viernes, 15 de noviembre de 2024

REDD KROSS- Sala Apolo 6/11/24:




Si existiera una Escuela de Rock como la de la película de Richard Linklater, yo seguramente apostaría por los hermanos McDonald para que impartieran el curso de actitud "rockandrollera". Pues pocos tipos en la franja de edad de los sesenta años son capaces de ofrecer un show tan enloquecido y energético como el que dan Steve y Jeff, algo de lo que podemos dar fe por lo que pudimos ver el pasado día 6 en la Sala 2 de Apolo. Pero vayamos por partes...


Este año los Redd Kross han publicado un homónimo disco doble con el que han recibido grandes críticas después del algo incomprendido “Beyond The Door” (2019). Como excusa para promocionarlo, este otoño se encuentran enfrascados en una gira europea con siete shows en nuestro país tras los cuales los californianos volverán hacia su tierra a seguir liándola.

Así que, ansiosos de rock'n'roll, acudimos a una cita que tenía como telonero a Dale Crover, quien haría doblete tras su set acústico en solitario aporreando los tambores junto a los cabeza de cartel. El que fuera miembro de Melvins y por poco tiempo de Nirvana, presentó su tercer álbum como solista, “Glossolalia” (2024), y lo hizo al mando de la acústica para desplegar piezas como la que titula el álbum (coescrita con Tom Waits, por cierto) o una versión de “Harvest Moon” de Neil Young, al que también se atrevió a imitar en estética y gestos. Quizás la guitarra se escuchó demasiado pesada, pero el clima íntimo y las canciones motivaron a muchos a hacerse con una copia del vinilo.



Tras apenas tiempo para escuchar una buena selección de temas de los sesenta ("The Letter", Box Tops), la recogida y llena Sala2 de Apolo recibió cálidamente a los Redd Kross cuando aparecieron a escena luciendo sus habituales atuendos blancos de corte hindú y pintura de colores por encima. Ya en el arranque pudimos comprobar ese salvajismo, esa rebeldía y ese descaro rockero que desgraciadamente las nuevas generaciones van perdiendo en pro a cierta “profesionalidad”. Pero qué queréis que os diga, ver a esos tíos con esa actitud adolescente saltando, montando sus numeritos, agitando al público y divirtiéndose encima de las tablas hace que uno se contagie y se lo pase fabulosamente. Encima si muestran músculo instrumental y vocal la cosa se pone seria, ya que el bajo de Steve sonó genial, los solos de Jeff y Jason Shapiro iban a toda pastilla, y la batería de Dale fue el latido efervescente que iluminó toda la velada. Quizás hay que apuntar algunos problemillas en la sonorización, aunque ante tal despliegue artístico la cosa quedó en anécdota.


Y qué decir del repertorio, que incluyó desde unas tempranas “Stay Away From Downtown” y “Uglier”, del maravilloso álbum de vuelta “Reserching The Blues” (2012) , a “Pretty Please Me” y “Mess Around”, del "beatleiano" álbum “Show World” (1997), pasando por las ochenteras y garageras “Linda Blair” y “Neurotica” o esa gema bubblegum como es “Annie’ s Gone”. En medio no faltaron las nuevas “Candy Colored Catastrophe”, “I’ ll Take Your World For It” o “Born Innocent”, esta última presentada por Jeff gritándonos: “¿Hemos nacido inocentes? ¿Habéis nacido inocentes? ¡Todos somos inocentes!”.

Maravilloso repertorio de pop poderoso, que se dejó por el camino enormes canciones (todas no caben), formidablemente interpretado con buenos coros y guitarrazos. Para la parte final nos regalaron dos versiones como la salvaje “Crazy Horses”, de The Osmons, con su riff pesado y “Deuce”, de los Kiss, otros magos del espectáculo en los conciertos de rock. Porque supongo que de eso se trata, de dar un buen show.


Por Àlex Guimerà

jueves, 31 de octubre de 2024

BIG STAR- Radio City 50 Aniversary- Sala Apolo 26 Octubre:


Con toda Barcelona metida en su casa y en los bares por culpa del llamado "clásico" futbolero, un reducto de seguidores del mejor rock americano nos resistimos al evento deportivo para gozar de la vuelta a la ciudad de la superbanda de Jody Stephens, tras el éxito que tuvo el año pasado. La excusa de rememorar el disco “Radio City” en su cincuenta aniversario nos servía más que de sobra para poder volver a rendir homenaje a la música y a la magia de Big Star.


Programado demasiado temprano para lo que estamos acostumbrados (20:30 h), la sala, en una más que aceptable entrada, recibió con cálidos aplausos a Jon Auer (The Posies), Pat Sansone (Wilco), Chris Stamey (The Db’s), Mike Mills (R.E.M.) y al único superviviente de la formación original de la “Gran Estrella”, Jody Stephens. Y la verdad es que con tal “Dream Team” del indie americano el espectáculo fue apto para los paladares más exigentes, pues la solvencia y el talento del quinteto, junto con la pasión y el respeto que ponen en el proyecto, dan un resultado que es de muchos quilates.


