lunes, 29 de julio de 2013

J. J. CALE l' adeu tranquil d' un músic discret:



 

Conegut popularment per haver composat el cèlebre tema d' Eric Clapton "Cocaine", J. J. Cale és molt més que el reconeixement que ha tingut. Es tracta d' un dels músics cabdals del blues sureny dels EEUU. Un Oakie, sorgit i forjat a les terres àrides d' Oklahoma, va reinterpretar la millor tradició blues adaptant-la al seu entorn rural, solejat i sorrenc, composant i interpretant com ningú una pila de cançons sota el denominat estil "Tulsa Sound", que també  incloïen elements country, rock, soul i inclús jazz.  Forjat als estats d' Oklahoma i Tenessee, va poder viure els ambients de Memphis als cinquanta i el rockabilly pioner. Després va publicar el seu èxit "After Midnight" sota el nom de Leather Coated Minds, tocar la guitarra amb Delanney And Bonny i col·laborar amb  Leon Russell, un altre crack del gènere.
 
 

Els seus millors treballs han estat possiblement "Naturally" (1971), "Oaki" (1974) i "Trobadour (1976), passant a ser desconeguts per un gran públic del que sempre ha fugit aquest músic retraigut - poques entrevistes i fotos n' hi ha d' ell - que es va fer construir un estudi de gravació amb els diners obtinguts dels drets per vendes de "Cocaine". Artesà de les cançons, s' ha estimat sempre més la qualitat a la quantitat,  de veu profunda i mestre de la "slow guitar" és tot un referent en el rock tradicional americà.
 
 

Entre els seus màxims seguidors a part de "mà lenta" es troben Neil Young i Mark Knopfler, a qui ha inspirat en les seves versions més calmades i introspectives. Amb el primer, a més, va copublicar  "The Road To Escondido" (2006) que el va situar a la primera plana del panorama musical obtenint un premi Grammy i tot.



Curiós que amb un tarannà musical tant calmat i plàcid li arribés la mort arrel d' un atac de cor. Aquest era el seu destí, i així del tot segur ell l' hauria acceptat serenament.

 

Oklahoma City, 5 de desembre de 1938 - La Jolla, Califòrnia, 26 de juliol de 2013. Descansi en pau.

miércoles, 24 de julio de 2013

DISCOS DEL 2013: SUEDE: BLOODSPORTS


 
Fueron una de las mejores bandas pop de los noventa. Con tres discos apabullantes - Suede (1993), Dog Man Star (1994) y Comming Up (1996) - supieron reinterpretar un género demasiado explotado en la década anterior. Y lo hicieron recogiendo las enseñanzas de la versión glam de Bowie (Ziggy) y del romanticismo post-punk de bandas como Echo & The Bunymen o los inconmensurables Smiths. Desacertadamente se les etiquetó como miembros del movimiento "Brit Pop" a pesar de que sus puntos de mira eran distintos. No obstante se subieron al tren para cosechar una cierta fama que se fue desvaneciendo con dos discos menores aunque no por ello despreciables - Head Music (1999) y  A New Morning (2002) - que pusieron punto y aparte a su carrera.

Ahora han vuelto con su sexto álbum después de una larga travesía por el desierto en la que su líder y alma mater Brett Anderson  publicó un disco con Bernard Butler (primer guitarrista y alma de Suede) bajo el nombre de "The Tears" y  otros cuatro en solitario en los que su talento ha aparecido algo difuminado.

Sin duda alguna me atrevo a señalar que "Bloodsports" es una de las buenas noticias del año, ya que con él recuperamos mucho de los mejores Suede, algo de lo que tiene bastante que ver el trabajo del productor Ed Buller (pilar en sus tres primeros discos) ya que el flamante larga duración de los londinenses rescata su sonido y fuerza de antaño.

