jueves, 27 de noviembre de 2025

DISCOS DE 2025: JEFF TWEDDY - Twilight Overide:




Jeff Tweddy es único en su especie, sólo hace falta leer sus libros “Vámonos (para volver)”, “Un mundo en cada canción” y “Cómo componer una canción” para comprender su mentalidad artística, sus influencias musicales y su afán creativo inagotable. Es lo que le lleva a seguir adelante con su banda a pesar de que, como mucho afirman, sus mejores días puede que hayan pasado; y es lo que le ha llevado a tirar adelante con una carrera en solitario que ya va cogiendo bastante envergadura.

Uno que es fan de Wilco desde el enamoramiento de “AM” en los noventa, comenzó con ese “Together at Last” (2017) por curiosidad, tras ver que en él Jeff abordaba en acústico algunos de los éxitos de su formación, grabados en su sacrosanto The Loft de Chicago. De hecho, ese disco era su segundo álbum tras su debut “Sukierae” en el que contaba con la batería de su hijo Spencer. Pero los toques de alerta respecto a que estábamos ante una carrera en solitario muy interesante llegaron con dos grandes álbumes como son “Warm” (2018) y “Love Is The King” (2020), en los que apreciamos algo más que versiones acústicas y descubrimos una cara nueva, distinta a la del líder de la banda de Alt-Country por antonomasia.

Precisamente junto a ellos le tuvimos por nuestros escenarios el año pasado y repasando la fornida trayectoria de la formación, pero también apostando por temas de sus últimas entregas: el doble “Cruel Country” (2022), "Cousin" (2023) y el EP “Hot Sun Cool Shroud” (2024). Y sin apenas descanso va y nos cae la bomba este año con su proyecto individual más ambicioso y arriesgado: un triple disco de 30 canciones.

¿Era necesario? ¿Aporta algo nuevo? Pues me decanto por responder un sí rotundo a ambas preguntas y lo hago tras dar varias vueltas a las seis caras del disco. En primer lugar porque a estas bestias de la composición como Jeff Tweedy hay que dejarlas fluir, está en su ADN escribir y grabar canciones y lo van a seguir haciendo siempre. Mirad a Ryan Adams el año pasado que nos sorprendió el día 1 de enero publicando cinco álbumes muy aprovechables; o leyendas como Paul Weller, Van Morrison o Neil Young que van prácticamente a disco (o más) por año. Así es Tweedy y así necesita expresarse, creando y tocando.



En segundo lugar me decanto por el sí porque tenemos que evitar la inmediatez que reina en nuestros días y poder degustar las composiciones poco a poco. Y es bajo esas premisas como el disco fluye y ofrece mucho, en lo musical donde transita por distintos ambientes de su universo sonoro, pero también en lo personal, pues el disco nos regala maduras reflexiones de la sociedad y del mundo en el que vivimos, del paso del tiempo o simplemente nos relata esas historias de esos personajes tan particulares a los que nos tiene acostumbrados.


Grabado, cómo no, en The Loft (Chicago) junto a sus hijos Spencer (batería y voces) y Sammy (sintetizadores y voces), más los músicos Liam Kazar, Sima Cunningham, Macie Stewart y James Elkington., el plantel se completa con la producción del propio Tweedy y Tom Schick, quienes realizan una gran labor puliendo los instrumentos, que se erigen en grandes protagonistas de este macro-álbum.


Arranca el álbum con la ensoñadora "On Tiny Flower" de tintes ecologistas y más de seis minutos de duración, es la entrada de un disco mayoritariamente acústico. De esta primera parte destacaría la melodía dulce de "Caught In The Past", el temazo "Forever Never Ends", digno de los mejores momentos de Wilco, la barroca "Love Is For Love", "Secret Door" con sus aromas Nick Drake, la rítmica "Betrayed" y la taciturna "Trowaway Lines".


Justo al cambiar de disco escuchamos "KC Rain (No Wonder)", de magníficos coros, aunque no tan inquietantes como los que se escuchan de fondo en "No One's Moving On", una canción que incluye solo de guitarra acústica, por cierto. El segundo disco es quizás el menos brillante de los tres, aunque en realidad a todos ellos los deberíamos analizar como una unidad. Sin embargo encontramos la pegadiza "Out In The Dark", los arpegios de guitarra de "Better Song" que no es tal, "Western Clear Skies", en la que Sammy dobla fantásticamente la voz, la etérea "Blank Baby" o la final y directa balada acústica "Feel Free", en donde se confirma que en lo sencillo está lo bueno.


No se me ocurre mejor homenaje a un músico que "Lou Reed Was My Babysitter", con ese plagio con el que el bueno de Jeff nos hipnotiza aporreando esa guitarra rítmica y sacando su lado salvaje al gritar en medio del estribillo. Es el arranque del tercer disco que incluye una de las joyas de este "Twilight Override", se trata de "Stray Cats In Spain", con esos violines maravillosos y esa melancolía preciosa. También tenemos experimentos raros como "Wedding Cake" con las cuerdas de las guitarras acústicas distorsionadas, la solemnidad celestial de "Too Real", las perezosas "Ain' t A Shame" y "Cry Baby Cry", la balada Country "Saddest Eyes" y la final y animada "Enough", con la que nos viene a decir que ya tiene suficiente de escribir canciones.


