martes, 27 de diciembre de 2011

Vinnie Moore and Hard Wires (4/12/2.011)


Es cierto que cada vez quedan menos históricos de la era dorada de la guitarra metalera por visitarnos. Y no podemos decir que Vinnie Moore no haya recalado en España. Sendas giras con UFO y en solitario han hecho que su nombre haya salido del guetto de los nostálgicos de la guitarra ochentera, pero es cierto que por el momento UFO no plantean una nueva gira europea y que en solitario, Moore ha decidido -al igual que dos años atrás- que Barcelona quede tachada de la lista de ciudades visitables. Con lo cual, y teniendo en cuenta que esta vez las ciudades afortunadas han sido Las Palmas, Sevilla y Madrid, decidimos aplicar el refrán que dice “si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma”. Por tanto agarramos un vuelo para ir a Madrid y de paso aprovechar al máximo el tiempo: entrevistar al propio Vinnie Moore, disfrutar de su concierto, y ya que estábamos allí, entrevistar al viejo amigo del programa Jorge Salán.
La sala elegida para el evento fue la sala Ritmo y Compás, una sala con un aforo reducido pero acogedora (recuerda a la antigua sala barcelonesa Garatge) y con mucha solera rockera, pues es también escuela de música, local de ensayos (con más de 180 salas) y estudio de grabación. Si a todo esto le sumamos la gran cantidad de conciertos que se realizan en ese escenario al año, no es difícil imaginar que Ritmo y Compás es el centro neurálgico madrileño del rock y el metal. Algo de lo que por desgracia, carecemos en Barcelona.
Si bien no estaba anunciada la asistencia de ningún telonero, un cartel con el nombre de Hard Wires escrito a boli que vimos al entrar a la sala nos dio a conocer su existencia. En verdad nos costó entrar en su rollo. Los nervios pasados con la entrevista (que fue genial) y las ganas de ver al genio de la guitarra nos impedian concentrarnos. Además, el hecho de ver al cantante con un estilo tan rancio, ochentero e hiperagudo en su forma de cantar hizo que no disfrutáramos del comienzo. Pero por fortuna, esto sólo duró un par de canciones. La banda formada por Fleky (baterista), Mark Bass (bajista), Luismikiss (guitarrista) y liderada por el vocalista argentino Kalen H-W nos convenció a base de un set muy enérgico y rockero. Siendo su estilo una especie de fusión entre Poison y Skid Row (de hecho tocaron un cover de “Talk dirty to me” de los primeros), nos ofrecieron un show muy ochentero con grandes dosis de actitud y buena puesta en escena. A destacar el carismático vocalista que supo hacer muy bien su papel de frontman y del cual cabe destacar su notable técnica vocal -de la cual renegamos en las dos primeras canciones-, y que cantó al límite de sus posibilidades desde la primera estrofa a la última. Como dato negativo estaría el guitarrista, cuyos solos mostraron bastantes errores. En su descargo decir que teniamos el chip puesto en modo “virtuosismo neoclásico” ante lo que íbamos a ver más tarde, y que la actitud, buen rollo y energía que desprendía Luismikiss y toda la banda hacen que pasemos por alto cualquier bending desafinado que pudieramos oír.
Os recomendamos que paséis por su web oficial, ya que ofrecen sus dos álbums en descarga gratuita (aunque el disco físico evidentemente lo vendían en la sala). No tenéis excusa para no disfrutar de esta excelente formación.



