lunes, 30 de mayo de 2022

SUEDE: "Comming Up Tour" en Sala Razzmatazz 19 de mayo de 2022:

                               

Corría el año 1996 y el Brit Pop se encontraba en pleno apogeo. Blur, Oasis y Pulp habían sacado discos plagados de singles de estribillos pegadizos que conectaban con una generación de veinteañeros que miraba hacia el Reino Unido para sentirse cool y moderno. A la sombra se encontraban unos londinenses imberbes, llamados Suede, que habían aparecido de manera contundente en los Brit Awards de 1993 tras publicar un debut en aquel mismo año que nadaba entre la energía punk y el glam pop, que lejos de beber del pop de los sesenta sus influencias iban desde David Bowie a los Smiths. A aquel primer álbum le sucedió el formidable "Dog Man Star" (1994), más maduro y plagado de bellas melodías, baladas trágicas, letras densas, pop melodramático y un universo que demostraba que nos encontrábamos ante una formación de época a pesar de que no acababa de encajar en el movimiento en el que les ubicaban.

                                 

Y los problemas llegaron con la marcha del artífice del sonido particular de su guitarra y uno de los dos compositores, Bernard Butler. El abandono llevó al cantante y otro líder de la formación, Brett Anderson, a tener que reinventarse. Para ello fichó a un joven guitarrista de 19 años llamado Richard Oakes e incorporó a la formación a un teclista (Neil Coding) para darle una nueva dimensión. Así, mano a mano con Oakes, Brett compuso unas sensacionales diez piezas que conforman el que es uno de los mejores álbumes de los 90: "Coming Up".
                         

Con un sonido remozado, de guitarras nítidas y electrizantes, teclados y sintes envolventes, y la contundente sección rítmica ya conocida; el disco emerge a través de un pop directo y futurista pero también gracias a la melancolía y energía habitual de sus precedentes. Un elepé que les hizo alcanzar el número uno de ventas en Reino Unido y que les hizo asentarse, junto a las primeras espadas, en un Brit Pop con el que, ahora sí, estaban en sintonía.

                               

Han pasado 25 años, y Anderson, Oakes, junto con Simon Gilbert (batería) y Mat Osmand (bajo) han mantenido en forma a Suede que, a pesar de un largo parón, ha publicado hasta cinco álbumes de estudio al igual que algunos recopilatorios de éxitos y caras B. Una banda que ha dado infinidad de conciertos en nuestro país, en festivales y salas, demostrando su músculo en vivo así como su ya engrosado repertorio.


Para celebrar el 25 cumpleaños de la efeméride, nada mejor que realizar una gira para interpretar entero el disco en cuestión. La excusa perfecta de los fans para volver a la Sala Razzmatazz (antes Zeleste), lugar en la que tantas veces habíamos gozado de su música. Con el "Sold Oud" colgado en la puerta, el recinto albergaba una plaga de cuarentones expectantes que acabaron por pasarlo a lo grande desde que sonó la inicial "Trash", una de las píldoras letales del paquete, y que abrió fuego con un pletórico Brett Anderson que a pesar de tener 54 añazos no parece que lo del paso del tiempo vaya con él.


                                 

Y las descargas pop se fueron sucediendo entre bailes, poses, lanzamientos de micro y saltos de uno de los mejores front-man surgidos del pop británico, quien con su elegancia (y camisa sudada) contagió de positividad (ya lo cantaba él en "Positivy" en 1999) y energía a raudales. Con el ritmo de la fuerte pegada de Gilbert y la contundente línea de bajo de Osmand, la guitarra afilada y el sonido propio de Oakes, nos transportaban directos al sonido del álbum. Terminadas las saltarinas "Lazy" y "Filmstar", el ex de Justine Frischmann (Elastica), se acercó al público para cantar la bucólica "By The Sea". La siguió, como sabíamos, "She" y sus "uuh-uhh", y por fin la joya de la corona: "Beatiful Ones". La pieza pop redonda, desde su riff inicial, a los "lalalás" finales. La canción emblema de Suede fue presentada sin la música por Brett coreando el estribillo y abordada luego por la banda y el público en perfecta comunión. Las que siguieron son piezas formidables también, "Starcrazy" que sigue la fórmula pop, "Picnic At The Motorway", distorsionada sin convencernos el resultado, y las preciosas "The Chemestry Between Us" y "Saturday Night", en las que Anderson nos invitó a que imagináramos que en lugar de estar en jueves noche fuera sábado noche.

