martes, 25 de septiembre de 2018

DISCOS DE 2018- PAUL MC CARTNEY - Egypt Station:





Cuando uno se imagina un nuevo disco de Macca no puede evitar el deseo de una vuelta a sus raíces sonoras como hizo con "Flamming Pie" (1997), con nuevas canciones pop pegadizas y con una producción tan sobria (en el buen sentido) como clásica. Pero lo que uno espera y la realidad suelen diferir puesto que el liverpooliano en el nuevo milenio ha publicado la música que él ha querido y no la que sus fans esperan de él, ya que para ello tiene sus giras de conciertos desbordantes de generosidad.

                                   

Este es el caso de "Egypt Station" en el que el talento del músico resulta evidente pero en el que las piezas parecen colocadas algo dispersas. Si bien el disco gana enteros con las escuchas y destaca por dos elementos: la fabulosa producción que trabaja con profundidad desde las guitarras acústicas más insignificantes, a los pianos, efectos rítmicos o la voz del ex-WIng; y, cómo no, de nuevo esa sensación de la facilidad que tiene nuestro protagonista para crear melodías de una chistera que viene funcionando sin fondo desde hace más de 56 años.


                                 


Con todo, el afán de Paul para seguir a la onda del pop actual nos trae este viaje con paradas de distinta índole. Arrancando con la instrumental  "Opening Station", antesala de una de las mejores piezas del paquete, el single "I Don' t Know", la enésima balada pluscuamperfecta del otrora bajista de los Beatles.
Luego, el también single de adelanto "Come On To Me", simple y pegadiza hasta la medula, de irresistibles sección rítmica, vientos, armónicas y pianos. Con ella, directos hacia la pista de baile. Otra en la misma línea es "Fuh You"  (curioso juego de palabras) que busca cierta épica del pop contemporáneo, con su subidón tras "paradinha" acompañado de coros y de un fornido cello. Un posible éxito, carne de cañón de publicidad.
En "Happy With You" se pone íntimo y nos carga de nostalgia amorosa arropado por unas cuerdas deleitosas. Allí encontramos al Paul septuagenario romántico y melancólico que  aparece también en otros cortes que miran hacia atrás como la tierna balada de piano y violines "Hand In Hand" (ojo al solo de flauta también) o la creciente "Do It Now" con aires Brian Wilson.  Sin olvidarnos de "Confidante" dedicada a su guitarra, con una maquetación de las guitarras acústicas encantadora, otra de las mejores del disco.

                         


Con "People Want Peace" parece buscar nuevamente un himno a la paz para llevarlo a la calle - como hizo con la injustamente olvidada "Freedom" del "Driving Rain" de 2001 - , aunque algo corta y previsible, la pieza funciona por sus acertados matices sonoros y coros.
"Who Cares" desde su guitarra distorsionada inicial nos mete en un power pop nuevaolero que podrían haber firmado los mejores The Cars o XTC, discípulos privilegiadas de sus enseñanzas pop. Más experimental es "Back To Brazil" que adopta unos sintes y unos jugueteos melódicos algo desconcertantes. Algo similar ocurre con "Caesar Rock"  con sus capas rítmicas, los cambios vocales, ciertos rapeos y la sensación que nos queda que la pieza busca reenganchar a aquellos "indignos" que le descubrieron a raíz de su colaboración con Rihanna y Kayne West en la insulsa " Four Five Seconds".

                         

La alargada "Despite Repeated Warnings" viene dotada de un cambio que evoca a sus Wings de mediados de los setenta. Lo mismo sucede con el final tripartido "Hunt You Down/Naked/ C- Link" . ¡Como le gusta encadenar canciones al bueno de Macca desde que lo hizo en el cierre del álbum "Abbey Road"!  Antes de aquella el brevísimo corte ambiental "Station II" con el que hace parada en el universo de Brian Eno.
Son las paradas musicales interesantes que de nuevo nos ofrece este dios (o el Dios) del pop llamado Paul Mc Cartney en su 17º disco de estudio en solitario, a quien parece no afectar el paso del tiempo, con sus constantes apariciones en público, edición de nuevo y siempre interesante material, colaboraciones con músicos y productores de moda y unas adorables giras que esperemos que tarden mucho en llegar a su final.

Por Àlex Guimerà


martes, 11 de septiembre de 2018

DISCOS DE 2018: ROGER DALTREY- As Long As I Have You:




Sin apenas descanso de sus conciertos en solitario y giras junto a Pete Towshend con sus Who del nuevo milenio, el bueno de Roger se ha atrevido a publicar el que a buen seguro será uno de los mejores trabajos del ejercicio en la categoría de veteranos. Cuatro años después del soberbio "Going Back Home" mano a mano con Wilko Johnson, el de Hammersmith parece haberse empapado de la experiencia con el ex Dr. Feelgood para reivindicarse en solitario.


