miércoles, 31 de octubre de 2018

Concierto MGMT en Hivernacle del Poble Español de Barcelona (25/10/18):




Uno se da cuenta que se hace mayor cuando acude a un concierto revival de unos clásicos que sólo llevan 10 años en el mercado musical. Eso es lo que sucede con MGMT, ya que a pesar de tener cuatro discos y presentar su último "Little Dark Age" (18), no nos engañemos, el público acude a sus conciertos para rememorar sus hits del "Oracular Spectacular"  de 2008.

                                                   
Y es que lejos nos queda ya cuando los anteriormente conocidos como The Management aparecieron a lo grande con sus potentes singles y fueran señalados por algunos inconscientes como la banda del futuro.  Si bien, con su segundo álbum  "Congratulations" (2010), fueron injustamente olvidados, a pesar de regalarnos un disco de perfecta orfebrería psicodélica pop.  Tres años después ya nadie se dio cuenta de que sacaban su  tercer y homónimo álbum, en el que ciertamente perdieron mucha de su chispa con unos temas confeccionados con patrón electrónico.
Ahora tras un lustro de silencio  han vuelto con "Little Dark Age" en el que han encontrado un nuevo camino tan imprevisible como desconcertante como es el del Synth Pop. Si bien es un disco para nada despreciable, da la sensación que quien lo hace está muy capacitado para otros derroteros artísticos.
Con este historial se presentaron los de Connecticut en un abarrotado "Hivernacle del Poble Español"  capitaneados por Andrew Vanwyngarden (voz, guitarra y teclados)  y Ben Goldwasser (teclados y voces), secundados por Simon O'Connor( bajo),  Will Berman (percusiones) y  el multinstrumentista James Richardson, en la vuelta a nuestro país tras su paso por el Mad Cool el verano pasado.
Tras llegar al recinto esquivando un laberinto de calles cortadas por el Rally Costa Brava, por megafonía se avisaba del retraso del directo por problemas técnicos con los ordenadores, una espera que dio entrada a los cinco músicos de la banda que sin mediar palabra atacaron "Little Dark Age" antesala de una temprana "Time To Pretend", quizás su mejor canción con esa mezcla explosiva de melancolía y euforia. El público abarrotado ya estaba vibrando.

                        

SI bien la banda y el sonido funcionó a la perfección, el regusto fue agridulce ya que los cambios de género eran notables, pues los temas de sonido psicodélico de aromas sixties como "Flesh Delirium" o la pinkflodiana y larga "Siberian Breaks"  contrastaban demasiado con el nuevo material que presentaban como son "When You Die",  "James" o "Me And Michael" que evidencian un influjo de los primeros Pet Shop Boys (descarada en la última). Los saltos de los coros  sunshine pop, acústicas, arpegios de guitarra y otros efectos caleidoscópicos chocan demasiado con los ritmos sintéticos y las melodías para hombreras y chaquetas tejanas.

                                                 

Pero pongámonos positivos, ante una música repleta de matices sonoros, la banda logra sonar francamente bien, con buenos efectos, segundas voces y mucha pulcritud, con el quinteto trabajando los teclados, guitarras, sección rítmica y con una garganta de Andrew que estuvo a la altura de los discos.
Lo anterior se junta con unas ganas de agradar y de hacer que el público se lo pasara bien que transmitieron. Especialmente en "She Works Out To Much" que Andrew interpretó rodando en una bicicleta estática con unos divertidos videos sobre fitness a sus espaldas, o cuando invitó a una fan a subirse al escenario para enfundarle la guitarra y acabar haciendo unos desacomplejados bailes con "TSLAM".
                                        

Pero dónde más se pudo disfrutar fue con las mencionadas piezas de nueva psicodelia, arropados por unos videomontajes multicolor, y con los temas del debut de la banda como la gloriosa "Weekend Wars", las marchosas "Electric Feel" y "Kids" ante todo el desenfreno de la audiencia y los pertinentes "lo-lo-lo lolo lo ló" y la final "The Youth" desplegada con todo su triunfalismo y una juventud que cada vez lo es menos.

