domingo, 28 de julio de 2024

JOHN FOGERTY - Festival de Cap Roig, 19 de Julio de 2024:

 


Vaya con los amigos de Clipper's Music, a los que parece que pocos artistas se les resisten en el ya consagrado festival del Cap Roig. En sus ediciones han pasado primeras espadas del rock como Sting, Elton John, Wilson Pickett, BB King, Elvis Costello, Rod Stewart, Mark Knopfler, Bob Dylan,… Casi nada. No en vano ha sido considerado en muchas ocasiones como uno de los mejores festivales de verano de Europa. Razones no les falta. Para la presente ocasión se han sacado de la chistera la presencia de un John Fogerty, que ha pisado en pocas ocasiones nuestro país, y que en concreto sólo había visitado una sola vez Barcelona, allá en el lejano año 2009.

Una auténtica leyenda del rock y el factotum de una de las grandes bandas de los sesenta junto a los Rolling Stones, Beach Boys y, como no, los Beatles. Compositor de múltiples éxitos y uno de los grandes ideólogos del rock americano. Ahora, con 79 años, arropado por su familia y habiendo recuperado los derechos de sus canciones, parece que con su gira “The Celebrate Tour” está merecidamente disfrutando de la vida y de lo que mejor se le da, su música. Así que, los fans del rockero y de la Creedence Clearwater Revival se acercaron a la localidad costera de Calella de Palafrugell (Girona) dirección a ese paraje tan precioso como son los jardines del Cap Roig para poder gozar del show de su ídolo.


Programado a las 22:15 horas, y con toda la platea sentada, apareció puntualmente un video con el septuagenario repasando su vida, para acto seguido dar entrada junto a su banda y regalarnos una inicial “Bad Moon Rising”, situado en la parte más elevada del escenario con una resplandeciente luna llena en la pantalla de detrás. Encima de él tenía la verdadera luna llena que iluminaba una de las mejores costas del mar Mediterráneo.


Era el inicio de un concierto en donde el repertorio de la CCR llevó todo el peso, un listado de temas que casi no ha podido volver a interpretar en sus directos desde principios de milenio, tras sus desgastadoras luchas legales con sus ex-compañeros de banda, y respecto a las que nos quiso dejar bien claro su autoría cuando dijo “gracias por haber seguido cantando durante tanto tiempo esas canciones MÍAS”.

Con batería, teclado, bajo y dos guitarras de apoyo, y sumado más adelante el saxofón, en dicha formación destacaron la presencia de sus dos hijos -“seguramente habéis observado que hay dos chicos que se parecen a mi”- Shane y Tyler, quienes le acompañan en sus giras y le dan ese interesante contrapeso de juventud y energía. Aunque el de Berkeley parece que de eso va sobrado, ya que pese a su edad, recorrió el escenario de lado a lado, saltó, tocó la guitarra, agitó al público, gritó y demostró que aún tiene cuerda para rato. Si bien cantando no logra las cotas de antaño, lo que se pudo observar en algunos momentos, su don con las seis cuerdas parece intacto con esos solos imposibles que aún sigue regalándonos. De fondo, un arsenal de guitarras que los utilleros iban acercándole en función de las necesidades de cada canción: acústica, Les Paul Gibson, Fender,… o esa Rickembacker perdida que, según contó, su esposa Julie logró recuperar para regalársela en Navidad.

Y es que las anécdotas y los recuerdos fueron una constante entre las canciones, sobre todo hablando con cariño de su familia y de su “beautiful wife Julie” - quien saludó tímidamente desde el lateral del escenario-, como también los homenajes a sus maestros BB King o Muddy Waters, o la mención a la llegada de los Beatles a los Estados Unidos en los sesenta y sus primeros pasos con las seis cuerdas.

Se nota además el gran equipo de técnicos que lleva detrás, ya que el sonido se desplegó compacto y robusto y nos dejó disfrutar de esos solos alargados de guitarra, auténticos protagonista; de la fornida batería; de ese gran saxo que apareció y adornó algunos parajes del bolo; de las acústicas que se escucharon nítidas e incluso de esa armónica que el bueno de John sacó y demostró que también domina a la perfección.



