viernes, 30 de octubre de 2015

ESPECIAL PULP: 20 años del Different Class:


Tal día como hoy de hace 20 años la banda inglesa PULP sacó al mercado el disco "Different Class", en medio de la fiebre del Brit Pop. Pero ellos ya hacía desde 1978 que se habían formado como grupo con un historial musical y reivindicativo en la Shefield de finales de los setenta y principios de los ochenta.  Aunque a decir verdad no es hasta 1983 cuando publican su disco debut "IT" como Pulp.
Desde entonces la carrera de Pulp arrojó siete buenos discos de estudio, y una popularidad a mediados de los noventa hasta su disolución de 2002 después de la edición del que es hasta la fecha su último disco "We Love Life" (2001). Casi diez años después, en 2010 volvieron a dar una serie de directos hasta finales de 2012 en el que dieron un concierto en su ciudad natal Sheffield, que quedó retratado en el fabuloso documental "Pulp: A film About Life, Death And Supermarkets".
Aprovechando la efeméride vayamos a repasar su carrera a través de sus discos de estudio y a través del mencionado documental, que ningún fan de la banda debería perderse.

1983 - IT

1987 - FREAKS

1992 - SEPARATIONS

1994 - HIS ' N HERS (#9 UK)

1995 - DIFFERENT CLASS (#1 UK)


1998 - THIS IS HARDCORE (#1 UK, #114 US)


2001 -  WE LOVE LIFE  (#6 UK)

PULP : A FILM ABOUT LIFE, DEATH AND SUPERMARKETS.
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Dir.- Florian Habicht- UK 2014 (90 Min).
Maravilloso homenaje audiovisual que la banda de Jarvis Cocker regaló a sus fans y a su ciudad natal Sheffield para conmemorar el concierto que dieron en aquella ciudad justo antes de su retirada a finales de 2012. Con un precioso inicio que te deja clavado en la butaca, el resto del metraje dan voz a distintos personajes  anónimos de la ciudad que van narrando sus vidas cotidianas y su relación con la banda del “Different Class”, junto con entrevistas a sus miembros, imágenes de archivo y secuencias del concierto. Un concierto, dicho sea, grabado de una forma magistral que logra hacerte sentir como si estuvieras allí.
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Con momentos destacables como el “Help The Aged” cantado por unos ancianos fabulosamente afinados o las coreografías y bailes histriónicos de Jarvis, el visionado nos muestra la cara mas humana de la banda a la vez que nos acerca sus éxitos como “Disco 2000”, “This Is Hardcore”, “Babies” o  “Felling called L.O.V.E.”.
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Por el camino descubrimos el carácter excesivamente presumido de Jarvis, la artrosis crónica de Candida Doyle, el patrocinio de Pulp al equipo de fútbol de la hija de Nick Banks (batería) o a un humilde Mark Webber (guitarra) que no parece que haya tocado nunca en una banda con semejante revuelo.
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Y el final con “Something Changed”, como guinda a un excelente documental que muestra la grandeza de un grupo  pop de “gente común” con un legado musical para no olvidar.
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IDEAL PARA: La tercera edad, los carniceros, quiosqueros, las enfermeras de Atlanta, los fugitivos de Londres, quienes quieran aprender a cambiar una rueda de un coche, los teenagers y, en general, la gente corriente.
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sábado, 24 de octubre de 2015

DISCOS DEL 2015: JASON ISBELL- SOMETHING MORE THAN FREE:


En 2012 Jason Isbell estuvo internado en un centro de desintoxicación de Nashville por sus problemas con la bebida y con las drogas. Recuperado, grabó el excelso "Southeastern" (2013)  que se coló entre los mejores discos de su año. En los doce cortes que lo componían el cantautor cantaba su vuelta de los infiernos y celebraba el premio que es la vida. Además de esa gloriosa catarsis, ese mismo año se casó con su violinista (y también compositora) Amanda Shires, quien le había ayudado a salir del pozo.
                          
Ahora, han pasado dos años y la vida del de Green Hill (Alabama) se encuentra más estable que nunca, asumiendo una madurez que este mes se traducirá en el nacimiento de su primogénita. En este contexto es como el ex Drive-ByTruckers ha compuesto y registrado el que es su quinto larga duración de estudio en solitario, producido de nuevo por Dave Cobb y en el que confirma su recuperación en un nuevo canto a la vida más sereno y maduro que su predecesor.
Narrador de paisajes familiares, clases trabajadoras y de la vida cotidiana de la gente de a pie, el nuevo material nos trae intimismo, ternura y calidez, a través de once sinceros medio tiempos folk en los que da rienda a sus aprendizajes en el góspel y el bluegrass.


