miércoles, 28 de julio de 2021

Muere Dusty Hill de los ZZ Top:

Joseph Michael "Dusty" Hill (19 de Mayo de 1949 – 27 de Julio 27 de 2021):









R.I.P.

viernes, 16 de julio de 2021

DISCOS DE 2021: KINGS OF CONVENIENCE- Peace Or Love:

               

                           

Doce años hemos tenido que esperar para poder escuchar el cuarto larga duración del dueto noruego formado por Erlend Øye y Erik Glambek Bøe. Amigos de escuela en su natal Bergen en 1999, arrancaron su andadura encima de los escenarios de media Europa fogueándose en festivales estivales hasta que el sello independiente americano Kindercore les produjo Quiet Is A New Load (2001) que grabaron el Liverpool, una vez ya se habían instalado en Londres, y gracias al cual se presentaron ante el mundo indie como banda revelación.

Aquel mismo año se editaba Versus, un álbum en el que varios artistas remezclaban sus temas alejándolos de su versión original desnuda y minimalista. Pero el verdadero salto de calidad lo dieron con Riot On Empty Street (2004), donde emergieron joyas con luz propia como “Homesick”, que les hizo ganar buenas críticas de la prensa especializada y nuevos fans.

Mientras tanto Erlend Øye se había mudado a Berlín y se había metido en nuevos retos musicales en los que la acústica quedaba abandonada a favor del synth pop, fundando la banda The Whitest Boy Alive con quienes ha tenido cierto éxito.

A pesar de un parón de cinco años, múltiples proyectos paralelos y rumores de disolución, la colaboración entre Erlend y Erik continuó con una nueva y notable entrega en 2009 llamada Declaration of Dependence con el que profundizaron más aún en sus habituales tonalidades acústicas.

                                        

Poco material para los más de 20 años de carrera y para esa identidad artística propia basada en el folk acústico, en las voces sincronizadas, en una mirada hacia el legado clásico de Simon y Garfunkel y en la Bossanova más sosegada. Una formación que además ofrece un directo formidable capaz de transmitir como pocos climas sonoros y sentimiento.

Pero bueno, hablemos de Peace Or Love, con el que los escandinavos dan continuidad lógica a su legado dentro de esta preciosa funda en la que vemos a los dos músicos en un plano desde arriba mientras juegan plácidamente al ajedrez. Publicado por EMI, el álbum comenzó a grabarse en 2017 pero quedó aplazado hasta que su antiguo productor Robert Jonnum les dio el impulso que necesitaban para terminar de grabar estas nuevas composiciones basadas en las dificultades que suponen perseguir el amor y la paz.


                            

Con guitarras cristalinas y voces cálidas apareciendo de entrada en “Rumours”, lo mismo que unos deliciosos y trabajados violines hacen en “Rock Trail” . Más desnuda, y con un punteo de guitarra que parece rescatado del folk de los sesenta, fluye “Comb My Hair”, mientras que “Angel” luce con ritmos Bossanova. Los mismos que escuchamos en “Fever” y en “Catholic Country”, esta última cantada a dueto con la cantautora Feist. La canadiense, que ya había colaborado con los KoC en 2004 en el álbum Riot On An Empty Street, repite en la frágil “Love Is A Lonely Thing”. “Killers” y “Song About It” nos transmiten una placidez y una calma que sólo ellos son capaces de crear con sus notas.

Símbolo de la “slow life”, que reza que la vida no debería dejarse escapar por el estrés y la velocidad en la que vivimos, si no hacer las cosas en su momento correcto; la música de los Kings Of Convenience podría calificarse como “slow music” con la que merece la pena pararse de tanto movimiento, degustarla y dejarse llevar por sus paisajes llenos de amor y paz.

Por Àlex Guimerà


sábado, 3 de julio de 2021

GRANDES DISCOS: The Doors por THE DOORS (1967):




Hoy se cumplen 40 años de la muerte de una de las personalidades mas controvertidas y geniales que ha dado el rock a lo largo de los años, hablamos del irrepetible e icónico Jim Morrison. Para ello que mejor que recordarlo con el disco debut de su banda que es para mi, su mejor y mas completa creación,  con perdón del L. A. Woman de 1971. Allí vamos.



Nos situamos en los EUA del año 1967, quizás el mas prolífico de cuantos haya habido para el rock. A lo largo de ese año salieron al mercado un elenco de obras maestras de entre los que encontramos los que son quizás los mejores discos de los Beatles,  Velvet Underground, Jimi Hendrix, Pink Floyd, los Cream de Eric Clapton, y de un larguísimo etcétera. 
 
