou àlbum. La millor, potser, és el fet que, al llarg dels anys, el carismàtic Jarvis no ha perdut la seva condició de llegenda del indie pop. Ho ha demostrat amb la publicació de material interessant en solitari, com Jarv...is (2006), Further Complications (2009) o l’afrancesat àlbum Chansons d’Ennui Tip-Top (2021). També cal destacar el seu cameo a la saga de Harry Potter, en forma de banda (els seus Weird Sisters actuen a El Calze de Foc, 2005).


A més, hem tingut temps de llegir la seva autobiografia Bon Pop, Mal Pop, però tot ens ha semblat poc per a una banda que tant ens va impressionar als noranta, quan la majoria els vam descobrir, tot i que ja portaven una dècada en actiu. Va ser amb la seqüència Intro (1993), His 'n' Hers (1994) i, sobretot, amb l’icònic Different Class (1995), que va donar pas al notable This Is Hardcore (1998), digne successor d’aquella obra magna. Cançons com “Babies”, “Razzmatazz”, “Common People”, “Disco 2000” o “Help the Aged” van regar la dècada als Discman, a les ràdios i a les pistes de ball, per acabar sent rescatades a les reunions esmentades de la banda com a exercici de nostàlgia.

Per això, cal plantar-se i reflexionar sobre què poden —o haurien de— oferir els de Sheffield en plena era post-Brexit, de la intel·ligència artificial, del reggaeton, del segon mandat de Donald Trump i de l’escalfament global. Els seus fans ja passen dels quaranta (com a mínim), i la gran majoria ja no trepitgen les discoteques. Han passat 25 anys, i el món ha canviat completament.

És per això que m’atreveixo a afirmar que More encaixa força bé en el seu temps i, de fet, enllaça amb bastanta naturalitat amb el punt on la banda ho va deixar en aquell llunyà 2001. Tot i que es tracta d’un disc madur, que guanya amb les escoltes, no és un treball que es digereixi a la primera: fins i tot té algun tram feixuc i, per moments, li manca certa espontaneïtat i frescor característiques dels millors moments del grup. Però si un escolta amb atenció el notable We Love Life, hi percebrà aquestes ganes d’experimentar i buscar nous camins que fugen de l’estribillo fàcil i enganxós. I això és exactament el que trobem aquí, amb 25 anys més d’experiència a l’esquena.


Gravat l’any passat als estudis Orbb (Londres) sota la supervisió i producció del productor de moda James Ford —habitual dels Arctic Monkeys i responsable de rejovenir els últims treballs de Blur, Pet Shop Boys i Depeche Mode, a més d’haver catapultat bandes com Fontaines D.C. o The Last Dinner Party—, la feina d’estudi s’escolta clarament en la pulcritud i el detall de les onze noves cançons (dotze a l’edició japonesa), compostes per Jarvis i companyia. Hi col·laboren un vell amic i membre del grup, Richard Hawley (a la guitarra), així com el polifacètic Chilly Gonzales.

D’entrada, ens trobem amb la que és, segurament, la millor cançó de l’àlbum i la més digna hereva del llegat de Pulp: parlem del senzill de presentació Spike Island, una peça de melodia enganxosa en què el dramatisme vocal de Jarvis s’entrellaça amb ritmes electrònics. Encara que, si parlem de dramatisme, res millor que una cançó de desig de l’antihéroi com Tina, amb les seves pujades i baixades i aquelles modulacions de veu que Jarvis domina tan bé. Com si haguessin reservat les millors peces per al començament, arriben els estribillos de Grown Ups, on reflexionen sobre la maduresa, sostinguts per una excel·lent base rítmica de violins, especialment lúcids a la barroca Partial Eclipse.

