viernes, 24 de mayo de 2019

ESPECIAL DISCOGRAFÍA DE BOB DYLAN (V):





QUINTA PARTE - AÑOS 00's:


31.- LOVE AND THEFT (2001):



Con el nuevo milenio, Dylan vuelve a la carga con sus mejores talentos. Continuando la senda de su anterior e exitoso "Time Out Of Mine" (97), en el que rompía una etapa poco comercial basada en el folk, de nuevo vuelven las guitarras eléctricas y los sonidos rock clásicos. Aunque para la ocasión, las canciones priman sobre la producción y tiran hacia un sonido más clásico, recuperando la tradición musical americana del folk-rock, rythm'n blues, standart e incluso rockabilly. Alejado de experimentos de estudio y de viajes folk sin retorno, con "Love And Theft" volvía Bob Dylan en estado puro.  



Canciones favoritas: Tweedle Dee & Tweedle Dum, Mississippi, Lonesome Day Blues. 




32.- MODERN TIMES (2006):



Entre la publicación de los volúmenes de la Bootleg Series, "Tiempos Modernos" confirmó el buen estado del cantautor en el nuevo milenio con una nueva carga de canciones de raíz - al aundar en él el gran cancionero norteamericano del siglo XX con piezas rock' n roll, americana, jazz o blues, en un álbum que tuvo ciertas críticas por plagio musical y literario que nunca fueron desmentidos. Sin embargo, de nuevo el disco funcionó y tuvo buenas ventas, y justificaron la alargadísima y eterna gira que nunca se acaba.

Canciones favoritas: Thunder On The Mountain, Spirit Of The Water, Rollin' And Tumblin' .





33.- TOGETHER THROUGH LIFE (2009):



Grabado con los músicos de la Never Ending Tour y el multi instrumentista David Hidalgo (Los Lobos), el disco está formado por 10 cortes firmados por el propio Dylan que se acompañó con el mítico letrista de los Grateful Dead, Robert Hunter. De nuevo un disco fabulosamente instrumentado y producido con temas de rock tradicional, blues y rock fronterizo con especial protagonismo del acordeón de Hidalgo. Un disco espontáneo, de tono vitalista e hipnotizante con el que el bardo a sus 67 años se hacía nuevamente con los primeros puestos de ventas en varios países (EEUU y Uk inclusive). De nuevo magistral. 

Canciones favoritas: Joliene, This Dream Of You, It' s All Good.




34.- CHRISTMAS IN THE HEART (2009):


¿Un disco de villancicos de Dylan? Pues sí, y de los buenos (la Rolling Stone lo tiene clasificado en el puesto 21 de mejores discos navideños de todos los tiempos).  La inesperada sorpresa llegó en plena racha creativa y en el año en el que publicó "Together Thought Life".  Con 15 versiones de temas populares de Navidad, su habitual banda de acompañamiento acabó de empaquetar un álbum muy especial en el que se percibe la diversión al hacerlo. Encima los derechos y ganancias del disco fueron destinadas íntegramente a asociaciones benéficas. Para cerrar la década Dylan nos regaló la navidad desde el corazón.


Canciones favoritas: Here Comes Santa, Must Be Santa, Christmas Island. 


Por cierto, feliz 78 aniversario Bob!

miércoles, 15 de mayo de 2019

DISCOS EN DIRECTO DEL ROCK IMPRESCINDIBLES (II):



THE BAND- The Last Waltz (1978): 




¿El mejor disco en directo de la historia? Podría ser. Y es que la celebración de la ruptura de una de las mejores (e infravaloradas) bandas de todos los tiempos, The Band, que decidieron que su última actuación fuera un documental-concierto dirigido por ni más ni menos Martin Scorsese y en el que intervienen un elenco de artistas que quitan el aliento: Van Morrison, Neil Young, Joni Mitchell, Eric Clapton, Muddy Waters, Ringo Starr, Ronnie Wood, Dr. John, Neil Diamond o Emmylou Harris. Y claro, Bob Dylan a la sombra del cual los Robbie Robertson, Rick Danko, Levon Helm, Garth Hudson y Richard Manuel escribieron el primer capitulo de su historia bajo el nombre The Hawks. Con un romanticismo fluyendo en el concierto y una instrumentación celestial fluyen gemas como "The Weight", "Forever Young", "Helpless", "Dry Your Eyes", y un largo y glorioso etcétera. El documental se grabó en San Francisco el 26 de noviembre de 1976 pero el disco (triple) no se publicó hasta 25 de noviembre de 1978 coincidiendo con el estreno del film. Magnífico es poco.