                                           


Bajo la producción de Dave Eringa (entre otros Manic Street Preachers), quien repite del anterior trabajo del vocalista, el disco fue grabado con una banda que contó con la presencia de la guitarra de Pete Towshend (en siete de los once cortes), con Sean Genockey (guitarrista y productor entre otros de Suede) y Mick Talbot (teclista de los Dexys Midnight Runners ) .
Un trabajo que arrancó en 2014 y que se fue forjando entre los parones de la  gira del 50 aniversario de los Who. Con el espíritu del propio Daltrey de recuperar los sonidos Soul que le inspiraron en su adolescencia, el trabajo aparece fabulosamente producido, carente de excesos, fresco y clásico a la vez.
                              

Abriendo fuego a todo trapo con " As Long As I Have You" sabemos que la cosa va de soul, terreno en el que se le ve cómodo y capaz. Es el caso también de " Where Is A Man To Go?" y de la bonita "I' ve Got Your Love" digna del mismísimo Van Morrison. Y de  " Out Of Sight, Out Of Mind" dónde juega a ser Joe Cocker supliendo la potencia vocal de aquel con su habitual garra. Pero donde lo borda es en el clásico " The Love You Save" de Joe Tex, digna del mejor southern soul.
Luego le mete músculo al " How Far" del Manassas de Stephen Stills,  se pone solemne con la archiconocida " Into My Arms" de Nick Cave acompañado solo al piano y tontea con el funkie  con " You Haven't Done Nothing" de Stevie Wonder.

                                       


Los temas propios, son la pegadiza " Get On Out Of The Rain" y las baladas " Certified Rose" y  " Always Heading Home" esta última al piano recordando al Neil Young más tierno de los 90.
Parece que a sus 74 años el vocalista se vuelve a reivindicar y dejar atrás definitivamente sus complejos de inferioridad ante las fuerzas de la naturaleza de los Towshend, Entwistle y Moon, y dejar constancia de su enorme talento dentro de esta movida llamada rock.

Por Àlex Guimerà


domingo, 2 de septiembre de 2018

DISCOS DE 2018: SNOW PATROL- Wildness:




Mucho se ha especulado sobre la extinción de la movida del Brit Pop, algunos somos de los que pensamos que de todo ello fue responsable el giro artístico de Radiohead que supuso dar un nuevo enfoque a la manera de entender el pop. Lo cierto es que tras el "Ok Computer" y con el cambio de milenio surgieron bandas como Coldplay, Starsailor, Athlete, Doves o nuestros protagonistas Snow Patrol, cuya música pasaba por entender la vida desde la tristeza, unas guitarras rítmicas crecientes y una delicadeza e intimismo que contrastaba con la luminosidad y el desenfado que había precedido al pop de las islas británicas.
Y en ello los Snow Patrol  supieron dar el golpe con el que fue su tercero disco de estudio "Final Straw" (2003) con canciones tan estremecedoras como "Run" que mezclaba épica y sentimentalismo a partes iguales, una fórmula que repitieron en "Chasing Cars" ("Eyes Open" de 2006) que se incluyó en la banda sonora de la serie "Anatomía de Gray" para lograr el pelotazo definitivo. Luego llegaron las giras mundiales y el reconocimiento en EEUU. Fue antes de que los norirlandeses fueran perdiendo fuelle por mantenerse fieles a su estilo, al que fueron metiendo toques de electrónica y de modernidad indie.

                  

Así han llegado a finales de esta década con la publicación de un retrasado séptimo álbum  - tras siete años de silencio discográfico - que con toda probabilidad sólo esperaban sus más fieles seguidores. Pero la verdad es que uno lo escucha y queda sorprendido con las nuevas diez piezas que a pesar de que no nos descubran nada de nuevo, no por ello desmerecen por su calidad.
Aunque repiten con su productor clásico Jacknife Lee, el álbum suena maduro y trabajado, en unas letras que, conectando con su título, quieren "hacernos volver a recuperar el salvajismo en el buen sentido del ser humano" según su líder Gary Lightbody.

                               

Muestra de todo ello es la sentida y de voces espectrales " Life On Hearth" que nos recuerda lo que debe ser la vida. El single de adelanto, "Don' t Give In", fue escrito para describir la  superación para llegar hasta esta vuelta, en un tono musical que mira hacia los ochenta. A la misma década recurren en "A Dark Switch" dónde juguetean con el synth pop y la música disco.
"Empress" es como un calcetín girado de alguno de sus temas clásicos pues suena igual pero diferente: optimista y alejado del melodrama. La nota de esperanza la pone "Heal Me" que Lightbody dedica a su mujer por ayudarle a salir del alcoholismo.

                                    

"A Youth Written In Fire" y "Wild Horses" (esta más elevada) nos recuerdan al Beck de Morning Phase. El punto de contraste lo pone la balada "What If This Is All The Love You Ever Get?" con su piano solemne y letra solitaria.
Un notable disco de retorno de una banda pop que vive de etiquetas del pasado y que ha sabido sobrevivir y navegar por el tiempo a contracorriente para poder reafirmar su propia identidad.

Por Àlex Guimerà