jueves, 23 de diciembre de 2010

TEENAGE FANCLUB (26-11-10) al Primavera Club:

Tres setmanes després d´ haver coincidit al Festival de cinema musical In-Edit amb l´ ànima de Creation Records – parlo de l´ incombustible Allan Mc Gee -, els qui al meu entendre van ser el seu millor descobriment, Teenage Fanclub, tornaven novament a la nostre ciutat després d´ haver-nos ofert un concert gratuït a les festes de la Mercè de 2008 al desaparegut Espacio Movistar.
Havíem quedat convocats a una hora força inusual, dos quarts abans de mitja nit, a la Sala Apolo, però abans vàrem haver de bescanviar l´ abonament per la pulsera acreditativa així com anar amunt i avall per les seves sales i passar per un grapat de segurates. Tot sigui per gaudir d´ un bon concert de rock.
I així va ser, doncs el quintet de power –pop de Glasgow en poc més d´ una hora ens van oferir un vibrant recull d´ alguns dels seus millors temes presentant-ne alguns dels nous del seu darrer disc d´ enguany anomenat “Shadows”.
El concert va començar com acostumen, amb “Start Again”, per seguir amb les recents “Sometimes I Don't Need To Believe In Anything” i “The Past” i no va caldre grans presentacions ni grans discursos ni frases o salutacions tòpiques ja que l´ afabilitat, espontaneïtat i comoditat amb la que se ´ls veia damunt de l´ escenari eren suficients per a poder comprovar com grup i públic havien traçat llaços de complicitat mitjançant una música que a dia d´ avui ja comença a ser llegendària. Una música que manté uns arguments intactes i un resultat infal·lible: rock atemporal de senzilla però eficaç base rítmica i bella melodia de tornada contagiosa, veus harmòniques casades a la perfecció i, poderoses guitarres amb ecos de shoegazing – aquella distorsió guitarrera que va marcar les pautes de l´ indie i més concretament del noise des de mitjans dels vuitanta-. Què més podem demanar? Es nota que duen massa temps fent el mateix i fent-ho brillantment, en ocasions em recorden als meus estimats The Byrds, en d´altres l´època daurada del pop independent dels vuitanta. A aquelles les van seguir algunes meravelles com “Don´t Look Back” o les flamants novetats que ja són clàssics “Baby Lee” i “ When I Still Have Thee”. I el cinquet no s´ aturava, repassant èxits propis com la marxosa “It's All in My Mind”, la sentida “Star Sign”, l´ himne “About You”, la més recent “I Need Direction” o la balada melosa “Your Love Is the Place Where I Come From”.I com que havia transcorregut quasi una hora de rellotge i estàvem dins d´ un festival amb la rigidesa horària que comporta, arriba la traca final, que va transcórrer entre el riff de l´ aclamada “Sparky´s Dream” fins a l´ apoteòsic i canyero final de “Everything Flows”, peça que potser no la inclouríem entre les millors però que és una immillorable mostra dels seus inicis amb la seva força i genialitat, d´ un grup que sense haver arribat a les grans masses arrassa entre els seus devots.
Per Àlex Guimerà

jueves, 2 de diciembre de 2010

LA MISTERIOSA MUERTE DE BRIAN JONES

A lo largo de la historia son muchas las muertes de célebres personajes que han quedado en nebulosa. Tras la versión oficial aparecen casi siempre teorías alternativas y suposiciones sobre conspiraciones y asesinatos: Elvis, Marilyn, Morrison… algunas no se sostienen por ninguna parte, otras, sin embargo, plantean dudas más que razonables.El entretenido biopic sobre Brian Jones “Stoned” (Stephen Woolley, 2005) me hace pensar en lo fácil que es culpar a las drogas de la muerte de un rockero. Es evidente que ellas están detrás en muchas ocasiones pero ¿es posible que en algunos casos sean la perfecta fachada para ocultar otras más pérfidas implicaciones?Brian Jones fundó los Rolling Stones junto con Mick Jagger y Keith Richards en 1962 y fue durante los primeros años de la formación su líder y principal instrumentista. Con tan sólo 27 años fue encontrado ahogado en la piscina de su casa poco después de ser expulsado de su propio grupo, tras años de excesos que parecían haberle despojado de toda ambición y creatividad. El que un día había sido un músico brillante e innovador (le gustaba experimentar con todo tipo de instrumentos que conseguía tocar con sorprendente habilidad aún sin apenas conocerlos) se había convertido en un tipo violento y paranoico recluido en su mansión de Sussex sin otra aparente ocupación más que la de pasarse todo el día borracho y/o drogado. No es de extrañar, por tanto, que la versión oficial culpara a las drogas de su repentina muerte al dictaminarla un “ahogo accidental”.La película sin embargo sostiene otra versión y apunta a un asesinato por parte de un constructor que trabajaba en su casa llamado Frank Thorogood. Thorogood era un amigo de Tom Keylock (asistente personal de los Rolling al que se le había encargado “echarle un ojo a Brian”) que había sido contratado como albañil para arreglar el jardín de Brian pero que había acabado en la práctica convirtiéndose en una especie de niñera.Unidos por una tortuosa relación, marcada por constantes humillaciones por parte de Jones (que además, le debía dinero), la película muestra a un Frank resentido y recién despedido que en un chapoteo nocturno, mete la cabeza de Brian debajo del agua con la intención de asustarle y acaba provocando su muerte por ahogo.
El propio Tom Keylock (despedido de la organización de los Rolling Stones pocos días tras la muerte de Brian) trabajó como asesor para la película y declaró que poco antes de morir, en 1993, Frank Thorogood le había confesado haberse “cargado” a Brian.
También la que era por entonces novia de Keylock y la que descubrió el cuerpo, afirmó creer que Frank Thorogood estaba detrás de su asesinato así como Anna Wohlin, la última novia de Brian. Ésta aseguró que no solo Thorogood la instruyó sobre qué decirle a la policía, sino que no se le permitió asistir al funeral y se le hizo firmar un documento que la obligaba a pedir autorización al entorno de los Stones antes de conceder entrevistas.
Finalmente, a pesar de que su autopsia descubrió un notable deterioro de su hígado y su corazón reveló también unos índices de alcohol y drogas bajos en su sangre comparado con las cantidades que solía ingerir normalmente.
Todos estos datos llevaron a la policía a reabrir la investigación en el 2009 y actualmente son muchos los que exigen la exhumación de su cuerpo para realizar una autopsia definitiva que con la tecnología de hoy en día, sería capaz de revelar el verdadero motivo de su muerte.
¿Conoceremos algún día la verdad? A estas alturas, con el principal sospechoso y los testimonios más relevantes muertos, parece difícil. Mientras tanto el misterio planea sobre su memoria y ayuda a alimentar aún más la leyenda del fatídicamente destinado club de los 27 en general (Cobain, Hendrix, Morrison, Joplin, todos muertos a los 27) y de Brian Jones en particular: el genio oscuro de los Rolling Stones, perdido en vida y desterrado por su propio grupo pero eternamente recordado en el corazón del rock’n’roll.

Por Elisenda Hernández


"Sí, quiero ser famoso. Y no, no quiero cumplir treinta años" (Brian Jones, 1942-1969)

jueves, 25 de noviembre de 2010

19º ANIVERSARIO FREDDIE MERCURY



DONDE QUIERA QUE ESTÉS TEN PRESENTE QUE NUNCA TE OLVIDAREMOS.

