jueves, 30 de julio de 2015

HARD ROCK RISING BARCELONA: Vetusta Morla+ Lenny Kravitz+ Kings Of Leon (24/7/15):


Curioso este festival (itinerante) que han organizado los de Hard Rock con ayuda de Live Nation. Un programa con seis grupos por día, cabezas de cartel muy potentes de rock comercial y un emplazamiento novedoso en la Playa del Forum justo al lado de la playa, y con la zona industrial de San Adrià del Besós de fondo, todo sea dicho. El montaje dio buenas cifras de entrada (15.000 espectadores por jornada) y un éxito de la organización, tanto por el montaje de las bebidas (con pulseras recargables), como por la confortable zona VIP, como por los DJs de los Nasty Mondays entre conciertos (buenísimo el repertorio que pincharon para entretener las esperas), como por la puntualidad (sólo un cuarto de hora de retraso de lo previsto) de los conciertos. Por poner una pega, quizás la ubicación limitada hacía algo claustrofóbico el paso entre el público, pues la acumulación de personas únicamente iba en sentido vertical y no a lo ancho.
En cuanto a los conciertos del viernes, si bien comenzaron con los aperitivos de “Osceolla Brothers” y “The Carnabis”, y terminaron con la electrónica de Steve Angello, la atención de la jornada roquera se la llevaron nuestros Vetusta Morla, el legendario Lenny Kravitz y los ídolos del indie rock Kings Of Leon.



VETUSTA MORLA:


Es una pena que estén tan solos en el mainstream rockero español. Cierto es que el grupo lo merece, pero nos lamentamos que no haya otros como ellos que tengan el mismo gancho entre el gran público y que sean tan bien acogidos por los grandes festivales.
Programados a última hora de la tarde, quien los ha podido gozar de noche sabe que lucen mucho mas, y no solo por el potente juego de luces que siempre les acompaña, sino por el romanticismo épico de su música que encaja mucho mas con la caída del sol.
No obstante, los madrileños lo bordaron como se esperaba, su fuerza y carisma junto con su sonido pluscuamperfecto contagiaron a un respetable que (a excepción del público foráneo) conocía al dedillo sus letras. Y es que con sus ya tres discos el repertorio de los Vetusta Morla ya tiene cierto grosor para aguantar a buen tono los conciertos.
Además, el bueno de Pucho desplegó toda su humildad y simpatía que adornó dirigiéndose al público en un perfecto catalán (gesto que fue muy agradecido) y animándonos a superar el bochorno que gobernaba en aquellas orillas.
Así comenzaron a lo bestia con la majestuosa “Los días raros” para seguirles otros hits como “Golpe perfecto”,  “Mapas”, “La Deriva” o los mas lejanos “Sálvese quien pueda”, “Copenhague”, “Valiente” o “Saharabbey road” . Con todo el arsenal de percusiones, las guitarras a tope y los efectos de los sintetizadores funcionando a la perfección.
Para el final una más reciente “Fiesta Mayor”, que es el sentimiento que dejó ante el respetable una actuación que abrió por la puerta grande el festival. Unos que nunca, nunca fallan.

LENNY KRAVITZ:


¿El plato fuerte del viernes? Al menos era el nombre más reconocible de los que había. Un clásico del rock de los noventa que ha tenido sus momentos en el nuevo milenio y que siempre viene cargado con su mezcla de sonidos rock (funky, rock de los sesenta, hard rock, pop, rythm’ n blues,….). Para la ocasión vino acompañado por hasta diez músicos formados por su banda habitual más un coro de tres chicas y una sección de viento. Con una estética que rememoraba los conciertos de los setenta, y recordaba a las tardías estrellas de la Motown en los setenta, la actuación vino impregnada por el espíritu del black power, buscando atrapar al público a base de la entrega del escenario, del sentir musical y de los ritmos vertiginosos, y evitar el clásico concierto de repetición de éxitos propios cual banda de auto homenaje.


Para empezar  ““Frankestein” el único tema que tocaría de su último disco “Strut” (2014). Tras él, un primer plato fuerte con la versión funky de “American Woman” de los Guess Who, primeros guitarrazos y brazos en alto de los fans, y luego “It Ain’ t Over Til It’ s Over” del disco “Mama Said” (1991) del que también tocó la aguerrida “Always On The Run”. Mas reciente fue “Dancin’ Till I Down” que encajaba a las mil maravillas con el dispositivo del escenario, ritmos negros sensuales adornados con coros y los saxos. Y qué decir de la sensual "I Belong To You".
Con la lejana “Let Love Rule” del debut del artista de 1989, alargadísima e interpretada en distintos ritmos (balada épica y pastilla rock), pudimos ver a un Lenny mesiánico haciendo un baño de multitudes cuando bajó del escenario rodeado de seguratas para recorrer a lo largo y ancho las primeras filas, antes de invitarnos a corear el estribillo.