Por Àlex Guimerà



Publicado en http://www.elgiradiscos.com/2018/10/mgmt-la-madura-juventud.html

miércoles, 24 de octubre de 2018

ESPECIAL DISCOGRAFÍA DE BOB DYLAN (III):





TERCERA PARTE - AÑOS 80's:



20.- SAVED (1980):


El segundo disco de Dylan tras su conversión, profundiza en unas letras dogmáticas y en un sonido ampuloso en la producción y especialmente influenciado por el Góspel.  Con una impactante portada de tono místico, "Saved" tuvo unas malas ventas y unas críticas contrarias al tono "adoctrinador" y a los excesos de los estudios. Aún así, el disco ha envejecido muy bien y muestra una visceralidad y una  crudeza que lo diferencian del anterior y que dan muestra de lo interesante que es esta etapa del bardo. 

Canciones favoritas:  Saved, Solid Rock, Pressing On.



21.- SHOT OF LOVE (1981):


El último disco de la trilogía cristiana de Dylan es el primero con la discográfica Columbia y en él participan un elenco de músicos de la talla de Ringo Starr, Ronnie Wood o Donald "Duck" Dunn (Stax). Con letras que cada vez traen más contenido personal y menos dogmático, el álbum cierra además una época dorada de los directos  "Gospel Shows" pues tras su publicación disuelve la banda y no vuelve a actuar hasta 1984. 

Canciones favoritas:  Heart Of Mine, Dead Man Dead Man,  Every Grain Of Sand.




22.- INFIDELS (1983):


El primer álbum de Dylan sin contenido religioso en un lustro, con un gran elenco de guitarristas, pues no solo recupera a Mark Knopfler (quién también ayuda en la producción), si no que rescata al ex-Rolling Stones Mick Taylor al que junta con Roonie Wood. De nuevo vuelve  la mejor lírica del bardo a pesar de que algunos de los mejores temas de las grabaciones  fueron descartados (luego incluidos en Bootleg series vol. 1-3). Con baladas y medios tiempos de buenas melodías y letras que ponen su mirada hacia los temas sociales y políticos (también Israel) en un giro conservador.

Canciones favoritas: Jokerman, License To Kill,  I & I.




23.- EMPIRE BURLESQUE (1985):


Posiblemente el segundo mejor elepé de Dylan en los ochenta ("Oh Mercy" tiene el top). Su sonido es fresco, trae variedad e innovación y un uso de múltiples instrumentos de acompañamiento (percusiones barrocas, coros femeninos, violines, samplers...). Además, una buena producción muy típica de la época y la participación de músicos prestigiosos - repiten Taylor y Wood y se añaden Al Kooper y Mike Campbell entre otros-, en unas largas sesiones en las que de nuevo hubo mucho material de descarte. El disco además fue acompañado por videoclips (MTV) y fue coetáneo de la participación de su autor en la popular "We' re The World".

Canciones favoritas:  Tight Connection To My Heart ( Has Anybody Seen My Love), I' ll Remember You, Emotionally Yours.




24.- KNOCKED OUT LOADED (1986):


Con críticas durísimas y malas ventas, "Knocked Out Loaded" es considerado por muchos uno de los peores trabajos de Dylan. No obstante no podemos afirmar que sea un disco malo ya que contiene buenas piezas y una influencia góspel  que sin llegar a las cotas de "Saved", aparece remozado por una instrumentación menos cruda y se deja escuchar muy bien. Y es que, somos de los que creemos que no hay disco malo del de Minnesota.

Canciones favoritas:  You Wanna Ramble, Precious Memories, Got My Mind Made Up.




