THE SHOW MUST GO ON
Cómo pasa el tiempo! Hace nada menos que dieciocho años que se nos fue, de una neumonía bronquial asociada al SIDA, uno de los mejores cantantes de la historia de la música. Por supuesto, me estoy refiriendo a Freddie Mercury.
Parece que fue ayer cuando comunicaba al mundo su enfermedad, lógica dado el aspecto físico que atesoraba en sus últimas apariciones públicas, en especial en los Brit Awards de 1990. Ocultó su tragedia hasta el último momento de su existencia. No quería compasión. Valía demasiado para mostrar flaqueza. El mundo no debía ver su debilidad.
Los últimos días de su vida los pasó retirado del mundo, apartado, casi recluido en su apartamento en Montreaux, en concreto en la cercana localidad de Territet. Desde allí podía observar el lago Lemán, contemplar su tranquilidad y paliar su dolor. Un dolor que le estaba consumiendo la vida. Que le estaba quitando lo que más quería. Su propia vida.
Quién le iba a decir a un chavalín nacido en Zanzíbar, en 1946, que se iba a convertir en un icono de masas. En uno de los seres más respetables y adorables de la historia. Que su locura por la música se iba a plasmar en canciones tan fantásticas como las que compuso para Queen o en los temas que cantó de los demás miembros de la banda.
Todas las palabras se me hacen cortas. Se me hiela la sangre al acordarme de él. Tantos momentos compartidos. Tantas horas en su compañía.
Siempre te añoraremos Freddie! Siempre seguirás en nuestros corazones.
Que díos salve la reina.
Cómo pasa el tiempo! Hace nada menos que dieciocho años que se nos fue, de una neumonía bronquial asociada al SIDA, uno de los mejores cantantes de la historia de la música. Por supuesto, me estoy refiriendo a Freddie Mercury.
Parece que fue ayer cuando comunicaba al mundo su enfermedad, lógica dado el aspecto físico que atesoraba en sus últimas apariciones públicas, en especial en los Brit Awards de 1990. Ocultó su tragedia hasta el último momento de su existencia. No quería compasión. Valía demasiado para mostrar flaqueza. El mundo no debía ver su debilidad.
Los últimos días de su vida los pasó retirado del mundo, apartado, casi recluido en su apartamento en Montreaux, en concreto en la cercana localidad de Territet. Desde allí podía observar el lago Lemán, contemplar su tranquilidad y paliar su dolor. Un dolor que le estaba consumiendo la vida. Que le estaba quitando lo que más quería. Su propia vida.
Quién le iba a decir a un chavalín nacido en Zanzíbar, en 1946, que se iba a convertir en un icono de masas. En uno de los seres más respetables y adorables de la historia. Que su locura por la música se iba a plasmar en canciones tan fantásticas como las que compuso para Queen o en los temas que cantó de los demás miembros de la banda.
Todas las palabras se me hacen cortas. Se me hiela la sangre al acordarme de él. Tantos momentos compartidos. Tantas horas en su compañía.
Siempre te añoraremos Freddie! Siempre seguirás en nuestros corazones.
Que díos salve la reina.
by Rocker3103
Saludos compañeros!
ResponderEliminarDieciocho años ya? Madre mía, aun me acuerdo de cuando murió Freddie, era y sigue siendo uno de mis grandes ídolos, y aunque algunos colegas metaleros me han criticado por eso, sigo dando la misma respuesta: nunca habrá una voz igual en la historia del Rock.
Con la piel de gallina recuerdo el momentazo de lágrimas en el concierto de Queen cuando Brian May tocó Love of my life... uf...
Gracias por la entrada, Rocker, porque con el stress del día a día casi había olvidado ese detalle. Un beso!
Su blog es espectacular, me ha llevado hasta aquí el articulo que escribió para Elvis en agosto. saludos y enhorabuena.
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