Farmer’s Market té aquests aires de musical; My Sex presenta groove mentre els murmuris de Cocker narren una lletra entre l’absurd i l’humorístic. Got to Have Love és una versió 2.0 del seu F.E.E.L.I.N.G. C.A.L.L.E.D. L.O.V.E., amb un gest directe al tornar a lletrejar la paraula “love”. Background Noise podria passar per una peça de Nick Cave, i A Sunset és una bonica oda al capvespre de la vida que reflecteix el caràcter melancòlic d’aquestes noves cançons. Per cert, pareu atenció a l’inici de la cançó i us vindran ganes de beure Coca-Cola.

És More un disc dolent? En absolut. Esperàvem més del retorn de Pulp? Potser sí, si ho mirem des de la nostàlgia, convençuts que els temps passats sempre van ser millors. Però la veritat és que, tot i no contenir grans èxits pop, és una obra arriscada que fuig del camí fàcil, per donar una nova volta de rosca a la carrera d’aquesta meravellosa formació, sense que per això perdin la seva identitat.

Per Àlex Guimerà













martes, 22 de julio de 2025

WEEZER- Sala Razz (9/7/25):





Fa uns mesos, Weezer penjaven el cartell de “sold out” poques hores després de posar les entrades a la venda. Era la venda telemàtica de les entrades pel concert del seu retorn a Barcelona, ciutat que no trepitjaven des de l’any 2002, quan van actuar com a teloners dels Cranberries i dels nostres Dover. Anys abans, el 1996, ja havien passat pel “Pop Festival” amb un cartell indie on van compartir escenari amb noms com The Posies, Sexy Sadie o Los Planetas. Quins temps! Ha hagut de passar gairebé un quart de segle perquè la banda californiana tornés a la Ciutat Comtal, i ho van fer encertant de ple: a la sala més emblemàtica de la ciutat per a l’indie, la Razzmatazz.

Apretats entre el públic, la seva legió de fans vinguts dels noranta es disposava a prendre posicions abans de l’aparició del quintet anglès Bad Nerves que, per a qui no els conegui, és una banda força punk que es presentava amb el seu cantant vestit amb una samarreta dels amics d’aquesta casa, Biznaga (bonic detall), per oferir un set curt però molt enèrgic i suat.




                                                 

Hores abans, mentre els fans feien cua al carrer Almogàvers per entrar a la que anys enrere era la Sala Zeleste, Rivers Cuomo sortia amb l’acústica a la mà per tocar un fragment de la cara B Susanne de manera sorpresa, com a reconeixement als seguidors barcelonins als quals havien fet esperar tant. I amb aquesta actitud i motivació —d’agradar, de convèncer i de rematar— va sortir junt amb els seus companys per menjar-se l’escenari poc abans de les nou amb una inicial Anonymous, l’única que van tocar d’aquell disc infravalorat dins de la seva excel·lent discografia: Everything Will Be Alright in the End (2014). Després d’aquesta, el fervor definitiu va arribar amb la mítica Hash Pipe, del disc verd, amb la qual el públic va enlairar-se per mantenir-se al màxim durant tota la vetllada.


                                           

La veritat és que va ser un autèntic concertàs de principi a fi, intens i dinàmic, amb la banda sonant potent, harmonitzada i compacta. Els membres originals —Rivers Cuomo com a cap visible a la veu principal i guitarra, Brian Bell a la guitarra i teclats, i Patrick Wilson a la bateria— estaven acompanyats pel baixista Scott Shriner, amb ells des de 2001. Al darrere, una pantalla projectava videoclips amb imatges 3D apocalíptiques o del grup actuant en altres concerts.

Tot i els seus 55 anys, Rivers no ha perdut la seva essència de nerd, encara que darrere d’aquell aspecte escanyolit, amb les ulleres de pasta, la samarreta de ratlles i les Converse All Star, s’hi amaga una autèntica estrella del rock, capaç de cantar registres complicats, tocar solos potents i dominar l’audiència. Ell és l’ànima d’aquesta meravellosa banda única en la seva espècie, amb com a principal argument unes cançons de guitarres potents, melodies dolces i aparentment vitalistes, però sempre amb un toc de melancolia. I d’aquestes en vam escoltar moltes, ja que van tocar sencer el Blue Album, a més d’alguns dels seus molts èxits, en un directe que va ser tan intens com pocs que s’hagin vist per aquestes terres.


