Que satisfactorio es poder gozar de conciertos en petit comité, como el que tuvo lugar el pasado viernes en la Sala Be Good de Barcelona en el inicio de la gira española del gran Chuck Prophet. Para quienes no hayan estado nunca en semejante aforo, no se habrán perdido entre naves industriales del Poble Nou, ni habrán entrado por una puerta semi-clandestina para embutirse entre el gentío tan alborotado por la música como por el alcohol en un recinto tan estrecho como alargado. Como en los orígenes del rock' n roll, la cosa no iba de móviles, ídolos y márketing, si no de pasarlo bien todos juntos al son de unas guitarras, batería y teclados. Así lo pudimos comprovar de seguida con el aperitivo de los británicos Curse of Lono quienes demostraron su potencial con la presentación de su álbum de debut " Severed" (2017) y su sonido americanizado y sus pletóricas armonías vocales.
Tras situarnos en primeras filas, para poder paladear el plato principal en todo su esplendor, la salida de los músicos sin roadies cargando sus equipos y la entrada de The Mission Express esperando su momento. Un momento que llegaría a casi las once de la noche, hora furtiva e indomable, con la aparición desde la pista de Chuck Prophet reconocido tenuemente con discretos aplausos. Una vez encima de las tablas un arranque inmejorable con una potente previa instrumental que dio paso a "Boby Fuller Dies For Your Sins" dejando claro que aquí se venía a rockanrolear. Triunfal, coreada, pilló a muchos desprevenidos por su prontitud.
Los cinco músicos mostraron su veterana solvencia y sincronización sonando a las mil maravillas desde el minuto uno. Desde la esposa del propio Chuck que volvía a la gira, la simpática Stephanie Finch a las voces y al teclado, al pedazo de guitarrista James DePrato haciendo maravillas a los solos y con el slide (además de las voces), al potente batería Vicente Rodriguez, y al bajista Kevin White, que a pesar de estar solvente en toda su actuación mostró no encontrarse bien por motivos de salud. Y ante ellos, el Profeta y su camisa floreada demostrando que es un gran líder en lo musical - guitarrista virtuoso y carismático cantante- y en lo escénico desprendiendo energía,, simpatía y actitud rockera.
En lo musical, el concierto fue de vértigo, pues si el nuevo disco ya es de órdago, salieron algunas de sus viejas canciones para perder la cabeza. Hablo de "You and Me Baby (Holding On)", "You Did", "Temple Beautiful", "Lonely Desolation", "Summertime Thing",... Y las que se dejó. De lo nuevo la pluscuamperfecta "Bad Year for Rock and Roll" dedicada a los rockeros perdidos como David Bowie o Leonard Cohen, la irreverente "Jesus Was a Social Drinker" entre medio de bromas, "In the mausoleum" dedicada a su amigo Alan Vega teatralizada y con Stephanie cantando a su lado. Dinamismo, riqueza sonora, diversión y la imborrable sonrisa de Chuck como bandera.
Para el final, el cantautor nos contó como antes de ser músico estuvo en un concierto de los Flamming Groovies (mitos de su adorada San Francisco), quedándose tan flipado con la guitarra que fue a lograr su sueño subiéndose a un escenario diez años mas tardes. Y como dijo " en Europa tenéis a Picaso y a Cezanne pero nosotros tenemos a Chuck Berry y a los Flamming Groovies". Acto seguido lo clavaron con su versión de "Shake Some Action" ante el delirio de sus feligreses. ¡Puro Rock ' n Roll!
Por Àlex Guimerà
Publicado en www.notedetengas.com
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