Pero vayamos al meollo del show, es decir, a las canciones. Memorables los medio tiempos “Who’ ll Stop The Rain”, homenaje al festival de Woodstock (con imágenes de ese hito histórico en pantallas) y la lacrimosa “Have You Ever Seen The Rain?”, las rítmicas “Looking Out My Back Door” y “Down On The Corner”, o las potentes “Born On The Bayou” (con un cocodrilo en la pantalla) y “Hey Tonight”, también destacaron “Green River”, “Keep On Choglin’”,… esas joyas que tantas veces hemos escuchado y tan bien compiladas están en los dos álbumes “Chronicle”.

                         

De sus discos en solitario tocaron “Rock’ n Roll Girls” y “The Old Man Down The Road”, perteneciente a su álbum de renacimiento “Centerfield”, de 1985, y “Joy Of My Life”, del “Blue Moon Swamp”, de 1997, dedicada a su Julie y con la descubrimos muchas imágenes de su boda y de momentos familiares entrañables. Quizás hubiéramos deseado más presencia de los sonidos country, y de su etapa “Blue Ride Rangers” de los setenta (¿Por qué no “Jambalaya”?). Cuando más se acercó a las texturas campestres fue con esa “Cotton Fields” que tan bien versionaron la Creedence . Para el cierre del set esa oda anti guerra del Vietnam que es “Fortunate Son” que escuchamos algo acelerada y desfigurada quizás para disimular las actuales carencias vocales del de Berkeley.

Tras el paripé de los bises, la vuelta llegó con “Rockin’ All Over The World” de su primer disco en solitario, que popularizaron en los ochenta los Status Quo pero que se inspiró en esas giras interminables alrededor del mundo de su banda, y una final, esperada y previsible, “Proud Mary”, seguramente su canción más reconocida. Un buen cierre, emotivo y cargado de melancolía al que siguieron los agradecimientos de toda la banda y su rápida marcha, justo hora y media desde su comienzo y antes de tocar las campanas de media noche. Un final que nos dejó el recuerdo del concierto de uno de los grandes del rock americano de todos los tiempos, que a pesar de su edad sigue dando un espectáculo más que digno y honrando a la perfección un legado que prácticamente no tiene rival.

Por Àlex Guimerà


Publicado en https://www.elgiradiscos.com/2024/07/john-fogerty-honrando-la-historia.html





sábado, 20 de julio de 2024

FESTIVAL CRUÏLLA- Sábado 13 de julio de 2024:


Uno de nuestros festivales favoritos de Barcelona es sin duda el Cruïlla. Por su concepto abierto a todos los estilos con sus fusiones de bandas; su espíritu solidario; la comodidad de no estar del todo masificado y sobre todo porque año tras año nos siguen trayendo a grandes bandas. Justo por eso elegimos la jornada del sábado, pues su propuesta venía repleta de nombres interesantes del pop-rock y porque simplemente queríamos volver a disfrutar de esas sensaciones ya vividas en el Parc del Forum, con su ambiente cálido marino y al que siempre asociaremos a grandes recuerdos musicales y de juventud.

GINESTÁ


Puntuales a las 18:00 horas y bajo un sol que pegaba bien fuerte, esta pareja formado por los hermanos Júlia y Pau Serrasolsas nos dejaron claro que dejarían aparcados sus parlamentos para abordar el máximo número de canciones posible, temas que fueron cayendo en cascada ante un público en el que había muchas familias y que poco a poco se fue agrandando. Presentaban las canciones de su último disco, "Vida meva" (2024), como son "De tot el món" o "Un piset amb tu", bajo un formato que se configuraba con guitarrista, batería y teclado junto con unos juegos de voces formidables. Estructura de esta banda de pop edulcorado que sonó francamente bien y nos arrojó la primera grata sorpresa de la jornada. Encima tuvimos tiempo de corear la melancólica "Estimar-te com la terra" antes de abandonarlos para cambiar de escenario.



CALEXICO

Programados quizás demasiado pronto si tenemos en cuenta su valía, su concierto no decepcionó a nadie, con ese directo tan Tex-Mex basado en su particular acercamiento a los sonidos latinos por medio de un territorio rock, un recorrido que tan bien llevan haciendo desde hace años capitaneados por un sonriente cincuentón Joey Burns y su dulce voz, pero también por su otro fundador, John Covertino, tocando la batería al estilo Jazz. Calexico dio un gran recital en el que las trompetas y los ritmos tuvieron mucho protagonismo. Como en su presente gira, hubo presencia de los temas del disco "Feast of Wire" (2003) que el año pasado reeditaron, pero sobre todo de su último álbum de estudio, "El Mirador" (2022), como esa maravilla que es "Harness The Wind".