Tras unos minutos para el consabido cambio de backline, aunque manteniendo la espantosa a la par que incomprensiblemente encantadora batería en acabado violeta purpurina, llegó el turno del protagonista de la noche, quien comenzó con el pegadizo riff de “Ridin’ high”, uno de los tres que iba a tocar del “Meltdown”, seguido por el rápido y contundente “Check it out!” del mismo disco, dos trallazos mágicos, llenos de fraseos y melodías virtuosas ideales para abrir el concierto.
La sala estaba llena a las tres cuartas partes de la capacidad, y entre el público podía verse aparte de guitarristas aficionados, algún profesional, como el virtuoso Tony Hernando. El escenario era sencillo, sin grandes focos ni efectos lumínicos como nos tienen acostumbrados los grupos de heavy metal o hard rock, lo cual hacía intuir que aquí el verdadero protagonista iba a ser el talento y la gran calidad técnica e interpretativa de los músicos y no la pirotecnia (aunque de pirotecnia guitarrera hubo para dar y tomar). Tras los temas mencionados, el set-list dio paso a una de la baladas más hermosas de toda su discografía, “Rain”. Una vez más la melodía invadía la sala y Vinnie nos deleitaba con su inconfundible forma de tocar. Después llegó el primer cover de la noche. El señor Moore se sacó de la chistera una versión del “Spanish castle magic” de Jimi Hendrix que entusiasmó al público, y donde pudimos ver cantar a Fulvio Feliciamo, el guitarrista de apoyo que lleva Vinnie.


A continuación se nos introdujo en el laberinto de “The maze”, un tema neoclásico que recordaba sus primeros discos llenos de arpegios y solos vertiginosos, todo un disfrute para los sentidos y los amantes de la técnica, con un buen solo de batería entre medio. Sin descanso llegó el segundo cover de la noche, “While my guitar gently weeps” de George Harrison grabado originalmente en su segundo disco, y en el que Vinnie Moore demostró, que pese a ser un músico cuyo nombre se relaciona de inmediato con virtuosismo, un enorme control técnico y símbolo de una época y un estilo, un lirismo y una expresividad fuera de lo común. Una interpretación que pone los pelos de punta. Y tras la sutileza de este tema volvió a la carga con “In control” de su primer disco, otro misil neoclásico que hizo vibrar al público, obligándonos a cambiar el chip una vez más y haciéndonos recordad porqué es uno de los padres del metal neoclásico. Como curiosidad, decir que sin previo aviso el segundo guitarra desapareció y el mismo Vinnie exhortó al público a llamarle. ¿Tal vez le vino un repentino apretón?



Después de la explosión de “In control” vino otra de sus baladas por excelencia, “As time slips by” de su segunda obra “Time odissey”, un tema emotivo y evocador donde los haya, de esos para cerrar los ojos y empezar a volar, y tras este, el tercer cover, “Rock me baby”, un tema muy bluesero grabado por B.B. King en su momento pero versioneado por multitud de guitarristas como Jimi Hendrix o Robin Trower posteriormente. Nuevamente tuvimos otra descarga de virtuosismo neoclásico con “Daydream”, uno de los mejores temas de su exitoso debut “Mind’s eye” y que nos hacía recordar que el concierto, por desgracia, llegaba a su fin. Después vendrían los bises: el cuarto y último cover de la noche (“Foxy lady” de Jimi Hendrix) y el clásico y divertido hard rockero “Meltdown”, que a punto estuvo de no ser tocado, cuando el segundo guitarra sustituía su Fender Stratocaster por una Ibanez JS Signature, y ésta tenía algún problema ya que la correa no dejaba de soltarse. Mientras, su “jefe” jocosamente comentaba que eso no pasaba con guitarras americanas.



Menos de hora y media de concierto que por supuesto, supo a poco. El set-list tampoco fue de nuestro agrado. Si bien no sobró ningún tema, faltaron muchos. Se obvió por completo uno de sus mejores trabajos, el “Out of nowhere”, así como -y esto es lo más extraño- su último disco, el “To the core”. Es comprensible que siendo este el último show de la gira, el cansancio arrastrado por los músicos hiciera mella (aunque no se notara sobre el escenario), pero teniendo en cuenta que ésta era su primera visita a la capital, y que tanto el concierto de Las Palmas como el clinic se habían suspendido (uno por problemas con el vuelo y el otro las escasas entradas vendidas), bien podrían haber alargado el concierto con algunos temas más. Y sobre el tema de las versiones, al margen de la de Harrison ya aparecida en uno de los discos de nuestro protagonista, hay que admitir que no hubo riesgo, se apostó por un caballo ganador. Nunca se va a fallar con Hendrix ni con un potente blues rock. Y mucha gente esperaría un “Rock bottom” de UFO, por ejemplo.