Todo eso quedó patente ya desde la primera nota de “Feel”, pero sobre todo por la temprana “The Ballad Of The Goodo”, con su melodía “beatleniana” y sus coros armonizados. A ellas les siguieron la potente “Don’ t Lie To Me” y la acústica y mística “The India Song”, antes de que comenzaran a atacar íntegramente el disco de homenaje. La capacidad instrumental y vocal de los cinco músicos no puede calificarse más que de excelente, lo que pudimos comprobar a lo largo de las más de dos horas de bolo ya que apenas se percibieron fisuras en el sonido, fallos técnicos o sobre esfuerzos vocales. Está claro que estos tipos están rodados en mil y una batallas y van muy sobrados cada vez que se suben a un escenario. Personalmente uno quedó sorprendido con el propio Jody, quien a sus 72 años tiene una pegada impresionante a la batería, enérgica y poderosa, clavando esos redobles de antaño con los que su banda ayudó a definir el género del Power Pop. Otra de las gozadas de la velada fue poder escuchar los más de treinta temas que llegaron a interpretar repartidos con la voz principal de cada uno de los músicos, a cada cual con mejor capacidad vocal.


Pero entre todo me quedo con la aproximación al revival que hacen de Big Star, respetando su esencia, reviviendo su sentimiento y demostrando que los que no estuvieron allí con ellos son devotos de esa música que además les ha marcado en el pasado. Por su parte el propio Jody se mostró cariñoso con el recuerdo a sus compañeros, siendo constantes las palabras de agradecimiento y reconocimiento a Alex Chilton y a Chris Bell.




Esta gira, que en Europa apenas pasa por España, Reino Unido y Noruega, parece ser la excusa de unos amigos para reunirse y disfrutar tocando juntos la música que les gusta. Ello quedó patente al ver cómo se lo pasaron encima del escenario con ese colegueo tan desenfadado entre ellos. Esa atmósfera encima de las tablas hizo que el público nos sumergiéramos de lleno en la magia de la música de una banda que, a pesar de su legado ahora aclamado, fue poco comercial en su época.


Cierto que “Radio City” no vendió demasiado cuando se publicó, pero escuchándolo de nuevo en directo íntegramente por esos tipos uno se da cuenta de que es un auténtico discazo. Status que propician gemas como la inicial “O My Soul” con esos ritmos imponentes; la maravillosa “September Gurls”, cuya melodía tantas veces han robado los Teenage Fanclub; la oda powerpopera “Back Of A Car”; la acústica y dulzona “I’ m In Love With A Girl” o la stoniana “Mod Lang”, por decir algunas; piezas deslizadas en nuestros oídos y ante nosotros entre bromas –Auer bromeó con un espectador por su parecido con Robyn Hitchcock - , explicaciones de los músicos sobre cómo les influyeron esas canciones, recuerdos de un sentido Jody a esos lejanos años setenta, y los cambios de instrumentos entre los músicos (bajo, guitarras eléctricas y acústicas, teclados, percusiones, slides, …).


Especial reconocimiento se merece el bueno de Chris Stamey que tocó de todo y con maestría, el carisma de Mike Mills (la estrella más reconocida de todos) cantando con la campana en la mano o un Jon Auer con su gorro de leñador dirigiendo el cotarro o la voz de Sansone que es quizás la que más se asemeja a las originales, aunque el resto hay que decir que también van sobrados de garganta para emular las voces delicadas y dramáticas de Alex Chilton y Chris Bell.


Tras el repaso al segundo álbum de los de Memphis, el quinteto hizo un receso de quince minutos para volver con un segundo set en el que nos deleitaron con numeroso material del primer disco “Big Star” (1972), del “3rd” (1976) y de Chris Bell. Así nos lanzaron la pegadiza “When My Baby’ s Beside Me”, la desconcertante pero maravillosa “Jesus Christ”, la íntima “Try Again” (¡menudo slide guitar!), la eterna “I Am The Cosmos” de Chris Bell y las esperadísimas “Thirteen” -con un arpegio de acústica de lágrima- y la poderosa “In The Street”. Para los bises quedó la otra joya de Bell, “You And Your Sister”, y el final perfecto con “Thank You Friends”. Sin duda, salir de la Sala Apolo esa noche fue como llevarse un pedazo de historia con nosotros, como si hubiéramos robado un eco de esas melodías que seguirían sonando en la mente mucho después de que las luces se apagaran.

Por Àlex Guimerà











lunes, 21 de octubre de 2024

LIGHTNING SEEDS- Tomorrow' s Here Today / Greatest Hits Tour- Sala Razzmatazz 2 16/10/24:




Ian Broudie no sólo es un tipo muy simpático, sino que es único en su especie, pues su carrera ha sido algo disfuncional ya que alcanzó el éxito sin haber formado aún siquiera la banda, lo que le hizo ir siempre a contracorriente. Por ello nunca se ha sentido cómodo en los conciertos, hasta que hace unos años todo cambió al conseguir unos compañeros con los que tras muchas giras y shows en vivo, actualmente considera que forman una gran banda y, lo que es más importante, ha logrado sentirse feliz con ellos encima de los escenarios. Ante tales revelaciones, no pude resistirme a poder dar testimonio en su parada barcelonesa de la gira conmemorativa de su 35 aniversario y poder disfrutar en vivo de esas canciones que, tras haber conocido a su autor, las siento más cercanas.


Ya desde el primer momento en que Ian Broudie y compañía aparecieron en el escenario -al ritmo de la sintonía de la serie de HBO "Succession", por cierto- para abordar "Marvelous", supuso un auténtico viaje nostálgico a los noventa, pero también una muestra de que su pop sigue vigente con la frescura de siempre. Si bien esa sala 2 del Razz no acabó de llenarse tanto como uno esperaría, sí que hubo un notable clima de concierto con esa mezcla de fans de antaño, fieles adeptos ingleses y nuevos seguidores, que junto a la banda lograron crear una atmósfera vibrante y cargada de energía positiva.


