Fue el primer hijo de un beatle
en nacer y también en publicar un álbum ("Valotte" en 1984), con el
que alcanzó cierto éxito. Luego llegarían Dhani Harrison, James Mc Cartney, con
sus distintos proyectos (algunos de gran interés), Zack Starkey a la batería de los Who y su hermano
de padre e hijo de Yoko, Sean Lennon, quien le ha ido eclipsando con sus
movidas underground, colaboraciones y discos (interesante "Friendly
Fire" de 2006).
La carrera y vida de Julian,
claro está, se encuentra marcada por ser el primogénito de una leyenda como John
Lennon, por su prematuro rechazo por parte de aquel, por la relación entre sus
padres y, en especial, por ser el protagonista de una de las más maravillosas
creaciones que hicieron nunca los Beatles: "Hey Jude". Compuesta por
Paul McCartney, testigo directo de la separación de su compañero de banda con
la madre del pequeño Julian y quien decidió cambiar el nombre original de la
canción Jules por Jude.
Ahora Julian recoge el testigo y
titula su séptimo álbum de estudio - tras 11 años desde "Everything
Changes" - con dicho nombre sin
rehuir de la "marca Beatle", y en cierto modo, aprovechándola
comercialmente. Para la portada una foto suya de niñez, emulando la portada de
uno de los discos de recopilación de canciones de su padre, por si algo no
había quedado claro.
"Jude" es un disco
introspectivo, madurado en más de 10 años, en un periodo en que el hijísimo ha
ido publicando cuentos infantiles y juveniles, pero también algún que otro
single aislado. Un periodo en el que ha perdido a su madre Cynthia (en 2015)
por culpa de un cáncer de pulmón. Al parecer algunas de las canciones que
componen "Jude" habrían estado escritas desde hacía años pero han
sido incluidas en el nuevo paquete remozadas de producción y en un ambiente
íntimo, delicado y muy elaborado.
El toque de los primeros
Radiohead aparece en la tremendista "Save Me", "Freedom" es
pop en suspensión, música de ambiente que conecta con el Paul McCartney del
"Chaos And Creation in The Backyard" (2005) y la melódica "Love
Don' t Let Me Down" (¿guiño a la canción?) nos regala unos arpegios
preciosos.
El tono general de las piezas de
"Jude" nos evoca a ciertas bandas británicas de la época post-brit
pop de finales y principios de siglo (Budapest, Gene, Starsailor, Embrace....),
en donde los arreglos estaban cuidados, la delicadeza era su punta de lanza e
incluso se movían entre texturas
almibaradas, ejemplos de ello son "Round And Round Again" o
"Love Never Dies". "Every
Little Moments" y "Lucky Ones" traen, además, los sonidos
ochenteros mientras que con la acústica "No One Night" nadie pone en
duda quien fue su padre.
En la final "Gaia" participan Paul Buchanan de los
"Blue Nile's" y la cantautora suiza-japonesa Elissa Lauper. El tono es
romántico de piano y violines, la pieza etérea y taciturna, lo que consigue dar
un bonito cierre a "Jude".
Melancolía a raudales del hijo semi-abandonado por el mito
de Liverpool, producción sonora artesanal de un músico surgido en plena década
de los ochenta, en un disco que sin alcanzar altas cotas se deja escuchar y
sobre todo se deja querer.
Por Àlex Guimerà
Publicado en http://www.elgiradiscos.com/2022/10/julian-lennon-jude.html