Igualmente cayeron la esperada versión de "All Again Or" de los Love, que tan bien llevan a su particular imaginario, y la inesperada "Heroes" cantada por el guitarrista de camisa chillona Brian Lopez que dedicó a la "gente de Catalunya". Además de Burns también puso la voz el trompetista Jacob Valenzuela quien alternó los solos a la trompeta con su vozarrón cantando en castellano, claro. Impresionante en la sección de vientos junto con el otro trompetista, Martin Enk, quien se exhibió también a la guitarra slide y al acordeón. Irresistibles los bailes de "Flores y Tamales" y de las clásicas "Crystal Frontier" y "Güero Canelo", con las que los de Arizona terminaron su set en el que demostraron como siguen rompiendo las barreras del rock.



THE TYETS

Sin apenas respiro cambiamos de escenario para ver a una de las formaciones más en boga del panorama musical catalán, The Tyets, con su propuesta moderna y de fusión donde el pop se puede cruzar con el reguetón o la música urbana. Con ganas de atraer a los fans arrancaron con esa "La Platja" que editaron junto a sus compañeros de promoción Stay Homas, para rubricar su show con esa sardana tan peculiar que es "Coti per Coti", para la que pidieron que el público hiciera corros con el baile tradicional. O como lo "Cool" no está reñido con lo ancestral.




JOHNNY MARR


Quizás la mejor sorpresa del sábado. Y no sólo por poder gozar de uno de los artífices de una de las mejores bandas pop de los ochenta, sino por lo entregado que se le vio y lo bien que acabó sonando. Y es que el mancuniano, ataviado con un chaleco y camisa de manga larga (¡qué calor!), nos ofreció algunos de sus éxitos en solitario que justo acaba de compilar en un "Best Of", un puñado de éxitos de Electronic, y cómo no los temazos de los Smiths. Se atrevió hasta con siete canciones de la banda que lideró junto con Morrissey, de la que no reniega como su antiguo compañero, y que sigue haciendo sonar de forma formidable con sus guitarrazos clásicos originales y con esa voz que aunque no alcanza las cotas de "Moz" las logra dignificar.



De golpe arrancó con una "Panic" con esos "hang de dj" coreados, la sensacional "This Charming Man", la balada "Please Please Please Let Me Get What I Want" a la acústica o una de las últimas de su legendaria formación, "Stop Me If You Think You've Heard This One Before". También nos pidió que no le abucheáramos por no tocar canciones antiguas ya que las nuevas no son una "shit", lo que dijo antes de presentar "Walk Into The Sea", del año pasado. Más lejana en el tiempo resulta "Gettin Away With In", de Electronic, y el que quizás es su mejor hit en solitario, "Easy Money". Nos sorprendió con "The Passanger", de Iggy Pop, con esos riffs irresistibles y nos remató con la maravillosa "There Is A Light That Lever Goes Out" con la que nos transportamos directamente hacia un tiempo lejano y acabamos rendidos a sus pies. Puro pop británico.



PET SHOP BOYS

El momento cumbre del sábado llegó en el escenario central, que se hizo estrecho y en el que las idas y venidas de gente demostraron cómo en los festivales los seguidores de las bandas acaban diluidos. De nuevo el postureo y la falta de interés musical hicieron acto de presencia. Aunque ello no impidió que quienes queríamos escuchar al dueto nos fuéramos posicionando poco a poco. Un directo que sonó en su primera fase algo encorsetado, demasiado electrónico e impostado, a pesar que arrancaron con esa formidable pieza que es "Suburbia". Luego llegaron la versión de U2, "Where The Streets Have No Name" y "Rent", con Neil Tennant embutido en unos calurosos abrigo y gorro, cuando no disfrazado de unas gafas robóticas y otros artilugios.


Tras unas cuantas canciones con Neil y un siempre tímido Chris Love solos en escena, llegó el momento de introducir la banda con guitarras, percusiones y coros, fue cuando los juegos de luces, videos y efectos adornaron un espectáculo que uno desearía que fuera más simple y sin grandes efectos, que los emparentan más al Sonar que al synth pop ochentero de los que son padres. Sin embargo nos dio tiempo de gozar de sus gemas como "Always On My Mind" y una "Go West" que interpretaron delante de imágenes de manifestaciones del colectivo gay. El set y los hits llegaron en esa parte final con las mencionadas y con "West End Girls" y "Being Boring" en los bises.