Sorprende la juventud de los nuevos miembros de la formación, quienes junto al propio Ian y al bajista Martyn Campbell, forman un combo que funciona de verdad. La experiencia de los veteranos y la energía de los más jóvenes hacen lucir las canciones que sonaron francamente bien. Por ello, la escenografía del concierto centró toda la atención en la banda y en su música con la ayuda de unas luces que iban cambiando sutilmente para acompañar las distintas atmósferas de cada tema. Con todo, el eje central del directo fue un setlist que demostraba el catálogo imbatible de la banda, aunque apareció algún que otro tema menos conocido de la banda y alguna que otra versión.


Mis momentos favoritos llegaron de la mano de la sensacional "Change", el baladón "Perfect", la melódica "Sense", las versiones de "Wole Wide World" (Wrecked Eric) y de "You Showed Me" (The Byrds), o las legendarias "Lucky You" y "The Life Of Riley". Estofas pegadizas, ritmos arrolladores, efectos de teclados, baterías potentes, algunos solos intercalados de un Ian modo "guitar hero", y esas estructuras de las canciones tan pluscuamperfectas que convierten al de Liverpool en un compositor único. Porqué el músico de las gafas de sol y peinado monacal es ante todo un compositor, y lo de actuar le viene de modo accidental, aunque por lo que vimos parece haberle cogido el truco ya que despliega formidablemente sus dotes musicales en estos directos en los que finalmente ha logrado disfrutar, y eso se nota.


Maravilloso el cierre con "Pure", seguramente su tema más reconocible y esperado -con una parte de "Imagine" de John Lennon intercalada por allí- al que le siguió una apasionante versión de "Be My Baby", de la que Ian dijo que era la que más le apetecía tocar y ciertamente supo llevársela a su terreno. Y tras ella, la futbolística "Three Lions" que toda la sala coreamos cual hooligans con su estribillo "it' s comming home!" como santo y seña. Fueron los últimos coletazos de ese concierto plagado de grandes y emocionantes canciones, formadas por bellos estribillos y coros, que finalmente podemos decir que llegan interpretados en directo por una gran banda. Sus esfuerzos le han costado al bueno de Ian.

Por Àlex Guimerà

miércoles, 25 de septiembre de 2024

MIS AÑOS ROCKEROS- Jordi Sierra i Fabra:





Uno siempre ha tenido mucha admiración por este escritor único en su especie como es Jordi Sierra i Fabra. Prolífero y versátil hasta la médula, no se me ocurre ninguna otra pluma en nuestro país con mayor capacidad para cambiar de registro y siempre salir exitoso. Ha escrito novela negra (la saga del inspector Mascarell es formidable), novela adolescente e infantil, poesía, ensayo...y lo que a los melómanos más nos interesa, ha escrito todo tipo de biografías de rockeros, ficciones y guías musicales, sin las cuales muchos de los aficionados al rock nos habríamos perdido una gran parte del conocimiento adquirido a lo largo de los años. Y esa extensísima, e incluso me atrevería a decir que casi infinita obra musical, se despliega a través de una carrera que comenzó como crítico musical y de la que este entretenidísimo libro da testimonio.

Con prólogo del que es uno de los mejores críticos musicales actuales, Jordi Bianciotto, el libro es una especie de autobiografía del propio Jordi que repasa sus experiencias vitales como marco a su trayectoria como periodista musical, pretexto o catapulta hacia su verdadera vocación de escritor. Jordi repasa su infancia en plena dictadura franquista con sus fantasías y con el nacimiento de ese impulso que llevaría toda su vida (y lleva aún hoy en día) con la escritura y la creación de historias. Las luchas con su padre para hacerle comprender su verdadera pasión y cómo estas le llevaron a estudiar Arquitectura Técnica y a tener un empleo que aborrecía, del que se desprendió con sus primeros trabajos como periodista musical, en esa España gris que censuraba los Beatles y todo aquello que olía a libertad.

Y así comienzan los años rockeros de un Jordi que fue pionero en este género que llamamos periodismo musical, desde sus pinitos radiofónicos en "El Gran Musical", a su paso por publicaciones míticas como Disco Express, o fundar una revista que aún sigue en la actualidad siendo referente como es la "Popular 1", o aquella "Súper Pop" que tantas adolescencias marcó en los ochenta. Entre medio, escribió el primer tratado sobre la historia de la música popular que se hizo en España, "1962-72 Historia de la Música Pop”, múltiples biografías de bandas y rockeros legendarios -Springsteen, Dylan, Led Zeppelin,... de cualquiera de los más grandes del rock, Jordi ha escrito una monografía-, el diccionario de los Beatles y un larguísimo etcétera que han dejado una importante huella de la que él mismo considera la mejor época del rock.

Estamos ante una maravillosa obra catártica que retrata una época irrepetible y unas experiencias que le hacen único, un auténtico pionero y leyenda entre los críticos del rock. Muy interesante es el último capítulo que hace referencia a sus vivencias con los más grandes del rock, con entrevistas, conciertos en Londres y anécdotas de lo más variopintas.

En pleno 2024 tenemos toda la información musical a un click, todo es bastante fácil y muy accesible, pero no siempre fue así y merece la pena revisar cómo fueron los inicios de la difusión de la cultura del rock en nuestro país, de la mano de este escritor (por encima de todo) que merece todo nuestro reconocimiento, respeto y admiración.

Por Àlex Guimerà

domingo, 1 de septiembre de 2024

TRAVIS- Sala Razzmatazz, 28 de Agosto de 2024:



Con las vacaciones recién terminadas a nuestras espaldas y con la avalancha en todos los medios del retorno de los Oasis, la parada de los escoceses Travis en Barcelona se antojaba como una especie de catarsis para los cuarentones que llenamos la sala Razz. Tras su última visita a la capital catalana de 2018, cuando revisaron su obra magna "The Man Who", el retorno venía propiciado por la reciente publicación del álbum "L.A. Times", un trabajo forjado -como indica el título - en la actual residencia de Fran Healy (en Los Angeles), único autor de las nuevas canciones.




