Antonio Morales “Junior” nació en el Pacífico en plena Segunda Guerra Mundial (Filipinas 1943) siendo el mayor de cinco hermanos de una familia de padre español y madre filipina. Con 15 años sus padres decidieron irse a vivir a España, primero a Barcelona (su abuela regentaba una pensión) y luego a Madrid. Allí fue cuando Junior empezó a tocar la guitarra y a interesarse por la música moderna hasta que decidió formar con su hermano Ricky “Los Jumps”, una banda de rock instrumental. Adolescente amigo de otra joven de rasgos orientales, Isabel Preysler, el muchacho comenzó la década de los sesenta codeándose con los ambientes musicales y artísticos de su ciudad. De este modo, y tras exhibir sus capacidades vocales, lo reclutaron para cantar en “Los Pekenikes”. Esta formación fue una de las pioneras del rock español y en su breve paso tocó y puso voz en algunos de sus singles con la discográfica Hispavox: “Twist y Rock con Los Pekenikes” (62), “Madison & Locomotion” (62) y “Loop The Loop/ Vigila tus pasos/ Be-Bop.A Lula/ Bastante duro “ (63). Atrás quedan maravillosas versiones como “Runaround Sue” de Dion o Be-Bop- A-Lula de Gene Vincent. El rock había llegado a España.
En 1964, habiendo abandonado el grupo, publicó con Phillips un EP en solitario de tintes británicos con versiones de los Beatles, Searchers y Cliff Richards. Precisamente su voz fue comparada con la de este último y con la de Ricky Nelson en los cuatro temas de la grabación: “No me dejes / Quiero que me quieras / Por ese amor / When The Girl In Your Arms Is The Girl In Your Heart”.
Tras la breve aventura como solista, con nula repercusión en el mercado aunque notables críticas, el agente Luís Sartorius (Zafiro) se fijó en él para formar una nueva banda junto con miembros de “Los Estudiantes” y “Los Pekenikes”. La idea era formar un conjunto de éxito que reprodujese la fórmula de los Beatles “a la española”: pop ligero y comercial, canciones propias, melodías pegadizas, buenas armonías vocales,… todo regado con elementos ibéricos que hicieran las delicias de la juventud de la España de los sesentas hambruna de nuevas fórmulas musicales que les sacara de su hastío por las coplas y todos los sonidos vetustos que tanto habían sobre explotado sus padres.
Fue así como surgieron esta maravilla llamada “Los Brincos” dotados de talento a raudales y cuyos miembros además de el bueno de Antonio eran Juan Pardo (voz y guitarra), Fernando Arbex (batería) y Manuel Gonzáles (bajista). Con la ayuda de un reportaje que RTVE les hizo llamado “Así se forma un conjunto” su disco de debut alcanzó el número uno de ventas en parte gracias al tema inmortal “flamenco” en el que fusionaron por primera vez el sonido cañí con el merseybeat. El larga duración contenía además muchos temas cantados en inglés (“I Can’ t Make It”, “Cry”, “Don’ t Doubt”,…), garage americano (“Bye, Bye chiquilla”), adaptaciones de temas de “Los Estudiantes” (“Dance The pulga”) y grandes arreglos vocales (“És como un sueño”). Con ellos había nacido una revolución y fueron muchos los jóvenes que se atrevieron a emularles proliferando las nuevas bandas que con mas o menos acierto copiaron la fórmula beat.
El segundo disco del cuarteto (y el último con Juan Pardo y Junior en sus filas) fue grabado en Italia, y presentó grandes éxitos como la juguetona “Borracho”, la dulce “Tu me dijiste adiós”, la luminosa “Mejor” y la imprescindible “Sola”. Además, este disco que fue un hito sin parangón fue alternado con sencillos rentables como la celebrativa “Un sorbito de Champagne”.
En todos ellos las voces perfectamente equilibradas bajo los guitarrazos de la Rickembacker y los constantes recuerdos a los Beatles, a los Byrds o a los Monkees. En cualquier caso su absoluto dominio por la música anglosajona mas comercial permitió despertar el interés en nuevas fórmulas al rock primario patrio. ¡Benditos!
En 1966 las tensiones entre Juan Pardo y Junior con Fernando Arbex por el control de “Los Brincos” fueron en aumento hasta que los primeros decidieron salir del proyecto para formar un dúo que iba a llamarse “Juan y Junior”. Con un solo LP en el mercado – el homónimo “Juan & Junior” (69) – y un puñado de singles extraídos del larga duración, superaron en éxito que la continuación de su antigua formación ya que llegaron a ser una especie de “Simon & Garfunkel” con canciones que fusionaron el folk con el pop-rock y en las que las voces tomaban el protagonismo. El cenit lo obtuvieron con el himno romántico “Anduriña” pero también con la dinámica “En San Juan” o la frágil “Nada”.
Desafortunadamente el combo no tuvo la deseada prolongación, ya que se escindió, momento en el que Junior probó suerte en el celuloide con películas discretas como “En un mundo diferente” o “Me enveneno de azules”. En los siguientes años publicó sencillos a cuentagotas como “ Vuelve a mi isla/ Todo porqué te quiero” (69), “Mientras vas girando/ Desde mi ventana” ( 70) o “Perdóname” (73); que tuvieron continuación con discretos discos: “Oscuridad” (74), “Junior” (76) y “Mi mundo” (79). Sus mejores días habían terminado. Tras encadenar tales fracasos comerciales, en 1979 decide marcharse a Filipinas dónde graba discos de música tagala antes de volver a España para ocuparse de la carrera de su esposa Rocío Durcal, pasando largas temporadas en Méjico.
Y es que mas allá de su vida privada, su affaire con Marisol, su largo matrimonio con Rocío Durcal, sus problemas con el alcohol,… Antonio Morales debería de ser recordado por los amantes del mejor rock por haber formado parte activa de una de las mas brillantes formaciones del rock nacional y, en definitiva, por haber puesto su grano de arena en que el nuevo arte llegara con la mejor calidad en las ondas de las radios de nuestro país. Descanse en paz.
Por Àlex Guimerà
Artículo publicado en
http://notedetengas.es/junior-1943-2014-una-breve-biografia-musical-de-un-artista-para-recordar/
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