                                            


Del disc blau vam gaudir de les memorables My Name Is JonasUndoneSurf Wax AmericaIn The Garage o Holiday, celebrant el seu 30è aniversari, però també vam saltar i vibrar amb altres com Why Bother o aquella Island In The Sun, amb la qual es van fer famosos al nostre país gràcies (o per culpa) d’un anunci de televisió d’una companyia telefònica. Amb Pink Triangle, Cuomo ens va fer amb les mans el símbol de Weezer i el del triangle, i amb Beverly Hills van incloure “Barcelona” a la lletra, però jo em quedo amb l’himne que és The Good Life, encara que no la van tocar sencera. El final va arribar amb Only in Dreams, aquella joia de vuit minuts amb el baix marcant el pols i les guitarres navegant entre tempestes elèctriques, abans de tornar als bisos amb dos dels grans èxits del seu debut: Say It Ain’t So i Buddy Holly, aquella meravella de power pop que homenatjava a la seva lletra el geni de Lubbock amb un videoclip inoblidable inspirat en les sitcoms antigues americanes.




                                   

Un final amb què tothom va saltar, corejar i gaudir, després del qual el quartet va celebrar, situat a primera línia de l’escenari, la comunió amb els seus fans en aquest retrobament tan esperat. Sorprès per la resposta del públic barceloní, en Rivers es va atrevir a prometre tornar “cada estiu”. A veure si és veritat, perquè segur que no ens els perdrem. Valen molt la pena.

Per Àlex Guimerà


miércoles, 16 de julio de 2025

BAJISTAS MUJERES:

Decía Kim deal que durante mucho tiempo ella había sido sólo "la chica de la banda". Lamentablemente el machismo y el patriarcado siempre ha estado presente en el rock y en sus bandas, si no sólo hay que ver cómo las mujeres han tenido históricamente un papel ciertamente secundario en sus formaciones, con notables excepciones, reservando su participación normalmente al de cantante. Aunque afortunadamente no siempre ha sido así siendo el bajo uno de los instrumentos en el que se ha prodigado más el género femenino, regalándonos grandes y poderosas bajistas que han brillado con luz propia por su estilazo, virtuosismo al tocar el instrumento y carisma, rompiendo unos esterotipos a los que aún hoy en día nos encontramos constantemente. Por que las barreras absurdas están para romperlas, aquí unos ejemplos de formidables bajistas que por si solas o junto a sus bandas han ido levantando (y muchas levantan aún) el rock hacia la normalidad deseada.


KIM DEAL (SONIC YOUTH):

¿Qué seria del sonido de los Sonic Youth sin la línia de bajo? Pues poca cosa seguramente, ya que las improvisaciones de las guitarras de Lee Ranaldo y Thurson Moore han navegado siempre bajo las olas del bajo de la gran Kim Gordon, quien en ocasiones también ha atacado las seis cuerdas. Un bajo que marcó todo el indie americano de los noventa en una banda tan única como sónica. 



KIM GORDON (PIXIES - THE BREEDERS):

La otra Kim imprescindible del rock alternativo és Kim Gordon. Líder de los maravillosos Pixies junto a Black Francis en dónde tiraba de la sección rítmica, aportaba coros, fraseos vocales y otras piruetas musicales. Fuera de ellos tras su primera separación en 1993 (en la vuelta de los Pixies estuvo sólo en una gira con ellos) fundó junto a su hermana gemela The Breeders, dónde abandonó el bajo por la guitarra y voz, logrando un éxito gracias sobre todo con "Last Splash".