Mientras escuchábamos la BSO de la mítica sit-com "Cheers", el cuarteto hizo entrada encabezado por las pintas de un Fran que lucía pelo rojo y una holgada camisa de pintor, y quien sin mediar palabra se dispuso a abordar junto a los suyos la nueva "Bus". Una formación siempre carismática gracias a una puesta en escena que va desde el bajista Dougie Payne, metiendo los coros sin dejar de esbozar su sonrisa picarona; la esforzada entrega a la guitarra de Andy Dunlop, quien también destacó mucho en los teclados; la parsimonia del batería Neil Primrose, un tipo al que parece que nada va con él, o al gamberrismo afable del propio Fran, dinámico y elocuente en sus parlamentos. Él mismo nos dijo que la música de Travis trata sobre la vida en general, sobre los momentos de euforia, de tristeza, sobre las subidas y bajadas que tiene la vida. También nos impresionó cuando antes de la emotiva "My Eyes", del disco "The Boy With No Name" (2007), nos contó que dedicó la canción a su hijo cuando nació, un chaval que ahora tiene 18 años (¡ufff!)
                                   

Del repertorio, hay que destacar las nuevas "Alive", en donde Fran preparó al público para los coros; una "Raze The Bar" que titula la gira; la dinámica "Gaslight" o la sixties "Home". Pero fuimos especialmente felices cuando escuchamos las gemas "Writing To Reach You" o "Driftwood", o esa "Side" presentada como una canción que habla sobre el respeto entre las personas, al igual que la mítica "Sing" arrancada con ese logrado banjo. Igualmente hubo tiempo para concesiones como "I Love You Allways" y "Good Feeling", del lejano disco de debut de 1997, que como nos dijo Fran muchos obvian creyendo que el debut de la banda es "The Man Who". Y no nos olvidamos de la delicada "Closer" o del momento íntimo de la nueva "Naked In New Yopr City". Todas ellas sonaron antes de la rompedora "Turn" que cerró a todo gas el set que dejaba paso a los bises.

                                  

Estos llegaron con "Flowers In The Window", con la que el combo se juntó en primera fila con la pandereta de Neil y una única guitarra en manos de Healy, aunque las manos de Dougie y Andie también intervinieron en un simpático truco. Acústica también fue la pieza reclamada por unos letreros que lucían entre el público , hablo de esa "Baby One More Time" (o más bien "Hit Me Want More Time") de Britney Spears que tan bien versionan y que consiguen dignificar el bluff de la canción original. Para el cierre dejaron los esperados saltos de la que es quizás su mejor canción, "Why Does It Always Rain On Me?", con toda la sala puesta patas arriba entregada a esa melodía incomparable tan cargada de melancolía adolescente.


Pasan los años, lejos queda ya ese extraño periodo de finales de los noventa post-Brit Pop en el que surgió Travis, las bandas se han ido separando y algunas han vuelto y todo, el rock y el pop ha pasado a un segundo término en popularidad entre los más jóvenes, pero nuestros protagonistas nunca se han ido, han seguido publicando sus discos, dando sus conciertos, haciéndose mayores junto a nosotros, y lo que es mejor, no han dejado de ser fieles a sí mismos y a esa música que siempre formará parte de nuestras vidas.

Por Àlex Guimerà

Publicado en https://www.elgiradiscos.com/2024/09/travis-companeros-de-viaje-hacia-la.html



















lunes, 26 de agosto de 2024

DISCOS DE 2024: JACK WHITE- No Name:



En el año 2007, Radiohead rompió con las normas de mercado preestablecidas cuando regaló la edición digital de su álbum "In Rainbows" a través de la página oficial de la formación. La iniciativa tuvo un resultado sorprendente ya que el álbum acabó generando grandes ventas en su edición física. Han transcurrido más de 15 años y las ventas de los discos en las tiendas han pasado a ser marginales, no siendo el principal soporte de la rentabilidad de los grandes nombres y grandes bandas. Además, el acceso a las plataformas digitales pone al alcance de los fans cualquier canción o álbum que se tercie, lo que va restando cierto valor a las creaciones.

Afortunadamente siempre quedan los románticos y nostálgicos de los tiempos dorados, de la era dorada de la industria discográfica que a pesar de todo se resisten a menospreciar los vinilos, CD's u otros paquetes musicales. Es el caso, cómo no, del bueno de Jack White. Un tipo que fundó la discográfica "Third Man Records" en 2001 y que se ha especializado en la edición en vinilo, publicando su obra en solitario, con sus bandas White Stripes, Raconteurs y Death Weather, e incluso llegando a reeditar las primeras grabaciones de Elvis Presley para lo que pagó 275.000 dólares por su grabación original.


Para ahora, en 2024, ha vuelto a las primera páginas cuando se ha conocido que ha regalado a los clientes de las tiendas de "Third Man Records" -de Londres, Nashville (localidad donde se ubica la discográfica) y su ciudad natal Detroit- el vinilo de su último disco de estudio. Además, ha regalado la descarga digital a todos los fans suscritos a la web de "TMR" y lo ha colgado de forma íntegra en su canal de Youtube. Unas semanas después, este nuevo álbum salió a la venta y se colgó en plataformas, pero por si acaso nos hicimos de buen inicio con una copia digital para no perdérnoslo tras el logrado reclamo publicitario.


