domingo, 31 de octubre de 2010

GRANDES DISCOS : Bringing It All Back Home (1965) por BOB DYLAN

Resumir en unas pocas líneas la trascendencia de Bob Dylan en la música moderna, y mas en concreto en la reciente trayectoria del rock resulta vertiginoso para cualquier humilde espectador del bendito género. Por este motivo no se me ocurre mejor solución que centrarme en el disco que fue capaz de aglutinar o si lo prefieren simbolizar aquel momento en el que su creatividad dio rienda suelta como pistoletazo de salida a la de otros.

Posiblemente los mas acérrimos seguidores de Zimmerman -ese era su verdadero apellido, robando el falso a su ídolo el poeta oscuro Dylan Thomas- o los mayores eruditos historiadores del rock se hubieran decantado por otras joyas de la corona de entre la majestuosa obra de Dylan como lo son “Highway 61 Revisited” y “Blonde on Blonde”, ambas del mismo periodo y quizás mas revolucionarias que este “Bringing It All Back Home”. Pero a mi pobre entender, el disco elegido viene marcado por ser pionero en la ruptura de su carrera, que a la vez fue uno de los pilares de la explosión y diversificación de la música rock de a mediados de la década de los sesenta. De hecho estamos hablando del primer disco en que Dylan se muestra electrificado e influenciado por aquello que se movía fuera de la escena folk , y para rematarlo, contiene la canción que hizo de enlace con el nuevo pop-rock venidero, merced a los Byrds, astuto quinteto que asumió la lírica y las melodías del bardo de Minessota a las que puso la instrumentación, las armonías vocales, el ritmo y muchas otras cosas mas herencia de los primeros Beatles. Pero todos ellos son otra historia.


Cuando fue gestado “Bringing It All Back Home” nuestro protagonista se encontraba aposentado en Woodstock, refugio personal de la presión de su frenética popularidad, dónde máquina de escribir en mano compuso cada una de las letras de su nueva creación, la música deambulaba por alguna parte de su inquieta cabeza. Con todo el nuevo material y decidido a enchufarse – tras registrar el día antes las versiones acústicas - llegó a los estudios de Columbia Records el 14 de enero de 1965 con un puñado de músicos de estudio con quienes ya había trabajado tres años antes. El ambicioso resultado fue editado en marzo de ese año en los EEUU y dos meses después en el Reino Unido y Europa. La revolución estaba servida...


El terremoto empieza en "Subterranean Homesick Blues", imaginativa, grosera, chulesca, provocativa y reivindicativa. De hecho se trata de una especie de rap rockero inspirado en el “Two Much Monkey Bussiness” de Chuck Berry. Para esta canción se rodó un famoso video en el que Dylan aparece en un callejón mostrando tarjetas con las palabras y expresiones contenidas en ella, a lo que algunos han considerado que es el primer video-clip de la historia.

La sigue la alborotada “Maggie ´s Farm”, su metafórica letra invita a una interpretación en clave clase obrera, aunque mas bien me inclino a pensar que habla de él y de las ataduras a las que le sometía la industria musical. Luego llegan otras como “She Belongs to Me” o “Love Minus Zero/No Limit” tiernas canciones de amor, en las que sus dulces palabras se entrelazan con la melosidad de su tonada. Y “Outlaw Blues” y “On The Road Again”, su versión mas roquera y forajida , la del Dylan de futuro, aquel que ya ha empezado a rendirse ante sus nuevos maestros Elvis Presley y Little Richard.

La cara eléctrica la cierra "Bob Dylan's 115th Dream", cuyo amago de arranque en medio de improvisadas risas se reemprende con toda la maquinaria engrasada al completo: su fabulosa banda de músicos rock (germen de los fabulosos The Band) perfectamente acoplados junto a la ronca voz de nuestro poeta soñador.

La cara B, íntegramente acústica, la abre el himno generacional que es “Mr. Tambourine Man”, delicia poética con cuerpo de canción, es la pieza estelar de la obra. La grandeza de sus versos es tal que no solo se ha dado motivos para ser estudiada en muchas universidades de los EEUU sino que ha sido santo y seña de los alegatos en favor de Dylan para concederle el premio Nobel de literatura.
La siguen “Gates Of Eden” profunda y filosófica y "It's Alright, Ma (I'm Only Bleeding)" trágica y pesimista. Aquí se ve el cantautor Folk que había sido, de la mano de su hábil punteado de guitarra y su cálido cantar.
Y para terminar la obra maestra "It's All Over Now, Baby Blue", otra maravilla mas que será igualmente versionada, un breve y elocuente tratado de las consecuencias nefastas de la guerra de cariz esperanzador.
  El disco fue recibido con los brazos abiertos por las radios y por los consumidores mainstream del rock, y a día de hoy sigue estando entre los mejores de siempre, lo mismo que sus dos continuaciones, que anduvieron por y aundaron en la senda marcada por este primero. Por desgracia la mayoría de sus hasta entonces fans, venidos de círculos políticos y universitarios, tildaron a Dylan de traidor al movimiento folk, rechazando con ira su giro artístico ya fuera quemando sus discos en público como abucheándole en sus directos, culminando todo ello en el concierto de Manchester Free Trade May de su gira europea de 1966 en dónde los gritos de un espectador llamándole “judas” han quedado ya para la posteridad.
  Para quienes impulsaban obstinadamente la revolución social, parecía lógico calificar de conformista a alguien que renunciaba ser su estandarte abandonando su lenguaje expresivo en pro de las nuevas tendencias. Lo triste del asunto es que mas equivocados no podían estar, ya que Dylan precisamente fue todo lo contrario, un gran inconformista, con su arte y en especial con el papel que le había sido impuesto, y lo único que quiso fue romper con las cadenas de su pasado para así poder explorar libremente nuevas formas musicales y estéticas, y en definitiva, para poder ser él mismo. Y a pasos de gigante que lo logró.

Por Àlex Guimerà

Mr. Tambourine Man

Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning
I’ll come followin’ you
Though I know that evenin’s empire has returned into sand
Vanished from my hand
Left me blindly here to stand but still not sleeping
My weariness amazes me, I’m branded on my feet
I have no one to meet
And the ancient empty street’s too dead for dreaming
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you
Take me on a trip upon your magic swirlin’ ship
My senses have been stripped, my hands can’t feel to grip
My toes too numb to step
Wait only for my boot heels to be wanderin’
I’m ready to go anywhere, I’m ready for to fade
Into my own parade, cast your dancing spell my way
I promise to go under it
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you
Though you might hear laughin’, spinnin’, swingin’ madly across the sun
It’s not aimed at anyone, it’s just escapin’ on the run
And but for the sky there are no fences facin’
And if you hear vague traces of skippin’ reels of rhyme
To your tambourine in time, it’s just a ragged clown behind
I wouldn’t pay it any mind
It’s just a shadow you’re seein’ that he’s chasing
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you
Then take me disappearin’ through the smoke rings of my mind
Down the foggy ruins of time, far past the frozen leaves
The haunted, frightened trees, out to the windy beach
Far from the twisted reach of crazy sorrow
Yes, to dance beneath the diamond sky with one hand waving free
Silhouetted by the sea, circled by the circus sands
With all memory and fate driven deep beneath the waves
Let me forget about today until tomorrow
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you