A menudo se les atribuye la
paternidad del indie, cierto es que su disco de debut marcó una senda muy
explotada a día de hoy. En él aunaban la
contundencia e inmediatez del punk a la acústica y al romanticismo melancólico
del folk y del country (Bob Dylan y Hank
Williams se encontraban entre sus músicos favoritos) a lo que añadían
ingredientes del rockabilly y del surf
pero también el poso psicodélico de otros de sus ídolos, la Velvet.
Surgidos en la calle a principios
de los ochenta, cuando los veinteañeros Brian Ritchie (bajo) y Victor DeLorenzo
(percusión) conocieron a un enclenque adolescente Gordon Gano (guitarra y voz) quien
iba cargado de buenas canciones propias, las cuales empezaron a tocar en su
natal Milwakee hasta que Chrissie Hynde (Pretenders) les invitó a subirse a los
escenarios.
Su libertad creativa y el alejamiento
de los cánones comerciales les emparejaron con los grupos del denominado “Nuevo
Rock Americano” (REM, Los Lobos o The Feelies), e inspiraron a otros grandes
grupos americanos como Camper Van Bethoven, Orange Juicie o los Pixies. Cuando
en los ochenta se llevaba el rock electrificado ellos tiraban de acústicas, además de la temática adolescente de sus
letras no siempre políticamente correctas - sin ir más lejos su hito
"Blister I The Sun" es una oda al onanismo - junto con sus "desfasadas influencias" les
hicieron especiales.
Ahora tras más de quince años de
silencio discográfico y tras la publicación de un EP de retorno el año pasado
" Happy New Year", el trío vuelve a por todas, habiendo solucionado
demandas de derechos de autor por medio entre Gano y Ritchie y los sucesivos
cambios de percusionista -en la
actualidad es John Sparrow tras la marcha definitiva de DeLorenzo en 2005 -.
Con la vistosa portada naif obra
de Kevin Hearn de los Barenaked Ladies , el disco ha sido autoproducido por la
banda y editado por PIAS America Records. El resultado para nada es
decepcionante pues el combo recupera su amalgama de influencias y sonido
clásico y lo hace con mucha energía y entrega.
Como la inicial
"Memory" que es un descarte recuperado de principios de los noventa.
Su tono blues dylaniano, ritmo implacable y sus segundas voces finales logran
atrapar al oyente de primeras. Luego van
apareciendo la tabernera "I Could
Be Anything" que es como una versión pulida de los Pogues,
"Issues" de ritmo juguetón,
estribillo redondo y coros mas arreglados, y "Holy Host" o"Foothills"
en donde suenan como en sus inicios con unos trepidantes rasgueos de guitarra y energía punk. También hay espacio para las baladas
épicas ("What You Really
Mean"), el rockabilly salvaje ("Travelling Solves), el surf ("Big Car"), el Bluegrass ("I' m Not Done") y el blues más
perezoso y rudo ("Untrue Love" con la voz de Gano más profunda que
nunca).
Un buen disco de retorno que
revive las esencias de esta banda que quizás ya no tiene la juventud ni la
espontaneidad de antaño, pero sigue
sabiendo hacer buenas canciones, las produce bien y con ello logra mantener
nuestro interés en ellos.
Por Alejandro Guimerà
Publicado en http://www.elgiradiscos.com/
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