La segunda parada en nuestras
tierras de Echo & The Bunymen, tras el concierto en San Sebastián (12
de febrero en el Teatro Victoria) y antes del de Madrid (15 de
febrero en La Riviera), tuvo lugar el pasado día 14 en la Sala 1 de Razzmatazz.
Presentando su nuevo álbum "The Stars, The Ocean & The
Moon"(18) con el que han retocado sin
gran fortuna trece de sus grandes éxitos, el viaje por sus clásicos venía
garantizado. Y es que los de Liverpool tienen en sus cinco álbumes de estudio
de los 80 - "Cocodriles", "Heaven Up Here",
"Porcupine", "Ocean Rain" y su homónimo - sus mejores
credenciales, con su particular y oscuro post-punk y pop de pegada.
Supervivientes de aquella época
únicamente aguantan el carismático vocalista Ian McCulloh - con ese estilo
ante el micro que luego heredarían otro Ian (Brown) y Liam (Gallagher)- y el habilidoso guitarrista Will Sergeant
fundador y compositor de muchos de los éxitos de los Bunymmen. La formación al
directo la completan unos solventes músicos como son el guitarrista acústico
Kelley Stoltz, el bajista Stephen Brannan, el teclista Jez Wing y Nick
Kilroe a las baquetas.
Así, el sexteto abordó un
repertorio cuya primera (y grata) sorpresa fue que no sonaba a la reciente
revisión del disco del año pasado sino buscando el sonido original. La pega,
quizás, estuvo en que con los problemas vocales de Ian, a quien le cuesta
abordar los tempos bajos pero que suena poderoso en los altos, el control del
sonido y la instrumentación en demasiadas ocasiones pusieron en el centro de
las canciones la irregular voz en detrimento de la música, mientras que cuando
hicieron lo contrario la cosa funcionó.
Pero lo que no hay duda es que nadie
salió del breve concierto (apenas hora y media) sin gozar de lo mejor de un
cancionero que tuvo en su tercer corte "Rescue" la primera de las
ovaciones, luego llegarían también los gritos de "Over The Wall", la
deliciosa e hipnótica "Seven Seas", el himno "Bring On The
Dancing Horses", la aclamadísima y exigida "The Killing Moon"
y el brutal cierre "The
Cutter" con todo el desarrollo final épico a toda castaña para nuestro
deleite. Pero entre medio también hubo versiones de sus admirados Doors (blueseros
con "Roadhouse Blues" metida en "Villiers Terrance") y de
Lou Reed (malotes en "Walk On The Wild Side" tras "Nothing Lasts
Forever"), bromas de Ian hacia Barcelona como cuando cantó "Take a
Barcelona on The Mersey Side" en clara referencia al río y sonido
liverpooliano, o sus parlamentos en un castellano aunque esforzado inteligible.
Para los bises, la esperada
"Lips Like Sugar" coreada al unísono por la audiencia y una sentida
"The Ocean" que hizo enmudecer la algarabía. Tras la salida un
segundo bis que puso el broche de oro al directo a toda caña con "Do It
Clean" que para ser post-punk sonó muy punkarra. Fueron los mejores
momentos de un directo que con matices estuvo genial de esta banda puro sello british
que marcó época en los ya lejanos ochenta.
Por Àlex Guimerà
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