THE WHO- Live At Leeds (1970):





Que los Who tenían un directo impactante por intensidad, dinamismo de sus miembros y virtuosidad instrumental se sabe de aquí hasta la luna. De ello es testigo este álbum que recoge las esencias de este cuarteto inigualable formado por Roger Daltrey a la voz, Peter Towshend a la guitarra (o al molinillo), John Entwistle al bajo y Keith Moon a la batería. Grabado en 16 de mayo de 1970 para publicarse pocos meses después, la banda demostró que se encontraba en la cima del emergente rock duro que con la nueva década emergía. Tras su exitoso "Tommy" de 1969 la banda presentó en su edición original solo seis cortes con las propias "Substitute", "My Generation" y "Magic Bus" más tres versiones de la que destaca la fogosa "Summertime Blues". El disco ha sido reeditado posteriormente incluyendo el concierto original celebrado en la Universidad de Leeds, testigo de uno de los momentos cumbres de la historia del rock.



1     RAMONES- It' s Alive (1977):



Gravado la noche de fin de año de 1977 en el Rainbow Theatre de Londres, no fue publicado hasta abril de 1979 con Marky Ramone ya a la batería y Tommy metido en tareas de producción y composición. El álbum recoge hasta 28 pastillas que apenas alcanzan los dos minutos de duración y que se centran en el cancionero de sus tres letales primeros álbumes. Así suenan "Blietzgreg Bop", "Judy Is A Punk", "Rockaway Beach" o versiones como "California Sun", "Let' s Dance" o "California Sun".  Tommy pega a todo trapo, la guitarra de Johnny va a mil por hora, Dee Dee suena embrutecido y Joey canta con su voz grave y enloquecida. Lo mejor del punk en directo.





JAMES BROWN- Live At Apollo (1963):




Este directo del "Padrino del Soul" no debería de faltar en ninguna discoteca de buen melómano. Gravado en octubre de 1962 en el mítico Teatro Apolo de Harlem y publicado en mayo del año siguiente, Brown se acompaña del trío vocal The Flamous Flames & Band y hasta 12 músicos de apoyo. Y claro, con tanto cargamento y con la bestia de escenario que era el de South Carolina la cosa se va de madre. Desde el apasionamiento de "Please, Please, Please", al blues de tintes funkies "I' ll Go Crazy" al irresistible final con "Night Train", el disco es un viaje hacia el pasado, hacia los ritmos, el sudor, la experiencia religiosa de dejarse llevar por los sonidos y gritos de este genio irrepetible. Puro Mr. Dynamite.


Por Àlex Guimerà






viernes, 10 de mayo de 2019

ALEX CHILTON: From Memphis To New Orleans / Songs From Robin Hood Lane:





Ya casi han pasado diez años desde que nos abandonó Alex Chilton a los 59 años tras padecer un infarto de corazón, allá por marzo de 2010. Oriundo de Memphis, el músico en cuestión creció bajo las enseñanzas jazz de su padre, pero también impregnándose del sonido de su local Sun Records, para luego quedar flipado con la invasión británica (Beatles, Stones, Who,...), hecho que definió sus inquietudes musicales. Con ello, muy pronto dio su cara adolescente a los Box Tops aportando su poderosa voz en gemas como "The Letter" (firmada por el gran Dan Penn) en esa maravillosa ola de las bandas Blue-eyed Soul que aparecieron a mitad de los sesenta en América. 

                                           

Unos años después lideraba los seminales Big Star junto al "maldito" Chris Bell con tres discos power pop para la posteridad. Banda de culto de muchas otras posteriores que también lo fueron (REM, The Replacements, The Posies,..), tuvo su punto y final con la prematura muerte de Chilton en 1978, pues aunque nuestro protagonista la intentó resucitar en varias ocasiones nunca fue lo mismo. 

                                    

Con una carrera en solitario que ha pasado demasiado desapercibida en la que encontramos numerosas colaboraciones con bandas en su día emergentes ya tocando en sus discos clave (The Replacements) o produciéndolos (The Cramps), pero también elepés que son auténticos fogonazos rockanrolleros ("A Man Called Destruction" de 1995), visionarias odas blues ("Cubist Blues" de 1996 junto a Alan Vega y Ben Vaugh) o buques insigne de la nueva ola ("Like Flies On SHebert" de 1980). 

Pero la historia nos lleva a 1982 cuando, en permanente búsqueda de las nuevas tendencias del rock sin perder las raíces puras de su tierra natal, Chilton se refugió en la otra cuna que fue, es y será del rock, New Orleans. En el que se ha considerado su periodo perdido, sin giras ni nuevo material discográfico, el músico se puso a tocar con bandas locales de versiones buscando encontrar una nueva senda musical y personal. 

