martes, 30 de abril de 2019

DISCOS DE 2019: ANDREW BIRD- My Finest Work Yet:




Con una carrera musical que arrancó en 1996 y que ha arrojado 17 discos de estudio, ha tenido que llegar a este año para publicar, como indica su título, su mejor trabajo. Para muchos Andrew Bird es un auténtico desconocido, para otros es un músico de culto y una referencia a tener en cuenta que comenzó como violinista de jazz pero con el tiempo ha ido experimentando y entrando en los terrenos del pop, culminando su camino con dos excelsos trabajos como son "The Mysterious Production Of Eggs" (2005) y "Armchair Apocrypha" (2007) en los que demostraba la belleza de las composiciones sencillas, sus aptitudes instrumentales y la facilidad de crear ambientes evasivos.
El álbum ha sido editado por Loma Vista Recordings  con una portada llamativa en la que  se reproduce el cuadro neorrealista de Jaques-Louis David "La Muerte de Marat" de 1793 con Bird exhausto en el mausoleo papel en mano.
A pesar de que los instrumentos fueron grabados conjuntamente y en directo sin uso de pistas separadas, el sonido aparece compacto y trabajado, demostrando los buenos músicos que son Bird a las cuerdas rasgadas (excelentes sus pizzicatos) y Tyler Chester en unos teclados omnipresentes y perfectos.

Muestra de ello es la apertura (y  por el momento exitoso single) "Sisyphus" que  viene embellecida por un silbido que se ha convertido en marca de la casa del cantautor, su mezcla entre el folk y el soft-rock, lo emparejan con Gilvert O ' Sullivan pero también y tomando referencias más actuales con el Father John Misty más melódico y racional.
Otra que destaca del paquete es "Manifest", una tierna pieza pop-folk  con un piano que marca el ritmo como nunca y con una letra que reflexiona sobre la muerte. "Bloodless", en cambio, nos trae los aromas del blues, aunque su desarrollo instrumental sea  bastante sofisticado, con unos sensacionales punteos y rasgueos de violín junto a un órgano de ambiente. Por cierto su letra es una crítica a la situación política actual comparándola a la Catalunya de 1936 y a lo que él llama "Uncivil War".

                                   


"Archipielago" es jazz vocal envuelto en violines de celofán, y una voz de Bird más cálida que nunca cantando al humanismo . Con "Olympians" llega el indie de corte más clásico, y con él los gritos épicos, la energía  y las guitarras, y en "Cracking Codes" el sentimentalismo se deja fluir entre silbidos lejanos.  "Fallorum" es dream pop con unas brillantes y armonizadas voces y ritmos étnicos, "Proxy War" arranca de forma funkie, "Don The Strugge" trae unos interesantes cambios de ritmo y "Bellevue Bridge Club" cierra el disco a lo grande con una pieza folk pop deliciosa.    
Un disco con el que esperemos crítica y público hagan por fin justicia y abracen la música de este estiloso y prolífico músico de Illinois capaz de ofrecer trabajos como este que se esconde en una funda con imagen de obra de arte pero que en su interior también lo es.

Por Àlex Guimerà

Publicado en 

martes, 23 de abril de 2019

ROCK N' BOOK (VIII):



Un altre any, per Sant Jordi volem fer-vos unes propostes de lectures relacionades amb l' univers del rock. Perquè de vegades la literatura s' escolta alhora que es llegeix. Esperem que us agradi la nostra tria.




"Petty: La biografía". Warren Zanes- Traducción Javier Lucini. Editorial Neo-sounds (2018)




"Mujeres del rock. Su historia". Anabel Vélez. Editorial Robinbook. (2018)





"Deep purple - Historia de la saga". José Luís Martín. MA NON TROPPO ediciones. (2018)





"Manchester: El sonido de la ciudad: De Joy Division a Madchester (1976-1991)". Marcos Gendre. Editorial Milenio (2018).









1050 Discos Cardinales. Juan José Mestre García. Makma ediciones. (2018)




Imagine John Yoko. John Lennon/Yoko Ono. Editorial Blume (2018)




No olvides las canciones que te salvaron la vida. Carlos Pérez de Ziriza. Efe Eme (2019)


miércoles, 10 de abril de 2019

GRANDES DISCOS: "New Wave" (1993) por The Auteurs:


Gran parte de la crítica musical da como pistoletazo de salida de lo que ellos mismos etiquetaron bajo el nombre de Brit Pop a la publicación de los singles "Popscene" de Blur y "The Drowers" de Suede en 1992. Precisamente la banda de Bret Anderson se había hecho famosa en los circuitos de conciertos en salas pequeñas con sus directos incendiarios, en los que contó como teloneros a los protagonistas que nos ocupan, los cuales pasaron demasiado desapercibidos por el pop británico que afectó a medio mundo a mitad de los noventa, a pesar de publicar uno de sus mejores discos (si no el mejor).

