Han pasado cinco años desde el Give Me Fire (2009) -no contamos la BSO sueca Infruset ni el MTV Unplugged- , demasiado para quienes nos tenían acostumbrados a disco casi cada año. Una larga espera que no puede sino dejarnos un enorme mal sabor de boca, atendiendo a las expectativas que teníamos en ellos pero, sobre todo, porque nos da la sensación de que los suecos han desperdiciado su talento. Uno se pregunta si quizás en ello radica el error, haber esperado algo de ellos, cuando en realidad los músicos deben de hacer lo que quieran. No por ello tenemos que estar de acuerdo y aceptarlo.
Pues dejando de lado la nefasta y hortera portada, los Mando Diao han dejado muy atrás sus grandes talentos para el rock, y han querido hacer un disco pretencioso y mediocre de un género que les viene grande. Abandonado su rock clásico y garajero remozado, han querido abrazar el synth-pop, el tecno-pop y las tendencias ochenteras de nueva producción. Y es que Mando Diao ni son los Arcade Fire, a quienes la “tecnificación” les ha sentado muy bien, ni los Arctic Monkeys, quienes han evolucionado hacia rock-funky sin perder un ápice de identidad.
Ejemplo del fatal rumbo de los suecos es ‘Money Doesn’ t Make You A Man’, con la que juegan a ser Bowie jugando a ser Kraftwerk, y el experimento chirría, además de no reconocérseles. Como tampoco funcionan sus aspiraciones a ser los nuevos Depeche Mode en ‘Romeo’ y ‘Make You Mind’, ni ‘Sweet Wet Dreams’, que es una buena composición que no funciona con los arreglos ampulosos que les meten. En ‘Child’ se pierden en la insustancialidad creyéndose ser los ‘Sigur Ros’. Precisamente los mejores argumentos de Aelita llegan de la mano de los guitarrazos, concretamente en ‘Black Saturday’, que tiene los teclados y la épica ochentera. Lo cual confirma nuestras sospechas: ¡Zapatero a tus zapatos!
Por Alejandro Guimerà
No hay comentarios:
Publicar un comentario