Su imagen siempre va
asociada a un cigarro, ojeras incipientes, un pelo enmarañado y una barba de
dos días. Un aspecto que encajaba en el personaje de polifacético bohemio
parisino con vida digna de ser
novelada. Lo cierto es que la familia
Gainsburg era de origen judío y había emigrado de Rusia hacia la capital francesa huyendo de la
guerra de los bolcheviques para luego caer en la hostilidad de la ocupación
nazi. Al parecer en su infancia Serge tuvo que llevar por la calle el brazalete
de la estrella de David . Ya de mayor, su verdadera vocación fue la de ser
pintor, finalmente se decantó por el piano siguiendo los pasos de su padre y
persiguiendo el jazz inconformista de su ídolo Boris Vian. Tras vagar por
distintos oficios se afincó como músico de cabaret hasta que su inquietud
artística le arrastró a publicar su propio material, el cual, hace falta
decirlo, tuvo escasa repercusión y en cambio no le faltaron las críticas
voraces.
Entrados en los sesenta
y en la época ye-ye, atento a las nuevas formas empezó a componer para
estrellas pop emergentes como Petula Clark, Francoise Hardy o una cándida jovencita de 16 años llamada Frances
Gall. Esta última escogió su canción “Poupée de cire, poupée de son” con la que
obtuvo el primer puesto de eurovisión de 1965 con Luxemburgo saltando a la fama
y arrastrando hacia ella a nuestro protagonista.
La comodidad del éxito
favoreció su libertad creativa, le acercó al cine y ayudó al ascenso musical de
la exuberante modelo y actriz (y amante suya) Brigitte Bardot para la que
escribió la controvertida y censurada
“Je t´aime … moi non plus” o lo que es lo mismo: los jadeos orgásmicos
femeninos más famosos del pop. Aunque realmente esta canción saltó a la fama
cantada por su futura mujer, la bella actriz británica Jane Birkin. Con esta
última, 18 años más joven que él, no sólo mantuvo un intenso y seguido affaire
que culminó en matrimonio y una hija (la cantautora Charlotte Gainsburg) sino
que compartió sus obras cumbres “Jane Birkin-Serge Gainsbourg” (1969) y este “Histoire de Melody Nelson”, obra cumbre
en su carrera.
Con los bolsillos
llenos por su éxito comercial, Serge decidió tomarse un año sabático en 1970.
Fue entonces cuando ideó y compuso este álbum conceptual, tan en auge en esos
tiempos (The Who, Yes, Kinks, Bowie,...)
en el que narraría una historia pseudobiográfica de un encuentro accidental entre un hombre
maduro (el propio Serge) y una adolescente, Melody Nelson (interpretada por
Birkin). Con esta historia Serge quiso
hacer realidad una idea que albergaba en
su mente desde hacía años: hacer un musical de "Lolita" de Naboikov,
algo que encajaba con su espíritu provocador, lascivo y transgresor.
Con la inestimable
ayuda de Jean Claude Vannier en la producción y composición, el disco adoptó una
compleja mezcla orquestal con grandes arreglos instrumentales y muchos
elementos funkys, y en la que el bajo tomaba el protagonismo sobre el que se
apoyaban unas voces que recitaban a la vez que susurraban.
La historia de
"Melodie Nelson" arranca cuando el hombre maduro feo y adinerado
conduce su Rolls Royce por un barrio humilde, absorto en sus pensamientos
cuando tiene una colisión con una inglesa pelirroja de 15 años a que va en
bici. En ese momento ambos conectan sexualmente, lo que culminan en un hotel
particular (con espejo en el techo) en el que el hombre le enseña las artes
amatorias mientras se convierte en su musa y obra de arte . Después Melody toma
un avión para regresar a su Inglaterra pero el avión desaparece en la selva de
Nueva Guinea, lo que causa mucha desesperación y delirios a su amante.
La inicial
"Melody" presenta unas guitarras y violines entrecruzados mientras da
paso a la breve y sensual “Ballade De Melody Nelson” en la que la lolita da
acto de presencia ante los deseos del adulto. Más breves son las que la siguen,
la narcótica "Valse de Melody" y "Ah! Melody" con su amable
trompeta. El clímax de esta ópera lo encontramos en la exuberante "L' hotel
particulier", en dónde se narra el encuentro carnal y espiritual a través
de apasionados diálogos instrumentales. La sigue "En Melody" alocada
y desenfadada contiene chillidos y risas
de Jean como si le hicieran cosquillas bajo una voraz guitarra eléctrica. Es el
preludio del fatal desenlace consumado en "Cargo Culte" en la que los
tristes murmullos de Serge parecen desvanecerse entre el humo de su cigarro y la
soledad, y en la que aparecen unos coros celestiales que parecen abrir las
puertas del cielo al oyente.
Este es el
relato de un obsesivo disco lleno de calidez y sugerencia, a la vez que de oscuridad
y de gran contenido sexual, de una
historia que desprende altas dosis de lujuria dulce y prohibida. Una obra hecha
por y para su creador, un delirante personaje que marcó una
época ejerciendo de elegante provocador del rock europeo.
Por Alejandro Guimerà
BALLADE DE MELODY
NELSON
Ca
c'est l'histoireDe Melody Nelson
Qu' part moi-mme personne
N'a jamais pris dans ses bras
Ca vous tonne
Mais c'est comme a
Elle avait de l'amour
Pauvre Melody Nelson
Ouais, elle en avait des tonnes
Mais ses jours taient compts
Quatorze automnes
Et quinze ts
Un petit animal
Que cette Melody Nelson
Une adorable garonne
Et si dlicieuse enfant
Que je n'ai con-
Nue qu'un instant.
Oh! Ma Melody
Ma Melody Nelson
Aimable petite conne
Tu tais la condition
Sine qua non
De ma raison
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