25.- DOWN IN THE GROOVE (1988):



Un álbum compuesto principalmente por versiones, pero en el que aparecen dos temas propios coescritos con Robert Hunter de los Grateful Dead con quienes un año después publicaría el directo "Dylan & The Dead".  El enésimo disco de Dylan en el que hubo cambios en su composición, título y descartes. Un caos discográfico que el bardo ha acarreado a lo largo de su carrera pero que ha propiciado mucho material inédito que ha nutrido las Bootlegs Series. Además, tras su publicación se inició la Never Ending Tour que ha durado hasta nuestros días.


Canciones favoritas: Sally Sue Brown, Ugliest Girl In The World,  Silvio.





26.- OH MERCY (1989):



Para muchos los ochenta es la década para olvidar del bardo, hasta la aparición a finales de este trabajo sensacional grabado en un estudio móvil ubicado en una casa de Nueva Orleans bajo la producción del canadiense Daniel Lanois (productor, entre otros, del "Joshua Tree" de U2).  Después de volver de gira con Tom Petty & The Heartbreakers,  de romperse la mano y padecer una crisis creativa, el calor del hogar en su recuperación le devolvió la inspiración para escribir este disco calificado para muchos " de retorno".  

Canciones favoritas:  Political World, Where Teardrop Falls, Shooting Star.

lunes, 15 de octubre de 2018

GRANDES DISCOS: Axis: Bold As Love (1967) por JIMI HENDRIX:





Icono del rock por antonomasia, Jimi Hendrix con su cortísima carrera musical de apenas tres años en primera línia y tres discos de estudio, revolucionó el rumbo del rock con su propuesta musical que supuso un antes y un después en la manera de entender la guitarra como instrumento.



Nacido el 27 de noviembre de 1942 en Seattle como John Allen Hendrix (luego cambiado a James Marshall Hendrix), hijo de afroamericanos Al Hendrix y de Lucille, quien además tenía ascendencia india cherokee.
Su padre no pudo estar presente en su nacimiento al estar reclutado en la Segunda Guerra Mundial, conociéndolo en su vuelta tres años después. Con una infancia marcada por los problemas económicos y el alcoholismo de sus padres, las estancias en casas de adopción y la separación de sus hermanos pequeños, finalmente a los 9 años se fue a vivir junto con su hermano Leon con su padre Al tras divorciarse este de Lucille.


Ya de adolescente apareció su obsesión por la música, pidiendo a su padre una guitarra, aunque su primer instrumento fuera un ukelele con una sola cuerda que encontró en un contenedor y con el que comenzó a practicar "Hound Dog" de Elvis. Luego a los 15 años se pudo comprar su primera guitarra por cinco dólares con la que formó su primera banda The Velvetones. Un año más tarde Al le regaló su primera guitarra eléctrica que le permitió meterse ya en bandas profesionales.


Todo se interrumpió cuando tras ser detenido robando coches las autoridades le obligaron a alistarse en el ejército, por lo que entró como paracaidista en Fort Campbell de Kentucky con 18 años. La dureza de los entrenamientos y los problemas con los compañeros los combatió rasgando las seis cuerdas lo que le llevó a tocar en clubs del campamento militar.
Su corta experiencia en el ejército finalizó cuando en 1962 se rompió el talón del pie tras un salto en paracaídas, lo que le hizo eludir la Guerra de Vietnam.

En aquella época fue cuando conoció al también músico negro Billy Cox, con quien formó Band of Gypsies, demostrando en seguida su talento instrumental. Ello lo llevó a trabajar como músico de apoyo y a relacionarse con grandes como James Brown, Little Richard, Sam Cooke, Ike y Tina Turner, y The Supremes. Pero no fue hasta 1966 cuando formó Jimmy James & The Blue Flames, siendo una banda fija de la mítica sala neoyorkina "Cafe Wha?", lugar en el que el bajista de The Animals, Chas Chandler le descubrió.

                                      

Impresionado Chas decidió convertirse en su mánager y promotor, buscándole a músicos de primerísimo nivel para que lo acompañaran como fueron el bajista Noel Redding y el baterista Mitch Mitchell. Acababa de nacer el power trio "Jimi Hendrix Experience, que de seguida los llevó a telonear al gran Johnny Hallyday en una gira francesa y a adquirir fama como grupo de directos en la "Swinging London". 

