Mucho se ha especulado sobre la
extinción de la movida del Brit Pop, algunos somos de los que pensamos que de
todo ello fue responsable el giro artístico de Radiohead que supuso dar un
nuevo enfoque a la manera de entender el pop. Lo cierto es que tras el "Ok
Computer" y con el cambio de milenio surgieron bandas como Coldplay,
Starsailor, Athlete, Doves o nuestros protagonistas Snow Patrol, cuya música
pasaba por entender la vida desde la tristeza, unas guitarras rítmicas
crecientes y una delicadeza e intimismo que contrastaba con la luminosidad y el
desenfado que había precedido al pop de las islas británicas.
Y en ello los Snow Patrol supieron dar el golpe con el que fue su
tercero disco de estudio "Final Straw" (2003) con canciones tan
estremecedoras como "Run" que mezclaba épica y sentimentalismo a
partes iguales, una fórmula que repitieron en "Chasing Cars"
("Eyes Open" de 2006) que se incluyó en la banda sonora de la serie
"Anatomía de Gray" para lograr el pelotazo definitivo. Luego llegaron
las giras mundiales y el reconocimiento en EEUU. Fue antes de que los
norirlandeses fueran perdiendo fuelle por mantenerse fieles a su estilo, al que
fueron metiendo toques de electrónica y de modernidad indie.
Así han llegado a finales de esta
década con la publicación de un retrasado séptimo álbum - tras siete años de silencio discográfico - que
con toda probabilidad sólo esperaban sus más fieles seguidores. Pero la verdad es
que uno lo escucha y queda sorprendido con las nuevas diez piezas que a pesar
de que no nos descubran nada de nuevo, no por ello desmerecen por su calidad.
Aunque repiten con su productor
clásico Jacknife Lee, el álbum suena maduro y trabajado, en unas letras que,
conectando con su título, quieren "hacernos volver a recuperar el
salvajismo en el buen sentido del ser humano" según su líder Gary
Lightbody.
Muestra de todo ello es la
sentida y de voces espectrales " Life On Hearth" que nos recuerda lo
que debe ser la vida. El single de adelanto, "Don' t Give In", fue
escrito para describir la superación
para llegar hasta esta vuelta, en un tono musical que mira hacia los ochenta. A
la misma década recurren en "A Dark Switch" dónde juguetean con el
synth pop y la música disco.
"Empress" es como un
calcetín girado de alguno de sus temas clásicos pues suena igual pero
diferente: optimista y alejado del melodrama. La nota de esperanza la pone
"Heal Me" que Lightbody dedica a su mujer por ayudarle a salir del
alcoholismo.
"A Youth Written In
Fire" y "Wild Horses" (esta más elevada) nos recuerdan al Beck
de Morning Phase. El punto de contraste lo pone la balada "What If This Is
All The Love You Ever Get?" con su piano solemne y letra solitaria.
Un notable disco de retorno de
una banda pop que vive de etiquetas del pasado y que ha sabido sobrevivir y
navegar por el tiempo a contracorriente para poder reafirmar su propia
identidad.
Por Àlex Guimerà
No hay comentarios:
Publicar un comentario