SMASHING PUMPKINS

Arrancaron en el escenario Occident un cuarto de hora más tarde de lo que aparecía en el programa por culpa de los "chicos de la tienda de mascotas", pero lo hicieron con toda la fuerza posible. Con una banda en la que se mantienen Billy Corgan (voz y guitarra), James Iha (guitarra) y el bestial Jimmy Chamberlin a la batería, la formación se completa con bajo, corista, bajo, teclados y la espectacular guitarrista Kiki Wong, acabaron sonando potentes juveniles y pletóricos. Con el bueno de Billy vestido de cura y luciendo su mítica calva, las guitarras ofrecieron una tormenta eléctrica a través de la que descargaron sus hits, especialmente de sus dos grandes álbumes, "Siamese Dream" (1993) y "Mellow Collie" (1995), pues aunque sobre decirlo, sin ellos no tendrían un repertorio tan fornido como el que ofrecieron.

                             

Quizás demasiado pronto aparecieron "Today" y la épica "Tonight Tonight", dejando para el tramo final "Bullet With Butterfly Wings" y la legendaria "1979". Luego llegarían grandes exhibiciones de batería (el alma de las "Calabazas"), solos de guitarra inacabables y estremecedores y mucha teatralidad del siniestro y carismático Billy, al que se le fue un poco la olla cuando subió a escenario a dos niños. Magistrales a los instrumentos fueron capaces de trasladarnos su rock inconformista de los 90 a estos tiempos tan vacuos que nos toca vivir. Para el cierre, las míticas "Cherub Rock" con sus riffs y "Zero", previa una extraña interpretación de "House Of The Rising Sun" y de la guitarra de "Are You Gonna Go My Way".


Llegando al final, otras grandes propuestas se perdieron por la noche, aunque todavía tuvimos fuerzas de cerrar tan maratoniana jornada con "Elefants" de los OQUES GRASSES, una banda festiva y luminosa ideal para el disfrute del público rejuvenecido que fue poco a poco poblando el recinto de un festival que en esta ocasión ha batido nuevo récord de asistencia con más de 77.000 personas. Larga vida al Cruïlla.

Por Àlex Guimerà


jueves, 11 de julio de 2024

THE PRETENDERS - Les Nits de Barcelona, Palau de Pedralbes (1/07/2024):




Menudas dos primeras espadas ha fichado el festival Les Nits de Barcelona al Palau de Pedralbes para la presente edición. Las enormes Patti Smith y Chrissie Hynde. Esta última, que nadie lo dude, es una de las grandes damas de la historia del rock. Su embrujo musical va desde sus dotes compositivas a su modo de tocar la guitarra y a su singular voz, arrojando en la década de los ochenta cuatro maravillosos álbumes que son cumbre de la nueva ola tardía. Ya desde su época londinense de crítica musical había ansiado tener su propia banda, cosa que logró materializar con los álbumes "Pretenders I y II" pero que a punto estuvo de deshacerse con las prematuras muertes por sobredosis de dos de sus cofundadores, James Honeyman-Scott y Pete Farndon. Pero ella no se echó para atrás, persistió y se reinventó alargando el legado de sus Pretenders con nuevas formaciones, en las que pasaron gente como el guitarra de los Smiths, Johnny Marr (quien por cierto subió al escenario en el reciente concierto de la Isla de Wight), y alcanzando incluso la fama mundial sobre todo con el álbum "Get Close" (1986).



Y ahora teníamos de nuevo a esta leyenda delante de nosotros, a pesar de la incertidumbre generada por un inesperado día de lluvia que afortunadamente llegada la noche se disipó. En ese entorno tan especial como son los Jardines Reales de Pedralbes se presentó la actual banda formada por la propia Chrissie y el batería fundador Martin Chambers, junto con los más jóvenes James Walbourne (guitarra) y Nick Wilkinson (bajo), una compañía estable desde el 2008. Un combo trabajado a lo largo de los años y que suena compacto, tal como debió ser concebido en la cabeza de la propia Chrissie, y con el que además sigue publicando discos notables como los recientes "Hate For Sale" (2020) y "Rentless" (2023), este último responsable de la gira.