LAURA BALLANCE (SUPERCHUNK):

Otra banda icónica del rock independiente americano de los noventa que también tenía a una bajista. Son los Superchunk y lo suyo era el power pop con discazos como "Foolish" (1994) o "Here' s To Shooting Up" (2001), quienes han seguido publicando discos a lo largo de las siguientes décadas con Laura al mando de los ritmos más trepidantes.



SUZI QUATRO:

Pionera como rockera pues en los años 70 fue una de las primeras rock-star femeninas empuñando salvajemente un instrumento, en este caso el bajo. Ataviada con un traje de cuero y con la melena al viento, su imagen de mujer empoderada mostró un camino que ha sido caminado por muchas otras (aún pocas) mujeres. Enorme vocalista y autora de discos explosivos como su debut "Suzi Quatro" (1973), también ha sido actriz y locutora de radio.  Pionera. 



TINA WEYMOUTH (TALKING HEADS):

Siempre que pensamos en la New Wave pensamos en los Talking Heads, como también pensamos en la fusión de los ritmos, unos ritmos que dependen fundamentalmente del bajo. Y para la banda de David Byrne su responsable no era otra que Tina Weymouth, fundadora de las "Cabezas Parlantes" y fiel a la banda hasta su disolución en los años 90. También compositora, teclista, guitarrista y cantante, Tina inundó los ochenta con sus marchosos golpes de cuerda, mientras que su compañero David se llevaba todos los honores. 




SEAN YSAULT (WHITE ZOMBIE):

En el Metal también hay importantes presencias femeninas en los bajos. Ejemplo de ello es esta mujer de pelo rizado que abandonó los teclados para abordar el bajo en la banda de Rob Zombie con quien lograría un éxito masivo en los EEUU. Tras abandonar aquella banda, demostró su talento en otros proyectos musicales, pero también en el terreno del diseño. Contundente y trepidante bajista para una banda de Hard Rock. 




 KIRA ROESSLER (BLACK FLAG):

El punk también nos ha arrojado bajistas como esta desaliñada chica de Connecticut que formó parte del hardcore de los Black Flag a lo largo de cinco álbumes en los que pudo demostrar su presencia en los escenarios, mala leche y habilidad. Tras los BF y un periplo en otras formaciones menores, se consolidó como guionista de cine, en dónde aún sigue. Como curiosidad, estuvo casada con el bajista de los Stooges  de los años 2003 a 2013 Mike Watt. Seguro que Mike aprendió mucho junto a ella.




 D' ARCY WRETZKY (SMASHING PUMPKINS):

Fundadora junto a Billy Corgan y James Iha de los Smashing Pumpkins, D' Arcy es responsable de los ritmos ensoñadores de piezas inmortales como "1979" o "Tonight Tonight". Con su estilo siniestro vistiendo ropa negra y maquillaje tremebundo, sus problemas con las drogas le alejaron de la banda en la que en 1999 fue sustituida dejando con ella atrás la época dorada del rock americano.



JULIANA HATFIELD (LEMONHEADS):

Otra bajista "made in USA 90´s" es Juliana Hatfield, quien tras formar parte de los Black Babies fue reclutada por Evan Dando para formar parte de los Lemonheads en su época dorada con participación en los discos "It' s A Shame About Ray" (1992) y "Come ON Feel The Lemonheads" (1993). Suya es la línia de bajo de la versión archifamosa de "Mrs. Robinson" que llenó las ondas de las radios de esos años y venideros. 



CAROL KAYE (WRECKING CREW)

Si hay una mujer pionera en el instrumento de la guitarra bajo ésta es la legendaria Carol Kaye. Formada en el Jazz, la descubrió el buen ojo de Phil Spector quién la reclutó para las grabaciones de estudio, lugar en el que ésta mujer era infalible y en dónde llegó a participar en más de diez mil sesiones a lo largo de más de cuarenta años. Colaborando con nombres como el propio Spector, Brian Wilson, Quincy Jones, John Williams o la Motown. Suyo es el bajo de piezas legendarias de Frank Sinatra, Ray Charles, Beach Boys, Monkees, Doors, Simon & Garfunkel, Tina Turner, Joe Cocker, y un larguísimo etcétera que da muestra del talento monstruoso de ésta mujer nunca reconocida debidamente.  