Si bien el concierto del de Nueva York duró mas de hora y cuarto únicamente aparecieron nueve temas. Pues el kid se basó en exprimir cada una de las piezas al máximo por el virtuosismo de los músicos que había en el escenario. Prolongaciones de mas de diez minutos, solos interminables de guitarra, vientos y batería (menuda exhibición rollo "Whiplash" de su inseprabale Cindy Blackman), baños de público, puños en alto a lo panteras... Quizás en ocasiones bordó el aburrimiento pero hay que valorar su autenticidad y como nos transportó a las giras americanas de los grupos de música negra en los setenta.
Y para el final dos trallazos guitarreros como "Fly Away" y la insigne "Are You Gonna Go My Way" con su épico riff y para que la estrella agarró la guitarra flecha. Un final perfecto con la audiencia desbordada del concierto de este artista total, sex simbol, prodigio musical e ídolo de toda una generación.

KINGS OF LEON:


El tercer gran plato de la velada llegó con los hermanos (y primo) Followill en un concierto en el que al contrario de su predecesor ofrecieron un amplio y completo setlist. En su vuelta a Barcelona tras mas de seis años de ausencia (en 2008 tocaron en el festival Summercase muy cerca del lugar) no puede decirse que defraudaron. El sonido estuvo compacto, las guitarras a toda mecha, la voz de Caleb sobrada y emotiva - menudos los tres vozarrones de los grupos del viernes - y el contacto con el público resultó efectivo.
Para abrir boca "Supersoaker" de su reciente "Mechanical Bull" (2013), luego llegarían éxitos como "Taper Jean Girl" o "Closer", la funky "Family Tree", las recientes "Pyro" y "Temple" con su estribillo arrebatador, o "Mary" balada de formas retro que les sienta fenomenal.  También la única que tocaron de su debut "Molly Chambers" con sus aromas de rock sureño.
Y es que los Kings Of Leon son una banda que generan emociones, auditivas con su potencia rockera, sentimental con la pasión de las canciones y para sus directos visual con sus vídeos proyectados en las pantallas. Pues en el concierto del viernes pudimos gozar de efectos de colores formas psicodélicas, luces, ... para adornar su adorable propuesta.
Ya en la recta final, la tímida aparición de la lluvia nos hacía temer lo peor, por suerte tuvieron tiempo de tocar "On Call" y luego cuatro temazos de su disco insigne ("Only By The Night" 2008) como son "Notion", la balada "Cold Desert", la aclamada "Use Somebody"  y su himno bestial "Sex On Fire" con el desenfreno bajo el escenario. Con estos últimos cerraron a lo grande su esperado concierto. Encima nos dieron la buena noticia del anuncio de un pronto regreso. Esperemos que sea cierto.


jueves, 23 de julio de 2015

DISCOS DE 2015: CALEXICO - EDGE OF THE SUN:




Fabuloso el último coletazo de esta monumental banda nacida a finales de los noventa como escisión de otra joya de la corona como son los Giant Sand. Con su noveno disco de estudio dejan atrás el seminal "The Black Light" (1998) para acercarse más al camino trazado en "Algiers" (2012). Aunque este "Edge Of The Sun" es menos popie que su predecesor y más experimental. Profundizando en los desiertos de la fusión de sonidos latinos con los sonidos americanos, los Calexico parece que no tengan (pongan) fin en un terreno de los que se han erigido auténticos maestros disco a disco.



En "The Edge Of The Sun" los de Tucson se han rodeado de un elenco de colaboradores que van desde primeras espadas del indie norteamericano (Neco Sake de los "New Pornographers", Sam Beam de "Iron & Wine" y Ben Bridwell de "Band Of Horses", estos dos últimos por cierto acaban de sacar disco juntos ), a voces latinas (la cantautora guatemaltesa Gaby Moreno, la mejicana Carla Morrison, y nuestra Amparo Sánchez) hasta músicos griegos (a cargo de la banda griega "Takim").


Para este 2015 nos traen pop delicioso de ampulosa instrumentación ("Falling From The Sky"), baladas arenosas de las que no aburren ("When The Angels Played" o "Woodshed Waltz"), bailoteos latinos entremedio de sintes minimalistas ("Cumbia de donde" con la voz de Amparanoia), lujurias sentimentales pensadas para violines ("Miles From The Sea"), piezas instrumentales cargadas de sonido mariachi ("Coyocán"), viajes sonoros por el desierto (“World Undone”) o guitarrazos aguerridos desde la frontera ("Beneath The City Of Dreams"). Para "Bullets & Rocks" recuperan a Sam Beam (con quien publicaron "In The Reins" hace diez años) buscando su misticismo, en "Tapping On The Line" es Carla Morrison quien con sus segundas voces hace las delicias del oyente.
                                