Y el maravilloso repaso terminó, con un breve parón, recuperando piezas de otros discos, como el lejano "Dog Man Star", del que sonaron "We Are The Pigs", "Killing Of The Flashboy" (Cara B de la anterior incluida en "Sci-Fi Lullabies" de 1997) y "The Wild Ones", ésta última tocada por Brett Anderson solo a la guitarra y tras los esfuerzos de hacer callar al respetable. Una versión que, a mi modo de ver, desmerece a la original. Más atrás todavía se fue para interpretar del debut, y cantadas a pleno pulmón, "So Young", "Metal Mickey" y "Animal Nitrate", con teatralización animal incluida. Para el bis, no imagino ninguna mejor que la que nos regalaron, "New Generation". Era la rúbrica perfecta para despedir a unos fans surgidos de una generación lejana pero que aún tenemos muchas cosas que decir.

Por Àlex Guimerà





Publicado en http://www.elgiradiscos.com/2022/05/suede-la-vuelta-de-un-disco-que-marco.html


martes, 24 de mayo de 2022

ESPECIAL BOB DYLAN: THE BOOTLEG SERIES (Primera Parte):

 

A estas alturas (o mejor dicho) a estas edades, resulta obligatorio Celebrar cada aniversario de Dylan por todo lo alto. Por eso, os proponemos desde aquí a hacer un breve repaso de los Bootleg Series que el bardo (o mejor dicho Columbia) nos tiene acostumbrados a sorprender desde 1991. Y es que es por todos los fans conocidos que Dylan a lo largo de su carrera, por el amor que tiene a tocar y a reinterpretar sus temas, así como por su facilidad (o don sobrenatural) a la composición, haya dejado horas y horas de estudio y demos grabadas sin publicar. Como también sus conciertos y giras interminables han sido grabados.

Por ello,  y ante la proliferación que ha existido de discos "pirata" (bootlegs), desde 1991 han ido publicándose discos que aglutinaban canciones descartadas o inéditas de determinadas épocas del cantautor, músico o poeta (como se quiera). Vayamos a hacer un repaso de los que hasta la fecha hemos podido gozar.


Volumes 1-3 (Rare & Unreleased) 1961–1991 (1991):



La primera entrega de los Bootleg Series fueron en realidad tres, pues en este triple disco se reunieron rarezas e inéditos de, por entonces, toda su trayectoria. Con piezas que podrían haber entrado en las posteriores entregas el álbum transita por sus distintas etapas. Así un primer disco o el volumen 1 reúne sobre todo descartes de los populares álbumes folk "Freewheelin' Bob Dylan" (1962) y "The Times They' re A-Changing" (1963) - también hay en el segundo -, junto a registros de sus conciertos de 1963. Para el segundo volumen, la etapa eléctrica de los sesenta con descartes de su gloriosa trilogía ("Bringing It AL Back Home", "Highway 61 Revisited" y "Blonde On Blone") pero también hay descartes de sus álbumes de los setenta como "Blood On The Tracks" y "Desire". El tercer disco, se centra más en su etapa ochentera con piezas inéditas que descubren a un Dylan también reivindicable en aquella época capaz de sorprendernos a todos con joyas como "Someone's Got a Hold of My Heart", "Agelina" o "Blind Willie Mc Tell". Se trata de piezas de un puzle que nos permite elucubrar sobre la inclusión de canciones en los discos y como habrían sonado los mismos, viendo lo sobrado que ha ido siempre de canciones, versiones y en general creatividad. Un buen comienzo para adentrarnos al mundo de los Bootlegs, una especie de droga para los fans del de Minnessotta quienes hemos ido leyendo, comparando con los discos de estudio y gozando de una discografía y legado que parece infinito.






Vol. 4: Bob Dylan Live 1966, The "Royal Albert Hall" Concert (1998):


El segundo bootleg o cuarto volumen de las series, presenta uno de los momentos cumbre de Dylan. Se trata de su electrificación y su conversión (por decirlo de alguna manera) al rock. Y es que este doble disco presenta el concierto que dio el 17 de mayo de 1966 en el Free Trade Hall de Manchester aunque el disco sea conocido como "el concierto del Royal Albert Hall". Con una primera galleta en la que ataca en solitario y con la guitarra acústica  himnos como "Just Like A Woman", "She Belongs to Me" o "Mr. Tambourine Man", para seguir junto a The Hawks (luego The Band) con otras gemas como "One On Two Many Mornings" o la inmortal "Like A Rolling Stones". Para entonces Bob Dylan había agitado el mundo del rock con una trilogía monumental, y él se sentía seguro de su rumbo artístico, lo que presentó en una gira norteamericana que terminó en Inglaterra, en un concierto de Manchester para el recuerdo en el que un fan le gritó "Judas" a lo que él contestó "No te creo, eres un mentiroso" antes de tocar las piezas eléctricas a todo volumen. Historias del rock.