El 4 de enero de ese mismo año la nueva banda “The Doors” (nombre recogido de un poema de William Blake “The Doors Of Perception”) sacaba su primer LP al mercado después de revolucionar la escena de clubes de Los Angeles con su rock ácido y antes de saltar directo hacia los primeros puestos de las ventas de todo el país.  El secreto del éxito, en una época en la que destacar ante tanto talento resultaba casi imposible, estaba quizás en la combinación de los cuatro músicos, cuya personalidad y formación e inquietudes artísticas resultaban del todo distintas.

                     


Pero la historia arrancó cuando un joven Jim Morrison, hijo de militar, estudiante de cine y gran amante de la poesía (Rimbaud y Baudelaire eran sus favoritos) conoció por casualidad en la playa de Venice (California) a otro universitario con ínfulas intelectuales como era Ray Manzarek,
Allí el cantante interpretó una “Moonlight Drive”, un tema que había compuesto él mismo, y que dejó tan impresionado al teclista que ambos decidieron armar una banda, para lo cual este último llamó a sus compañeros de meditación John Densmore (Batería) y Robbie Krieger (guitarra). Habían nacido los Doors.
Tras un periplo fogueándose en la mítica sala Whiskey A Go Go, en la que se fueron ganando un nombre entre los fans, llamaron la atención de la discográfica Elektra, una filial de la Warner hasta entonces especializada en Folk pero que estaba comenzando a fichar bandas rock californianas como Love o los Paul Butterfield Blues Band.

                   

Así surgió este debut, gravado a finales de Agosto de 1966 en los estudios angelinos de Sunset Sound Recorders y editado el 4 de enero del año siguiente con la legendaria portada lisérgica en la que el protagonismo es absorbido por el atractivo solista y letrista. En su interior una amalgama de sonidos crudos y oscuros con bases  blues pero también del jazz y la psicodelia, todo ello engalanado con una poesía que miraba hacia el lado más instintivo y salvaje del alma humana.

El hielo se rompe con “Break On Trought (To The Other Side)” una pieza estratosférica y que forma parte ya de la Banda Sonora de los años sesenta. Con su bajo marcando el irresistible e inquietante ritmo y Morrison gritando al final de la estrofa, la letra fue censurada por Elektra que quitó "high" por ver apología a drogarse (razón no les faltaba). La otra emblemática del disco es  “Ligh My Fire”  cuyo solo de teclado Manzarek al medio de la canción es una locura psicodélica que resultó un hito para la época.

El álbum se completa con blues de alta intensidad con piezas como las propias  "Soul Kitchen" y "Twentieth Century Fox" o la versión de Willie Dixon "Black Door Man" que ya habían recuperado el año anterior The Shadow Of Knight, pero que aquí suena bastante más salvaje. Otra versión que encontramos en el disco es la del clásico de Bertolt Brecht "Alabama Song (Whisky Bar)", un tema que destaca por su toque cabaretero, el uso de trombones y campanillas en una línia que la banda explotaría en discos venideros.

También tenemos piezas oníricas naifs como "The Christal Ship" o taciturnas "End Of The Night", interpretadas con toda la calidez vocal y los tempos pausados instrumentales. O las piezas "pop" "I Looked At You" y "Take It As It Comes", rítmicas y dinámicas pero también desgarradoras.


Para el final, la froidiana The End, una irreverente catarsis personal de Morrison de mas de once minutos en la que su eros y tanatos se entremezclan en una lucha de poder dónde quien  gana es la épica rock y donde su complejo de Edipo provocó las peores reacciones de la censura y pensamientos conservadores de la época. 

                                

Con su publicación los Doors adquirieron estatus de estrellas y sus apariciones en televisión  fueron memorables- Ed Sullivan les acabó vetando en su Show por su lenguaje soez en directo-, como también lo fueron sus conciertos en estadios ante miles de fans y con un Morrison cada vez más descontrolado por sus problemas con el alcohol y las drogas, con escándalos y problemas con la policía. Entre medio cinco buenos discos más hasta que la leyenda decidió retirarse momentáneamente a París, lugar donde halló la muerte en unas circunstancias que aún a día de hoy no aparecen claras.

Afortunadamente el mito nos dejó el debut y el cénit creativo de su banda y la particular revolución artística que trajo en aquellos años de mayor explosión social y cultural del siglo XX.



Por Àlex Guimerà





THE END

This is the end, beautiful friend
This is the end, my only friend
The end of our elaborate plans
The end of ev'rything that stands
The end


No safety or surprise
The end
I'll never look into your eyes again
Can you picture what will be
So limitless and free
Desperately in need of
some strangers hand
In a desperate land
Lost in a Roman wilderness of pain
And all the children are insane
All the children are insane
Waiting for the summer rain
There's danger on the edge of town
Ride the king's highway
Weird scenes inside the goldmine
Ride the highway West baby
Ride the snake
Ride the snake
To the lake
To the lake
The ancient lake baby
The snake is long
Seven miles
Ride the snake
He's old
And his skin is cold
The west is the best
The west is the best
Get here and we'll do the…