De nuevo la de Ohio demostró cómo se puede ser elegante y estilosa vestida de rockera, y luchando contra la edad (va para los 73 años), no tardó en hacer patente su lozana energía y su talento con la inicial "Losing My Sense Of Taste". Desde la primera nota pudimos comprobar qué bien compenetrada está la banda y qué fabulosos son cuando se juntan. Demostración empírica a través de un bajo fornido, encargado de marcar el ritmo de las canciones, junto a esos aporreos de las baquetas claro y por supuesto las guitarras aguerridas y salvajes; y por encima de todo, esa voz tan personal y dulce.




"Kid" fue el primer hit que nos regalaron, deliciosa y alargada, al que le seguiría una melódica "Back On The Chain Gang", perteneciente a mi disco favorito "Learning To Crawl" (84). También pudimos regocijarnos con "Hymn to Her" que si bien apareció lánguida y con las guitarras etéreas, no fue más que una perezosa canción de cuna llena de sentimiento. A estas alturas Chrissie ya se había quitado la chaqueta con los consecuentes silbidos del público, por cierto.



La archipopular "Don t Get Me Wrong" llegó pronto para el deleite de la audiencia, que aunque la hayamos escuchado hasta la saciedad tenemos que rendirnos ante ella ya que quizás sea una de las canciones pop más bellas jamás compuesta. No se olvidaron de "Day After Day", con Hyde a la pandereta y esos solos despampanantes de James que fueron pura Nueva Ola, como tampoco lo hicieron de "Thumbelina", cargada por esos ritmos a los Johnny Cash a todo trapo y por otro solo descomunal del "guitar hero" no exento de cambios rítmicos brutales.

"Me gustan las rock bands", decía la cantante del flequillo antes de presentar la nueva "Let the Sun Come In". La caña punk nos la dio "Junkie Walk", con todos dando palmas manos arriba, y el momento baladón llegaría de la mano de "I' ll Stand By You", en la que el poderío vocal afloró ante nuestros ojos, mientras que maraca en mano interpretaría "Break Up the Concrete". Para la parte final quedó "Up The Neck" y la tralla de "Bad Boys Get Spangled", con hipertensos solos de guitarra aplaudidos a rabiar, y la irresistible "Middle Of The Road" antes de hacer el amago de irse que completaron con la revisión power popera de "Stop Your Sobbing", de los Kinks de 1964 (escrita por el ex de Chrissie, Ray Davis) y "Mystery Achievement" con sus lozanos desarrollos instrumentales .

Un directo muy disfrutable y poderoso de ese proyecto llamado Pretenders tras el que se esconde una genial rockera que un día cambió de continente para poder realizar su sueño, un sueño que también es el nuestro y que se resiste a terminar. A sus pies Mrs. Hynde.


Por Àlex Guimerà



domingo, 7 de julio de 2024

QUEENS OF THE STONE AGE - Festival Alma, Poble Espanyol (26/06/2024)


Desterrado al Poble Espanyol, el que fuera Festival Jardins de Pedralbes, se ha reinventado bajo el nombre de Festival Alma, intentando reproducir el ambiente exclusivo y la elegancia en el nuevo emplazamiento. Aunque al final, el foro es el que es, y en nada tiene que ver con los jardines que vieron nacer al festival. Afortunadamente la organización ha sabido mantener el pulso en cuanto a cartel, por lo que en la actual edición han pasado primeras espadas del panorama nacional como Vetusta Morla o Cat Empire pero sobre todo del panorama internacional como Alice Cooper, The Divine Comedy, Sherryl Crow o Neil Hansard. Y, claro, nuestros protagonistas, Queen Of The Stone Age, que volvían a Barcelona después de seis años de tocar en la Sala Razz y que completaban una gira española que había pasado por A Coruña, el Festival de Noches del Botánico (Madrid), el Azkena Rock (Vitoria-Gasteiz) y por Fuengirola.

Con todas las entradas agotadas, los californianos entraron a escena muy puntuales y con una formación que parece ya asentada desde hace más de una década, con Troy Van Leuuwen a las guitarras, Michael Shuman al bajo, Dean Fertita a los teclados y guitarra y Jon Theodhore a la batería. Con Joshua Homme liderando el cotarro a la guitarra y a las voces principales, parece demostrado que por fin ha encontrado a su banda definitiva después de deambular con experimentos y grandes invitados a su proyecto (en especial el desaparecido Mark Lanegan y la superestrella Dave Grohl). Lo cual se nota muchísimo, pues el combo suena compacto, compenetrado y sin apenas fisuras.