ESPERANZA SPALDING:

Las nuevas generaciones de rockeras nos han dado nombres como Esperanza, quién al mando de las cuatro cuerdas (eléctricas o en contrabajo) ha desarrollado todo su talento musical en un rock-jazz-soul en dónde la fusión de estilos y rítmicos han encontrado su preciosa voz para este pedazo de artista que no debemos perdernos.





CAIT O' RIORDAN (THE POGUES):




Nacida en Lagos (Nigeria) pero criada en Inglaterra, Cait O' Riordan formó parte de la banda irlandesa The Pogues a la que dio sonido del bajo en los años dorados de 1983 a 1986 , para luego formar parte de la banda de Elvis Costello con quién además mantuvo una relación de pareja por 18 años. Ruda y enérgica, su manera de tocar fue fundamental al definir el sonido celta-folk punk de los Pogues, quienes han sido banda sonora de toda una generación.




BRITTA PHILLIPS (LUNA):


Que nadie se engañe, pues tras esa belleza nórdica se esconde una gran músico que ha sido bajista de Luna desde 2001 año en el que reemplazó al bajista original Justin Harwood. Pareja de Dean Wareham en la vida privada, con él ha formado el dúo Dean & Britta publicando discos, así como también tiene un disco en solitario. Desde su incorporación ha girado con la banda formando parte del potente directo, pero también ha sido bajista de apoyo de los proyectos personales de Dean, y ha colaborado en muchos proyectos de otros músicos. 


martes, 15 de julio de 2025

MADNESS - Festival Alma (Poble Espanyol) 4/7/25:



Les últimes visites de Madness a Barcelona han estat en festivals: Cruïlla, Vida, Pedralbes i ara l’Alma. És lògic, tenint en compte que la seva proposta és molt festiva i plena de diversió constant. Des de finals dels anys setanta, i sobretot durant els primers vuitanta, els londinencs han convertit la seva música en una autèntica expressió de disbauxa i alegria. Des dels seus videoclips divertits, passant pels seus ritmes i melodies desenfadades, les seves lletres entremaliades —encara que molt socials i crítiques— fins als seus directes efervescents.

Responsables de la globalització de la música ska, la seva trajectòria s’allarga ja gairebé cinquanta anys sense que hagin perdut ni una mica d’aquella espurna innata. Això era el que esperàvem, i exactament això és el que vam tenir el passat 4 de juliol al Poble Espanyol. Puntuals a l’escenari, i sense limitacions per al públic dret del “Golden Circle”, els deu membres de la banda van aparèixer amb jovialitat per arrencar amb una de les seves millors peces: One Step Beyond, del seu disc de debut. Als crits de Suggs —“Hey you! Don’t watch that, watch this! This is the heavy, heavy monster sound!”— li van seguir aquells ritmes irresistibles per ballar, que van encendre un públic (més tímid del que s’esperava) en uns balloteigs que anirien creixent al llarg de la vetllada.







De la banda, en destaca el seu cantant i líder, Graham “Suggs” McPherson, carismàtic rere les seves ulleres de sol i amb un elegant vestit, que va mostrar la seva habitual simpatia amb bromes sobre les Spice Girls, desitjant-nos “un bon Nadal”, parlant de l’alegria de veure diferents generacions de fans entre el públic, interactuant amb un jove seguidor anomenat “Pau” o “Raúl” (com el futbolista, va dir), convidant-nos a aplaudir o interpretant teatralment les lletres de les seves cançons. Al seu costat, el divertidíssim Lee Thompson no només es va dedicar a fer solos impossibles amb el saxòfon, sinó també a tocar altres instruments de percussió (alguns força estrambòtics) i, sobretot, a fer de clown de l’espectacle amb els seus gestos, disfresses (es va encaputxar amb una màscara de lluita lliure mexicana) o quan, amb un barret de policeman, va ser apallissat pels seus companys de la secció de vent.