 
Las guitarras de Oakes suenan potentes, la voz de Brett de nuevo es vigorosa, la batería tiene pegada, lo cual permite mayor lucimiento de unas composiciones que a pesar de que puedan parecer previsibles y repetitivas son efectivas y refrescantes. En este sentido me decanto por las iniciales "Barriers" y "Snowblind" que encienden el disco a toda mecha, pegadizas y épicas, ideales para que sus seguidores puedan saltar en un reencuentro en vivo con la banda, como si fueran hits de más de 15 años. Supongo que de eso se trataba. Algo parecido sucede con los singles "It Starts And Ends With You" o "Hit Me", que perfectamente podrían haber encajado en el "Comming Up", La-La-Lás incluidos. Otra destacable es "Sabotage", cargada de dramatismo y cuya musicalidad recuerda a los Cure más recientes.  En cambio en la apacible recta final del disco el tono desfallece un poco y se refugia en el  histrionismo vocal de Anderson y, como no, en las apasionadas letras de desamor que plagan los diez cortes.

La portada andrógina marca de la casa empaqueta este atinado álbum de regreso de una banda que vuelve a pisar fuerte manteniéndose fiel a su identidad. Lo cual no puede ser mas que motivo de celebración para quienes echábamos de menos al mejor pop añejo .
 
 
 
 
Por Alejandro Guimerà
 
Crónica publicada en

jueves, 18 de julio de 2013

DISCOS DEL 2013: IRON & WINE : GHOST ON GHOST

 
 

Iron & Wine es el proyecto tras el que se esconde un pequeño y polifacético genio de nueva cuña llamado Sam Beam. Inconformista con el arte y con la sociedad - fue un gran activista contra la administración Bush - , lleva a sus espaldas una solida carrera de más de diez años, con cinco álbumes de estudio, una muy recomendable compilación de caras B (Around The Well 2009), una colaboración con los grandes Calexico (In The Reins 2005) y varios EP y directos para nada despreciables.  Su sonido ha ido evolucionando desde el inicial folk acústico intimista hasta una diversificación de estilos musicales con la introducción de nuevas gamas melódicas, rítmicas e instrumentales, saltando a la fama con el fabuloso "Shepard´s Dog" (2007) y sobre todo con la inclusión de temas suyos en una popular serie televisiva (House) y en una película de gran repercusión adolescente (Crepúsculo).

Con este bagaje nos presenta su sexto trabajo  "Ghost on Ghost"" que no hace más que confirmar lo que ya sabíamos y esperamos de este tipo:  su enorme capacidad de sorprendernos y atraparnos en sus redes.  Y ello lo decimos tras escuchar a fondo un disco en el que el folk es el hilo conductor mediante el cual nos va introduciendo otros géneros.  Y es que a lo largo de los 12 cortes el de Florida pinta (como su otra afición!) con colores jazz (Lover´s Revolution), soul (Caugt In Brairs, Winter Prayers),  blues (Grass Widows), pop (Grace For Saints And Ramblers, New Mexico´s No Breeze) e incluso funk (Singers And The Endless Song) . Aunque para un servidor los mejores paisajes los encontramos de nuevo en los temas más comerciales (The Desert Babbler y Baby Center Stage),   dónde el barbudo cantautor nos  encandila con su dulzura vocal y su especial delicadeza al tratar las melodías. Sorteando los peligros de caer en la ñoñería fácil, son el espacio del disco reservado para la melancolía y lujuria sentimental.


 
 

Sin embargo estamos ante unas canciones altamente recomendables, llenas de matices y texturas sonoras de gran producción, no en vano los músicos de sesión con los que ha trabajado Beam han colaborado antes con ilustres de la talla de Bob Dylan, Paul Simon o Tom Waits.

Y a pesar de que suene a tópico, "Ghost on Ghost"" gana enteros con cada nueva escucha, cuando uno se va dando cuenta que lo que hace este tipo no tiene nada de sencillo, mientras te vas dejando transportar directamente hacia ambientes donde reina la paz y la armonía.

 

Por Alejandro Guimerà


Crónica publicada en http://www.paisajeselectricos.com/2013/05/18/iron-wine-ghost-on-ghost/.