SIEMPRES SERÁS NUESTRA REINA





by rocker3103


domingo, 31 de octubre de 2010

GRANDES DISCOS : Bringing It All Back Home (1965) por BOB DYLAN

Resumir en unas pocas líneas la trascendencia de Bob Dylan en la música moderna, y mas en concreto en la reciente trayectoria del rock resulta vertiginoso para cualquier humilde espectador del bendito género. Por este motivo no se me ocurre mejor solución que centrarme en el disco que fue capaz de aglutinar o si lo prefieren simbolizar aquel momento en el que su creatividad dio rienda suelta como pistoletazo de salida a la de otros.

Posiblemente los mas acérrimos seguidores de Zimmerman -ese era su verdadero apellido, robando el falso a su ídolo el poeta oscuro Dylan Thomas- o los mayores eruditos historiadores del rock se hubieran decantado por otras joyas de la corona de entre la majestuosa obra de Dylan como lo son “Highway 61 Revisited” y “Blonde on Blonde”, ambas del mismo periodo y quizás mas revolucionarias que este “Bringing It All Back Home”. Pero a mi pobre entender, el disco elegido viene marcado por ser pionero en la ruptura de su carrera, que a la vez fue uno de los pilares de la explosión y diversificación de la música rock de a mediados de la década de los sesenta. De hecho estamos hablando del primer disco en que Dylan se muestra electrificado e influenciado por aquello que se movía fuera de la escena folk , y para rematarlo, contiene la canción que hizo de enlace con el nuevo pop-rock venidero, merced a los Byrds, astuto quinteto que asumió la lírica y las melodías del bardo de Minessota a las que puso la instrumentación, las armonías vocales, el ritmo y muchas otras cosas mas herencia de los primeros Beatles. Pero todos ellos son otra historia.


Cuando fue gestado “Bringing It All Back Home” nuestro protagonista se encontraba aposentado en Woodstock, refugio personal de la presión de su frenética popularidad, dónde máquina de escribir en mano compuso cada una de las letras de su nueva creación, la música deambulaba por alguna parte de su inquieta cabeza. Con todo el nuevo material y decidido a enchufarse – tras registrar el día antes las versiones acústicas - llegó a los estudios de Columbia Records el 14 de enero de 1965 con un puñado de músicos de estudio con quienes ya había trabajado tres años antes. El ambicioso resultado fue editado en marzo de ese año en los EEUU y dos meses después en el Reino Unido y Europa. La revolución estaba servida...


El terremoto empieza en "Subterranean Homesick Blues", imaginativa, grosera, chulesca, provocativa y reivindicativa. De hecho se trata de una especie de rap rockero inspirado en el “Two Much Monkey Bussiness” de Chuck Berry. Para esta canción se rodó un famoso video en el que Dylan aparece en un callejón mostrando tarjetas con las palabras y expresiones contenidas en ella, a lo que algunos han considerado que es el primer video-clip de la historia.

La sigue la alborotada “Maggie ´s Farm”, su metafórica letra invita a una interpretación en clave clase obrera, aunque mas bien me inclino a pensar que habla de él y de las ataduras a las que le sometía la industria musical. Luego llegan otras como “She Belongs to Me” o “Love Minus Zero/No Limit” tiernas canciones de amor, en las que sus dulces palabras se entrelazan con la melosidad de su tonada. Y “Outlaw Blues” y “On The Road Again”, su versión mas roquera y forajida , la del Dylan de futuro, aquel que ya ha empezado a rendirse ante sus nuevos maestros Elvis Presley y Little Richard.

La cara eléctrica la cierra "Bob Dylan's 115th Dream", cuyo amago de arranque en medio de improvisadas risas se reemprende con toda la maquinaria engrasada al completo: su fabulosa banda de músicos rock (germen de los fabulosos The Band) perfectamente acoplados junto a la ronca voz de nuestro poeta soñador.

La cara B, íntegramente acústica, la abre el himno generacional que es “Mr. Tambourine Man”, delicia poética con cuerpo de canción, es la pieza estelar de la obra. La grandeza de sus versos es tal que no solo se ha dado motivos para ser estudiada en muchas universidades de los EEUU sino que ha sido santo y seña de los alegatos en favor de Dylan para concederle el premio Nobel de literatura.
La siguen “Gates Of Eden” profunda y filosófica y "It's Alright, Ma (I'm Only Bleeding)" trágica y pesimista. Aquí se ve el cantautor Folk que había sido, de la mano de su hábil punteado de guitarra y su cálido cantar.
Y para terminar la obra maestra "It's All Over Now, Baby Blue", otra maravilla mas que será igualmente versionada, un breve y elocuente tratado de las consecuencias nefastas de la guerra de cariz esperanzador.
  El disco fue recibido con los brazos abiertos por las radios y por los consumidores mainstream del rock, y a día de hoy sigue estando entre los mejores de siempre, lo mismo que sus dos continuaciones, que anduvieron por y aundaron en la senda marcada por este primero. Por desgracia la mayoría de sus hasta entonces fans, venidos de círculos políticos y universitarios, tildaron a Dylan de traidor al movimiento folk, rechazando con ira su giro artístico ya fuera quemando sus discos en público como abucheándole en sus directos, culminando todo ello en el concierto de Manchester Free Trade May de su gira europea de 1966 en dónde los gritos de un espectador llamándole “judas” han quedado ya para la posteridad.
  Para quienes impulsaban obstinadamente la revolución social, parecía lógico calificar de conformista a alguien que renunciaba ser su estandarte abandonando su lenguaje expresivo en pro de las nuevas tendencias. Lo triste del asunto es que mas equivocados no podían estar, ya que Dylan precisamente fue todo lo contrario, un gran inconformista, con su arte y en especial con el papel que le había sido impuesto, y lo único que quiso fue romper con las cadenas de su pasado para así poder explorar libremente nuevas formas musicales y estéticas, y en definitiva, para poder ser él mismo. Y a pasos de gigante que lo logró.

Por Àlex Guimerà

Mr. Tambourine Man

Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning
I’ll come followin’ you
Though I know that evenin’s empire has returned into sand
Vanished from my hand
Left me blindly here to stand but still not sleeping
My weariness amazes me, I’m branded on my feet
I have no one to meet
And the ancient empty street’s too dead for dreaming
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you
Take me on a trip upon your magic swirlin’ ship
My senses have been stripped, my hands can’t feel to grip
My toes too numb to step
Wait only for my boot heels to be wanderin’
I’m ready to go anywhere, I’m ready for to fade
Into my own parade, cast your dancing spell my way
I promise to go under it
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you
Though you might hear laughin’, spinnin’, swingin’ madly across the sun
It’s not aimed at anyone, it’s just escapin’ on the run
And but for the sky there are no fences facin’
And if you hear vague traces of skippin’ reels of rhyme
To your tambourine in time, it’s just a ragged clown behind
I wouldn’t pay it any mind
It’s just a shadow you’re seein’ that he’s chasing
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you
Then take me disappearin’ through the smoke rings of my mind
Down the foggy ruins of time, far past the frozen leaves
The haunted, frightened trees, out to the windy beach
Far from the twisted reach of crazy sorrow
Yes, to dance beneath the diamond sky with one hand waving free
Silhouetted by the sea, circled by the circus sands
With all memory and fate driven deep beneath the waves
Let me forget about today until tomorrow
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you

jueves, 26 de agosto de 2010

GRANDES DISCOS : Searching for the Young Soul Rebels (1980) por DEXYS MIDNIGHT RUNNERS :