Con esa proeza Jeff Tweedy no sólo sale airoso si no que recoge el testigo de los más osados rockeros. Hablo del George Harrison de "All Thing Must Pass" (1979), de Yes y su "Yessongs" (1973), de los Clash del "Sandinista!" (1980), de Prince con "Emancipation" (1996), del "69 Songs" de los Magnetic Fields o incluso podríamos incluir el "Triplicate" (2017) de Dylan. A diferencia de ellos, el de Chicago ha arrojado los tres vinilos sin hacer apenas ruido, sin pretensiones, sin querer complacer a nadie más que a sí mismo y a su familia -su proyecto en solitario es su vehículo para poder hacer música con sus hijos- , pero que acaba complaciendo a los seguidores del cantautor.


El próximo febrero lo tendremos por Madrid (11 febrero, sala teatro Eslava) y por Barcelona (12 febrero Sala Paral·lel) para podernos deleitar de su visión más íntima después de gozar de la potencia de su banda. Son las dos versiones de un artista que no cesa en crear nueva música, para acabar saliendo siempre vencedor con los dos puños en alto.

Por Àlex Guimerà

miércoles, 19 de noviembre de 2025

LARKIN POE - Sala Razz (15/11/2025):



"Si Dios es una mujer entonces el Diablo también lo es", así reza la letra de uno de los temas del último trabajo de Larkin Poe, "Bloom". Cómo no, la banda está liderada por dos grandes mujeres, las hermanas Rebecca y Megan Lovell, quienes demuestran algo que debería de ser tan obvio en pleno siglo XXI como que el rock no es territorio vetado a las mujeres y que éstas pueden ser grandiosas compositoras, guitarristas virtuosas y carismáticas músicos no limitadas al papel de vocalista sexy o como decía la tan admirada Kim Gordon "a ser la chica del grupo". Y es que las Lovell son grandes hacedoras de canciones tanto de rock clásico como también de blues, rock sureño, soul o bluegrass. Pero vayamos al meollo ya que su paso por nuestro país en su gira "The Bloom World Tour" se ha saldado con una muy buena nota, algo de lo que fuimos testigos el pasado sábado en su bolo de la Sala Razzmatazz.



Un fondo floreado y un cargamento de plantas adornaban un escenario que se llenó a las 20:30 horas con las dos protagonistas del evento, junto al bajista Tarka Layman, el baterista Kevin McGowan (miembros fijos de la formación) y un joven teclista de apoyo. Minutos antes, por los aledaños del recinto se había visto a un ajetreado Tyler Bryant, pareja de Rebecca, con el hijo recién nacido que tiene con la misma en brazos. Es el nuevo rol de un guitarrista que ha tocado junto a monstruos como BB King, Jeff Beck, Slash o Santana. Dentro del Razzmatazz se encontraban más de dos mil personas pendientes de la banda de su compañera que arrancó al son de la música de Pete Seger, Dolly Parton y Tom Petty. Era el espíritu del rock americano el que no nos abandonó a lo largo de la velada.




El atronador comienzo corrió a cargo de las nuevas "Nowhere Fast", "Mockinbird" y "Easy Love Pt. 1" en los que el cargamento eléctrico hizo vibrar toda la sala, con Megan luciéndose a la slide guitar y Rebecca demostrando su poderosa garganta. Son piezas de este flamante "Bloom" con el que la banda confirma los éxitos cosechados con su anterior "Blood Harmony" (2022), el disco que les llevó el año pasado a ganar el premio Grammy al mejor álbum Blues. Ambos trabajos fueron los que nutrieron el setlist con hits como "Bluephoria" y "If God Is A Woman" , pero también con el rock pantanoso de "Deep Stays Down" o con una "Summertime Sunset" que tocaron algo más relajada. Entre medio hubo espacio para los parlamentos de Megan, gestualizando modo predicador y dando las gracias al público por las buenas vibraciones e incluso atreviéndose con el castellano gracias a una chuleta. La sonrisa y la humildad, junto con los constantes saludos al público, no desaparecieron de los rostros de las hermanas, quienes se nota que disfrutan encima de las tablas.


Rebecca no falló ni una sola nota cantando pero también demostró que es una buena guitarrista rítmica (aunque hace algunos solos notables); por su parte Megan es toda una crack al mando de una slide que parece complicada tocarla colgada a los hombros y de pie. Ese sonido de su guitarra deslizando el tubo por las cuerdas es una de las marcas de la formación. Las "sisters", tocan, cantan, hacen coros e interpretan unas canciones rockeras que se escuchan poderosas, y lo hacen con toda naturalidad, sin adoptar estigmas masculinos o poses sexualizadas, arrojando una imagen muy elegante.


Durante un momento del show el quinteto abandonó sus instrumentos para presentar un set acústico que presentó una "Southern Confort" totalmente remozada, una "Little Bit" con Rebecca al banjo, y la pieza bluegrass "Devil Music", sin faltar a los recuerdos a Robert Johnson. Para esta parte central la banda se juntó y abordó las guitarras acústicas, el contrabajo, la mandolina y el tambor captados por un sólo micro y con el público callado para deleitarnos de unos juegos de voces sensacionales.


Acabado el set nos metieron "Wanted Woman ACDC", del lejano "Peach" (2017) , "Pearls" y la potente "Bolt Cutter & The Family Name", con la que terminaron el concierto a base de solos y desarrollos instrumentales. Eso fue antes de los "oé oé oé" de los fans que anticiparon el bis de "Bloom Again", una preciosa balada a dos voces que cerraban por todo lo alto la noche ofrecida por estas grandes cracks que dignifican el rock y el papel de la mujer en él.