Vol. 5: Bob Dylan Live 1975, The Rolling Thunder Revue (2002):



El quinto volumen es otro directo icónico del músico, ya que recoge 22 canciones de la gira del Rolling Thunder Revieu de 1975, del que ya había publicado el álbum "Hard Rain" (1976). Una pieza de museo en la que se interpretan sus éxitos pasados ("It Ain' t Me Baby", "Blowin' In The Wind", "Mr. Tambourine Man",...) con la fuerza y energía dramática de una época en la que llevaba al escenario el peso de su divorcio junto con mandolinas, violines, la voz de Joan Baez y las guitarras de Mick Ronson (ex Spider From Mars) y Roger McGuinn (ex Byrds) . En el disco aparecen también interpretaciones de canciones de su próximo disco, el icónico "Desire" (1976).





Vol. 6: Bob Dylan Live 1964, Concert at Philharmonic Hall (2004):



El volumen sexto de los Bootlegs es hasta la fecha el último volumen publicado que presenta un directo. Para la ocasión, el concierto que dio el 31 de octubre de 1964 en el Philharmonic Hall de Nueva York. Un concierto íntegramente acústico (evidente) conformado por canciones protesta de sus primeros discos como las famosísimas "The Times They Are a-Changin", "A Hard Rain Is Gonna Fall" o "Don' t Think Twice It' s All Right" junto con otras no tan populares pero igual o más beligerantes como " Who Killed Davey Moore?" o "Talkin' World War III Blues". En el directo aparecen varios duetos con Joan Baez antes de que ambos discutieran por el cambio de rumbo artístico (y para muchos injustamente político). También aparecen "It's Alright, Ma (I'm Only Bleeding)", "Gates of Eden" y "Mr. tambourine Man" antes de que estas fueran editadas en disco junto con canciones electrificadas. Un retrato inmejorable del joven Bob Dylan en la cumbre de su fama folkie.

domingo, 15 de mayo de 2022

POKERS DEL BLUES: JOHN MAYALL:


 John Mayall es una de las almas del blues británico y del blues blanco, desde que a principios de los 60 se mudó de su Manchester natal hacia Londres para abanderar una revolución sonora que miraba directamente hacia los grandes del Blues americano y hacia la escena de Chicago. En esa escena se codeaba con unos primerizos Rolling Stones y con guitarristas de alto voltaje, alguno de los cuales reclutó para sus Bluesbrakers. Con tal rodaje el periodo de 1966 a 1969 encadenó grandes discos de los cuales queremos rescatar nuestro particular "poker" o racha de cuatro álbumes, que a nuestro entender resultan imprescindibles en los años sesenta no solo para los seguidores del músico si no para los seguidores del blues y del rock en general. Descartados quedan notables álbumes como "Crusade" (1967), "The Blues Alone" (1967),  "Bare Wires" (1968) o "Blues Giant" (1969).




BLUESBRAKERS WITH ERIC CLAPTON (1966):


El segundo álbum del bluesman y primero de los Bluesbrakers contaba con un Eric Clapton que ya era famoso tras su paso en los Yardbirds demostrando una destreza a la guitarra que había provocado la famosa pintada en la pared de "Clapton Is God". Ahora los dedos de Clapton estaban al servicio de la banda de Mayall para crear una obra maestra del blues-rock en el que a parte de los temas propios se interpretaron grandes versiones de Ray Charles, Willie Dixon, Freddie King, y como no, del pionero Robert Johnson. Los bluesbrakers que aparecen en la portada los completaban John McVie (futuro Fleetwood Mac) al bajo y Hughie Flint a la batería. 


