A lo largo de los últimos
años uno no ha hecho más que alegrarse al comprobar el surgimiento de jóvenes
bandas fabulosas de rock surgidas por todo el mundo como los Rolling Blackouts
Coastal Fever, Shame o los Fountains D.C. (o nuestros Carolina Durante). Combos que bajo
el punto de partida del punk-rock han ido explorando en los ritmos, efectos y
ambientes electrizantes. Aunque menos recientes, encontramos a unos sensacionales
Parquet Courts que quizás serían los abanderados de esta forma de entender la
música, enérgica y guitarrera pero desprendida de corsés, capaces de hacernos
ver que los horizontes del bendito género de guitarras siguen siendo
inescrutables.
En este grupo podríamos agregar en un futuro inmediato a estos cuatro chicos surgidos de Melbourne (Australia) - ciudad con una interesante escena rock, a la que pertenecen los citados Rolling Blackouts CF - que bajo el nombre The Toads y pese a su radiante juventud miran directos al rock más primario como forma de expresión artística. Su historia se remonta en 2021 cuando se quemó la casa de su líder y guitarrista Billy Gardner por lo que tuvo que ser amablemente acogido por su amiga Stella Rennex (bajo). Fue entonces cuando Elsie Retter (batería), quien era una visitante habitual de la casa y amiga de Stella, les propuso formar una banda a la que añadirían a Miles Jansen (voz) que acababa de dejar a la suya. Así fue como los chicos comenzaron a tocar, sentirse cómodos y fueron encontrando un sonido pop enérgico de tintes lo-fi y alma punk. Después de publicar un breve EP se dieron cuenta que tenían material de sobra para un larga duración que finalmente dio luz el pasado 9 de junio bajo los sellos Upset The Rhythm (Reino Unido) y Anti Fade Records (AU).
Aunque previamente se habían ido presentando en sociedad con los singles "Nationalsville" con su irresistible y bailongo riff al que sumaban un solo final letal, también con la recitada "Tale Of A Town Split In Two" y con el medio tiempo "Ex KGB" en el que daban muestras de dónde pueden ir en el futuro.
El álbum va a la zaga de las previas
con un cargamento de guitarrazos urgentes cuando no enmarañados. Es el
caso de "Two Dozen Functions" o "Sir Francis Drake". En otras se vuelven más tediosos ("Sacred
Books And The Damage Done" o "The Next Door"), melódicos
("Gimme Little More"), espectrales ("The Wandering Soul") o
rítmicos ("In The Wilderness")
Sin duda alguna se trata de un interesante debut al que quizás echamos en falta algo de profundidad y momentos de mayor atractivo llegando a ser en instantes algo pegajosos y tambaleantes. Lo mejor, la espontanea carga eléctrica, su energía quebradiza y esa vuelta al rock primario que tanto anhelamos. Esperemos que los chicos crezcan bien y en un futuro inmediato nos sorprendan con esas atmósferas rockeras y creatividad con las que sus compañeros de generación nos tienen bien atentos a las ondas.
Por Àlex Guimerà
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