Es el caso de "If It Takes A Lifetime" que suena como una versión serena y relajada de The Band, "24 Frames" en cambio trae a la mente a Steve Earle. “Children Of Children” evoca una tristeza que remata con un contundente solo. Desgarradora es también "Something More Than Free" con un piano y un slide guitar al servicio de la melancolía. "Flagship" y  “Speed Trap Town” son perezosas y desnudas baladas a la guitarra acústica.  En “Palmetto Rose", en cambio adopta un tono bluesy que podría colar en el repertorio de su anterior banda.
"Hudson Comodore" está hecha para el lucimiento del violín de su esposa  y la final "To A Band That I Loved" está dedicada a los Drive-By Truckers por aquello de "and I was 22 backwoods years old" que es la edad que tenía el bardo cuando entró con aquellos para grabar "Southern Rock Opera" (2001).
                  

Redimido por su anterior disco, "Something More Than Free" nos trae a un músico remozado y liberado que confirma un potencial que le permite codearse con grandes como Alejandro Escovedo, Lucinda Williams o Justin Townes Earle. Casi nada.


Por Alejandro Guimerà

lunes, 19 de octubre de 2015

THE SONICS en la Sala Bikini (Barcelona) el 14/10/15:




En una entrevista reciente el guitarrista de The Sonics Larry Paypa contaba que en su gira europea del año pasado conoció al líder de los Hives Nik Almqvist quien le contó que cada vez que su banda tocaba una canción suya su público se volvía loco. Su sorpresa fue que las canciones que creía que habían quedado en el olvido hubieran llegado tan lejos. La verdad es que el reconocimiento de The Sonics, aunque tardío, siempre ha estado allí entre las bandas proto-punk, punk y garage, que al igual que le pasó en su día a la Velvet Underground, siendo esenciales para entender la evolución del rock su fama nunca ha estado a la altura.

Así es como el pasado día 14 de octubre teníamos una cita con la mismísima historia en Barcelona. Habíamos escuchado su último trabajo "This Is The Sonics" (tras casi 50 años de letargo musical) y nos sabíamos al dedillo sus grandes temas, desconociendo del todo su estado de forma actual. Y las expectativas fueron superadas con creces, ya que el quinteto se conserva a las mil maravillas ofreciendo un sonido potente y actual a pesar de la edad de sus componentes. Con la batería del miembro no original Dutsy Watson a ritmo frenético (y de un chaval de 15 años), el resto le van a la zaga sin que aparentemente parezca que hagan esfuerzo alguno. La guitarra de Larry ya no tiene la simplicidad del garage sesentero y luce con sus solos pluscuamperfectos, mientras que los teclados de Gerry Roslie nos transportan en el tiempo, el bajo del regordete Freddie Dennises aporreado con la métrica de un reloj suizo y el saxo y la armónica de Rob Lind (un cruce entre Ancellotti y Vargas Llosa) adornan todo el frenético arsenal. Fue precisamente Rob quien hizo de maestro de ceremonias presentando las canciones y desplegando simpatía. Mientras que las voces principales se las repartían entre Gerry (mas entendible y delicado) y Freddie (mas salvaje y desgarrado). Las camisas negras con motivos Tex-Mex ponían la guinda a un pastel que empezó a hornearse en la América de Kennedy en un humilde garaje repleto de teenagers.



Con ese espíritu las canciones fueron sonando en la abarrotada sala Bikini. En los comienzos “He’ s Waitin’” y “Cinderella” del Sonic Boom (1966), esta última con el productor de lo nuevo Jim Diamond al bajo. Precisamente este es muy culpable del sonido contemporáneo de los recientes temas – no en vano proviene del mundo White Strypes y Black Keys- , bien recibidos, aclamados y conocidos: son los “Shot Down”, “Be A Woman”, “Bad Betty” o “Look a Little Sister”

Tampoco faltaron las versiones de “Money”, que sonó como si la interpretaran los mismísimos Beatles de la época de Hammburgo, el estándar rockero “Louie Louie” que tan inspiró a su discípulo Iggy Pop, “Have Love Will Travell” también de Richard Berry o “Keep On Knockin’ ” de su ídolo Little Richard, salvaje y de teclados enajenados como la original. ¿Y quien se pudo resistir al ritmo contagioso de “Dirty Robber”? fabulosa pieza del debut de los Sónicos, que tomaron prestada de sus contemporáneos The Wailers.