A HARD ROAD (1967):

En el año del Sgt. Peppers y del debut de Hendrix y en el que aparecieron nuevos sonidos del rock, Mayall sigue fiel al Blues pero con una oreja en lo que pasaba a su alrededor. Clapton se fue para fundar Cream y fue reemplazado por otro joven maestro a la guitarra como Peter Green (factotum de la primera etapa de los Fleetwood Mac) que aporta temas al disco que se añaden a  los temas de Mayall y las versiones  de clásicos del blues americano (Freddie King, Elmore James,...). Aynsley Dunbar sustituye a Hughie Flint a la batería mientras que un elenco de vientos completó la grabación. El disco se mantiene purista con el blues y añade tintes psicodélicos e incluso latinos. La maravillosa portada fue pintada por el propio Mayall demostrando otro enorme talento esta vez para la pintura.




BLUES FROM LAUREL CANYON (1968):


Disueltos los Bluesbrakers John se traslada hacia Los Angeles y en concreto al barrio de Laurel canyon donde se juntaban muchos de los mejores músicos del momento (CSNY, Joni Mitchell, The Mama' s and The Papa s, ...) para captar los nuevos sonidos del rock y aunarlos con la tradición blues. Así se juntó con un joven Mick Taylor (futuro guitarrista de los Rolling Stones) y con Stephen Thompson (bajista) y Colin Allen (baterista) a los que se añadió Peter Green como invitado para grabar 12 temas propios en los que hablaba de propias experiencias en su nueva residencia.  



THE TURNING POINT (1969): 

Para muchos considerada la auténtica obra maestra del bluesman y la que llevó al blues a un nuevo nivel. Repite Stephen Thompson al bajo junto a John Mark a la guitarra y un John Almond a los vientos (flautas, saxos,...) que son omnipresentes en este disco carente de baterías y que fue registrado en directo en el Fillmore East de Nueva York. El álbum contiene dos de sus mejores éxitos como son "California" y "Room To Move".

domingo, 1 de mayo de 2022

DISCOS DE 2022: Simone Felice - All The Bright Coins:





Desde que dejó la batería de la banda que fundó junto a sus hermanos Ian y James ya han pasado 13 años. Lejos quedan sus dos discos junto a Robert Burke en The Duke & The King (de 2009 a 2011), sus tres notables discos de estudio en solitario y sus discos en directo y de rarezas. Escritor de novelas aparte de músico, productor y compositor con fortuna – ha trabajado para gente como Lumineers o Bat For Lashes-, Simone Felice encarna la ambición artística de quien quiere ir por libre y encabezar siempre sus proyectos, lo que le alejó de The Felice Brothers y de la interesantísima trayectoria de aquellos, de la que siempre nos quedaremos con las ganas de conocer cómo hubieran derivado con él en sus filas.

                              

Si bien el año pasado fue el año del sensacional “From Dreams To Dust” y de su Americana cargada de matices y paisajes, este 2022 toca paso al hermano pródigo con este “All The Bright Coins” con la brillante moneda en el ojo de su autor en la portada.

Y no es la moneda lo único que brilla en el álbum, ya que el disco surge desde la espontaneidad de quien ha ido madurando y gestando unas canciones y unos poemas desde el 2019 para acabar dando forma al que hace su cuarto disco tras el oscuro “The Projector” (2018).

                            

Grabado en los Sun Mountain Studios en un ambiente plácido como son las Catskill Mountains (New York), y con la participación de Kieran Hebden (aka Four Tet) aportando guitarras espectrales y de los coros de las Webb Sisters y de sus hermanos Ian y James, el disco es el más íntimo, cálido y poético de toda la carrera de Simone.

Con unas letras que son pura poesía, e inspiradas en la mejor tradición del country-folk, y que son reflejo de los duros años que hemos pasado, en cuatro de las once piezas son recitadas por el cantautor para acabar atrapando al oyente.

Y es que las emociones son el nexo de unión de la poesía y de una música que pone énfasis en lo acústico y en la belleza de la simplicidad y cercanía. Como la que abre el álbum “Year Around The Sun”, ejemplo de que con una guitarra desenchufada y una buena voz se puede transmitir y llenar todos los vacíos. Algo parecido sucede en la que cierra el disco “After The Rain” sin ser tan impactante como la que lo abre. En cambio, en “Moonlight Promises” se abastece de un acordeón y de un piano mientras que en “No Tomorrows” tira de las voces femeninas de las hermanas Webb y de un logrado punteo de guitarra eléctrica.

                               

Fundamentales las segundas voces también en la envolvente y sentimental “Prisioner” y en la lánguida “Radio Silence”. En “The World’s Fair” y “Puppet” hace presencia el misterio de la mano de Hebden, la primera dando ambiente a la rapsodia, y la segunda para acabar redondeando una de las mejores piezas del paquete.

Por Àlex Guimerà

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