                                   

Fue en esa escena cuando contaron entre su público con gente como John Lennon, Paul McCartney, Eric Clapton, Pete Towshend o Jeff Beck quienes no les pasó por alto los talentos del guitarrista y los suyos. Luego  publicarían el sencillo "Hey Joe" y el elepé de debut "Are You Experienced" (1967) que con temas como el anterior, "Purple Haze", "Fire" o "Red House" les dieron un gran éxito comercial tanto en el Reino Unido como en parte de Europa, antes que por recomendación de Paul Mc Cartney tocaran en el Monterrey Pop Festival de junio de 1967 con el que dieron el salto a la conquista de los EEUU.



Instalados en la fama en inmediatamente se les impuso el reto de publicar el disco de continuación, el cual fue grabada en octubre del mismo año en los Olympic Studios (Londres) con la producción del propio Chas Chandler y con la ingeniería de Eddie Kramer. Un álbum que fue publicado en diciembre del 67 en el Reino Unido y en enero del año siguiente al otro lado del charco con el fin de evitar el solapamiento con el debut.

Este "Osado como el amor" era un álbum marcado por el imaginario de Hendrix que a pesar de publicarlo meses después de su debut desprendía cierta evolución y "madurez" en su sonido pues las estructuras de las canciones se alejaban del Blues del debut para mostrarse en distintas formas. Son el resultado de las luchas interiores de la mente exploradora del genio de Seattle para controlar su anarquismo compositivo y su imparable afán de dejarse llevar al interpretar los temas. Además en el disco se escuchaban más efectos de sonidos con mayor protagonismo de la guitarra que se expresaba de distintos modos: aguerridos riffs, distorsiones, solos para perderse,... dando enormes posibilidades al instrumento de las seis cuerdas.



La temática del disco, nos habla de amor y de otras cosas bellas surgidas del imaginario hippie con el que tanto conectó el virtuoso guitarrista e influenciadas por las drogas y la psicodelia. Lo que queda reflejado en la impactante portada a cargo del artista Roger Law que la fue ideando a partir de una foto real de los tres músicos hecha por el fotógrafo Kal Ferris y de una pintura iconográfica del dios hindú Vishnu/Krishna. La funda pretendía enlazar la ascendencia india de Hendrix con el espíritu indú tan en voga en la época, aunque al final no acabó siendo del agrado del líder de la banda.

                                   



En el interior del disco, aunque no aparecen los mayores éxitos de la Jimi Hendrix Experience si hay muchas de sus mejores canciones. Es el caso de canciones como "Little Wing", "Castles Made Of Sand" o la propia "Bold As Love" perfectas combinaciones de la voz susurrante y los riffs cargados de wah-wah al son de una sección rítmica enérgica. Son la cara calmada y pausada de un disco en el que predominan las canciones cargadas de fuerza y contundencia.



                                     


Aunque el caleidoscópico se abre de forma rara con el oscuro pasaje "Exp" que luego da entrada a "Up From The Skies", fornida pieza de esqueleto jazzístico pero de cuerpo psicodélico en su vertiente más perezosa. La sigue "Spanish Castle Magic", pura llama Hendrix de rock contundente y ácidas guitarras; "Wait until Tomorrow", que podría pertenecer a su siguiente disco ("Electric Ladyland" de 1968), con sus arrebatadores coros en falsete y su ritmo incesante; y "Ain't No Telling" cuya bella armonía es la base para la improvisación de la guitarra.


                    

Pero la joya de la corona es sin duda la balada "Little Wing", con sus efectos de sonido Phaser en la batería y voz, creando un sonido etéreo y flotante que elevó al rock como nunca y lo llevó hacia terrenos hasta entonces inexplorados. 

