miércoles, 24 de julio de 2013

DISCOS DEL 2013: SUEDE: BLOODSPORTS


 
Fueron una de las mejores bandas pop de los noventa. Con tres discos apabullantes - Suede (1993), Dog Man Star (1994) y Comming Up (1996) - supieron reinterpretar un género demasiado explotado en la década anterior. Y lo hicieron recogiendo las enseñanzas de la versión glam de Bowie (Ziggy) y del romanticismo post-punk de bandas como Echo & The Bunymen o los inconmensurables Smiths. Desacertadamente se les etiquetó como miembros del movimiento "Brit Pop" a pesar de que sus puntos de mira eran distintos. No obstante se subieron al tren para cosechar una cierta fama que se fue desvaneciendo con dos discos menores aunque no por ello despreciables - Head Music (1999) y  A New Morning (2002) - que pusieron punto y aparte a su carrera.

Ahora han vuelto con su sexto álbum después de una larga travesía por el desierto en la que su líder y alma mater Brett Anderson  publicó un disco con Bernard Butler (primer guitarrista y alma de Suede) bajo el nombre de "The Tears" y  otros cuatro en solitario en los que su talento ha aparecido algo difuminado.

Sin duda alguna me atrevo a señalar que "Bloodsports" es una de las buenas noticias del año, ya que con él recuperamos mucho de los mejores Suede, algo de lo que tiene bastante que ver el trabajo del productor Ed Buller (pilar en sus tres primeros discos) ya que el flamante larga duración de los londinenses rescata su sonido y fuerza de antaño.

 
Las guitarras de Oakes suenan potentes, la voz de Brett de nuevo es vigorosa, la batería tiene pegada, lo cual permite mayor lucimiento de unas composiciones que a pesar de que puedan parecer previsibles y repetitivas son efectivas y refrescantes. En este sentido me decanto por las iniciales "Barriers" y "Snowblind" que encienden el disco a toda mecha, pegadizas y épicas, ideales para que sus seguidores puedan saltar en un reencuentro en vivo con la banda, como si fueran hits de más de 15 años. Supongo que de eso se trataba. Algo parecido sucede con los singles "It Starts And Ends With You" o "Hit Me", que perfectamente podrían haber encajado en el "Comming Up", La-La-Lás incluidos. Otra destacable es "Sabotage", cargada de dramatismo y cuya musicalidad recuerda a los Cure más recientes.  En cambio en la apacible recta final del disco el tono desfallece un poco y se refugia en el  histrionismo vocal de Anderson y, como no, en las apasionadas letras de desamor que plagan los diez cortes.

La portada andrógina marca de la casa empaqueta este atinado álbum de regreso de una banda que vuelve a pisar fuerte manteniéndose fiel a su identidad. Lo cual no puede ser mas que motivo de celebración para quienes echábamos de menos al mejor pop añejo .
 
 
 
 
Por Alejandro Guimerà
 
Crónica publicada en

No hay comentarios:

Publicar un comentario