Hablemos de cuestiones técnicas y de la banda. La calidad del sonido fue correcta, los dos cabezales Marshall eran suficientes para transmitir la esencia del sonido VM, pero lo que sí asombraba era ver la precisión en la ejecución de los temas, un Vinnie Moore que no fallaba ninguna nota y que hacía las delicias de los guitarristas que allí nos encontrábamos viendo como dominaba algunas de las técnicas que le han hecho famoso como el sweep picking o el hybrid picking. Además, resultaba chocante verle ejecutar con tanta limpieza y claridad sus solos o riffs teniendo en cuenta el elevado nivel de distorsión y ganancia con el que tocaba. Pero más chocante todavía fue ver que en un concierto con tantas notas tocadas, tantos bendings y tantos palancazos, Moore no sólo no cambió de guitarra, sino que tampoco afinó ni una sola vez su instrumento. Benditas Dean, ¡me pido una para los Reyes Magos! No obstante, así como el sonido general fue excelente, no lo fue para el otro guitarrista, Fulvio Feliciamo, a quien prácticamente no se le oyó su guitarra, y eso que en las versiones de Hendrix tuvo sus momentos de lucimiento, tanto tocando como cantando. El resto de la banda rayó a gran nivel, como no podía ser de otra forma. Simone Massimi al bajo y Roberto Pirami a la batería acompañaron a la perfección, aunque la sobriedad en su presencia fue constante. Y esto fue otra de las pegas del concierto. Si bien íbamos a lo que íbamos, a ver a uno de los mitos de la guitarra ochentera, gusta ver una banda que se compenetra, se divierte e interactúa. En cambio Feliciamo y Massimi estuvieron a la izquierda del todo, Pirami y su batería violeta en el centro y Moore a la derecha. Este último es raro. Su colección de pedales estaba situada en un lateral y si bien se acercaba al centro prácticamente todo el concierto lo realizó desde el lateral. No diré que la banda no interactuara entre sí, pero siempre era entre canción y canción. Es decir, la banda concedía todo el protagonismo a su líder. Vinnie, por cierto, estuvo muy simpático en su labor de frontman e incluso saludó y dedicó un tema a una pareja de fans que había venido desde ¡Los Ángeles! a Las Palmas, y al haberse suspendido ese concierto volaron de nuevo a Madrid. Pero bueno, estos detalles negativos no enturbian lo que fue un concierto lleno de fuerza, expresividad y técnica.





Por último, destacar que es una pena que un guitarrista tan excepcional como este no esté en la primera fila con los grandes del hard rock y el shred instrumental como Satriani, Vai, Malmsteen, o Petrucci. Quizás el hecho de no haber estado en ningún grupo de los grandes (con permiso de UFO) o el haber grabado únicamente discos instrumentales en su primera época le haya podido perjudicar para darse a conocer. Además, con toda probabilidad, si hubiese hecho más giras para promocionarse estaría mejor considerado y podríamos ver más público en las salas, ya que este concierto se llenó solo en unos tres cuartos siendo una sala de aforo reducido, en domingo y a un precio más que razonable. Y el clinic programado para aquella misma tarde y a un precio irrisorio se suspendió debido a las escasas entradas vendidas. Recuerda bastante al caso de su coetáneo Tony MacAlpine, quien siendo uno de los pilares del shred acabó en la banda y a la sombra de otro histórico del guitarreo, como es Steve Vai, quien sí ha sabido mantenerse en primera división.



En cualquier caso ha sido un placer acudir a este concierto, aunque haya sido como una especie de viaje en el tiempo hacía los 80 y 90, cuando los virtuosos tenían más prestigio que ahora, para poder ver a un guitar hero en el olvido por muchos pero todavía recordado por otros.



Por Albert Sanz y Iván Macías.
Ver entrevista completa en la web http://guitarexperienceradioshow.com/

2 comentarios:

  1. Soy Albert, coautor de la crónica. Os paso los links directos a la entrevista transcrita y la entrevista "podcastizada" (con la voz del gran Vinnie).

    http://guitarexperienceradioshow.com/2011/12/16/entrevista-vinnie-moore/

    http://guitarexperienceradioshow.com/2011/12/14/podcast-4-14122-011-especial-vinnie-moore/

    ¡Gracias!

    ResponderEliminar