Si bien el volumen del sonido en tal recinto abierto podría haber estado mejor, ello no impidió que pudiéramos gozar de un auténtico bolazo de stoner rock, ese género al que se atribuye la paternidad a los QOTA junto con otras formaciones entrecruzadas por sus miembros como Kyuss, Fu Manchu o, en menos medida, a los Eagles of Death Metal. Toda una movida musical surgida en California a finales de los 80 y que tuvo su auge en la década siguiente. Aunque los "Queens" dieron el salto a principios de milenio con el que alcanzaron cierto reconocimiento "mainstream".




Pero vayamos al presente, que no es otro que el conciertazo que se pegaron los tíos, y mira que ya veníamos avisados con las reseñas de sus anteriores citas. Con una puesta en escena en la que las pantallas estaban ausentes y las luces tenían un gran protagonismo para aumentar las emociones de las ondas sonoras, el show transitó por muchos de sus grandes éxitos (que tienen muchos) y por las canciones de su disco de presentación, el fabuloso "In Times New Roman" del año pasado.


La sección rítmica dando mucha tralla, en la que un incansable Jon no paró de aporrear los bombos como si le fuera la vida, y un algo estático Michael clavando las líneas de bajo; luego Josh dando la talla a las voces (con esos falsetes tan geniales que nos cuela a veces) y por encima de todo las guitarras, que fueron las grandes protagonistas de la noche. Troy y Josh estuvieron sensacionales, en los latigazos pero también en los solos, y en el caso del primero también en la slide cuando se puso. Dudo que haya alguna banda en el panorama musical actual que les supere al menos en las guitarras rítmicas, simplemente se mostraron poderosos e implacables.

Situación que comprobamos inmediatamente al escuchar "Little Sister", también con esos riffs letales de la nueva "Papel Machete", o las formidables "My God Is The Sun" y "I Sat But The Ocean", del gran disco que es "...Like Clokwork" (2013), esa última con Josh invitando al público a saltar la valla que dividía el público de pista por zonas. Lo mismo se puede decir de "You Think I Ain't Worth a Dollar, but I Feel Like a Millionaire", que fue escogida como favorita por el público entre otras, y qué decir de la bailonga "The Way You Used To Do" o la apoteósica "Go With The Flow" con la que acabaron el set.

Para los bises, la esperadísima "No One Knowes", quizás su éxito más reconocible de siempre, con ese parón marcado por ese bajo sostenido tan alucinante y luego la final "The Song For The Dead" con la que el desmadre en la pista fue total con todo el mundo saltando y moviéndose y algunos vasos de cerveza volando por los aires. Un caótico epílogo para un directo apasionante de las "Reinas de la Edad de Piedra" que mostraron su enorme estado de forma actual y confirmaron que son una de las bandas de rock más a tener muy en cuenta.

Por Àlex Guimerà

jueves, 4 de julio de 2024

BRUCE SPRINGSTEEN & THE E STREET BAND - Estadi Olímpic de Montjuic (20/6/24)


Los conciertos realizados en grandes estadios siempre han sido diferentes al resto de formatos. Hay quienes los adoran, otros los detestan. Aunque dudo que alguno de los fans del "Boss" que acudimos el pasado día veinte de junio al Estadi Olímpic nos pareciera una mala opción. Y eso que hace poco más de un año nos habíamos despedido del roquero de New Jersey creyendo que nunca más lo veríamos, al menos en tal magnánimo escenario. Pero Bruce y Barcelona tienen un idilio que viene de muy lejos, por lo que a los merecidos conciertos de Madrid -en las anteriores giras había pasado de largo de la ciudad- añadió hasta dos nuevas fechas en la capital catalana.