¿ Un grupo de Soul arrasando en la Inglaterra de finales de los setenta y principios de los ochenta? ¿Ocho parias con gorros de lana, chaquetas de piel y pintas de estibadores portuarios copando las listas de éxitos del momento? Pues sí, así eran y así se las gastaban los Dexy´s Midnight Runners – su nombre se debe a unas drogas popularizadas por los mods en los sesenta- , quienes liderados por dos Kevins, Rowland (voz) y Archer (guitarra), fueron parte de una generación que se nutría de punk, ska y el revival mod.
Formados en 1978, en sus inicios abrazaron el punk y rock n roll callejero así como la estética skinhead, aunque pronto se fueron definiendo hacia el soul reclutando para ello a un trombón, a un saxo alto y a un saxo tenor, amén del bajo, guitarra, batería, voz y teclados. Precisamente el verdadero eje central del sonido de los DMR es la orgía de instrumentos de viento junto a la carismática, dramática y lacrimosa voz de Rowland la cual transmitía a la perfección la tristeza y la desazón pretendida.
El mismo Rowland, siendo el verdadero factotum de la formación, también era el núcleo de sus problemas, no sólo por mostrarse beligerante ante bandas coetáneas y sus posturas esnobs pseudo-inteleuctualoides, ni por su difícil trato con la prensa, o por hacer que Archer cambiara de nombre (por Al) al “no haber sitio para dos Kevins” en la agrupación, sino por ser la principal causa del abandono de varios de sus miembros. Según parece la concepción de banda que tenía Rowland como un todo integrado y autosuficiente se traducía en un liderato absolutista y tirano que rozaba lo patológico.
Además, después de fichar por EMI y tras registrar este LP, lideró el secuestro de los másters de grabación a fin de renegociar el reparto de los beneficios con la discográfica.
Afortunadamente tras este polémico incidente el álbum pudo dar a luz, alternándose con el lanzamiento de varios singles, la mayoría de los cuales fueron elegidos con poco acierto.
Lo primero que se oye de este “Searching for the Young Soul Rebels” es el sonido de una radio en busca de una sintonía, por el camino se tropieza con Deep Purple o Sex Pistols, parece una declaración rupturista con todo lo anterior. Lo que sigue son once pastillas soul, de entre las cuales hay auténticas sorpresas. Así, “Thankfully Not Living In Yorkshire It Doesn´t Apply”, que es un tema bailable mas pop que soul con sus falsetes y sus desesperados gemidos. O “Love Part One”, la nota freak del disco, que consiste en un parafraseo de un poema de contenido abstracto con el saxo de fondo. También “I´m Just Looking” y “I Could´nt I Help It If I Traed”, dos baladones que podrían pasar perfectamente por la Atlantic Records a no ser por el marcado acento británico de la voz de Rowland. Es lo que tiene cantar desde el fondo del alma, te desnudas y muestras quien eres con tus ancestros irlandeses.
O la dinámica “7 days too Long”, es un himno Nothern Soul, en el que suena el teclado de Mick Talbot colaborador de lujo y futuro miembro de Style Council, evidente enlace con el futuro abanderado del género Paul Weller.
Pero el tema central del disco es la pegadiza “Geno”, auténtica tralla soul dedicada a un soulman americano que se afincó en el Reino Unido en los años setenta, Geno Washington. Sus deliciosos cambios de ritmo con sus coros y por encima de todo la dramática forma de cantar de Rowland que se rinde a la sección de viento que recrea el sonido Stax como nunca.
Y cómo olvidarse de la festiva“There There My Dear”, desde su animoso “RRRRR!!!” antes de recitar una carta que en realidad es una crítica a la hipocresía a ritmo impregnante del viento.

Cabe decir que el verdadero momento cumbre de los DMR llegaría años mas tarde, con “Come On Eileen” y su “Duba-Duba-Yea!”, que ha hecho bailar a medio mundo y tararear a la otra mitad; con el disco “Too-Rye-Ay” que introdujo violines y elementos celtas a su música y un cambio de vestuario que pasó del estilo pandillero- estibador a granjero-trabajador de la revolución industrial, con aquellos característicos petos tejanos que tanto popularizarían. No obstante su mejor disco es sin duda este primero, pues aquí es dónde su soul inglés de clase trabajadora suena mas sincero que nunca.
Estamos en los inicios de la década de los ochenta en un Reino Unido que se hallaba inmerso en gravísimos problemas económicos y sociales. Mientras tanto sus juventudes se fueron refugiando bien en actitudes ska en busca de diversión y mestizaje o bien en actitudes punk abrazando la anarquía y la rabia como modo de vida y evasión. Y es en medio de todos ellos dónde se situaron los Dexys, quienes miraron hacia atrás para rescar el soul negro de los sesenta y hallar así refugio en sus llantos y sus almas rotas, sus jóvenes almas rebeldes.

Per Àlex Guimerà



GENO

Geno! Geno! Geno! Geno! Geno! ...
Back in '68 in a sweaty club
Oh, Geno
Before Jimmy's Machine and The Rocksteady Rub
Oh-oh-oh Geno-o
On a night when flowers didn't suit my shoes
After a week of flunkin' and bunkin' school
The lowest head in the crowd that night
Just practicin' steps and keepin' outta the fights
Academic inspiration, you gave me none
But you were Michael the lover
The fighter that wonBut now just look at me
I'm looking down at you
No, Im not bein flashIts what Im built to do
That man took the stage, his towel was swingin' high
Oh Geno
This man was my bombers, my Dexy's, my high
Oh-oh-oh Geno-o
The crowd they all hailed you, and chanted your name
But they never knew like we knew
Me and you were the same
And now you're all over, your song is so tame, brrrrr
You fed me, you bred me, I'll remember your name
Academic inspiration, you gave me none
You were Michael the lover
The fighter that won
But now just look at me
I'm looking down at you
No, Im not bein flash
Its what Im built to do
Oh Geno, Woh-oh-oh Geno-o
Oh Geno, Woh-oh-oh Geno-o

lunes, 16 de agosto de 2010


VIAJE A MEMPHIS (PARTE 1)

"GRACELAND"


Este año he cumplido unos cuantos sueños. Si bien el primero ha sido contraer nupcias con la persona que más quiero (mi mujer, Vanessa) el segundo supuso la culminación de un deseo que todo fan de Elvis tiene (o debería tener si se considera un verdadero seguidor del Rey): VISITAR MEMPHIS y, sobre todo, GRACELAND!!!!!

Y nada mejor que hacer el viaje de novios para rendir pleitesía al ser más grande que ha dado este planeta. ELVIS PRESLEY. Visitar su mansión, sus trajes, sus discos de oro, sus aviones, sus cadillacs, etcétera.

El día: el trece de julio de 2010. La ciudad, Memphis. El lugar, Graceland, a unos cuantos kilómetros de donde estábamos hospedados. La mañana se levantó lluviosa pero, a eso de las diez, las nubes desaparecieron. Acto seguido cogimos un taxi y nos plantamos en la mansión del Rey.