Con los anteriores y recientes dos álbumes de 2022 aún calientes, hablamos del interesante trabajo acústico que fue "Entering Heaven Alive" y del ampuloso y con tintes experimentales "Fear Of The Dawn", llega este nuevo álbum que aparece sin funda y con un "No Name" en el centro de la galleta, aunque en la edición digital el lienzo azulado preside la obra. La mayor de las sorpresas es que se trata de una muy buena obra, situándose al lado de los mejores momentos de su carrera, en solitario seguro, y facilitando la labor de afirmar que es su mejor álbum junto con "Lazaretto" (2014), o quizás me atrevería a decir que más satisfactorio incluso que su debut en solitario.

Arropado por Dominic Davis (bajo) y por Patrick Keeler (batería también con él en The Racounters), el disco rezuma salvajismo, sonido garagero y reminiscencias "Ledzepelianas", altas cargas de ritmos palpitantes, poderosas baterías lo-fi, riffs poderosos, solos electrizantes y la voz más entregada que nunca del de Detroit. Bajo esas características cabe destacar la pegadiza "That's How I' m Feeling", que habría sido un hitazo en su periodo junto a Meg; la desgarradora "Bless Yourself"; la rítmica "What' s The Rumpus?" o las cuerdas distorsionadas de "Underground", por decir algunas.

Sin duda se trata de un disco altamente disfrutable para los acérrimos de White pero de parada obligatoria para los amantes del rock clásico e incluso del indie, ya que este tipo parece que haya reservado energías para este momento, en el que se muestra especialmente acertado y lúcido en un disco que ya podemos decir que ha sido doblemente sorpresivo.

Por Àlex Guimerà

jueves, 15 de agosto de 2024

DISCOS DE 2024: PET SHOP BOYS- Nonetheless:



A estas alturas de la película podemos afirmar que la banda de Neil Tennant y Chris Lowe traspasa toda etiqueta y calificativo posible, como mucho nos atreveríamos a decir de ellos que son un género musical en sí mismos o una marca propia. Sus canciones han sobrevivido todos los cambios del mundo desde que en 1984 grabaran una primera versión de "West End Girls". Son tantos los himnos que nos han regalado a nuestros oídos, las melodías que hemos coreado, los videos que hemos disfrutado y los recuerdos a los que nos han dado banda sonora, que ya no nos sorprende que sigan como si el tiempo no hubiera transcurrido para ellos. Siguen estando la mar de frescos tras cuarenta años de carrera, aún encabezan festivales de verano -el próximo 13 de julio tocarán en el Festival Cruïlla- y no dejan de publicar álbumes como este "Nonetheless" con el que se resarcen de "Hotspot", de 2020,y demuestran que su historia va para largo.

Para ello han tenido el acierto de contar con la ayuda de uno de los productores de moda, como es James Ford, quien ha ayudado mucho a renovar y a actualizar la fórmula del dúo. Para quienes no le conozcan, este tipo ha estado detrás de los mandos para bandas tan actuales como los Arctic Monkeys, Gorillaz o Florence and The Machine, ha tocado la batería en The Last Shadow Puppets y ha relanzado la carrera de bandas consagradas como Depeche Mode, con sus dos últimos álbumes, y Blur, con su interesante "The Ballad Of Darren" editado el año pasado.

El disco, que ha sido grabado entre el estudio personal del propio Ford y los estudios The Church, en Estern London, además ha supuesto la vuelta de la formación con su discográfica de siempre, Parlophone, con la que dejaron de trabajar desde el 2012. Lo primero que escuchamos al poner la "galleta" es el primer single de adelanto que pudimos conocer, "Loneliness", en el que nos vuelven a deleitar con esa fórmula suya tan implacable que mezcla melancolía y ritmos bailables. Genial cuando cantan "Like Ringo walking by the canal, downcast and alone", en referencia a la parte de la película "A Hard Day's Night" (1964), donde el baterista huye de la beatlemanía para reencontrarse consigo mismo. De nuevo, cómo no, las letras irónicas o con doble sentido siguen siendo uno de los fuertes del álbum.

"Why Am I Dancing?” es otro hit directo, desde las trompetas iniciales al estribillo pasando por esos violines tan bien colocados. Otra destacada pieza es "New London Boy" (¿el título es un guiño a "New York City Boys"?) en dónde miran hacia atrás y a los tiempos del Glam cuando la libertad sexual y los prejuicios de género se comenzaron a romper. Y ¡Ojo! Meten hasta una estrofa rap. Personalmente me decanto por "The Schlager hit Parade" y su melodía lacrimógena, que es una crítica velada a la música actual donde todo suena igual, desde las canciones navideñas al hit veraniego.

Pero hay más, como esas voces iniciales de "Feel", o "Dancing Star", con la que suenan a su época ochentera con los samplers de toda la vida, Tennan recitando y los ritmos de pista de baile. "The Secret Of Happiness", una pieza barroca en donde se luce esa orquesta clásica que apoya y hace brillar a "Nonetheless" (pianos, arpas, violines, vientos, ...); la balada clásica al piano y cuerdas, "A New Bohemia"; el modernismo de "Bullet For Narcisus", lleno de detalles tanto instrumentales como rítmicos, y la reflexiva "Love Is The Law", que cierra el paquete por todo lo alto, representan piezas de un evidente valor.

A la versión Deluxe del álbum la dupla ha añadido el EP "Furthermore", con las regrabaciones de sus éxitos "Heart", "Being Boring", "Always On My Mind" e "It' s A Sin". El resultado es el enésimo ejemplo de la predilección de los londinenses por los recopilatorios, las remezclas y las versiones. Fabulosa vuelta al ruedo de esos chicos de la tienda de mascotas que siempre estuvieron aquí.

