Su última referencia,
"Gathering" (2017), nos confirmó que este tipo debería ser referente
para todos los que amamos los sonidos rockeros americanos de raíces a la onda
de grandes como Jason Isbell, Chuck Prophet o el ahora controvertido Ryan
Adams. Con sus matices country, folk, pop, góspel, nos demostraba la belleza de
hacer bien lo que puede parecer fácil con una instrumentación y producción
digna de elogio.
Justo después de aquel notable
trabajo, concretamente en otoño de 2018 Josh se juntó con su gran amigo Jason
Isbell y su banda The 400 Unit - quienes acababan de clavarlo con el disco
"The Nashville Sound" (2017) - y se metieron en el histórico estudio
RCA de Nashville para grabar este disco que tuvo la producción del propio
Isbell.
Y ha sido este empuje lo que
necesitaba Ritter para refrescarse, adornarse en su sonido y escucharse
poderoso. Un empuje que queda patente
con el arranque de "Ground Don' t Want Me", un dulce medio tiempo country
pop que firmaría el mismísimo Mark Knopfler. Y aunque no del agrado de todo el
mundo, el single de adelanto, "Old Black Magic", con ese toque blues
moderno que nos recuerda a una versión amable de los Black Keys.
Quizás los más puristas
preferirán al Josh más desnudo e íntimo de "On The Water" en la que los matices sonoros levitan a lo
largo de toda la pieza, o al folkie de guitarra punteada, slide y violín de "Silverblade" y
"Blazing Highway Home".
Favoritísimas son la protesta
contra la política anti migratoria de la administración Trump "All Some
Kind Of Dream" y la oda al anti-héroe "A New Man"; dos piezas
que solo un maestro de "Americana" es capaz de manufacturar: melodías
rurales, instrumentos clásicos y melancolía a raudales.
Pero el álbum hay mucho más.
Desde estridencia de guitarras sucias en "Losing Battles" que entroncan
con el Neil Young de los 90, a una lineal y ceremoniosa "The Torch
Comitee" recitada como lo haría el mismísimo Micheal Stipe, en medio de
una áurea misteriosa. O su versión romántica que luce en una "I Still Love
You (Now And Them)" que inevitablemente nos hace pensar en Ryan Adams.
El disco se presentará en una
gira norteamericana del músico de Moscow (Idaho) recuperando sus The Royal City Band.
Confiemos que amplíe miras y se venga para Europa, la ocasión bien lo merece,
décimo disco de su carrera y una madurez artística envidiable.
Por Àlex Guimerà
Publicado en
No hay comentarios:
Publicar un comentario