                                              

Pero vayamos por partes. El artefacto en cuestión fue ideado y liderado por un joven Luke Haines, quien tras salir rebotado su banda de instituto The Servants, con quién grabó dos discos que pasaron sin pena ni gloria, decide formar una banda junto a su por entonces novia Alice Readman al bajo, su compañero de colegio Glenn Collins a la batería, y más adelante James Banbury al cello.
Desempleado y con todo el tiempo del mundo, Luke empezó a componer canciones en casa mientras Alice iba a clases de Historia del Arte y regaba de ideas intelectuales a su novio, hecho que originó el nombre de la banda. Así, grabaron una maqueta con cuatro nuevas canciones que mandaron a la discográfica de los Servants, Fire Records, quienes quedaron prendados y los ficharon para una serie de conciertos, en los que llamaron la atención de la revista NME y luego del manager de Suede Jon Eydmann, quien los contrató como teloneros.


                                 

Con ello, "New Wave" de The Auteurs se publicaba un 22 de febrero de 1993 por el sello independiente Hut Recordings, justo antes de que el pop británico se extendiera por todo el planeta. Producido por el propio Haines junto con Phil Vinall incluyendo 12 temas más una hidden track y descartando seis más que en la redición de 2014 fueron rescatadas.
Poniendo la aguja sobre el vinilo uno ya se da cuenta desde comienzos que se trata de un disco especial. "Show Girl" lo atesora con el canto susurrenate de Haines, los parones y su elegante melodía. Fue el primer single de la banda y su mayor éxito, seguido por el segundo single, la que abre la cara B "How Could I Be Wrong" que es otro gran mediotiempo canturreado por la voz raspada y acompañado por un cello.

                   

Avanzando encontramos "Bailed Out" es magnética por sus punteos de piano y por la repetición de la estrofa que reza "Bailed Out". La épica de "American Guitars" a la que muchos utilizaron como estandarte en la rivalidad entre la música anglosajona y americana. "Valet Parking", una frágil pieza de cantautor que hubiera firmado en esa época el mejor Eliott Smith, en ella escuchamos un sensacional  xilófono y unas guitarras que se salen, y la barroca "Junk Shop Clothes" de corte clásico, con un melotrón y uncello puneado marcando un ritmo delicioso como hacía años que no se escuchaba en el pop.  Aunque de seguida vuelven a la carga con la popera "Don' t Trust The Stars" con toda la energía y los riffs necesarios, y con "Don' t Trust The Stars", que al igual que "Early years" se encontraban muy a la onda de los Smiths pero también en lo que aquellos tiempos hacían Brett Anderson y compañía. 

                                

El disco aparentemente cierra con "Home Again", una pieza acústica y desnuda (que acaba instrumentada) pues esconde un tema pop como "Subculture (They Can't Find Him)". 

Pero al margen de las dulces melodías, del barroquismo y de los tempos pop, el álbum está regado por unas letras, a veces crítpicas,  con las que Haines expresa su universo particular: cinismo, misantropía, la actitud quejica.... No faltan las críticas sociales, al estrellato del rock, particulares visiones de las relaciones... en una pluma que le entronca con la mejor tradición británica (Kinks, Jam, Smiths,...).


Tras su debut, Auteurs publicaron tres álbumes más mientras veían como la fama se la llevaban otros, desaprovechando unos años en los que el pop británico de corte clásico arrasaba en las listas de ventas de discos, colapsaba las televisiones y prensa, llenaba estadios y no dejaba de sonar en las radios. Ello provocó la disolución de la banda y el comienzo de una trayectoria en la que Luke Haines ha formado parte de interesantes bandas (Black Box Recorder y Baader Meinhof ) y publicado buenos discos en solitario (como "Rock' n Roll Animals" de 2013) para eregirse como uno de los grandes músicos del pop británico de los últimos tiempos, que aún sin tener una gran voz ni ser un virtuoso de la guitarra ha sido capaz de regalarnos buenas composiciones y mejores arreglos.
Él estuvo mucho antes que otros, letrista imbatible y cargado de formidables armonías, pero la cosa no cuajó. Tenía que ser así.

