Lejos han quedado los tiempos en
los que la australiana era la artista revelación del momento, en los que
sorprendió a muchos con su recomendable primer larga duración "Sometimes I
Sit And Think, Sometimes I Just Sit" (2015) por el que la catalogaron como
la nueva PJ Harvey. Luego llegaron sus nominaciones a los Grammy, Brit Awards y
apariciones de lujo en la Rolling Stone, Pitchfork o Billboard. Pero su confirmación y salto a la fama definitivo tuvo
lugar de la mano del gran Kurt Vile con
uno de los mejores discos del año pasado, hablamos del sosegado y a dos voces
"Lotta Sea Lice", que amplió su legión de fans. Por ello, este nuevo
disco "Tell Me How You Really Feel" aterriza cargadísimo de unas
expectativas a las que se han sumado la autoexigencia de la propia Courtney
quien no quería temas de relleno en su disco.
Y el resultado, a buen decir, lo supera todo con nota. Pues lo nuevo
trae enseñanzas de su antiguo partner Kurt, la madurez de haber alcanzado los
30 y los efectos de sus prácticas de meditación, que al parecer le han dado el
equilibrio necesario.
El espíritu indie sigue intacto
ya en una portada diseñada por la propia cantautora en la que aparece un
autorretrato suyo con una polaroyd (no en su mejor cara) teñido de rojo, lo
mismo que mantiene su banda habitual Dan Luscombe (guitarra), Bones
Sloane ( bajo), Dave Mudie (baterista), y repite el productor
Burke Reid.
Luego está la colaboración estelar de las hermanas Deal (Kim
y Kelley) de The Breeders, a las
segundas voces y guitarras recordándonos cuan necesaria es la presencia de la
mujer en el rock.
Con unas letras más maduras que antaño, Barnett reivindica,
ironiza y bromea para pintarlo en un tono vitalista y unos arreglos
instrumentales pulidos que viven del indie americano de los noventa.
La suciedad de "Charity" fabulosamente embalsamada
con los guitarrazos de Dan y la dulzura
de nuestra aussie favorita. Una dulzura muy presente en el excelente medio
tiempo "Need A Little Time", en la balada lourediana "Walking On
Eggshells" y en la popie "Nameless, Faceless" que recuerda a
aquella banda británica de los 90 llamada Elastica (si la de Justine novia de
Brett Anderson y Damon Albarn) y como no a la PJ.
En cambio con la ingeniosa "I' m Not Your Mother, I' m
Not Your Bitch" saca la rabia que lleva dentro para entroncarla con el
mejor indie americano de los noventa con voces como las de las Kims (Deal y
Gordon) y riffs sucios . El lo-fi y las
desarmonías se hacen patentes en "Crippling Self Doubt and a General Lack
of Self Confidence", y en "City Looks Pretty" realiza un cambio
de tono magistral - arranque a lo Strokes y final a lo ¿Camera Obscura? -. Para
el cierre la perezosa "Sunday Roast" de guitarra cristalina y acabado
luminoso.
Tras la escucha uno quiere repetir las canciones, volver a
ese tono alegre y fondo melancólico del "Tell Me How You Really Feel"
, que poco a poco se hará un lugar entre nuestros discos favoritos lo mismo que
hará esta muchacha de nombre Courtney en el club de las grandes damas del rock.
Y si, tras la escucha de este disco podemos contar que nos sentimos bien.
Por Àlex Guimerà
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