La llegada impresiona. Todo el tinglado montado parece una feria dedicada a Elvis. Música del rey sonando en la misma calle y el ambiente que te embriaga y te pones a mover el esqueleto, nervioso por lo que, pronto, va a suceder.

Recogido nuestro VIP PASS, y colgándonos el mismo del cuello, nos dirigimos a la casa del Rey con un guía. Nos bajamos del pequeño autocar que te traslada a la puerta de la entrada y ahí estaba ….GRACELAND!!!




Qué estampa tan bonita!!!! La casa no es un palacio pero tiene un no sequé que la hace entrañable. Realmente estar allí emociona y te sientes realizado. Valió la pena las más de 12 horas de vuelo desde Barcelona hasta esta bella ciudad.

Bueno pues ya estábamos allí. Después de una pequeña charla en el porche de la entrada, nos adentramos en la casa y nos conectamos los cascos que nos entregaron. Éstos sirven de visita guiada por dentro de las diferentes estancias de la residencia.

Al entrar, una pequeña sala de estar a la derecha, con un bonito piano. Y a la izquierda, una mesa comedor para ocho comensales. Lástima que la parte de arriba (dormitorios de Elvis y de los invitados, junto con el deseado lavabo donde se le encontró sin vida) estaba cerrada al público. Mira que le dije a mi mujer que intentara llamar la atención para colarme arriba, pero no me hizo caso (jejeje).




Eps, al grano. Al lado del salón principal se encontraba la cocina, antigua pero muy mona y bien conservada. Pensad que es una cocina de los años 70. Pero tenía todo lujo de detalles: hornos, lámparas, vajillas, etc.




A continuación, bajando unas escaleras, nos llevaron a un bonito salón relax y a la zona donde Elvis veía la tele, a lo grande, con tres pantallas y escuchaba música. Antes, a continuación de la cocina, había una habitación con una mesa de billar en perfecto estado.




Saliendo de la mansión, por la derecha, nos dirigimos a una casita anexa, que era donde vivía Vernon, el padre de Elvis. Muy cuco, por cierto, pero pequeñito.

Y acto seguido, nos dirigimos a una sala que es donde están expuestos todos los discos de oro, trajes y demás pertenencias del rey. Un enclave fantástico y alucinante donde se respira Elvis por todos los poros de tu cuerpo. Trajes de las primeras películas, certificados de nacimiento (no vi el de defunción), infinidad de discos, multitud de trajes utilizados tanto en sus peliculas como en sus conciertos, y un largo etcétera.







Después de metros y metros, pasillos y más pasillos de memorabilia, llegamos a una sala enorme donde se encontraban los discos de oro y los trajes más significativos de Elvis. Una pantalla colgada reproducía el Aloha from Hawai. El ambiente preysleriano que emitía esa habitación no se puede describir con palabras. Las imágenes hablan por si solas.











A continuación, saliendo por detrás de la casa, nos encontramos de bruces con la piscina en la que Elvis tomaba el sol y se daba sus bañitos. Es pequeña pero mona.






Anexa a la mansión había una pequeña casa de relax. Un banco para hacer abdominales, un ping ball y un espacio para deleitarse con los amigos tocando el piano y componiendo temas en el más absoluto silencio. A saber cuantos temas han sido creados allí.




Bueno, seguro que me he saltado algo. La memoria no es perfecta. Pero de lo que no me olvido, ni me olvidaré, es lo que vimos acto seguido. The Rest Garden o el jardín del descanso. Un gran Jesús, con la palabra PRESLEY en su base, vigila el jardín donde se encuentran enterrados: Jesse Aron, hermano gemelo de Elvis que nació muerto; Gladis, madre de Elvis; Vernon, el padre; Minnie Mae, abuela del rey y ELVIS PRESLEY. Momento más que emocionante. Estaba delante de la tumba del Rey. Rindiendo pleitesía.














Y hasta aquí la visita a Graceland, de manera muy resumida. Acto seguido el bus nos llevó nuevamente al tinglado inicial. Allí continuamos con el “Elvis Tour” y nos dirigimos a ver el Lisa Marie, avión privado del rey.





Por dentro se nota que pasan los años. Lavabo privado de oro. Sillones de piel antigua y hasta una cama donde dormía entre viaje y viaje.

Otra visita increíble fue la de los coches que el rey tenía. Entre ellos, Mercedes, Cadillacs, Rolls Royces, y como no, alguna Harley. Fantásticamente conservados pese al paso del tiempo.







También debo destacar todas las tiendas de merchandising que hay. Puedes encontrar cualquier cosa de Elvis en esas tiendas. Yo, lo reconozco, arrasé en compras. Lo bueno es que cada exposición (coches, 68 comeback special, 75 anniversary,...) iba acompañada de su stand particular de merchandising. Una verdadera locura!!!


Bueno, a grosso modo, así fue mi fantástica e inolvidable visita a Graceland. Un día que, acompañado de mi mujer, disfruté como un crío. Para todos aquellos amantes de la música, recomendarles la visita a Graceland. Y para los que se denominan fans de Elvis, recordad: hasta que uno no visita Graceland no puede sentirse verdadero seguidor del Rey. Hay que escaparse y visitar tan bello enclave. Hacedme caso. Nunca os arrepentiréis y lo recordaréis de por vida, como me pasa a mí.

Tampoco me olvido de la fecha en que cuelgo este reportaje: el 16 de agosto de 2010. El 33º aniversario de la muerte de Elvis. Sirva el precedente para mi más sentido y emotivo homenaje al que fue, es y será el REY DEL ROCK’N’ROLL: ELVIS ARON PRESLEY. (You’re always on my mind).





By Rocker3103

lunes, 2 de agosto de 2010

GRANDES DISCOS : Machine Head (1972) por DEEP PURPLE

El 4 de diciembre de 1971 los miembros de Deep Purple se encontraban en la localidad helvética de Montreaux y se disponían a grabar lo que tenía que ser su sexto álbum eludiendo así las tasas e impuestos que les hubiera supuesto realizar dicho proceso en un estudio de grabación de su Reino Unido natal. Para ello habían alquilado el “Rolling Stone Mobile Studio” - estudio de grabación móvil propiedad de los Stones utilizado también por Led Zeppelín, Fleetwood Mac y Bob Marley, entre otros - que había que montar en el Auditorio del Casino después del concierto de Frank Zappa y sus "The Mothers Of The Invention". Con todo, esa misma noche, el quinteto acudió a ver dicha actuación como invitados especiales, en un momento dado del cual uno de los asistentes encendió una bengala que prendió fuego muy rápidamente en el techo del auditorio, teniendo que ser este inmediatamente desalojado. Un papel importante en la historia la tuvo el director del Montreux Jazz Festival, “Funky Claude” (Claude Nobs), quien ayudó a varios espectadores a escapar del incendio. El edificio se quemó en su totalidad dejando una imagen para la posteridad con las llamas y la espectacular humareda sobrevolando las placidas aguas del lago Geneva, lo que el bajista Roger Glover denominó con brillantez “Smoke On The Water”. Posteriormente Ian Gillan completaría una letra en la que se relataba el incidente así como el proceso de grabación en Suiza. La música estaba ya compuesta.
La grabación finalmente se realizó de modo imporvisado entre la incomodidad de los pasillos y habitaciones del Grand Hotel de Montreaux, que en esos días se encontraba bastante desocupado, ya que no encontraron ningún otro lugar disponible para instalar el equipo cuyo elevado coste de alquiler lo aceleraba todo.


