Una de las sorpresas positivas del año pasado nos la dio sin duda el holandés Jacco Gardner con su debut “Cabinet Of Curiosities”. Apostando por el pop barroco-psicodélico atemporal logró un resultado inmejorable a base de delicadeza instrumental y creatividad sofisticada.
Con el nuevo año
una gira presentación del álbum lo ha traído a nuestro país pasando por Barcelona
dónde ya tocó el Abril pasado. La nueva
visita tuvo lugar en la pequeña sala BeCool ofreciendo un pedazo de actuación
que engrandó su nombre. Ya sabíamos como sonaba en disco – por cierto, grabado en
un estudio casero de Holanda – pero desconocíamos que en vivo su banda
estuviera tan engrasada y tan compacta.
Amén de su acento cockney en una voz que puede recordar a una mezcla
entre el Damon Albarn de los primeros Blur al Syd Barret mas apaciguado.
Cabinet Of Curiosities (2013)
Invisible para el espectador de las últimas filas, sentado tras el teclado y levantándose a la guitarra en contadas ocasiones, Jacco desplegó una aurea de misterio y romanticismo llevando consigo un look que recordaba al Beck de los noventa o quizás a un joven Elliott Murphy. Sus armonías lisérgicas hicieron el resto, deleitando a los pocos espectadores aglomerados y encandilados por su arte - no fue el caso de los Sidonie que estuvieron todo el concierto armando alboroto desde la barra - . De este modo surgieron, entre otras, la ensoñadora “Lullaby”, las texturas Kaleidoscópicas de “Clean the Air”, la pinkfloydiana “Watching the Moon”, y “Summer’s Game” con su melodía azucarada. Y como cierre previo al bis la maravillosa e intimista "Chamaleon".
Invisible para el espectador de las últimas filas, sentado tras el teclado y levantándose a la guitarra en contadas ocasiones, Jacco desplegó una aurea de misterio y romanticismo llevando consigo un look que recordaba al Beck de los noventa o quizás a un joven Elliott Murphy. Sus armonías lisérgicas hicieron el resto, deleitando a los pocos espectadores aglomerados y encandilados por su arte - no fue el caso de los Sidonie que estuvieron todo el concierto armando alboroto desde la barra - . De este modo surgieron, entre otras, la ensoñadora “Lullaby”, las texturas Kaleidoscópicas de “Clean the Air”, la pinkfloydiana “Watching the Moon”, y “Summer’s Game” con su melodía azucarada. Y como cierre previo al bis la maravillosa e intimista "Chamaleon".
Indescriptible
amalgama de colores para nuestros oídos, a base de teclados, voces celestiales,
cuerdas, percusiones estudiadas y una alquimia que solo pocos poseen.
Preciosismo musical de
un directo mayestático a cargo de un tipo por el que apostar por atreverse
a rescatar unos sonidos añejos muy a menudo vilipendiados por la artificialidad
Mainstream. Demasiado concierto para semejante minoría.
Por Alejandro Guimerà
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