                          

De esta época surgen los temas recuperados en este nuevo álbum " From Memphis To New Orleans" en el que Chilton cambia su forma de cantar, del poderío que le conocemos de sus anteriores dos bandas a una voz más ligera y algo displicente. Lo mismo con su sonido, precursor del low-fi noventero, en el que se aprecia su búsqueda de la autenticidad de los sonidos primarios y de la baja producción. Ello entronca que los 15 nuevos cortes contenidos en el nuevo paquete nos lleven hacia nombres capitales del rock americano de los 90 como "Pavement" o Elliott Smith, a pesar de que las composiciones que aparecen son clásicas, country, soul y, cómo no, el sonido Nueva Orleans. De la ciudad del huracán Katrina está esa influencia de reflejar la inmediatez de la música en directo a la que tan daño ha hecho el formato digital. Las protagonistas son unas canciones con las que nos viene en mente ciertos momentos de Jonathan Richman o Lou Reed. Para comenzar le roba a Carla Thomas el hit que Porter/Hayes le compusieron, "B-A-B-Y", para rebajarlo vocalmente aunque no en vientos. Unos vientos presentes en la mayoría del disco, en "Nobody' s Fool" recuperando a Dan Penn autor del gran éxito de su primera banda y en "Let Me Get Close To You" de Carole King y Gerry Goffin mostrando su cara más pop , mientras que en "Lonely Weekend" aparece más rockanrollero de la mano de Don Gibson. 

                                 

Pero no solo de versiones se nutre el paquete, pues siete cortes llevan su firma, de los que destaca la soul "Guantamerika", y los blueses "Underclass" aguerrido, y "Lost My Job" dylaniano. También la potente "No Sex", que nos regala una guitarra digna de su etapa Big Star y propia de, como no, Lou Reed. Mientras que sus experiencias personales quedan retratadas en "Lost My Job" (también en "Underclass"). 

                            


El segundo de los flamantes e inéditos compilados del genial músico recién publicados por Bar None Records, "Songs From Robin Hood Lane”, nos traslada hacia la década de los 90 pero también hacia la infancia de Chilton. Vayamos por partes. La infancia de Alex Chilton transcurrió en su casa familiar de la calle Robin Hood de Memphis , lugar en el que su padre, el trompetista de jazz Sidney Chilton, le enseñó los clásicos del género como el disco "Chet Baker Sings" (1956), trabajo que le acabaría marcando para siempre. Fue en aquella época cuando murió su hermano mayor hecho que hizo que la familia Chilton se mudara a una casa victoriana de un barrio adinerado de Memphis. 

Marcado por su pasado y por los standards del jazz de los años cincuenta, Chilton decide en 1994 grabar "Clichés", un disco plagado de temas popularizados por Chet Baker, Ray Charles, Cole Porter, Nina Simone y otros del Gran Cancionero Americando. De las grabaciones de aquel trabajo se nutre principalmente este trabajo recién estrenado en el que aparecen temas inéditos mientras que otros repiten, como es el caso de las formidables versiones en formato acústico de "My Baby Just Cares For Me", "Let' s Get Lost It" y "All Of You" , en las que el punteo de la guitarra y una voz cálida de Chilton se apoderan de las ondas. También repiten "Time After Time" y "Save Your Love For Me" menos dramáticas que en "Clichés" merced a un ágil piano y vientos jazzy. 



Pero es con toda la banda Jazz (batería de escobillas, contrabajo, piano,...) y con el saxofón tocado por el propio Chilton lo que acaba imponiéndose en este álbum de descartes luciéndose en temas “There Will Never Be Another You,” “Like Someone in Love” (gran solo al saxo). Y no, no nos olvidamos del maravilloso cierre con una taciturna y misteriosa "What Was" que nos entronca con aquel Elvis joven que cantaba "Blue Moon" en su elepé de debut. 



Son las dos nuevas entregas póstumas de este músico tan inspirado como incomprendido, que tuvo gran impacto con sus dos bandas de referencia pero que su desapercibido legado en solitario se presenta interesante. Lo que supone que no es para nada innecesaria la publicación de álbumes como estos que a buena fe superan la media de los trabajos que semana a semana van poblando los apartados de novedades de las plataformas digitales.

Por Àlex Guimerà.

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domingo, 5 de mayo de 2019

Paul Mc Cartney & The Wings: Wild Life (1971) - Red Rose Speedway (1973):



                 


En 1971 la vida de Paul McCartney era ciertamente desconcertante. Con una vida familiar que se había acelerado los últimos dos años, al casarse con Linda Eastman y tener con ella dos hijas Mary y Stella, además de adoptar a la hija de aquella Heathen; sus días transcurrían alejados de los focos de la prensa en la granja escocesa de Kintyre, tras dar un salto al vacío con la traumática separación de los Beatles (con pleitos incluidos) que le llevó al borde de la depresión.
Con dos excelentes álbumes publicados, el casero "McCartney" (1970) y "RAM" que fueron injustamente tratados por la crítica - revalorizados con el tiempo -;  el de Liverpool decidió que debía formar una nueva banda con la que dar rienda suelta a su creatividad  musical a la vez que pudiera compaginar su emergente vida familiar. Por ello, llamó a dos músicos de nombre Denny para completar una formación en la que Linda aportaría voces y unos teclados que por entonces apenas sabía tocar. Son los Denny Laine (ex Moddy Blues), quien aportaría guitarras y voces y Denny Seiwell para la batería. Acababan de nacer los Wings, llamados en los que serían sus dos primeros álbumes "Paul McCartney & The Wings" .
Dos álbumes que ahora se reeditan remasterizados en distintos formatos y versiones, algunos para auténticos coleccionistas pudientes en los que se incluye numerosos descartes y extras.