Texto Àlex Guimerà
Fotos Juanjo Cordero







miércoles, 12 de noviembre de 2025

DISCOS DE 2025: ROBERT PLANT & SUZI DIAN - Saving Grace:





No tiene que ser nada fácil ser Robert Plant. Eres el legendario vocalista y frontman de una de las mejores bandas de rock de toda la historia del rock, y tus virtudes eran la potencia vocal y el sex appeal. Pero el paso del tiempo te va robando poco a poco la vigorosidad de tu cuerpo, lo que incluye también las dotes de tu garganta. Por ese motivo vivir de rentas se hace harto difícil, por lo que reinventarse quizás era la opción mas inteligente. Y eso es precisamente lo que ha hecho el bueno de Robert en su larga carrera en solitario, quien, a diferencia de su compañero Jimmy Page, ha demostrado tener auténticas inquietudes artísticas más allá de la icónica formación por lo que nos ha ido dejando un legado en solitario muy interesante.


Es lo que ha sucedido desde 1980 tras la muerte de John Bonham y la consecuente disolución de Led Zeppelin. En la década de los ochenta lo hizo publicando bajo su nombre álbumes en los que quiso distanciarse de los Zep con sonidos melódicos y atmosféricos (“The Principle Of Moments”, de 1983) o abrazando el rock experimental desde la electrónica (“Shaken ’n’ Stirred", de 1985). Las siguientes décadas fundando distintos proyectos como Priory of Brion, Band Of Joy, los Sensational Space Shifters y Strange Sensations. Pero también buscando nuevas miradas musicales, como lo son la música africana (“Carry Fire” de 2017), la celta o el country-bluegrass, en este caso en sus dos asociaciones con la cantante Alison Krauss.



Ahora, a sus 77 años, acaba de publicar este formidable disco con el que recupera sus raíces folk/ blues, y lo hace a través de unas grabaciones acústicas donde la producción hace lucir a los instrumentos. Para la ocasión encuentra en la cantante y acordeonista Suzi Dian la perfecta socia, con quien, junto a la banda con la que lleva girando desde los tiempos del Covid, han reinterpretado distintos temas de origen tan variopinto como son el bluesman Blind Willie Johnson, la banda psicodélica de los sesenta Moby Grape o Dream Pop Low. Variedad donde sin embargo el blues y el folk tradicional son las referencias principales de estos diez cortes que fueron grabados entre Cotswolds (Sud Inglaterra) y Gales entre abril de 2019 y el pasado enero. Un largo tiempo artesanal de maduración en barrica que ha dado un resultado apto para los mejores sommeliers.


"Saving Grace" es sobre todo un auténtico viaje a través de las raíces musicales de Plant, cargado de emociones y de esa espiritualidad que tanto le gusta. Lo vemos de entrada con el blues acústico "Chevrolet", rescatado de los años 50 y muy actual en su evocación a la libertad y a la carretera. De parecida intención, "As I Roved Out" es un folk íntimo en el que brilla el juego de voces Plant-Dian. "It’s a Beautiful Day Today" transmite gratitud por lo cotidiano mediante melodías suaves y arreglos acústicos etéreos, mientras que "Soul of a Man" profundiza en la esencia del ser con un blues con un banjo de acompañamiento minimalista aunque cargado de tensión. "Ticket Taker" confirma el buen empaque de voces aunque trae una atmósfera melancólica, que contrasta con la oscura "I Never Will Marry" y ese cello tan inquietante. "Higher Rock" nos mete energía a cargo de ritmos gospel, la harmónica y el vozarrón de Suzi. En "Too Far From You" vuelve a ser Suzi quien toma las riendas para transitar desde la intimidad hasta el clímax emocional. "Everybody’s Song" mira hacia lo universal en un folk étnico de formas world-music y con "Gospel Plough" se cierra el álbum a modo de folk tradicional con un dueto cargado de esperanza y calma.



Es lo que nos deja "Saving Grace", un disco en el que no encontraremos guitarras potentes zepelianas, ni épica ni electricidad, pero si mucha elegancia, detalle e intimidad. Es el duodécimo álbum de Robert Plant, con el que demuestra que, pese al paso del tiempo, y pese haber alcanzado la vejez, se resiste a vivir del pasado y continúa ofreciendo música nueva, plenamente disfrutable, más allá de la banda con la que cambió el rumbo de la historia.

Por Àlex Guimerà

domingo, 9 de noviembre de 2025

KINGFISHR Sala Wolf (7/11/2025):


Al juliol ja els havíem tingut per aquí, en una parada pel Mad Cool en què van deixar molt bones sensacions entre els assistents. Tot i així, el seu debut a les nostres sales i com a únic nom del cartell va quedar reservat per a aquest novembre, amb les cites a Madrid (Sala Villanos) el dia 8 de novembre, i un dia abans a Barcelona, a la Sala Wolf. Un debut que servia per confirmar les bones vibracions que transmeten amb la seva música i per ser testimonis, potser, del naixement d’una banda important de cara al futur.