El larga duración, se completó además de la nueva y sorprendente canción por seis cortes mas que se grabaron entre los días 6 y 21 de diciembre dando como resultado el que quizás fue el mayor hito de la banda, tras dos grandes obras “In Rock” y “Fireball”.
Los Purple, considerados como pioneros del heavy metal - con el permiso de Black Sabath, Steppenwolf, Blue Cheer y Led Zeppelín - , en aquella época estaban compuestos por su segunda formación con Ritchie Blackmore a la guitarra, Ian Gillan a la voz, Jon Lord a los teclados, Roger Glover al bajo y Ian Paice a la batería. Esta agrupación, conocida como Mark II y sin duda la mas prolífera y exitosa de su carrera; fue capaz de ofrecer en este álbum un sonido novedoso que marcaría sendas para futuras generaciones de hard rock.
La caja de los truenos la abre “Higway Star”, con el bajo marcando el ritmo a golpes (algo tan característico del metal rock) y los gorgoritos de Gillan que se cruzan con los virtuosismos de guitarra y teclados y sus descontrolados solos, todo ello bajo una potente batería que alterna la línea rítmica con lucimientos a base de potentes redobles. La letra es una oda a la libertad que produce la velocidad motorizada por las autopistas. Es, sin lugar a dudas, uno de los mayores éxitos del grupo.
En “Maybe I´M a Leo” se atemperan los ánimos para dar lucimiento a la voz prodigiosa (y equiparable a la de Robert Plant) de Ian Gillian y al órgano de Lord, miembro imprescindible del sonido Purple.
“Pictures Of Home” recupera el tono inicial y acelera el ritmo, con iguales fórmulas, base rítmica del bajo, solos, gritos, batería vertiginosa y mucha fuerza.
“Never Before” es una canción de desamor, y es lo mas parecido al rock sureño del disco, menos dura que las otras, y con instantes que pueden recuerdar a los Lynyrd Skynyrd.
La llama crece con “Somoke On The Water”, quintaesencia del rock, y considerada por muchos el mejor riff de la historia, forma parte de la cultura popular ¿Quien no reconoce las notas iniciales o qué guitarrista primerizo tarda en tocar sus notas? Poco queda que decir de esta maravilla o himno del rock cuyo éxito ha superado al de la banda.
“Lazy” es una orgía de sonidos de mas de siete minutos, en la que los instrumentos se entrelazan a las mil maravillas al estilo “jam seasion rockanrollero” con largos pasajes instrumentales, pegajosa melodía y un ritmo autoritario desplegado que es de todo menos perezoso. Ah! Y la harmónica como artista invitado.
En “Space Truckin”, la última pieza del álbum, el rasgueo de guitarra vuelve a estar que arde, pero no es menos el estribillo que recita “Come On Let's Go Space Truckin!” que evoca a la temática del espacio y la galaxia, algo que los grupos de los setenta recurrieron con bastante frecuencia.
Tras el enorme éxito que supuso este “Machine Head” (el título hace honor a las clavijas del bajo de Roger Glover) tanto en las listas británicas, dónde se llegó al número 1, como en las estadounidenses, con varias semanas en el top10, los Deep Purple se embarcaron en una agitada y larga gira alrededor del mundo que no sólo dejó diferencias irreconciliables entre varios de sus miembros sino también un maravilloso disco en directo “Made In Japan” en el que se demuestra la fuerza, el talento, la espontaneidad y la capacidad de improvisación que tenían, y cuya máxima expresión es la canción y el riff que les ha hecho inmortales.
Por Àlex Guimerà


Smoke On The Water
We all came out to montreux
On the lake geneva shoreline
To make records with a mobile
We didn’t have much time
Frank zappa and the mothers
Were at the best place around
But some stupid with a flare gun
Burned the place to the ground
Smoke on the water, fire in the sky
They burned down the gambling house
It died with an awful sound
Funky claude was running in and out
Pulling kids out the ground
When it all was over
We had to find another place
But swiss time was running out
It seemed that we would lose the race
Smoke on the water, fire in the sky
We ended up at the grand hotel
It was empty cold and bare
But with the rolling truck stonesthing just outside
Making our music there
With a few red lights and a few old beds
We make a place to sweat
No matter what we get out of this
I know we’ll never forget
Smoke on the water, fire in the sky

martes, 20 de julio de 2010

SOLOMON BURKE live at Apolo (Barcelona 15-07-10)

¿Puede haber algo mas emotivo que ver a una auténtica leyenda viva del Soul septuagenaria de mas de 200 kilos de peso postrada en silla de ruedas repasando la “creme de la creme” de la música negra de mediados de siglo pasado? Si además su nombre es Solomon Burke y resulta que es uno de los últimos supervivientes de la gran familia que fue la Atlantic Records y miembro del Music Hall Of Fame, no me queda duda alguna.
Pero ello no es lo que mas me impactó del concierto que dio el Rey Solomon el pasado jueves 15 de julio en Barcelona sino mas bien otras cosas. En primer lugar, como rey del Rock N´Soul que es no solo estuvo todo el rato sentado en un espectacular trono sino que se dio a sus súbditos a lo largo de todo el recital, regalando besos, rosas, camisetas y collares a medio auditorio, y a todos su imponente carisma, humanidad y simpatía. Además quiso recordar a otros reyes al mencionar a sus grandes amigos y compañeros de profesión, muchos de ellos ya fallecidos: Joe Tex, Percy Sledge, James Brown, Sam Cooke, Aretha Franklin, Wilson Picket, Otis Redding... Como también agradeció nuestra hospitalidad, felicitó a España por el reciente mundial logrado y elogió la “fabulosa comida” y la “gente fantástica” por las veces que había estado ya en Barcelona.
También me fascinó la autenticidad y el gran nivel musical que desplegó tanto su banda como él, cuya voz permanece intacta e igual de potente que 50 años atrás y adaptable a las necesidades de los temas interpretados. De lo que pude gozar es de auténtico poderío Soul sin edulcorantes ni falseamientos de nueva cuña cuyo máximo exponente puede ser Eli Paperboy. Esto es, la credibilidad de sentir lo que cantas porqué te toca de cerca, porque has estado allí cuando ese estilo de hacer música se reivindicó, porque has vivido las locas giras por EEUU de los sesenta y porqué has sido víctima y has luchado contra la segregación racial y las injusticias para los tuyos.
La mencionada banda de apoyo estaba formada por un pianista –enorme guiño el doble de Ray Charles -, un órgano, dos violinistas (por sus raíces Country), bajo-guitarra-batería, y la ineludible sección de viento con dos saxos y trompeta, así como las dos coristas, que en este caso alternaban de asistentes al soulman de Philadelphia, velando constantemente por su estado, secando el sudor, dándole agua,...
Si uno se para a pensar mercantilmente sobre el concierto las cuentas no le salen: con unos casi 500 espectadores en la sala que habían abonado los 20 euros de coste de la entrada y habiendo que pagar a los 12 músicos de acompañamiento, mas los múltiples regalos que ofreció, mas intermediarios y promotores, la sala Apolo, etc. no estábamos precisamente ante el negocio del siglo sino mas bien ante un acto de enorme generosidad para y por la música y el público. Una generosidad que estuvo presente en todo el evento, por actitud y entrega y por el talento desmedido.
Si en cambio, nuestro planteamiento del concierto se basa en lo metafísico concluiremos que el alma es un ente autónomo del cuerpo y que esta es capaz de por si sola mover montañas. Que alguien de setenta años en silla de ruedas y con obesidad mórvida pueda ofrecer tal derroche de energía y tal maravilloso espectáculo debe ser porque su enorme espíritu le impulsa a ello, quizás porque es lo único que sabe hacer y siempre lo ha hecho o porqué es su razón de ser y lo que le impulsa a seguir el camino.
Pero centrémonos en el setlist, ya que fue un fabuloso repaso de música negra. A sus exitosos clásicos como Cry To Me, Proud Mary (robado de la Creedence), Down In The Valley o la archiconocida Everybody Needs Somebody to Love, añadió los de Ray Charles (Georgia on My Mind), Otis Redding (Sittin' On The Dock of the Bay), Ben E. King (Stand By Me, Spanish Harlem), Wilson Picket (Mustang Sally, In the Midnight Hour), Sam Cooke (A Change Is Gonna Come), Fats Domino (Blueberry Hill), Little Richard (Lucille, Tutti Frutti), Gloria Gaynor (I Will Survive cantada por una de las coristas), Curtis Mayfield (la tradicional Amen) y Louis Amstrong (What a Wonderful World). Imposible dar mas, simplemente colosal.
Mas de treinta canciones, tocadas cada una de manera especial, y enlazadas algunas en pupurris o meddleys, como ustedes quieran, en los que hizo cantar al público, subir a gente al escenario a bailar (de nuevo el fotógrafo barcelonés Flowers se apuntó a la fiesta con sus bailes a lo Chiquito), y en definitiva enloquecer a todo el que por allí se hallaba. Si hubo alguien que se resistió a bailar, vociferar o aplaudir fervorosmanete, que me lo presenten, quizás estemos ante el ser mas frío del planeta. Y todo ello en poco mas de hora y media.
Y el fin llegó con una discreta y complicada marcha, en el que había que disimular su cambio a la silla de ruedas, quedando la última canción en el ambiente, la tradicional When the Saints Go Marching In, coreada por el respetable como reclamo de un bis que nunca llegó por razones obvias, pero que de buen seguro el artista habría hecho desde el fondo de su alma.
Por Àlex Guimerà