Por Àlex Guimerà

domingo, 28 de julio de 2024

JOHN FOGERTY - Festival de Cap Roig, 19 de Julio de 2024:

 


Vaya con los amigos de Clipper's Music, a los que parece que pocos artistas se les resisten en el ya consagrado festival del Cap Roig. En sus ediciones han pasado primeras espadas del rock como Sting, Elton John, Wilson Pickett, BB King, Elvis Costello, Rod Stewart, Mark Knopfler, Bob Dylan,… Casi nada. No en vano ha sido considerado en muchas ocasiones como uno de los mejores festivales de verano de Europa. Razones no les falta. Para la presente ocasión se han sacado de la chistera la presencia de un John Fogerty, que ha pisado en pocas ocasiones nuestro país, y que en concreto sólo había visitado una sola vez Barcelona, allá en el lejano año 2009.

Una auténtica leyenda del rock y el factotum de una de las grandes bandas de los sesenta junto a los Rolling Stones, Beach Boys y, como no, los Beatles. Compositor de múltiples éxitos y uno de los grandes ideólogos del rock americano. Ahora, con 79 años, arropado por su familia y habiendo recuperado los derechos de sus canciones, parece que con su gira “The Celebrate Tour” está merecidamente disfrutando de la vida y de lo que mejor se le da, su música. Así que, los fans del rockero y de la Creedence Clearwater Revival se acercaron a la localidad costera de Calella de Palafrugell (Girona) dirección a ese paraje tan precioso como son los jardines del Cap Roig para poder gozar del show de su ídolo.


Programado a las 22:15 horas, y con toda la platea sentada, apareció puntualmente un video con el septuagenario repasando su vida, para acto seguido dar entrada junto a su banda y regalarnos una inicial “Bad Moon Rising”, situado en la parte más elevada del escenario con una resplandeciente luna llena en la pantalla de detrás. Encima de él tenía la verdadera luna llena que iluminaba una de las mejores costas del mar Mediterráneo.


Era el inicio de un concierto en donde el repertorio de la CCR llevó todo el peso, un listado de temas que casi no ha podido volver a interpretar en sus directos desde principios de milenio, tras sus desgastadoras luchas legales con sus ex-compañeros de banda, y respecto a las que nos quiso dejar bien claro su autoría cuando dijo “gracias por haber seguido cantando durante tanto tiempo esas canciones MÍAS”.

Con batería, teclado, bajo y dos guitarras de apoyo, y sumado más adelante el saxofón, en dicha formación destacaron la presencia de sus dos hijos -“seguramente habéis observado que hay dos chicos que se parecen a mi”- Shane y Tyler, quienes le acompañan en sus giras y le dan ese interesante contrapeso de juventud y energía. Aunque el de Berkeley parece que de eso va sobrado, ya que pese a su edad, recorrió el escenario de lado a lado, saltó, tocó la guitarra, agitó al público, gritó y demostró que aún tiene cuerda para rato. Si bien cantando no logra las cotas de antaño, lo que se pudo observar en algunos momentos, su don con las seis cuerdas parece intacto con esos solos imposibles que aún sigue regalándonos. De fondo, un arsenal de guitarras que los utilleros iban acercándole en función de las necesidades de cada canción: acústica, Les Paul Gibson, Fender,… o esa Rickembacker perdida que, según contó, su esposa Julie logró recuperar para regalársela en Navidad.

Y es que las anécdotas y los recuerdos fueron una constante entre las canciones, sobre todo hablando con cariño de su familia y de su “beautiful wife Julie” - quien saludó tímidamente desde el lateral del escenario-, como también los homenajes a sus maestros BB King o Muddy Waters, o la mención a la llegada de los Beatles a los Estados Unidos en los sesenta y sus primeros pasos con las seis cuerdas.

Se nota además el gran equipo de técnicos que lleva detrás, ya que el sonido se desplegó compacto y robusto y nos dejó disfrutar de esos solos alargados de guitarra, auténticos protagonista; de la fornida batería; de ese gran saxo que apareció y adornó algunos parajes del bolo; de las acústicas que se escucharon nítidas e incluso de esa armónica que el bueno de John sacó y demostró que también domina a la perfección.



Pero vayamos al meollo del show, es decir, a las canciones. Memorables los medio tiempos “Who’ ll Stop The Rain”, homenaje al festival de Woodstock (con imágenes de ese hito histórico en pantallas) y la lacrimosa “Have You Ever Seen The Rain?”, las rítmicas “Looking Out My Back Door” y “Down On The Corner”, o las potentes “Born On The Bayou” (con un cocodrilo en la pantalla) y “Hey Tonight”, también destacaron “Green River”, “Keep On Choglin’”,… esas joyas que tantas veces hemos escuchado y tan bien compiladas están en los dos álbumes “Chronicle”.

                         

De sus discos en solitario tocaron “Rock’ n Roll Girls” y “The Old Man Down The Road”, perteneciente a su álbum de renacimiento “Centerfield”, de 1985, y “Joy Of My Life”, del “Blue Moon Swamp”, de 1997, dedicada a su Julie y con la descubrimos muchas imágenes de su boda y de momentos familiares entrañables. Quizás hubiéramos deseado más presencia de los sonidos country, y de su etapa “Blue Ride Rangers” de los setenta (¿Por qué no “Jambalaya”?). Cuando más se acercó a las texturas campestres fue con esa “Cotton Fields” que tan bien versionaron la Creedence . Para el cierre del set esa oda anti guerra del Vietnam que es “Fortunate Son” que escuchamos algo acelerada y desfigurada quizás para disimular las actuales carencias vocales del de Berkeley.