Kingfishr són Eddie Keogh (veu principal), Eoghan “McGoo” McGrath (banjo) i Eoin “Fitz” Fitzgibbon (guitarra). Keogh és el frontman del grup: carismàtic i enèrgic, proper en les seves intervencions, humil i amb una veu greu de baríton que el converteix en el líder ideal per afrontar escenaris més grans (ja ho han fet en moltes ocasions) i assumir l’èxit amb naturalitat. Més discrets damunt l’escenari vam veure McGrath i Fitzgibbon, que aporten solidesa musical i complicitat, intercanviant-se el banjo en alguns temes. Precisament aquest instrument és l’element distintiu del so de Kingfishr, com a senyal d’identitat del grup i com a pont entre les arrels folk i la modernitat del seu estil.

En directe, el trio va acompanyat de tres músics addicionals —baix, bateria i teclats (que en alguns moments també empunyen la guitarra)—, fet que els permet sonar molt compactes i equilibrats, alhora que els tres protagonistes brillen en primer pla. Tot això es va fer palès des de la potent obertura amb “I Cried I Wept”, amb Eddie cantant sense guitarra, saltant, gesticulant i encomanant entusiasme a un públic que, malgrat l’aforament limitat, va respondre entregat. Entre l’audiència destacava una notable presència d’irlandesos i anglesos, però també molts seguidors locals, en un ambient tan divers com càlid: joves, famílies i veterans del rock compartint espai i emocions. Aquesta banda connecta amb sensibilitats molt diverses, ja que la seva proposta es mou entre el folk-rock irlandès, l’indie pop i, de vegades, un pop més accessible i comercial.

En aquest context van presentar les cançons del seu excel·lent debut Halcyon, juntament amb altres temes publicats des que van començar fa tres anys, fins a editar l’EP Shadows l’any passat, preludi del disc llarg. Precisament “Shadows” va sonar aviat, evocant aquest aire de pop britànic tan a l’estil de Snow Patrol o Doves, i també se’n va interpretar la sentida “Leave” al tram final. Més antigues van ser “Heart In The Water” o la íntima “My Friend Mac”, senzills no inclosos al disc i força desconeguts per a bona part del públic. No va passar el mateix amb “Gloria” i “21”, que van encendre la sala, especialment aquesta darrera amb un joc de veus fabulós. Tot seguit, el trio va baixar entre el públic per interpretar en acústic i amb harmònica “Shot In The Dark”, un moment senzillament sensacional.

Eddie va explicar que eren tres estudiants d’enginyeria que van acabar la carrera per treballar, tot i que la feina va acabar sent ben diferent del que imaginaven. Es nota que gaudeixen del que fan, i per això no deixen d’agrair poder viure de la música, girar i compartir el contacte amb el públic, en aquesta comunió tan irlandesa al voltant de la música. El clímax va arribar amb la genial “Man On The Moon”, amb tothom saltant i corejant el tornaveu, però també amb joies com “Next To Me” o “Diamonds & Roses”, i amb la cançó amb què van arribar al número u al seu país tot i ser una cara B: “Killeagh”, una peça d’aromes folk tradicionals i uns “lalalàs” encomanadissos. Per al final es van reservar “Eyes Don’t Lie” i la formidable “Caroline”, amb els seus màgics “uuuh-aaaah” finals, potser la seva millor cançó fins ara. Esperem que tornin ben aviat i poder veure’ls arribar ben amunt.

Text: Àlex Guimerà

Fotos: Mark Basterfield

Publicat en castellà a https://www.elgiradiscos.com/2025/11/kingfishr-llamando-al-futuro.html






domingo, 2 de noviembre de 2025

23 edició del Festival In-Edit de Barcelona:

La vint-i-tresena edició del Festival In-Edit de Barcelona va finalitzar aquest diumenge 2 de novembre, novament amb un gran èxit d’assistència a les sales i amb diverses projeccions penjant el cartell de “sold out”. I és que el ja arrelat festival de documentals musicals ha tornat a oferir bons i variats llargmetratges per a tots els gustos, tocant tota mena de gèneres com el rock, el pop, el metal, el jazz, la salsa, el punk...

En aquesta edició, i per destacar entre tanta oferta, sobresortien pel·lícules com Ellis Park, dedicada al músic australià i còmplice de Nick Cave Warren Ellis; Depeche Mode: M, sobre el seu concert massiu del 2023 a Ciutat de Mèxic davant de 200.000 espectadors; Boy George & Culture Club; Lost Angel: The Genius of Judee Sill; Sun Ra: Do The Impossible; Copeland, sobre qui va ser el bateria de The Police; o l’esperada estrena de Spinal Tap: The End Continues, amb la qual el director Rob Reiner ens explica les noves peripècies dels membres de la llegendària (i fictícia) banda, que després de 15 anys de separació tornen a reunir-se.

En l’àmbit estatal s’han projectat les estrenes de Hombre Bala (Mikel Erentxun) i Hasta que me quede sin voz (Leiva), o l’interessant Mètode Víctor Nubla d’interpretació de Víctor Nubla sobre aquest agitador contracultural de la Barcelona dels anys setanta. Amb la participació de directors i protagonistes a les sales, però també amb la presència de músics i DJ amenitzant musicalment les projeccions, el festival ha tornat a regalar moments inoblidables i ha demostrat que és una cita obligada a les tardors de la Ciutat Comtal.

En aquesta edició, el premi al Millor Llargmetratge Documental Internacional ha estat per a La 42, del director José María Cabral, on retrata la vida d’un barri de Santo Domingo a través dels seus ballarins i artistes. El Millor Llargmetratge Documental Nacional ha recaigut en Flores para Antonio, d’Isaki Lacuesta i Elena Molina, que repassen la vida del gran Antonio Flores a través de la mirada de la seva filla, l’actriu Alba Flores. D’altra banda, el llargmetratge El canto de las manos, de María Valverde, ha rebut una menció especial del jurat per mostrar el procés de creació d’una versió adaptada a la llengua de signes de l’òpera Fidelio, de Beethoven.