viernes, 9 de julio de 2010

CHRIS ISAAK a l´ Auditori ( Barcelona ) 30/06/10


El polifacètic músic Chris Isaak va visitar Barcelona el vespre del passat dia 30 de juny oferint-nos un deliciós concert, el darrer de la seva particular “Spanish Tour” després del sorprenent aperitiu dels “Arizona Baby”, astut nom per a un talentós i pelut trio acústic (dues guitarres i percusions) vinguts de Valladolid per tocar rock sureny al més pur estil nordamericà.
L´ espectacle ens havia mobilitzat a un espai tant poc habitual per a audicions de rock n roll com és L´Auditori, bonic i còmode, em va semblar un ideal emplaçament per tal suculent plat principal.
Així, i enmig d´ una enorme expectació després de més de 15 anys d´ absència a la nostre ciutat, cap a dos quarts de deu va aparèixer primer la banda - fidel doncs acompanya al músic i ocasional actor de des de fa més de 25 anys- i al seu darrere el nostre protagonista lluint un llampant vestit color blau cel de tall preslerià, inclús diria proper a l´ estètica dels Flying Burrito Brothers.
L´ inici amb quatre clàssics del seu cançoner, “Lonely With A Broken Heart”, “Dancin´”, “Two Hearts” i la monumental “Somebody´s Crying” van evidenciar de forma immediata la força rockanrollera i l´ inesgotable carisma del grup. També que la impressionant agudesa i versatilitat vocal que desplega Isaak a les seves gravacions no són cap impostura. De seguida, els primers speakings i conyes de la vetllada de l´ artista de 54 anys, segurament tal i com deu fer en el seu late show televisiu. Després, una versió de “Love Me Tender” emulant al seu clar ídol i referent Elvis. Aquest tema el va cantar entremig d´ un públic embogit – personalment he de dir que el vaig tenir a tocar- arribant fins la segona graderia, un truc que li ha robat el polifacètic Gabino Diego pels seus espectacles teatrals.
El dinamisme del concert es va basar en contrastos escènics, intercalant balades (guitarra acústica) amb peces més canyeres (guitarra elèctrica), i amb les constants bromes, jocs i coreografies de la banda notant-se el rodatge i el bon feeling intern. Tampoc van faltar temes del seu nou i refrescant treball “Mr. Lucky” com són “Cheater´s Town”, “You Don´t Cry Like I Do”, “We Let Her Down” i “Best I Ever Had”. I entremig un moment de pell de gallina “Wicked Game”, potser una cançó un punt queca i massa sobada però que en viu feia les delícies de l´ espectador: perfectament executada i demostrant lo poderoses que són les seves cordes vocals. Un altre bon moment va ser l´ homenatge al perdut James Brown, recordant com l´ havia conegut i robant-li “I´ll Go Crazy”.

També ens va oferir altres hits propis com la diabòlica “Speak of The Devil” o la popera “One Day”, un set acústic a base de “We lost our way” i “Take my heart” o la posada en escena gospel de “Worked Out Wrong” amb els músics fent de cor eclesiàstic. Realment divertit.
I així fins el punt i apart amb “Baby Did a Bad Thing” sonant vigorosa però misteriosa i acompanyada de tot el protocol de la presentació dels músics a mode d´ acomiadament.
Després d´ uns pocs segons de descans, la progressiva tronada dels músics va permetre al solista canviar-se i posar-se un trajo de miralls per tocar dos pesos pesants del seu arsenal “San Francisco Days” (amb la tornada cantant “Barcelona Days, Barcelona Nights”), “Bule Hotel” i la ensopida “Forever Blue”, com també el clàssic de Roy Orbison “Pretty Woman” cantada a la perfecció, qui millor sinó. Personalment em va encantar “Blue Spanish Sky” balada melodramàtica interpretada amb una ambientació i il·luminació òptima.
De nou un segon i desmadrat bis començat a toc de blues i amb solos de guitarra, teclat i bateria, va acabar amb diverses noies del públic ballant damunt de l´escenari, i amb un infiltrat Flowers (sembla ser que és un reconegut fotograf) els balls del qual semblaven més al Chiquito de la Calzada que a qualsevol cosa.
I a l´ acabar, miro el rellotge i veig que amb prou feines ha tocat dues hores. I ens havia donat tant...Però amb una equació sense resoldre en l´ ambient: Crooner, showman, rockabilly, sex simbol .... quin era el qualificatiu exacte per definir a qui haviem vist? Qui lo sá. En fi, un concert fabulós, ja pels músics com pel repertori, amb un plus d´ energia, carisma i show que no crec que ningú dels allí érem hagués previst abans de començar. Llarga vida al rock!