Tras el paripé de los bises, la vuelta llegó con “Rockin’ All Over The World” de su primer disco en solitario, que popularizaron en los ochenta los Status Quo pero que se inspiró en esas giras interminables alrededor del mundo de su banda, y una final, esperada y previsible, “Proud Mary”, seguramente su canción más reconocida. Un buen cierre, emotivo y cargado de melancolía al que siguieron los agradecimientos de toda la banda y su rápida marcha, justo hora y media desde su comienzo y antes de tocar las campanas de media noche. Un final que nos dejó el recuerdo del concierto de uno de los grandes del rock americano de todos los tiempos, que a pesar de su edad sigue dando un espectáculo más que digno y honrando a la perfección un legado que prácticamente no tiene rival.

Por Àlex Guimerà


Publicado en https://www.elgiradiscos.com/2024/07/john-fogerty-honrando-la-historia.html





sábado, 20 de julio de 2024

FESTIVAL CRUÏLLA- Sábado 13 de julio de 2024:


Uno de nuestros festivales favoritos de Barcelona es sin duda el Cruïlla. Por su concepto abierto a todos los estilos con sus fusiones de bandas; su espíritu solidario; la comodidad de no estar del todo masificado y sobre todo porque año tras año nos siguen trayendo a grandes bandas. Justo por eso elegimos la jornada del sábado, pues su propuesta venía repleta de nombres interesantes del pop-rock y porque simplemente queríamos volver a disfrutar de esas sensaciones ya vividas en el Parc del Forum, con su ambiente cálido marino y al que siempre asociaremos a grandes recuerdos musicales y de juventud.

GINESTÁ


Puntuales a las 18:00 horas y bajo un sol que pegaba bien fuerte, esta pareja formado por los hermanos Júlia y Pau Serrasolsas nos dejaron claro que dejarían aparcados sus parlamentos para abordar el máximo número de canciones posible, temas que fueron cayendo en cascada ante un público en el que había muchas familias y que poco a poco se fue agrandando. Presentaban las canciones de su último disco, "Vida meva" (2024), como son "De tot el món" o "Un piset amb tu", bajo un formato que se configuraba con guitarrista, batería y teclado junto con unos juegos de voces formidables. Estructura de esta banda de pop edulcorado que sonó francamente bien y nos arrojó la primera grata sorpresa de la jornada. Encima tuvimos tiempo de corear la melancólica "Estimar-te com la terra" antes de abandonarlos para cambiar de escenario.



CALEXICO

Programados quizás demasiado pronto si tenemos en cuenta su valía, su concierto no decepcionó a nadie, con ese directo tan Tex-Mex basado en su particular acercamiento a los sonidos latinos por medio de un territorio rock, un recorrido que tan bien llevan haciendo desde hace años capitaneados por un sonriente cincuentón Joey Burns y su dulce voz, pero también por su otro fundador, John Covertino, tocando la batería al estilo Jazz. Calexico dio un gran recital en el que las trompetas y los ritmos tuvieron mucho protagonismo. Como en su presente gira, hubo presencia de los temas del disco "Feast of Wire" (2003) que el año pasado reeditaron, pero sobre todo de su último álbum de estudio, "El Mirador" (2022), como esa maravilla que es "Harness The Wind".


Igualmente cayeron la esperada versión de "All Again Or" de los Love, que tan bien llevan a su particular imaginario, y la inesperada "Heroes" cantada por el guitarrista de camisa chillona Brian Lopez que dedicó a la "gente de Catalunya". Además de Burns también puso la voz el trompetista Jacob Valenzuela quien alternó los solos a la trompeta con su vozarrón cantando en castellano, claro. Impresionante en la sección de vientos junto con el otro trompetista, Martin Enk, quien se exhibió también a la guitarra slide y al acordeón. Irresistibles los bailes de "Flores y Tamales" y de las clásicas "Crystal Frontier" y "Güero Canelo", con las que los de Arizona terminaron su set en el que demostraron como siguen rompiendo las barreras del rock.



THE TYETS

Sin apenas respiro cambiamos de escenario para ver a una de las formaciones más en boga del panorama musical catalán, The Tyets, con su propuesta moderna y de fusión donde el pop se puede cruzar con el reguetón o la música urbana. Con ganas de atraer a los fans arrancaron con esa "La Platja" que editaron junto a sus compañeros de promoción Stay Homas, para rubricar su show con esa sardana tan peculiar que es "Coti per Coti", para la que pidieron que el público hiciera corros con el baile tradicional. O como lo "Cool" no está reñido con lo ancestral.




JOHNNY MARR


Quizás la mejor sorpresa del sábado. Y no sólo por poder gozar de uno de los artífices de una de las mejores bandas pop de los ochenta, sino por lo entregado que se le vio y lo bien que acabó sonando. Y es que el mancuniano, ataviado con un chaleco y camisa de manga larga (¡qué calor!), nos ofreció algunos de sus éxitos en solitario que justo acaba de compilar en un "Best Of", un puñado de éxitos de Electronic, y cómo no los temazos de los Smiths. Se atrevió hasta con siete canciones de la banda que lideró junto con Morrissey, de la que no reniega como su antiguo compañero, y que sigue haciendo sonar de forma formidable con sus guitarrazos clásicos originales y con esa voz que aunque no alcanza las cotas de "Moz" las logra dignificar.