Propostes molt interessants en un festival que acaba, un cop més, amb nota excel·lent per programació, organització i èxit de públic. Tornarem segur, però abans deixem impressions de dues cintes que ens han agradat especialment:

“LA GRAN BOGERIA (JOAN DAUSÀ)” (2025), dir. Pol Fuentes:


No cal ser seguidor de la música d’aquest cantautor de 46 anys de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) per gaudir del documental, ja que ens mostra el moment àlgid d’una carrera atípica amb dues fites destacades: els concerts al Palau Sant Jordi (Barcelona) i al Palau Vistalegre (Madrid) l’any passat. El film repassa aquests moments i el perfil del personatge a través d’imatges d’arxiu, entrevistes al protagonista i també a col·laboradors propers i figures de la cultura i la societat com l’entrenador de futbol Luis Enrique, el Mag Pop, Risto Mejide, Santi Balmes (Love of Lesbian) o coneguts periodistes de la ràdio i la televisió catalanes.

Així ens endinsem en el perfil d’un músic que és molt més que això: és un creador de gestes impossibles, un showman com pocs, un venedor irresistible i algú capaç de nedar a contracorrent en l’actual panorama musical català i sortir-ne victoriós. Sorprèn veure’l amb vint anys animant l’Estadi Olímpic de Montjuïc a la “Festa dels Súpers” davant de milers de nens i famílies; saltant sobre el públic i donant-se una “bona nata” que li va fracturar diverses costelles; organitzant concerts metòdicament; desplegant el seu do de gents amb altres músics o plorant per haver assolit fites que semblaven impossibles.

El documental se centra sobretot en els dos macroesdeveniments del 2024: primer, el concert al Palau Sant Jordi davant de 16.000 persones, amb tots els detalls de la preparació, els assajos, les llàgrimes en tocar la primera cançó al piano, els banys de multitud fins a fer que dos desconeguts es fessin un petó i el seu “salt al buit” proposant repetir el concert a Sant Sebastià, París o Madrid. Finalment va ser Madrid la ciutat que va acollir el directe del dissabte 26 d’octubre del 2024 davant d’11.000 fans, tot un èxit tenint en compte que totes les cançons són en català i que coincidia amb un Madrid-Barça. Dausà va sortir a jugar i va guanyar: va arrossegar els seus seguidors a passar el cap de setmana a la capital i a gaudir d’un xou amb moments com un duet amb Víctor Manuel, un altre amb Paula Koops, picades d’ullet al Clàssic i fins i tot un concurs de parelles sobre l’escenari. Un retrat d’un showman capaç d’anar més enllà de la música.

“IT’S NEVER OVER, JEFF BUCKLEY” (2025), dir. Amy Berg:

Amb l’aperitiu musical de Dani Vega (Mishima i Sr. Canario) a la guitarra, el documental arrenca amb força i fa justícia tant al músic com a la persona de Jeff Buckley. El film combina imatges d’arxiu, fotografies, paisatges, entrevistes, dibuixos i muntatges de vídeo per explicar una història coneguda però aprofundida fins al fons: l’abandonament del seu pare Tim Buckley, el paper clau de la seva mare, el refugi en la música, el descobriment del talent i d’una veu extraordinària, i la sensibilitat que el va convertir en un artista únic.

Escoltem testimonis de parelles, de la mare, de músics i d’amics com Ben Harper; descobrim les seves inquietuds, referents (Nina Simone, Led Zeppelin…) i veiem imatges de concerts mentre gaudim de la seva veu. Assistim a l’èxit de Grace (1994), però també a les comparacions constants amb el seu pare, les dificultats per crear un segon disc, l’aïllament final a Memphis i, finalment, la seva mort prematura al riu Wolf.

Minuts de patiment, però també de bellesa i sensibilitat: una història de joventut i eternitat. Un documental amb molta ànima.


Per Àlex Guimerà


Publicat en castellà a https://www.elgiradiscos.com/2025/11/in-edit-capturando-en-imagenes-el-alma.html

martes, 28 de octubre de 2025

DISCOS DE 2025: WEDNESDAY - Bleeds:







Con nombre de personaje de la “Familia Adams” –y de su exitosa y actual serie spin-off a cargo de Tim Burton– esta banda surgida de Asheville (North Carolina) en 2017 acaba de presentar su sexto álbum, un trabajo con el que merecen entrar de lleno en las listas de lo mejor del año. Aunque a decir verdad, para llegar hasta aquí la banda no ha tenido un camino nada fácil. Tras el éxito de su anterior “Rat Saw God” (2023), un disco con el que obtuvieron el reconocimiento de la crítica y del público, Wednesday se embarcaron en una larga gira por todo el mundo mientras su guitarrista y compositor MJ Lenderman lanzaba un segundo trabajo en solitario, "Manning Fireworks” (2024), que también recibió muchos y merecidos elogios. Pero las cosas no acababan de funcionar ya que el propio MJ y Karly Hartzman habían roto su relación sentimental, a la vez que Lenderman había decidido que abandonaría a sus compañeros en directo una vez terminaran el tour. Todo ello sucedió en su visita a Tokio. Era un secreto a voces y fue el germen de este disco con tintes a ruptura sentimental que se grabó en los estudios Drop of Sun de Asheville bajo la producción del habitual Alex Farrar y con el bajista Ethan Baechtold como miembro de pleno de derecho de la formación.