                                                 

Para la recta final, varios tiros seguros. Para cerrar el set una esperadísima “Psycho”, que nos recordaba el lujo del concierto, pues muchas veces la habíamos bailado en discotecas y bares. Los bises, una gran “I Don’ t Need No Doctor” de Ray Charles incluida en el flamante tercer LP y sus particulares hits “Strychnine” y “The Witch”, salvajes como nunca imperecederas como siempre.



Fue el privilegio y la gozada de presenciar a estas auténticas leyendas del rock que aún mantienen intacto su fuelle y su carisma. Pioneros discretos y banda de culto para minorías. Surgidos como un grupo de amigos que buscaban pasar el rato acabaron por escribir una página de la historia del rock’ n roll.

Por Àlex Guimerà

viernes, 2 de octubre de 2015

DISCOS DE 2015: THE SONICS- THIS IS THE SONICS:


Cincuenta años se cumplen desde que los Sonics publicaran “Here Are The Sonics”, la pedra rosetta del sonido garage rock. El álbum confirmaba el surgimiento de una corriente que siguieron cientos de bandas americanas que apostaban por el rock’ n roll primario basado en la energía juvenil, la espontaeidad e inmediatez, la sencillez métrica de las canciones y la carencia de grandes recursos.  En esa época también surgirían otras bandas para la posteridad como los “Count Five”, “The Seeds” o los chicanos “Question Mark And The Misterians”. Fue una oleada efímera que apenas llegó a finales de los sesenta y que, a pesar de todo, dejó huella diez años más tarde con el movimiento punk y  con otras bandas que fueron por libre como “The Cynics”, “The Fleshtones” o los incomensurables  “Flamming Groovies” que hicieron suyas las premisas garajeras.
                                         

Mucho tiempo ha transcurrido desde entonces y nos encontramos inmersos en el milenio de los ipods, en el reinado de la electrónica y las bases rítmicas, las redes sociales y los coches híbridos. Ya nadie canta al surf, a los cilindros de sus descapotables o la chica más guapa del baile.
Y es en este contexto cuando los “Sónicos” vuelven para publicar su cuarto álbum de estudio – que sigue a los clásicos “Here Are The Sonics” (65), “Boom” (66) y “Introducing The Sonics” (67) -  para el cual han tenido que pasar casi cinco décadas.

Un “This Is The Sonics” que no resulta para nada innecesario o prescindible, pues sus doce cortes confirman que estos iconos del rock no se encuentran oxidados y si en plena forma en su madurez en la que aún tienen cosas que decirnos. Con unos arreglos que pulen de lo lindo para que su sonido parezca actual y clásico a la vez (en la onda del excelso “Going Back Home” de Wilko Johnson-Roger Daltrey del año pasado), y la introducción coherente de saxos y pianos, las guitarras llegan afiladas como nunca, y la voz visceral como antaño. Ni que decir de los ritmos enajenados de la batería siguen intactos para mantener el espíritu de la banda.


Con estas premisas aparece la bestial “Be A Woman” con su riff a lo Clash y los gritos desenfrenados,  el single “Bad Betty” con su batalla Hammond y saxo, “The Hard Way”   con las teclas del piano a punto de saltar antes del estribillo surf, la frenética “The Hard Way”, el rock’ n roll clásico de “Look A Little Sister”, los riffs Kinks de “I Got A Number”   o “Sugaree” en la que invocan al mejor Little Richard. También la versión de  “I Don’ t Need No Doctor” de Ray Charles que suena puro rythm n blues salvaje mientras que “You Can’ t Jutge A Book By The Cover” de Willy Dixon (vía Bo Didley) abusa algo de los vientos pero logra dominar los cambios de tiempo. La otra cover del disco “Leaving Here” de Eddie Holland destaca por su desgarro vocal y por su ritmo backbeat.  La nota curiosa la pone la ecologista “Save The Planet” cuando dice “save the planet it’s the only one with beer”, Yeah!

Un disco en el que quizás no haya la angustia ni la lívido juvenil que tenían en los sesenta, aunque si hay mucho de su ardor y enajenamiento. Y eso es lo apabullante de todo el asunto, el como los de Tacoma han conservado su esencia y sobre todo como han sido capaces de ofrecernos un  rock muy honesto desde la furia que les encumbró en su día.


Por Alejandro Guimerà