Per Àlex Guimerà

lunes, 28 de junio de 2010

BOB DYLAN al Poble Espanyol (Barcelona) 24/6/10

Geni i figura fins a la tomba. Així és Bob Dylan i així ens l´ hem de prendre, no concebo altre manera de fer-ho. Amb aquest tarannà ha escrit algunes de les pàgines més importants de la història de la música contemporània i el llistat d ´ himnes que han sorgit de la seva inquieta ment resulta incalculable. La seva llegenda s´ ha forjat a base de talent a dojo, constant autoreinvenció i sobre tot un enorme inconformisme artístic i social. I amb aquests elements va passant els anys, composant noves cançons, gravant nous discos amb certa asiduitat, i actuant en directe en la seva infinita gira “Never Ending Tour” que va iniciar al 1988 i que per fortuna l´ ha dut ja unes quantes vegades al nostre país. En directe, no cal dir-ho, segueix fidel a la seva personalitat camaleònica, d´ artista en constant evolució, redefinint els seus temes per no caure en l´ estancament i realitzant-se com a músic sense ser víctima dels paranys del mainstream.
Així va arribar a Barcelona el passat dia 24, l´ escenari escollit de nou va ser el Poble Espanyol, sembla ser que per ser a l´ aire lliure i perquè l´ acústica és de bon grat del de Minnesota, i ja van tres .Vora d´ uns 5.000 espectadors, lluna plena i un Montjuic a petar de fons, en el dia de Sant Joan, resulta un immillorable entorn.
Amb tot, la banda apareixia a les tres quarts de deu, en Bob el darrer de tots, vestit com si fos un policia del Canadà i lluint un barret de color blanc que podria passar perfectament per cordovès. Com sempre no va saludar ni va fer cap mostra d´ agraïment al llarg del concert. Dubto si és perquè és un esquerp o bé per la seva timidesa.
De seguida vaig poder adonar-me de com cascada i ronca té la veu, després de tanta gira i tanta mala vida acumulada a les seves esquenes, realment costava entendre el que cantava. L´ inici va ser molt prometedor, una força fidedigne “Rainy Day Women #12 & 35” del Blonde On Blonde em sembla una gran elecció per entrar, va sonar pletòrica i triumfal, amb un Dylan als teclats que va abandonar per atacar la guitarra (elèctrica), la veritable eina de la seva poesia. Va seguir-la tocant quan va sonar la hispànica “Señor” de l´Stret Legal del 78 i la també setantera “Watching de River Flow “, allargades pel potent arsenal de músics que acompanyava a l´ autor de “Subterranian Homesick Blues”. Els vells rockers mai moren.
El segon clàssic de la nit, “Just Like A Woman”, una mica desfigurada però immediatament corejada pel respectable va donar entrada als temes de nova factoria del Time Out Of Mind del 97 (“Cold Irons Bound” i “Love Sick”), del Love And Theft del 2001 (“High Water” i “Honest With Me”) i del Modern Times del 2006 (la jazzística “Spirit Of The Water” i la rockanrolera “Thunder On The Mountain”) amb autèntiques exhibicions d´ harmònica, guitarra i arpa. Es notava com disfruta tocant. Entre mig va intercalar una versió del clàssic “Girl Of The North Country” altre cop amb l´arpa i “Tanglet In Blue” del Blood On The Tracks.
El final abans dels bisos, a l´igual que l´inici per mi va ser de lo millor, amb el blues “Ballad Of A Thin Man” en que va recrear el clima misteriós i vengatiu en que va composar-la. Boníssima.
Els bisos van venir de la ma d´un “Like A Rolling Stone” un pel distorsionada i melòdicament “corregida” pel públic que la cantava entregat al seu creador, “Joline” del seu darrer disc i després de presentar als membres del seu grup una oculta “Blowin´In The Wind” que va deixar a la meitat del públic sense reconèixer-la i l´ altre meitat del tot desconcertat. El que hem dit, geni i figura.
I d´ aquesta manera van acabar dues hores clavades de rellotge de bona música refrescades per la meravellosa nit d´ estiu que ens acompanyava.
Si em paro a pensar quin va ser el meu sentiment després de veure a Bob Dylan diré que va valdre la pena, doncs ell és un referent per la música i per mi en especial, i va oferir un autèntic recital de rock´n roll del millor, on les cançons van sonar potents amb una gran banda d´ acompanyament. No obstant no seria sincer si obviés que en acabar va invadir-me una mena de frustració, frustració per no haver pogut gaudir dels seus himnes de la manera en que els va concebre i de la manera en que m´ han arribat al llarg dels anys, ni de poder-ne gaudir de molts més, doncs en té tants... Una mena de frustració per no haver-me pogut emocionar com ho he fet amb els seus discos i també pel fet que ell no m´ hagués pogut transmetre res més que la seva forta personalitat. En acabar em poso a imaginar en com hagués estat un concert molt més comercial amb “Blowin In The Wind”, “The Times They´re A-Changing”, “When the Ship Comes In” o “Mr. Tambourine Man” en format acústic i ell amb l´ harmònica penjada, o “Like A Rolling Stone” més fidel a la original, o joies de la talla “Shelter From The Storm”, “All Along The Watchtower”, “Hurricane”, “Knocking On The Heaven´s Door”, “Forever Young” o “I Want You” (per dir algunes poques) caient una rera altre als meus oïdes en cascada pres del deliri...
En fi, a aquestes alçades de la pel·lícula queixar-se o exigir alguna cosa a un concert de Bob Dylan suposaria que n´ ho he entès res de res i que no he acceptat com i qui és el personatge en qüestió, ja ho sabia abans d´ anar-hi i ho sé ara un cop que ja ha passat. Un geni sempre serà un geni. De totes maneres per somiar que no quedi.



MEMBRES DE LA BANDA: Stu Kimball (guitarra), Charlie Sexton (guitarra), Donnie Herron (banjo, pedal steel, lap steel), Tony Garnier (baix) i George Recile (bateria).

SETLIST:
1. Rainy Day Women #12 & 35 2. Señor (Tales Of Yankee Power) 3. Watching The River Flor 4. Just Like A Woman 5. High Water (For Charley Patton) 6. Tangled Up In Blue 7. Honest With Me 8. Girl Of The North Country 9. Cold Irons Bound 10. Love Sick 11. Highway 61 Revisited 12. Spirit On The Water 13. Thunder On The Mountain 14. Ballad Of A Thin Man