Además, para los mas fans y para aquellos a los que los doce nuevos cortes les sepan a poco, la edición limitada de un doble vinilo (o cedé) aporta seis bonus tracks que perfectamente podrían haber formado parte del LP. Es lo que tiene ir sobrado de ideas, talento, producción,...y grandeza. La grandeza de esta banda que esperemos que el tiempo sitúe entre las mejores de nuestra época. Su inmensa aportación aboga por ello, nadie antes había fusionado géneros tan opuestos como el rock de raíces, el pop y la música tradicional mejicana. Tex Mex del bueno.

Por Alejandro Guimerà 

jueves, 16 de julio de 2015

GRANDES DISCOS: Tubular Bells (1973) por MIKE OLDFIELD:


                         

Muchos conocen que "Tubular Bells" es uno de los discos imprescindibles para entender la década de los setenta y el nacimiento del New Age, pocos en cambio que el disco fue compuesto por Mike Oldfield cuando tenía 17 años y grabado como su debut dos años después, impulsando además el nacimiento de la que sería discográfica multinacional "Virgin Records" al alcanzar ventas millonarias.
Pero todo comenzó cuando un muchacho inglés de clase media empezó a interesarse ferozmente por la música, lo que le ayudaba a refugiarse de los problemas familiares. Su madre tras dar a luz un bebé con síndrome de down empezó a desarrollar una enfermedad psicológica y a desestructurar su familia. Fue en esa época cuando Mike abandonó el colegio y se dedicó a aprender música autodidácticamente hasta que formó el dueto "The Sallyangie" junto a su hermana Sally, destacando como un virtuoso y precoz guitarrista. A los quince entró a formar parte de la banda de Kevin Ayers como bajista hasta que abandonó su formación para empezar a experimentar con una grabadora de dos pistas de la que surgió una maqueta con los primeros bocetos de " Campanas Tubulares" en la que suenan distintos instrumentos tocados por el propio adolescente.


Después de intentar sin fortuna convencer a distintas discográficas, fue contratado para tocar como músico de sesión en la mansión-estudio de grabación The Manor (Oxford). Fue en ese momento cuando el tímido a la vez que osado chaval logró que los técnicos de sonido escucharan su maqueta y se convencieran para producir un disco extraño en aquellos tiempos: con una sola canción sin voces ni letras. Eran los inicios de la compañía "Virgin" y su factótum - un joven emprendedor Richard Branson - comprendió que debían de apostar ciegamente por tan arriesgado proyecto.


                   


Es en este punto dónde empieza todo el proceso de grabación de esta obra musical cumbre del siglo XX. Para la cara A del disco únicamente se necesitó de una semana en The Manor y , eso sí, un elenco instrumental y un moderno equipo de grabación multipistas que abasteció al genio naciente. Según parece, los estudios habían estado ocupados anteriormente por John Cale y al retirarse sus instrumentos Mike se fijó en unas campanas tubulares que quiso incorporar a su arsenal. No podía imaginarse la fama que llegaría a lograr aquel instrumento. La cara B fue registrada en distintos estudios y durante seis meses, para completar el disco cuya portada hecha por el artista Trevor Key mostraba una campana tubular moldeada delante de un relajante paisaje marítimo.


Lo primero que escuchamos es el archifamoso, inquietante e hipnótico teclado con su carencia irregular sobre el cual va construyéndose la trama del disco. Flautas, guitarras eléctricas, piano, sintetizadores, percusiones,... todos ellos perfectamente intercalados en subidas hacia el clímax y bajadas, evocando estados anímicos a veces buenos, a veces malos. Las melodías van enlazándose con estructuras de música clásica, mientras que el ritmo y muchos de los instrumentos vienen del rock.

        

Uno de los mejores momentos del álbum lo encontramos al final de la primera cara cuando la voz del cómico Vivian Stanshall va presentando distintos instrumentos que se van añadiendo a una preciosa melodía para completarse con la final " Tubular Bells!". Brillante es la línea de bajo de esta parte, en la que el músico demuestra su habilidad y particular forma de tocar la guitarra de cuatro cuerdas. La segunda cara nos trae nuevas armonías y mas ritmos cambiantes e incluye un tenebroso pasaje con las voces de ultratumba (de Mike) emulando a un "hombre de las cavernas".