                     

El primero de ellos, "Wild Life" (1971) , es un disco que si bien nunca aparecerá entre lo mejor de los Wings, hay que contextualizarlo para verlo como un primer acercamiento de una banda que acabó rodando a toda pastilla. Y de ello podemos sacar buenos momentos, como los  arrebatos blues primarios "Mumbo" y "Bip Bop",  el encantador reggae "Love Is Strange" o las dulces baladas de siempre de Paulie "Tomorrow" o "Dear Friend".
Entre los extras contenidos en el segundo disco de la reedición, nos ofrece outakes y grabaciones caseras de algunos de los temas que aparecen en el álbum, demasiado parecidos a los originales dando muestra de la pobre producción de las grabaciones finales. El encanto de estas tomas radica en la calidez del ambiente en las que fueron grabadas, más que caseras, diría que hogareñas.

               

De los extras merecen la pena, "Good Rockin' Tonight" en la que Paul se disfraza de Elvis,  el divertimento "African Yeah Yeah" y sobre todo la en su día controvertida y censurada por la BBC "Give Ireland Back To The Irish",  con la que el rockero se posicionaba en el eterno conflicto nacional irlandés, en un acertado pub rock que aparece en el paquete en doble versión - cantada e instrumental -.

                            


Para la continuación,  "Red Rose Speedway" (1973) se añadió a la formación el virtuoso guitarrista Henry McCullough y se puso mayor énfasis en el proceso de grabación y producción. El resultado no podía ser mejor pues dio con el que muchos consideran el mejor disco de los Wings si no fuera por el  disco que siguió a este , el  exitoso "Band On The Run" (1973).
Razones no les faltan si se escuchan los coros de "Big Barn Bed", el romanticismo naif de "My Love", el rock setentero de primera fila  "Get On The Right Thing", el medio tiempo de tintes country "One More Kiss", la pieza de orfebrería sonora que es  "Little Lamb Dragon" (dulce, tierna y pegadiza), el estandar al piano "Single Pigeon" o  el soul edulcorado "When The Night". Pero aún hay más, como una auténtica pieza de rock progresivo "Loup" digno de los mejores Pink Floyd o King Crimson y un impresionante meddley final "Hold Me Tight/Lazy Dinamite/Hands Of Love/Power Cut", perfectos retales melódicos para el cierre de esta obra magna. 

                      

El segundo disco incluido en la reedición esconde unos extras que no lo son tanto. Capitaneados por el que fue el primer éxito post-beatle del músico, "Live And Let Die" (¡ojo también a la versión no orquestada!), un tema que le encargó George Martin para completar la BSO de la película de James Bond de igual título que el productor estaba componiendo. También el single rockero "Hi Hi HI" (¿High high High por aquello de colocado?) y su cara B a modo de reggae "C Moon",  que obtuvieron cierta notoriedad en las listas de éxitos aún sin ser incluidas en ningún álbum de los Wings. Muestra de la especial prodigalidad creativa que tuvo el genio de Liverpool a lo largo de los años 72 y 73. Lo confirman las también aquí incluidas "Mary Had A little Lamb", "The Mess",  "Best Friend" o "1882" en fresco directo,  "Jazz Street", entre muchas otras.  
"Wings Wild Life" y "Red Rose Speedway" se gestaron entre medio de unas interminables giras que arrancaron en pequeño formato en circuitos universitarios británicos para una vez fogueada la banda dar paso a las masivas  "Wings Over Europe" y "Wings Over America", en los que Mc Cartney  viajó con la familia al completo en un autobús que rememoraba su  fallido Magical Mistery Tour.

                              

Una maravillosa época y banda que, afortunadamente estos últimos años se ha ido recuperando con la reedición a cuenta gotas de sus  discos (también de Macca en solitario), previa lavada de cara en estudio.  Inmejorable excusa para adentrarse en un universo a reivindicar de un músico injustamente marcado por el paso de la sacrosanta banda de los sesenta y que a menudo ha quedado eclipsado por la fuerza de la naturaleza que fue su alma mater artística John Lennon. La realidad nos muestra un genio sin igual y unos discos formidables que esconden demasiadas joyas enterradas para el gran público.