lunes, 28 de junio de 2021

DISCOS DEL 2021: THE FRATELLIS – Half Drunk Under a Full Moon:



The Fratellis van ya para los 15 años de carrera, tiempo en los que han superado ser el Hype del momento y la enésima banda One-Hit- Wonder. Y lo han hecho publicando un puñado de discos interesantes en los que se han inspirado en el punk más melódico, en el glam rock de Bowie o T. Rex o en el power pop británico. Si bien sus inicios quedaron marcados por "Costello Music" (2006) y los estribillos para corear en una noche de borrachera de piezas como "Chelsea Dagger" o "Henrieta", el trascurso de los años y de sus canciones les ha otorgado una credibilidad musical que ha pasado a nuestro entender demasiado desapercibida. Especialmente incomprensible e injusto es el hecho que un excelente álbum como fue " We Need Medicine" (2013) repleto de grandes temas de rock ochentero de patrón clásico pasara sin pena ni gloria. A aquel le siguieron otros dos álbumes ciertamente notables como son "Eyes Wide, Tongue Tide" (2015) e "In Your Own Sweet Time" (2018), que preceden a este “ Half Drunk Under a Full Moon” en dónde parecen haber recuperado su mejor inspiración.

                       

El disco en cuestión ha sido grabado por este trío formado por John Lawler,  Barry Wallace y Gordon McRory (aka John, Barry y Gordon Fratelli) en Los Ángeles con la ayuda del artífice del sonido de su debut y de sus dos últimos trabajos de estudio, el productor Tony Hoffer (también de Beck, Kooks, Belle & Sebastian, Supergrass…) quien ha realizado una labor formidable recubriendo a las guitarras y batería con ricas capas de instrumentos clásicos.

 

Para la apertura, la que da título al paquete, un tema de estadios (o festivales veraniegos, más bien) cargado de triunfalismo y coros a pleno pulmón, ecos a Scott Walker y al “muro de sonido”, para dejarnos claro de buen comienzo que nos encontramos ante el trabajo de madurez del trío escocés. Lo confirman los ritmos setenteros de “Need A Little Love”, que presentan toda una declaración de sensualidad y pasión de quienes años ha fueran estandarte del rock británico más gamberro.

                         

Especialmente irresistibles son las que le siguen, “Lay Your Body Down”, himno pop dónde los haya con su toque melancólico  y unas letales capas de sonido y “The Last Songbird” luminoso canto al amor quizás algo edulcorado pero no por ello menos memorable.

 

La taciturna “Strangers In The Street” suena a puro Burt Bachanan con la orquesta deslizando su romanticismo, mientras que “Living In The Dark” de aromas sixties nos lleva directamente hacia la pista de baile.  Le van a la zaga otras marchosas como son “Six Days In June” y “Oh Roxy”, esta última con un ritmo de teclado monumental. 

 

El cierre lo pone la ensoñadora “Hello Stranger”, eso si no tienes la versión Deluxe en la que se añaden hasta ocho temas entre los cuales se atreven con una versión punk de “Runaround Sue” de Dion y revisan tres piezas del álbum.

                               

En estos tiempos grises y extraños, los hermanos Fratellis regresan directos del olvido de los fans, para arrojarnos algo de color a la vida con lo que mejor se les da: regar nuestros oídos con un ramillete de buenas canciones pop-rock de melodías infalibles y espíritu jovial. Necesarios.

 

Por Àlex Guimerà.


Publicado en 

sábado, 12 de junio de 2021

TRILOGÍAS DEL ROCK: BLUR:


Con la mirada que da el tiempo hemos podido valorar lo positivo de aquello que se llamó como "Brit Pop" por los medios de comunicación y que las compañías discográficas supieron aprovechar en aras a la rentabilización de las ventas de discos.

Uno de los estandartes era la banda londinense Blur formada por Damon Albarn (voz y guitarra), Graham Coxon (guitarra y coros), Alex James (bajo) y Dave Rowntree (batería). Un carismático cuarteto que en tres años produjo una notable trilogía de discos con el que recuperaban la mirada crítica hacia la vieja Inglaterra que Ray Davies tanto había explorado en las décadas de los sesenta (también en su gloriosa y desconocida época power pop en los setenta) y lo hacía a través de un pop renovado y vitalista, a veces deprimente, que cautivó a toda una generación. Vayamos a recuperarla porqué merece la pena:



Modern Life Is Rubbish (1993):



El más desconocido de la trilogía no alcanzó el éxito de sus continuadores y quizás sea el que mayor crudeza y capacidad crítica alberga. Y es que este disco fue un gran salto respecto al debut "Leisure" con el que la banda ofrecía un pop psicodélico siguiendo la estela del Madchester ya que aquí el cuarteto tiró hacia las guitarras del pop británico clásico y abrazó cierta ironía que miraba hacia la realidad de la sociedad británica. Con piezas pegadizas como "For Tomorrow", "Sunday Sunday" o "Colin Zeal" alternadas con piezas más calmadas como "Blue Jeans" o "Miss America". Estaban prfilando su sonido. 

Una de las penas es que la versión original del álbum no incluyera el single "Popscene" un tema grunge-shoegaze que si bien desentonaba con el álbum se hizo famosa entre sus fans en sus enérgicos directos.




Parklife (1994):




La fama de la banda llegó con este trabajo y gracias a singles imbatibles que llenaron las discotecas de todo el mundo. Son los "Parklife", una pieza que era narrada por  y que venía acompañada por un divertido videoclip de la banda en dónde acorde con la letra se ironizaba en los pasatiempos y diversiones de los británicos. Y "Girls & Boys" con su ritmo de bajo saltarín y su inspiración en los viajes hacia las costas españolas de la juventud inglesa . Pero el disco albergaba mucho más, como las reflexiones de los baladones "End Of A Century" y "This Is A Low", la pieza musical de feria "The Debt Collector", los guitarrazos grunge de "Jubilee" y "Bankholiday", la melancolía de "Badhead", más pop saltarín con "Tracey Jacks" y "Magic America", una pieza por antonomasia de desamor com es "To The End", el pop ochentero de "London Loves" o los ejercicios de taciturnidad de "Far Out" con la voz de Coxon. Casi nada.



The Great Escape (1995):



Apenas un año después la banda nuevamente se zambullía con un nuevo éxito con este disco titulado en homenaje a la película de Steve McQueen y en la que los elementos electrónicos y syntes son introducidos junto a las guitarras potentes para seguir produciendo hits de calibre como "Charmlessman" (inmortal su"na-na-na-na-ná"), "Country House" o "The Universal" con su clip rememorando "Odisea 2001" de Kubrick. La crítica social no cesaba con letras potentes como "Stereotypes", "He Thought Of Cars"o "Top Man". Tampoco olvidemos las grandes melodías ("Best Days"), los guitarrazos ("Globe Alone"),  los ejercicios de irreverencia melodramática ("Ernold Same"), más pop lúcido ("It Could Be You") y muchos personajes inventados. Como "Dan Abnormal" alter ego y anagrama de Damon Albarn.