BISOS: 15 . Like A Rolling Stone 16. Jolene 17. Blowin' In The Wind



Per Àlex Guimerà

viernes, 25 de junio de 2010

PAUL MCCARTNEY RDS Arena Dublin 12/6/10



A Paul McCartney se le perdona todo: los liftings, los pelos teñidos, las mediocres cancioncillas de videoclips pretendidamente artísticos con Natalie Portman haciendo bailoteos absurdos. Se le perdona todo, no sólo por ser el responsable de casi el 50 % del repertorio del mejor grupo de la historia sino también porque a sus 68 años, multimillonario y habiendo superado con creces los límites del éxito que una persona puede llegar a alcanzar en su vida, sigue empeñado en subir a los escenarios y hacer felices a las multitudes que se amontonan a celebrar su talento en cada una de sus conciertos.
2 horas y 45 minutos de felicidad fue exactamente lo que ofreció el pasado sábado 12 de junio en Dublín, antes de partir hacia la isla de Wight, hacer parada por Escocia e Inglaterra y cruzar el charco para embarcarse en una extensa gira que le llevará por los Estados Unidos y por Canadá.
Ataviado con una elegante chaqueta con el característico cuello Beatle sobre una camisa blanca con tirantes, aparece con más de una hora de retraso (¿Y esa puntualidad británica, Paul?) y abre el concierto con 2 canciones de sus épocas con The Wings: “Venus and Mars/ RockShow” y “Jet”, y ya muy pronto, empieza a darnos lo que queremos: "All my loving", tan sencillamente espléndida como siempre, "Got to get you into my life" o "The long and winding road", con su piano y su poesía, arrastrados por la brisa del anochecer dublinés y empañando las miradas de los más fanáticos. Tras algunas de sus canciones en solitario como "Highway" o "Let me roll it" les llega el turno a "My love", la bonita balada para Linda, y luego "I'm looking through you", "Two of us" (¡maravillosa sorpresa!) y "Blackbird", que tal y como explica, fue escrita en plena época de lucha por los derechos civiles de la población negra ("bird" es un término coloquial que utilizan los ingleses para llamar a las chicas)."But times have changed now, we have a black president!" reflexiona en voz alta, y a todos nos viene a la cabeza el concierto que dió hace poco en la Casablanca y que emitieron todas las televisiones del país en las que se veía a Obama cantando animadamente las canciones del ex beatle. Y sí, eso de que una estrella del rock se codee con políticos y millonarios hace tufo, pero como ya he dicho, a McCartney se le perdona todo.



Continua con "Here today", que, nos cuenta: "habla sobre decirle a las personas lo que sentimos antes de que sea demasiado tarde", y que, por supuesto, dedica a su amigo John. Aparecen en las pantallas imágenes de un joven Lennon riendo y haciendo el burro y de nuevo, a algunos, a los más idólatras, o a los más idiotas, que cada uno lo llame como quiera, se nos asoma la lagrimilla, porque por mucho que pasen los años, hay pérdidas que nunca dejarán de pesar. La sigue "Dance tonight", el single de su último disco que tanto me había desagradado en un principio y al ritmo de cuyo ukelele me sorprendo cantando animada y comentando: "hombre, tampoco está tan mal" para culminar con un desconcertante "a ver, la verdad es que es bastante buena", tal es el efecto subidón que produce el ex beatle y su maravillosa interpretación.
Tras Mrs Vanderbilt llega “Eleanor Rigby” y su melancólica reflexión acerca de las gentes solitarias, y luego, sin darnos tiempo de recuperarnos, nada más y nada menos que "Something". Empieza de manera algo decepcionante, a ritmo de ukelele, como homenaje a George (al que le gustaba mucho este instrumento). Sin embargo, cuando estoy a punto de criticar estos arreglos por haberse cargado la dulzura y la delicadeza de la versión original, ¡sorpresa! empieza a sonar el característico punteo de Harrison que da paso al "Something" que conocemos, y este repentino encuentro con la obra maestra del Abbey Road, resulta aún más emocionante si cabe al llegar de manera tan inesperada.


La sigue “Sing the changes”, del disco experimental que sacó junto con el productor Martin Glover bajo el nombre de The Firemen, el éxito de The Wings "Band on the run" y a partir de entonces y hasta el final del concierto no nos da tregua. El cachondeo de Ob-la-di Ob-la-da, el genial rock'n'roll de “Back in the URSS”, el lado más soul de “I gotta Feeling”, los afinadísimos coros de “Paperback Writer” y la experimental “A day in the life”, la obra maestra de John con las logradas distorsiones de George Martin, interpretadas por Paul y su banda más de 40 años después y manteniendo intacta su evidente calidad. Enlaza ésta última con un inesperado y siempre animado “Give peace a chance” y entonces llega uno de los puntos álgidos de la noche (otro más de los muchísimos que ha tenido, quiero decir): Paul se sienta al piano y se pone con el “Let it be”, siempre insuperable, siempre sobrecogedora. Y es aquí cuando las palabras no son suficientes ya que ningún grandilocuente adjetivo que pueda yo redactar ahora le haría justicia al sentimiento que le embarga a uno al escucharla en directo.
Llega “Live and let die”, con su nostálgico inicio desembocando en un espectacular y precioso juego de fuegos artificiales que estallan en la noche y dan paso a su frenético estribillo instrumental. Luego, otra de sus maravillas al piano y de nuevo, me quedo sin palabras: “Hey Jude”, tan dulce, tan sublime, tan sencilla y llena de trascendencia al mismo tiempo. Culmina la melodía, por supuesto y como no podía ser de otra manera, con su arrastrado y entrañable coro final, cantado por una multitud entregada y dirigida por un simpático Paul que va orquestando con alegría (now only the ladies.. now only the fellas.. now all together!).
Llega el momento de los bises, y durante los momentos en los que el escenario se queda vacío, respiramos hondo, e intentamos recuperar el aliento y nos miramos todavía fascinados, conscientes de estar viviendo algo que recordaremos para siempre. Pero aquello dura poco: tras unos segundos aparecen con “Day Trippe”r y las reflexiones se van a la porra al son de su característica línea de bajo. Las siguen “Lady Madonna” y “Get Back”, tras la que el grupo hace reverencias, saluda y se despide: parece que realmente el concierto ha llegado a su fin. Nos quedamos esperando a oscuras con la sospecha de estar haciendo el tonto pero con un resquicio de nerviosa esperanza: puede que vuelvan a salir. Y efectivamente, así lo hacen, tras dos largas horas de concierto, el multimillonario de 68 años nos ofrece un segundo bis.

Sale Paul sólo con una guitarra, y nosotros sonreímos felices, porque sabemos bien lo que toca ahora: “Yesterday”, por supuesto, inmortal, única. Luego un cambio radical: la desgarradora y sorprendentemente moderna para su época “Helter Skelter” y finalmente, el “Sgt Pepper’s” en su versión reprise, enlazada con el “The End” que cierra el Abbey Road, y a la vez, este insuperable concierto.
“And in the end the love you take is equal to the love you make”, nos canta Paul con su voz suave, antes del triunfal y emocionante guitarreo final. Y no le falta razón. Sigue dándonos amor Macca, que nosotros continuaremos devolviéndotelo con la devoción y el cariño que te mereces.


Por Elisenda Hdez. Janés.

SETLIST:

1. Venus and Mars / Rockshow 2. Jet 3. All My Loving 4. Letting Go 5. Got To Get You Into My Life 6. Highway 7. Let Me Roll It 8. The Long And Winding Road 9. Nineteen Hundred and Eighty Five 10. Let ‘Em In 11. My Love 12. I'm Looking Through You 13. Two Of Us 14. Blackbird 15. Here Today 16. Dance Tonight 17. Mrs Vandebilt 18. Eleanor Rigby 19. Something 20. Sing The Changes 21. Band On The Run 22. Ob-La-Di, Ob-La-Da 23. Back In The USSR 24. I’ve Got A Feeling 25. Paperback Writer 26. A Day In The Life / Give Peace A Chance 27. Let It Be 28. Live And Let Die 29. Hey Jude

BISES: 30. Day Tripper 31. Lady Madonna 32. Get Back

BISES 2 : 33. Yesterday 34. Helter Skelter 35. Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band / The End