Por Alejandro Guimerà





Show Girl:


I took a show girl
for my bride
Thought my life
would be right
Took her bowling
got her high
Got myself a showgirl bride
Took a job on the side
In a health shop
keeps me well
Got my mantra for life
Got my karma
And a showgirl bride
All my life
All her life
All our life
I married a showgirl
That's for life
She can't work
in the wintertime
I can't work anytime now
Go to libraries all the while
Looking for a notice
Biding my time
All my life
All her…

viernes, 5 de abril de 2019

GRATEFUL DEAD: El largo y extraño viaje de Bob Weir ("The Other One"):




"The Other One: The Long Strange Trip of Bob Weir" (2014) - 13+1h 24m 
Director: Mike Fleiss

Uno de los documentales de rock más interesantes de los últimos años ha sido producido por la plataforma Neflix - con acceso directo a sus clientes - es este largometraje que repasa la vida del guitarrista californiano Bob Weir, con mirada especial en su relación con el icónico Jerry Garcia, compañero suyo en los Grateful Dead.
El documental dirigido por Mike Fleiss, director también del documental "God Bless Ozzy Osbourne" sobre las desventuras del ex-Black Sabath, hace buen trabajo para retratar la figura secundaria de la legendaria banda Grateful Dead y plasmar su importancia en la configuración de su sonido, así como de su personalidad.

                                   

En el filme encontramos un repaso a sus orígenes familiares, con su movida infancia como hijo adoptado en una fría familia acomodada de San Francisco. Y como el encuentro con la guitarra le cambió la vida, instrumento que aprendió a tocar a fondo hasta que en fin de año de 1963 contando con 16 años conoció en Palo Alto a un joven y ya popular Jerry García (famoso por su banjo), con el que empezó a tocar y formó The Warlocks, banda que cambiaría su nombre a The Grateful Dead.


Conocido como The Kid, por su diferencia de edad con sus compañeros, la pasión por tocar le llevó a abandonar su camino y meterse en una juventud marcada por el descubrimiento de las drogas. Entrando en contacto con el colorido autobús de Ken Kesey y sus Merry Pranksters, quienes viajaban con el ácido a cuestas. Las fiestas, sus primeros conciertos y la música psicodélica marcada por los viajes lisérgicos. La vida en común en la casa de San Francisco en la que compartía habitación con el  conductor del bus y estrambótico Neal Cassady, figura que le marcó.



La grabación de sus primeros discos como el homónimo debut "Grateful Dead" de 1967, "Anthem Of The Sun" (68) o "Aoxomoxoa"(69), perfilando un sonido enormemente influenciado por el jazz con desarrollos instrumentales de los que la guitarra de Weir tenía gran parte de la culpa.


La relación con Jerry García, visto por el protagonista como un hermano mayor para él, como el resto de la banda como su familia, hecho por el cual los Dead son considerados una de las formaciones del rock más longevas de la historia al mantener la formación original más de 30 años. Aunque el auténtico éxito les llegó con la dupla de discos de 1970: "Workingman' s Dead" y "American Beauty"; con los que la banda adoptó texturas sonoras folk, rock, blues o country. Con un éxito impepinable como "Truckin' ", auténtico himno para los fans escrita por el propio Weir.

                  


También repasa el cambio de vida y la aceptación de la fama del joven Bob, y su facilidad con las chicas siendo el mayor reclamo de la banda para las grupies (sus compañeros se refieren a él como el guapo de la banda). Una fama que no supo llevar bien Jerry, lo que unido al abuso de las drogas le llevó a una mala vida. No obstante no pararon ni la publicación de discos de los GD ni el incesante ritmo de conciertos (¡hasta 6.000 se calcula), con un concierto al pie de las Pirámides de Egipto incluido. 




Hasta que en 1987 con la publicación del disco "In The Dark" y del video-single "Touch of Grey" la cosa se desbordó. Durante los años posteriores Grateful Dead se convirtieron en una de las bandas más famosas (especialmente en EEUU) del rock con conciertos en estadios, y la figura de Jerry García fue mitificada por los fans y equiparada a la de un diós en la Tierra, lo que el propio músico no supo llevar. La relación de Weir con estos acontecimientos y con la autodestrucción y fallecimiento de su hermano y compañero, llevaron a un vacío existencial del guitarrista.



Afortunadamente la formación de una familia en 1999 junto a Natascha Münter con quien tuvo dos hijas; y el encuentro con su padre biológico han dado una estabilidad en los últimos años en los que no ha dejado de dar conciertos.
Mención aparte del loado e innovador modo de tocar su guitarra rítmica, de su gira y disco con Bob Dylan en 1989 ("Dylan And The Dead") y de las imágenes de la gala de introducción en el Rock And Roll Hall Of Fame en 1994.


El visionado alterna imágenes de archivo junto con entrevistas con los protagonistas (sus compañeros de los GD) con gran presencia de un sabio y sesentón Weir y la interesante recreación con el mismo de los lugares que marcaron su vida. En un tono de documental semi-autobiográfico que dota al visionado de cercanía y credibilidad.

Un documental titulado como la canción de 1968 escrita por el propio Weir "The Other ONe" que repasa la vida de un tipo genial que escribió parte de la historia de una de las más interesantes bandas de rock que jamás haya existido. Para no perdérselo.