La primera coincidía con el comienzo del verano y con una luna que al caer la noche presidió la escena junto con las banderas de los Estados Unidos y de Catalunya. La magia estaba servida, ya que quien se esperara de ver a un músico acabado o un concierto distante y lejano se equivocó radicalmente, pues lo que vivimos desde el arranque que supuso "Lonesome Day" fue una lección de cómo debe ser un concierto de rock' n roll de estadio. Todo ello arropado con esa bandaza inacabable, con sección de vientos (liderada por el sobrinísimo Jake Cleamons), coristas y vocalistas, teclados, percusionistas, guitarras de apoyo,... y su E Street Band, con Gary Tallent (bajo), Max Wiemberg (batería), Roy Bittan (piano y teclados) junto con las estrellas de las guitarras Nils Lofgreen y Steven Van Zandt. Una formación que a pesar de los años y de las bajas sigue aún robusta y llena de energía. Pero no tanta como la que el señor Springsteen parece demostrar año tras año encima de las tablas. Pues parece de locos que a sus 75 años siga aguantando bolazos de tres horas, haciendo acrobacias con la guitarra, pateándose las primeras filas del público o arrojando esa simpatía sin fondo.



Si bien el público comenzó algo frío, fue tomando temperatura paulatinamente y contagiándose de esas vibraciones, logrando un clímax difícil de igualar por lo que pudimos ver a través de las pantallas: grandes bailes, jóvenes subidas a los hombros, fans con sus mensajes en llamativos carteles, abuelos compartiendo las canciones de su vida con sus nietos o ese joven que conectó con su amiga una video llamada para que viviera esos momentos. Aunque dada la edad media del público, sigue sorprendiéndome la juventud que exhibía el público de las primeras filas, auténticos protagonistas de los videos, por cierto.


Pero vayamos al meollo del show, porque tuvo de todo. Mucha presencia del "Born In The USA" (1984) y del "Born To Run" (1975), pero también de su último trabajo, "Letter To You" (2020), para situar en medio una buena degustación de su trayectoria imbatible. Repertorio que se sustentó desde los ritmos letales del reivindicable Max, a los solos alucinantes de Nils (quizás el mejor guitarrista de los tres caballeros), pasando por el histriónico Steven con sus bromas y su buen rollo con el Jefe; el saxo de Jake que ocupa fabulosamente el vacío de su tío (recordado al final con "Tenth Avenue Freeze-Out"), las coristas luciendo garganta, los pianos lacrimosos de Roy y por encima de todo Bruce Springsteen, quien comenzó mal en las voces pero acabó luciéndose cantando, al igual que en los solos de guitarra a los que debería de dedicarse más por cierto, o a sus soplos a la harmónica. Muy agradecidos fueron sus parlamentos en catalán, pero más sus baños de multitud a modo de predicador o sus bailoteos frikis del final.

Cabe destacar piezas como el power pop de "Radio Nowhere", rescatada del álbum infravalorado "Magic"; la emotiva "Promised Land"; "Waiting On A Sunny Day", fabulosa a la acústica; "Wrecking Ball", con su arranque al son de guitarra y su desarrollo épico instrumental con esos vientos finales; el soul de "Nightshift", adapatación de la original de los Commodores; "Last Man Standing", con la que recordó su primera banda de los años 65 a 67 de la que es su único superviviente, o por supuesto la cadena de súper-hits que supusieron "Beacause The Night", "Badlands", "Born In The USA", "Born To Run" y "Dancing In The Dark", con la que el público dio todo lo que tenía y más bailoteando y celebrando esa música que tanto ama.

Y para el cierre dejó esa performance que montó con "Twist & Shout", preguntando a sus compañeros si tenían ganas de irse a casa o seguir con la juerga, o esa otra versión de "Rockin' All Over The World", escrita por John Fogerty pero que allí todos reconocían por los Status Quo. Y cuando todo parecía que había terminado, el septuagenario volvió a escena solo con la guitarra para interpretar "I' ll See You In My Dreams". Un bonito final para una velada tan especial en la que pudimos vivir como nunca un concierto de rock en un gran espacio, algo que me temo que en el futuro cada vez será más complicado de repetir, con el "Boss" o sin él.

Por Àlex Guimerà

lunes, 1 de julio de 2024

THE JAYHAWKS - Sala Paral·lel 62 (13/6/2024):



La primera parada en la gira europea de los Jayhawks, y previa a su paso por el BBK Music Legends Fest, significó todo un reencuentro con la ciudad de Barcelona, a la que han acudido en múltiples ocasiones en pequeñas salas (si bien en 2009 actuaron en el Primavera Sound con Mark Olson todavía a bordo), y del que muchos, como un servidor, aún albergábamos con esperanza que pudieran igualar el memorable concierto que dieron en 2004 en la Sala Bikini dentro de la gira del que quizás es su mejor trabajo “Rainy Day Music” (2003).