També cal destacar la brutal línia de baix de Mark Bedford, la guitarra precisa de Chris Foreman, la bateria de Daniel Woodgate i els imprescindibles teclats de Mike Barson. Tots ells acompanyats per una potent secció de vent i una percussió de suport. Tots van ser responsables que, a l’inici del concert, sonessin meravelles pop com My Girl o Embarrassment. I és que el concert va tirar de molts dels èxits dels primers Madness, obviant les cançons més recents que han publicat, amb alguna excepció. Així és com van sonar clàssics com Grey Day, la instrumental Return of the Los Palmas 7, els cors de Wings of a Dove o la popera Lovestruck.

Entremig també hi va haver moments per a les versions, com una aparentment improvisada Help dels Beatles, a cappella, o aquella The Harder They Come de Jimmy Cliff, que ens recorda l’origen caribeny de la música ska, acompanyada d’imatges cinematogràfiques del mateix músic jamaicà a les pantalles. Unes pantalles que també van tenir protagonisme, dinamitzant el concert amb paraules, ambients i colors. Com les imatges de Prince Buster, a qui van retre homenatge amb la formidable The Prince (autèntic pare de l’ska i autor de diversos èxits de la banda), un altre dels seus clàssics més antics.

                   

I, com no podia ser d’una altra manera, també van sonar els imprescindibles en la recta final: la monumental House of Fun —la cançó amb què un va descobrir la banda de petit veient  la sèrie "Els Joves" (The Young Ones de la BBC)—, la celebradíssima Baggy Trousers, amb un fan envaint l’escenari, la famosíssima Our House, amb vídeos de cases de fons, i l’himne a l’amor It Must Be Love, amb imatges acolorides molt beatlianes, amb la qual van abandonar breument l’escenari.

Després del descans, va arribar la peça que dona nom a la banda, amb la qual van començar uns pogos sans, que es van intensificar amb els sons de vaixell que anunciaven la final Night Boat to Cairo. Un divertidíssim colofó per a un directe formidable que, tot i ser intens i dinàmic, se’ns va fer curt amb només una hora i mitja. Així i tot, sempre és un plaer veure aquests tipus que ens recorden que la millor part de la música és poder celebrar-la en grup, al ritme de la diversió, la suor i el ball.




miércoles, 2 de julio de 2025

WILCO: Festival Alma (Poble Espanyol) 27/06/2025:










Ho tinc molt clar: Wilco és una de les grans bandes contemporànies de rock. Una formació que ha marcat (i continua marcant) tota una època, no només per haver creat l’Alt-Country, sinó per haver aportat molt més al gènere durant els darrers trenta anys, transcendint aquesta etiqueta. Una tasca realitzada amb discos icònics com Yankee Hotel Foxtrot, amb el qual van obrir el mil·lenni rocker a cops d’indie, i també amb sorpreses recents com l’excel·lent Cousin, de l’any passat, on van introduir instruments orientals per manufacturar un LP molt interessant. Descobriments que no impedeixen que encara hi hagi alguns nostàlgics que insisteixin a recordar que els millors dies dels de Chicago ja han quedat enrere.