Un contexto complejo del que ha surgido el punto de madurez del sonido de “Miércoles” y con el que Karly ha tomado las riendas artísticas demostrando todo el talento que atesora. Y es que en “Bleeds” encontramos ese equilibrio perfecto entre mundos tan antagónicos como las texturas sonoras del rock alternativo americano de los noventa (Pavement, Yo La Tengo, Sonic Youth…) con las formas del country rock (slides, guitarras acústicas…) en unas canciones que suenan sinceras a la vez que novedosas.


El vinilo se abre con un estallido noise, mientras un riff muy al estilo Pavement (¿“Summer Babe”?) introduce “Reality TV Argument Bleeds”, una canción que retrata una discusión doméstica. El sangrado, omnipresente a lo largo del álbum, simboliza las heridas que nos deja la vida , esas que aparecen en las historias pueblerinas que narran las canciones, pero que también son las mismas que marcaron el fin de la relación entre Karly y MJ.


Es el arranque de un disco que lo tiene todo: desde el indie pop más accesible de “Townies”, hasta los lamentos melancólicos de “Wound Up Here (By Holdin’ On)”, pasando por los medios tiempos de aire country de “Elderberry Wine”, con su delicioso pedal steel, una “Phish Pepsi” hecha de esos ritmos country o los pasajes mutantes de “Pick That Knife”.


“Candy Breath” abre con unas guitarras que remiten a “Heroes” de Bowie, para luego desarrollarse en una pieza que podría emparentarse con los Smashing Pumpkins. La íntima “The Way Love Goes” se sostiene sobre una frágil guitarra, mientras que “Carolina Murder Suicide” se despliega como una balada siniestra e inquietante. El desgarro llega con los gritos desesperados (¡Nirvana!) de “Wasp”. Para el final quedan el banjo y las percusiones campestres de “Gary’s II”.


“Bleed” es un disco delicioso ya desde su inquietante dibujo de portada. Detrás de él se esconden unos talentosos chicos que a los “veintitantos” llevan una racha creativa con formidables entregas cargadas de inspiradas composiciones y arreglos musicales trabajados, demostrando que son, hoy por hoy, unas de las grandes referencias del indie yankee. Estaremos muy atentos a sus siguientes pasos.

Por Àlex Guimerà

lunes, 13 de octubre de 2025

DISCOS DE 2025: SUEDE - Antidepressants:



Llevo siguiendo a los London Suede -así se hacían llamar al principio por coincidencia de nombre con una banda americana- prácticamente desde sus inicios en 1993 cuando dieron el pistoletazo de salida al Brit Pop con su salvaje actuación en los Brit Awards, a pesar de que su propuesta era glam-punk salvaje y aún no nadaban en corrientes poperas. Eran los comienzos de la primera etapa de su carrera que incluye los discos tremendos que sacaron con Bernard Butler en la banda, el estelar "Coming Up" (1996) y esos más que correctos "Head Music" (1999) y "A New Morning" (2002), tras los que decidieron separarse.


Afortunadamente, una década después volvieron con un perfecto álbum de regreso como fue "Bloodsports" (2013), la ópera glam "Night Thoughs" (2016) y el melodramático "The Blue Hour" (2018) . Cerrada la década decidieron publicar el doble álbum recopilatorio "The Best Of Suede 1992-2018" (2020) y ofrcer una gira de aniversario del "Comming Up" en la que mostraron músculo y un buen estado de forma encima del escenario. Todo indicaba que nos encontrábamos en un punto y aparte previo a abrir una tercera etapa en la vida de la banda, algo que vistas las publicaciones posteriores no nos cabe ninguna duda.



Fue en 2022 con su noveno álbum, "Autofiction", cuando marcaron territorio demostrando que son una banda que aún tiene mucho que ofrecer. El álbum en cuestión se desmarcaba de su anterior producción mostrando un sonido más crudo y visceral, lo que lograron grabándolo en directo y tomando como referencia su homónimo álbum de debut. Así, este pasado 5 de septiembre publicaban "Antidepressants", repitiendo portada en blanco y negro, y mejorando la propuesta en el que será, sin duda alguna, uno de los mejores trabajos de su dilatada carrera.


De nuevo los londinenses han contado con la producción del veterano Ed Buller (colaborador histórico de la banda) para unas canciones que fueron grabadas en directo en estudios de Bruselas, Estocolmo y, cómo no, Londres. El resultado es un álbum que mantiene intacto el poso dramático de Suede pero que lo encrudece. El grupo adopta formas cercanas al post-punk, con ecos a The Cure, Joy Division y New Order, en las que destaca el fornido bajo de Matt Osman que en muchos momentos se erige protagonista. Los singles de adelanto - "Disintegrate", "Trance State" y "Dancing With The Europeans"- ya anticipaban este viraje en el que la voz de Brett Anderson se escucha más versátil y menos encorsetada en el dramatismo y la melodía pop, capaz incluso de frasear al puro estilo de los Pixies.

