Y es que los matices, la complejidad de los arreglos y la amalgama de influencias son el poso que fluye del nuevo vinilo. para empezar “The Singer Adresses His Audience” que arranca acústica y sentida para acabar en medio de un coro góspel y de unas distorsiones de guitarra.
“Cavalry Captain” evoca el sonido Filadelfia sobre todo por sus deliciosas segundas voces y las bailongas trompetas. Luego llega uno de los momentos cumbres con “Philomena”, cuyo estribillo cautivador y saltarín se rinde a unos coros “vintage” para darnos una auténtica lección pop. Maravillosa.
“Make You Better” es el single de presentación que ya conocíamos y uno de los temas mas evidentes, no falto de su punto melancólico perfectamente equilibrado con lo rítmico que lo hermana con el “Authomatic Of The People” de los REM.
Mas desnudas “Lake Song”, que flota entre violines y el piano; “Hill The Water’ s All Long Gone” que transmite a través de la proximidad vocal de Colin Meloy y unas segundas voces y violines que hemos escuchado mucho en el pasado en el viejo Leonard Coen; la arenosa e íntima “Carolina Low” con su toque religioso; y “12/17/12” con protagonismo de la harmónica, guitarra acústica, una tenue sección rítmica y un mensaje que surgió tras ver al presidente Obama hacer el discurso a la nación después de los asesinatos en el Instituto de Newtown en 2012.
“The Wrong Year” lleva una guitarra rítmica The Cure (en su versión descafeinada), acordeón y mucho rasgueo de cuatro cuerdas, mientras que “Anti- Summersong” parece escapada del anterior disco de los decembristas, por su estribillo redondo y su toque mas tradicional.
“Easy Come, Easy Go” en cambio presenta unas guitarras y unos efectos de ritmo propios de las bandas sonoras de los westerns de Ennio Morricone. El vendaval llega con “Mistral” y su mejunje de harmónica, acompañamiento vocal y solo de guitarra.
Luego el final perfecto con “ A Beggining Song” – aunque pueda parecer mal ubicada- medio tiempo sincero y puro, directo y épico, con su grandilocuencia y sus zumbidos-efectos sonoros inclusive. La rúbrica perfecta a este “What A Terrible World, What a Beautiful World” . El inesperado (en el buen sentido) nuevo disco de los Decemberists, lleno de sorpresas y bastante alejado del “The King Is Dead”, siendo buenísimo por otros conceptos. Los violines abandonan el establo y se meten en la cámara, las guitarras ya no cabalgan sino que puntean, y la voz principal se acerca y se apoya en unos coros que rozan la excelencia. El resto lo ponen las soberbias composiciones de este genio de gafas y peinado anticuado.
Por Alejandro Guimerà
Publicado en http://notedetengas.es/the-decemberists-what-a-terrible-world-what-a-beautiful-world/
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