Per tot plegat, no hi ha dubte que la proposta que l’Alma Festival de Barcelona ens va oferir el passat 26 de juny era una de les millors d’aquest estiu barceloní, cosa que es va confirmar amb la bona afluència de públic a l’esdeveniment, que una vegada més va intentar traslladar la sofisticació del Festival de Pedralbes al recinte de Montjuïc. Ho diem sobretot per la seva zona Village, amb l’oferta gastronòmica a càrrec de food trucks, i per aquell escenari refrescant amb els madrilenys Gold Lake animant la vetllada. La banda, liderada per Lua Ríos a la veu i Carlos Del Amo a la guitarra, forjada a Nova York, va ser un entrant musical molt saborós abans del plat principal que ens esperava, amb aquell so americà i cristal·lí que, per moments, recordava al dream pop de Beach House.

Una mica més avall i una mica més tard, puntuals a les 22:00, el sextet de Chicago apareixia en un escenari coronat per un rètol amb el nom “WILCO”, que evocava el que The Who van utilitzar a la portada del disc en directe del seu concert a l’Illa de Wight. Wilco és una banda enorme de músics. Des dels seus assajos a The Loft fins als escenaris que trepitgen arreu del món, sempre demostren compenetració, versatilitat, talent i capacitat d’improvisació a través d’un repertori inigualable. El seu cançoner és imbatible, però la manera com desenvolupen algunes de les seves peces —amb improvisacions que naveguen entre el jazz i les jam sessions— ens remet a l’esperit musical dels immensos Grateful Dead.

Al timó, un Jeff Tweedy cantant de forma formidable amb la seva veu trencada, però també tocant les seves guitarres acústiques (en va canviar diverses durant el concert) o elèctriques. Amb aquestes últimes va arribar a demostrar el seu virtuosisme amb sonoritats esquinçadores i solos intensos. Simpàtic, tot i que poc xerraire, no vam entendre per què duia jaqueta de màniga llarga amb la calor que feia. Al seu costat, Nels Cline. Encara que ja ho sabíem, és un guitarrista sense rival: polifacètic i capaç d’executar els solos més impossibles. Va ser una de les ales de la banda, situat en aquest cas al costat esquerre, i també va demostrar ser un as amb la slide guitar. Al costat dret, vam trobar un altre gran: Pat Sansone, que alternava guitarres i teclats per omplir aquells efectes instrumentals tan complexos que recreen a l’estudi. La banda la completaven John Stirratt, responsable d’una colpidora línia de baix; l’enèrgic bateria Glenn Kotche, i un discret Mikael Jorgensen als teclats i piano.


El concert va recórrer molts dels grans èxits de la banda. Ens van delectar amb la “lennoniana” If I Ever Was a Child; una Via Chicago on una bateria atronadora s’intercalava en la dolça melodia; la bonica One Wing del seu àlbum homònim; una lluminosa Hummingbird, la rítmica Heavy Metal Drummer i les noves Evicted, Annihilation i Meant to Be, aquesta última amb tota l’èpica sonora. Per a Jesus, Etc., en Jeff ens va convidar a cantar-la amb ell; Impossible Germany va portar un llarg i al·lucinant solo de Nels, i amb Box Full of Letters ens van recordar els orígens de la formació. Déu n’hi do també amb Spiders (Kidsmoke). Aquella oda de més de deu minuts en què la cadència immòbil del baix serveix de base per a un viatge elèctric impressionant de les guitarres. De tall velvetià i experimental, és una peça colpidora que va suposar una rúbrica perfecta al primer set del concert.


Per als bisos, el sextet va abandonar fugaçment l’escenari per tornar amb el cronòmetre a la mà —i quadrar amb les agulles del rellotge a les dotze en punt, per allò dels permisos municipals i el soroll veïnal— amb una de les peces més esperades: la immensa California Stars, que van publicar amb Billy Bragg a Mermaid Avenue (1997). Li va seguir el piano saltironejant de Walken per acabar amb la stoniana I Got You (At the End of the Century), un poderós rock que ens vam endur cap a casa juntament amb la imatge de la banda celebrant l’encontre, amb en Tweedy alçant els punys i recordant-nos que ell és, sens dubte, un dels nostres.

Per Àlex Guimerà