Pero antes pudimos disfrutar de un concierto -más que ser considerada una telonera, pues se alargó hasta casi 45 minutos- de la cantautora Meghan Maike, quien contó que estaba muy contenta por tocar en la próxima edición del Festival de Country Huercasa (que tendrá lugar los días 5 y 6 de julio en Riaza, Segovia), un festival que encaja perfectamente con su propuesta musical. Pues la canadiense afincada en Melbourne, ataviada al más puro estilo vaquero y con el soporte de los solventes The Cactus Flowers (bajo, guitarrista solista, teclados y batería), ofreció un set al más puro estilo country-rock con su voz y maneras a lo Lucinda Williams, con una elegancia serena y mucho sentimiento, para presentar su más que recomendable álbum “Dead Horse Creek” (2003) a través de canciones intensas y preciosas como “Diamonds And Gold” o medio tiempos campestres como “Not My Place”, cantadas con esa voz tan potente como sentida. Encima se puso a bromear con que muchos la confunden con la princesa británica Meghan Markle por sus nombres parecidos. Otra buena excusa para acercarse a esa joya de festival que es el Huercasa.



Pasado este provechoso aperitivo, nuestros protagonistas, The Jayhawks, aparecieron en su actual formato de cuarteto formados por su alma Gary Louis (voz principal y guitarra), Mark Pelman (bajista), Karen Grotberg (teclista) y Tim O’ Reagan (batería), para ofrecer un concierto que fue de menos a más, ya que en su preludio parecían que actuaban con el piloto automático para ir tomando forma y agarrando el sentimiento que requieren esas maravillosas piezas de su cancionero. Además dándose la circunstancia de que en la actual gira no había ningún disco de presentación, el setlist lo formaron una selección de algunos de sus mejores éxitos junto con algunas interesantes versiones.



Con “I’ m Gonna Make You Love Me” y “Smile”, del homólogo álbum, comenzaron a encender motores, igual que con su enésima melodía cautivadora de “This Forgoten Town”, perteneciente a su último álbum “XOXO” (2020). Luego, Gary presentó a Tim como el mejor batería cantante antes de que aquel pusiera su garganta al servicio de la balada de “Tampa To Tulsa”, del "Rainy Day Music", del que inmediatamente sonó la sensacional “Angelyne”, con la que el show comenzó a rodar a plena velocidad. También aparecieron otros temazos de los de Minnesota, de esos que calan, que te hacen bailar y saltar como un loco, y cuyo estribillo no te abandonará nunca. Hablamos de “I’ d Run Away”, “Quiet Corners And Empty Spaces” o esa declaración de intenciones que es “Big Star”, recordando sus anhelos juveniles de convertirse en estrellas. Composiciones puestas en escena con Gary cantando como siempre, sus acólitos haciendo las segundas voces tan imprescindibles en ellos, la línea de bajo poderosa de un Mark escondido tras sus gafas de sol, los ritmos acertados de Tim y los imprescindibles teclados de la simpática Karen, quien además dio muestras también de su potente voz.



Y entre medio de todo ello... ¡Zas! Nos dieron donde más duele, con esa versión de “We'll Sweep Out the Ashes in the Morning” de Gram Parsons, recordándonos sus orígenes con el genio que reinventó el country y lo fundió con el rock. Para la recta final llegó el momento de la épica “Blue” y una de mis favoritas, “Tailspin”, con la que acabaron antes de los pertinentes “oeoeoés” y la vuelta de la banda (anunciada en tono jocoso por Karen) con dos de las canciones que mas anhelábamos como son “Saving For The Rainy Day” y “Bad Time”.


Pero aún habría una segunda salida con el power pop de la otra banda de Gary, los Golden Smog, con una “Until You Came Along” que tuvo la presencia de la esposa de Gary, que dicho de paso participó de forma algo gratuita e innecesaria del show con su pandereta y gorro vaquero. Pero a ellos se lo perdonamos todo, también que no sean los de antaño, o que vayan de menos a más, pues su cancionero resiste al paso de los años y sigue siendo imbatible, como su puesta en escena aún sigue cautivándonos. Clásicos del Coutry-rock.

Por Àlex Guimerà