                                         
Al terminar la grabación, Oldfield tocó fondo anímicamente y se encerró en si mismo rehuyendo de una fama que había logrado paulatinamente con la gran acogida que había tenido su ópera prima, gracias al boca a boca y a la inclusión de algunas de sus melodías en la exitosa e inquietante película de terror "El exorcista". El joven Mike, que ya había sufrido cambios de personalidad años antes por culpa del consumo de alucinógenos, se había vaciado tanto con las sesiones de estudio que quedó desequilibrado e inmerso en una fuerte depresión que se incrementó el fallecimiento de su madre en 1974.

"Tubular Bells" ha tenido varias reediciones e incluso un segundo y tercer volumen, y ya forma parte del imaginario colectivo, tal y como pudimos ver en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con la actuación de Mike Oldfield, defendiendo su trabajo ante todo el mundo tras casi 40 años de su gestación. Unos años en los que el multinstrumentalista ha labrado una sólida carrera en la que nunca ha llegado a superar este primer trabajo que fue creado desde su más íntimo dolor.



Por Alejandro Guimerà

jueves, 9 de julio de 2015

COUNTING CROWS (+L.A.) en la Sala Razzmatazz el 7/07/15:



Qué lujazo de telonero y qué lujazo de músico que tenemos en Luis Alberto Segura (aka L. A.). Con el mallorquín solo en el escenario y su guitarra eléctrica demostró que la fuerza de sus canciones no dependen de una potente instrumentación. Su prodigiosa garganta y su modo apasionado de defender su música calaron entre una audiencia cuarentona que habían ido a ver a sus héroes de los noventa y que a muy seguro pocos de ellos conocían a este proyecto tan interesante que es L.A. Ataviado con un gorro que impedía comprobar si aún luce el pelo de color amarillo, tal y como aparece en la portada de su nuevo disco “From The City To The Ocean“. De lo nuevo interpretó “Higher Place” y “Secrets Undone” creando un clima tierno a la vez que desgarrador. Encima tuvo la humildad de agradecernos estar allí para ver a los Counting Crows. Estaremos atentos a su gira de verano, de momento sabemos que su nuevo trabajo tiene volada.



Casi media hora después los Counting Crows, con los siete músicos colocados en sus puestos y un Adam Duritz que lucía una camiseta de los Beatles (con la que se ganó mis simpatías) y su voluptuosa cabellera rastafari (¿peluca?) para estrenarse con ” Sullivan Street” de su famoso debut “August and Everything After” (1993) que fue tan aclamada que acabó siendo cantada por el público. Poco después aparecería otra canción del mismo disco, la canción con la que los CC se hicieron famosos hasta en la luna: “Mr Jones“. Desfigurada, excesivamente anticipada y apática no alcanzó su plenitud, será por el tedio que debe causar a sus creadores a los que se vio algo cansinos con ella. Una lástima.



Mucho mas entregados se mostraron con las del nuevo “Somewhere under wonderland” (2014) como la saltarina “Scarecrow”, la springstiniana “John Appleseed’ s Lament” o el hit “Earthquake Driver”. Para presentar “Cover Up The Sun ” un Adam simpático se sentó en plan cuentacuentos y nos narró la historia de un actor-cómico mejicano llamado Pedro y cómo rozó el éxito en Hollywwood. Luego todo el arsenal country de la canción, arsenal repetido en la versión de “You Ain’ t Going Nowhere” de Bob Dylan (aunque la elegida fue la redefinida por los Byrds de Gram Parsons). Otra versión que hicieron fue “Start Again” de los fabulososTeenage Fanclub, y “Big Yellow Taxi” de Joni Mitchell incluida en su “Hard Candy” (2002). También la folkie “Blues Run the Game” tocada a voz y acústica brillantemente punteada por David Immerglück, quien también había demostrado su virtuosismo a la mandolina.

El papel de gamberro lo hicieron el guitarra Dan Vickrey y el teclista Charlie Guillngham. El primero desconcertó a Adam al cantar mientras el segundo se subía por todos los sitios con su acordeón.

Precisamente es el buen rollo entre la banda y la conexión musical lo que debe funcionar para que estos tipos a los que muchos deben suponer extinguidos sigan dando conciertos y de vez en cuando sacando algún buen disco. Y en directo suenan a la perfección, siete músicos dotados y buenas canciones no pueden dar otro resultado.



Para la recta final un sentido al principio y atronador al final “A Long December” con Duritz al piano de cola con el que acabaron el set y “Palisades Park” (exhibición de canto), la mítica “Rain King” y la balada “Holiday In Spain” con su frase “And catch a plane to Barcelona ’cause this city’s a drag” cantada al unisono. Luego la banda se largaría con su cantante chillando “Razzmatazz!”. Una palabra que se refiere a la diversión, algo que los Counting Crows siguen haciendo, tras mas de veinte años y tras la alargada sombra de “Mr. Jones”.