Al poner la aguja nos encontramos con “Disintegrate”, que es un golpe seco, directo, que rehúye de cualquier comodidad para instalarse en terrenos de descomposición personal. Le sigue “Dancing With The Europeans”, con un tempo inesperadamente bailable pero que danza por pistas oscuras. El tema titular, “Antidepressants”, condensa el concepto del álbum en una pieza sombría y gótica, mientras que “Sweet Kid” aporta un respiro melódico más accesible para evitar que el disco caiga en la monotonía. La tensión se eleva de nuevo con la catártica “The Sound And The Summer”, y se mete en terrenos "pinkfloydianos" en “Somewhere Between An Atom And A Star”, pero sin perderse en plagios baratos.


En la segunda cara, con “Broken Music For Broken People”, apuestan por la crudeza y la urgencia punk, antes de que “Trance State” nos hipnotice con ese ritmo repetitivo y esas trabajadas capas sonoras. “Criminal Ways” tira de guitarras mordientes a cargo de un Richard Oakes especialmente inspirado en todo el álbum a la vez que meten crítica social, mientras que con “June Rain” encontramos su enésima balada oscura para relajarnos ante tanta intensidad previa. Finalmente, con “Life Is Endless, Life Is A Moment” cierran el viaje caminando por unos pasajes tenebrosos en los que respiramos fragancias de rock (pop) industrial.


En definitiva, "Antidepressants" confirma esta tercera etapa de Suede como una época muy interesante en el que la banda ha sido capaz de reinventarse sin perder su esencia, en una obra fresca, con nervio, a la vez que áspero y oscuro, plagado de guitarras cortantes, suciedad eléctrica y ritmos contundentes, que la convierten en algo simplemente apabullante y magnético.

Por Àlex Guimerà







jueves, 2 de octubre de 2025

GRANDES CIUDADES DEL ROCK: DETROIT:





En la actualidad Detroit es una ciudad ruinosa, llena de edificios abandonados, con mucha pobreza e inseguridad en sus calles y pocos atractivos para irse a vivir. Con la industria del motor de capa caída, y el recuerdo de los exitosos "Bad Boys" Detroit Pistons ya lejano, la ciudad pero alberga una fornida historia musical, marcada por la Motown pero también por ser cuna del proto-punk y de grandes bandas de rock.  Vayamos pues a hacer un breve recorrido por la Motor City.




UN MILAGRO LLAMADO TAMLA MOTOWN:




En 1959 Berry Gordon Jr.  inauguró el sello Motown (Motor Town), tras una importante experiencia en componer canciones de éxito para otros. Fue entonces cuando ideó su discográfica bajo los parámetros de la industria automovilística y los procesos en cadena. Ello implicaba formar equipos dedicados a cada una de lo que consideraba fases de la música y del espectáculo: profesores de baile, compositores, reclutadores de talento, vestuario, músicos,... Una vez diseñada su estructura se encargó de captar jóvenes cantantes con talento a quién iría moldeando enseñándoles a bailar, a cantar y componiéndoles hits para que saltaran a la fama. De este modo fueron surgiendo una serie de artistas que irían copando los primeros puestos no sólo de las listas de Rythm ' n blues si no de las listas de Pop, pasando a ser la música negra muy popular en EEUU tanto en la población afroamericana como en la población blanca. Ejemplos de ello tenemos al showman Jackie Wilson que demostraba su poderío encima del escenario con su especial forma de interpretar o grupos vocales como The Miracles, los Four Tops, Isley Brothers  o The Marvelletes. También surgió de allí Smokey Robinson, fabuloso compositor para la factoría e insuperable intérprete. O The Temptations que saltaron a la fama con "My Girl" y derivaron hacia otras sonoridades más psicodélicas y reivindicativas. Fueron el ejemplo del sonido de la Motown que arrancó de modo simple, música pegadiza e inocente con letras inofensivas para alcanzar las fusiones del baile y complejidades sonoras bajo letras reivindicativas sociales y raciales.

Con un gran primer exitazo como "Dancing In The Street" de Martha and the Vandellas, las ventas de discos sencillos y larga duración se dispararon así como los contratos para conciertos, televisiones y giras.




Quizás su mayor éxito fueron The Supremes, capaces de competir en las listas con los mismísimos Beatles y llevando a las chicas de raza negra al deseo de toda la población juvenil. Con su pop azucarado dejaron grandes canciones para la posteridad, hasta que su cabeza Diana Ross despegó en solitario creándose una gran carrera. 


Aunque todos nos rendimos ante el gran Marvin Gaye, poseedor de una voz privilegiada y un sex appeal infalible, pasó de los éxitos soul a uno de los mayores tratados musicales del siglo pasado como es el "What' s Goin On" obra cumbre de su época. O los adolescentes The Jackson 5 forjados a base de disciplina militar que inundaron las ondas de las radios con sus melodías y las televisiones con sus bailes, y de los que surgió el denominado "Rey del Pop" Michael Jackson, quién no necesita presentación.


Otro genio que emergió desde la Motown fue Stevie Wonder, quien comenzó como niño prodigio y  acabó encadenando una serie de obras maestras  en forma de disco en los años setenta. Precisamente en 1972 la discográfica abandonó la ciudad del motor para irse a Los Ángeles, lugar en que su producción nunca llegó a ser la misma.



Mención aparte de la tríada compositiva  de la Motown, Holland-Dozier-Holland, autores de grandes éxitos y grandes responsables del auge de un sello que aún hoy en día conserva su casa (Hitsville) que es una de las atracciones de la ciudad y un museo por el  peregrinan los grandes seguidores del soul y de la música popular americana. 