También tenemos "If 6 was 9" un sucio blues psicodélico perdido entre notas y efectos de las cuerdas; "You got me Floatin' " desprendiendo funkie por todos sus poros; o "Little miss Lover" con su fuerza incendiaria. "She's so Fine", compuesta y cantada por Noel Redding ( y Mitch Mitchell a las segundas voces), es una excelente pieza pop marcada por unos redobles de batería muy a la onda de los primeros The Who a no ser por las pinceladas incomparables del poderoso guitarrista. O el trepidante soul "One Rainy Wish".


                         

Tras la publicación no solo tuvo un éxito abultado de ventas (número 5 en UK varias semanas y número 3 en EEUU) sino que voló la cabeza de muchos músicos al mostrar nuevos horizontes. Luego llegaría "Electric Ladyland" (1968) y el fatal desenlace de la leyenda por todos conocido, pero  con "Axis: Bold as Love" se alcanzó una perfección artística buscada por los instintos inaplacables de su autor y se abrieron hacia el infinito las posibilidades del rock y de la guitarra gracias a las genialidades de su líder, pero sin desmerecer unos compañeros que demostraron ser las perfectas alas para hacer volar a un talento nunca antes vislumbrado. Eran las puertas del verano del amor, de los viajes de LSD y de las exploraciones sensoriales. Jimi Hendrix dio la respuesta a todo ello.


Por Àlex Guimerà





LITTLE WING:

Well she's walking through the clouds
With a circus mind
That's running wild
Butterflies and zebras and moonbeams
And fairly tales,
That's all she ever thinks about
Riding the wind
When I'm sad she comes to me
With a thousand smiles
She gives to me free
It's alright, she says
It's alright
Take anything you want from me
Anything
Fly on, little wing






martes, 9 de octubre de 2018

The Fratellis, grandes temas tras el one-hit wonder:





The Fratellis es una de esas bandas a reivindicar. Oriundos de Glasgow tuvieron la gracia de elegir el nombre de la película "Los Goonies" con el que también apellidan a sus miembros Jon (guitarra y voz principal),  Barry (bajo) y Mince (batería) a modo Ramones. Comenzaron su andadura con un new punk-pop en el disco de portada naif "Costello Music" (2006) junto con la movida marcada por gente como Arctic Monkeys, Libertines o Kaiser Chiefs  convirtiéndose en grupo Hype de mediados de década pasada con ventas de más de  millón y medio de su disco debut y proclamas de "Mejor Banda del Reino Unido". 


Fueron muchas noches de borrachera las que acabaron tarareando los coros de su gran hit "Chelsea Dagger" a lo hooligan -"laralá laralá laralá-,  cuando detrás del reconocido éxito se escondían  piezas vibrantes como "Henrieta" o  emocionantes como la dulce "Whistle  For The Choir" que demostraba unas buenas dotes melódicas del combo.

                          

Luego como muchas bandas del momento cayeron en un semi olvido a pesar de su notable continuación "Here We Stand" (2008), con la que les llovieron injustas críticas. Era un segundo y coherente disco con el que reafirmarse, basado en su particular alegría sonora que de nuevo mezclaba  rock, punk, glam y garage pero que también coqueteaba con el Brit Pop de la década anterior, arrojando para la ocasión gemas como "Look Out Sunshine!" o "My Friend John".

                        

Tras un silencio discográfico de cinco años - con parón de la banda inclusive propiciada por la presión padecida-  volvieron a por todas con un excelente álbum titulado " We Need Medicine" de coloreada portada  Pop Art. Dentro un sonido rock ochentero de corte clásico y unos estribillos más infalibles que nunca.  Era un disco con el que la banda parecía haber encontrado su verdadera fórmula a base de melodías y  ritmos irresistibles, aunque el formidable álbum no tuvo las ventas merecidas, quedando relegado a  sus más fieles seguidores que nunca les han abandonado y que quedaron prendados con "Seven Nights Seven Days", "Rock n Roll Will Break Your Heart", "Jeannie Nitro" y compañía.  