CUNA DEL PROTO PUNK:



Question Mark & The Misterians



Esta formación de cinco chicos de origen mejicano, es una de las grandes bandas de culto surgidas de la ciudad de Detroit, pues su sonido revolucionó el rock en el año 1966 con "96 Tears" y su potente garage rock inspirando a muchos jóvenes a atreverse a tocar música desde el garaje de sus padres y sin tener grandes conocimientos ni habilidades. Sólo les bastaba altas dosis de energía, guitarras sucias y mucha actitud rock' n roll.





MC5

Leyendas del rock, los MC5 emergieron en plena década de la revolución social americana, de los Panteras Negras y de la contracultura. Su rock incendiario puso las bases del proto-punk de la mano de un sonido enmarañado, cargado de electricidad y muchas proclamas revolucionarias. Los Motor City 5 dejaron en 1969 su "Kick Out The Jams" con el que dejaban claro que había terminado la era del flower power a base de energía, sudor y mala leche. 



Iggy & The Stooges


El rock nunca habría sido lo mismo sin los Stooges ni sin James Osterberg, alias Iggy Pop. Siguiendo la estela de los MC5, su propuesta catapultó ese sonido que acabaría convirtiéndose en Punk a base de guitarras afiladas y grandes baterías a cargo de los hermanos Ahseton, y mucho ruido eléctrico, alto voltaje y esa locura insana en el escenario a cargo de la leyenda que fue y es Iggy. Con dos discos imbatibles como el homónimo debut de 1969 y sobre todo "Fun House" (1970) luego darían paso a los discos de Iggy Pop & The Stooges y de Iggy Pop en solitario que se erigirían en uno de los referentes incontestables de la historia del rock, especialmente en los setenta con "Raw Power", "The Idiot", "Lust For Life" y "New Values". Imprescindibles.

Destroy All Monsters

Esta formación duró de 1973 a 1984 y surgió de Ron Asheton (Stooges) y Michael Davis (MC5) a los que se añadió la artista Niagara. Grupo de culto underground, transitaban por la Psicodelia y por el Punk, antes de que gente como los Sonic Youth se fijaran en ellos.








PSICODELIA Y FUSIÓN FUNK:

The Amboy Dukes



Liderados por un joven Ted Nuggent antes de emprender su carrera en solitario, The Amboy Dukes. Puede que su nombre a muchos no os diga nada, pero escuchad esta joya, versionada hasta la saciedad por otros artistas, seguro que os suena.



Funkadelic



Ni Funkadelic o lo que es lo mismo; George Clinton, son oriundos de Detroit, pero podemos decir que Funkadelic, primigeniamente llamados The Parliaments, pertenecen a Detroit tanto como el Ford T, ya que la banda al completo se trasladó a Detroit en 1968, a desarrollar su carrera con la que fueron pioneros en la fusión de Soul, Psicodelia y Funk. Sus directos eran (y son) una auténtica locura que traspasaba cualquier tipo de convencionalismo.





Grand Funk Railroad



Únicos en mezclar Hard Rock, Funk y Blues, Grand Funk Railroad se formaron en 1968, en la pequeña localidad de Flint colindante con Detroit, por tres músicos, entre los que estaban el batería y vocalista Don Brewer y el bajista de Question Mark & The Misterians,Mel Schacher, únicos miembros fijos de Grand Funk. Su primer periodo de actividad no fue más allá de 1976, suficiente para editar 10 álbumes y convertirse en «La Gran Banda Americana».






AÑOS 80:

Bob Seger



Un clásico del rock este barbudo de Michigan con el que podemos vibrar gracias a temas como "Old Time Rock' n Roll". Forjado en distintas bandas en los años setenta, su éxito llegó a finales de la década y se consolidó en la siguiente con discos en solitario como "Strange In Town". 

The Romantics




Nombre fundamental de la nueva ola americana fue esta banda surgida de Detroit en 1977 y que tenían elementos del punk de su ciudad pero también del pop de los años sesenta. Power Pop y New Wave para llenar las pistas de baile ochenteras. 






INDIE 00:



Electric Six



Arrancaron en 1999 y se juntaron con el revival punk y garage de su época aunque bajo la sombra de otros como los Strokes o los Arctic Monkeys. Pero la verdad es que los de Detroit sabieron ganarse su espacio gracias a temas como "Gay Bar" en los que fusionaban géneros como el funk, el punk o el blues. 



The White Stripes



Arrancados el nuevo milenio una pareja musical que se hacía pasar falsamente por matrimonio arrasaba con sus ritmos rockeros y garajeros y sobre todo por el que se ha convertido en todo un himno mundial "Seven Nation Army". Eran los White Stripes formados por Jack y Megan, quienes tras disolverse Jack White ha emprendido una sólida carrera en solitario como músico pero también como actor de cine. 




PERSONAJES ILUSTRES DEL ROCK:


Vincent Damon Furnier nació en Detroit aunque de joven se trasladó a Phoenix y luego a Los Ángeles, lugar en el que se transformó en Alice Cooper y alcanzó la fama como uno de los grandes nombres del Hard Rock. Ligado a su ciudad incluso llegó a homenajearla con un fabuloso disco en el que colaboraba con músicos de la capital de Michigan "Detroit Stories".


Otro personaje maravilloso surgido de las calles de Detroit fue Sixto Rodríguez cuya peculiar historia protagonizaba el documental oscarizado "Searching For Sugar Man" (2012) y que nos desvelaba un gran músico que había pasado años desapercibido y con una sorprendente leyenda y fama en Sudáfrica.