El elepé "Eyes Wide, Tongue Tide" apareció a los tres años confirmando el  buen rumbo del trío rock que aún bajando algo el listón lograba publicar otro buen álbum de rock con buenas piezas como  "Impostors (Little By Little)", "Baby Don' t You Lie To Me!" o "Desperate Guy".

                     

Así han llegado a 2018, en el que nos han regalado el que es su quinto álbum de estudio "In Your Own Sweet Time" con once nuevos cortes producidos por  Tony Hoffer (OK Go, Belle & Sebastian) y editados por Cooking Vynil con el que parecen haber perdido algo el norte por culpa de una producción algo caótica y forzada pero sobre todo por el viraje hacia la música de baile metiendo sintes, ritmos sampleados y echando a faltar su habitual frescura rockera. No obstante, cuando se alejan de sus nuevas fórmulas siguen arrojando temazos como "Starcrossed Losers" o "Laughing Gas". 




Son los  Barry Wallace, John Lawler y Gordon McRory, unos carismáticos escoceses que supieron ir más allá del one-hit-wonder de "Chelsea Dagger" labrándose una carrera plagada de grandes e intensos conciertos, la mayoría en el Reino Unido y siendo valor seguro de festivales. Aunque, hay que decirlo, nunca han pisado los escenarios barceloneses.


                 

Por Àlex Guimerà

martes, 2 de octubre de 2018

DISCOS DE 2018: IRON AND WINE - Weed Garden:





Con la llegada del nuevo curso,  nos llega nuevo material de uno de los mejores cantautores de nuestro tiempo como es Sam Beam. Y es que los últimos años su proyecto Iron And Wine ha mostrado una prodigalidad en lanzar nuevo material discográfico. Desde "Sing Into My Mouth" (2015) a dos manos con el Band Of Horses Ben Bridwell, a  los "Archive Series Volumen nº 1" (2015) y "Archive Series Volumen nº 3" (2017) formados por grabaciones caseras, descartes y versiones, y el álbum de estudio "Beast Epic" (2017); sin olvidarnos de "Love Letter Of Fire" (2016) acompañado por la californiana  Jesca Hoop. Con todo, en poco más de tres años cinco discos al mercado, al que se añade ahora este flamante EP publicado el 31 de agosto por Sub Pop formado seis canciones bajo el título "Weed Garden". Nueva demostración de la creatividad desbordante del de Virginia cuya facilidad para componer canciones de autor se salda con buenos resultados gracias a unas melodías siempre convincentes.

                             

Las nuevas piezas de "Weed Garden" son los descartes que no entraron en la versión definitiva de "Beast Epic"  y que afortunadamente Beam no ha querido mantener demasiado tiempo en el cajón.
Curioso es el caso de "Waves Of Galveston”,  pieza que viene interpretando en sus directos desde hace más de cinco años pero que se encontraba inédita en disco y que compuso para un proyecto audiovisual "State Songs" en el que varios artistas dedicaban una canción a un Estado, en su caso Texas. Y la espera ha merecido la pena puesto que la canción aparece fabulosamente empaquetada con arreglos de cuerdas y coros. Pero el EP lleva otros momentos destacables, como el crescendo de "What Hurts Worse", el medio tiempo para guitarra y voz "Last Of Your Rock n Roll Heroes" o el romanticismo minimalista de "Autumn Town Leaves".  La precede "Milkweed", con un barroquismo inquietante de cuerda y piano digna del mismísimo Nick Drake. Al malogrado bardo también recuerda la última "Talking To Fog", especialmente por el cello de fondo.
Un disco en formato reducido que poco aporta a lo que su hermano mayor del año pasado aportaba, pues las fórmulas siguen siendo las mismas, pero que no por ello desmerece lo mas mínima, pues se dejan escuchar muy bien, y lo que es más importante siguen engordando la herencia musical de un tipo que parece que no tiene fin.
Por Àlex Guimerà