De golpe arrancó con una "Panic" con esos "hang de dj" coreados, la sensacional "This Charming Man", la balada "Please Please Please Let Me Get What I Want" a la acústica o una de las últimas de su legendaria formación, "Stop Me If You Think You've Heard This One Before". También nos pidió que no le abucheáramos por no tocar canciones antiguas ya que las nuevas no son una "shit", lo que dijo antes de presentar "Walk Into The Sea", del año pasado. Más lejana en el tiempo resulta "Gettin Away With In", de Electronic, y el que quizás es su mejor hit en solitario, "Easy Money". Nos sorprendió con "The Passanger", de Iggy Pop, con esos riffs irresistibles y nos remató con la maravillosa "There Is A Light That Lever Goes Out" con la que nos transportamos directamente hacia un tiempo lejano y acabamos rendidos a sus pies. Puro pop británico.



PET SHOP BOYS

El momento cumbre del sábado llegó en el escenario central, que se hizo estrecho y en el que las idas y venidas de gente demostraron cómo en los festivales los seguidores de las bandas acaban diluidos. De nuevo el postureo y la falta de interés musical hicieron acto de presencia. Aunque ello no impidió que quienes queríamos escuchar al dueto nos fuéramos posicionando poco a poco. Un directo que sonó en su primera fase algo encorsetado, demasiado electrónico e impostado, a pesar que arrancaron con esa formidable pieza que es "Suburbia". Luego llegaron la versión de U2, "Where The Streets Have No Name" y "Rent", con Neil Tennant embutido en unos calurosos abrigo y gorro, cuando no disfrazado de unas gafas robóticas y otros artilugios.


Tras unas cuantas canciones con Neil y un siempre tímido Chris Love solos en escena, llegó el momento de introducir la banda con guitarras, percusiones y coros, fue cuando los juegos de luces, videos y efectos adornaron un espectáculo que uno desearía que fuera más simple y sin grandes efectos, que los emparentan más al Sonar que al synth pop ochentero de los que son padres. Sin embargo nos dio tiempo de gozar de sus gemas como "Always On My Mind" y una "Go West" que interpretaron delante de imágenes de manifestaciones del colectivo gay. El set y los hits llegaron en esa parte final con las mencionadas y con "West End Girls" y "Being Boring" en los bises.



SMASHING PUMPKINS

Arrancaron en el escenario Occident un cuarto de hora más tarde de lo que aparecía en el programa por culpa de los "chicos de la tienda de mascotas", pero lo hicieron con toda la fuerza posible. Con una banda en la que se mantienen Billy Corgan (voz y guitarra), James Iha (guitarra) y el bestial Jimmy Chamberlin a la batería, la formación se completa con bajo, corista, bajo, teclados y la espectacular guitarrista Kiki Wong, acabaron sonando potentes juveniles y pletóricos. Con el bueno de Billy vestido de cura y luciendo su mítica calva, las guitarras ofrecieron una tormenta eléctrica a través de la que descargaron sus hits, especialmente de sus dos grandes álbumes, "Siamese Dream" (1993) y "Mellow Collie" (1995), pues aunque sobre decirlo, sin ellos no tendrían un repertorio tan fornido como el que ofrecieron.

                             

Quizás demasiado pronto aparecieron "Today" y la épica "Tonight Tonight", dejando para el tramo final "Bullet With Butterfly Wings" y la legendaria "1979". Luego llegarían grandes exhibiciones de batería (el alma de las "Calabazas"), solos de guitarra inacabables y estremecedores y mucha teatralidad del siniestro y carismático Billy, al que se le fue un poco la olla cuando subió a escenario a dos niños. Magistrales a los instrumentos fueron capaces de trasladarnos su rock inconformista de los 90 a estos tiempos tan vacuos que nos toca vivir. Para el cierre, las míticas "Cherub Rock" con sus riffs y "Zero", previa una extraña interpretación de "House Of The Rising Sun" y de la guitarra de "Are You Gonna Go My Way".


Llegando al final, otras grandes propuestas se perdieron por la noche, aunque todavía tuvimos fuerzas de cerrar tan maratoniana jornada con "Elefants" de los OQUES GRASSES, una banda festiva y luminosa ideal para el disfrute del público rejuvenecido que fue poco a poco poblando el recinto de un festival que en esta ocasión ha batido nuevo récord de asistencia con más de 77.000 personas. Larga vida al Cruïlla.

Por Àlex Guimerà


jueves, 11 de julio de 2024

THE PRETENDERS - Les Nits de Barcelona, Palau de Pedralbes (1/07/2024):




Menudas dos primeras espadas ha fichado el festival Les Nits de Barcelona al Palau de Pedralbes para la presente edición. Las enormes Patti Smith y Chrissie Hynde. Esta última, que nadie lo dude, es una de las grandes damas de la historia del rock. Su embrujo musical va desde sus dotes compositivas a su modo de tocar la guitarra y a su singular voz, arrojando en la década de los ochenta cuatro maravillosos álbumes que son cumbre de la nueva ola tardía. Ya desde su época londinense de crítica musical había ansiado tener su propia banda, cosa que logró materializar con los álbumes "Pretenders I y II" pero que a punto estuvo de deshacerse con las prematuras muertes por sobredosis de dos de sus cofundadores, James Honeyman-Scott y Pete Farndon. Pero ella no se echó para atrás, persistió y se reinventó alargando el legado de sus Pretenders con nuevas formaciones, en las que pasaron gente como el guitarra de los Smiths, Johnny Marr (quien por cierto subió al escenario en el reciente concierto de la Isla de Wight), y alcanzando incluso la fama mundial sobre todo con el álbum "Get Close" (1986).



Y ahora teníamos de nuevo a esta leyenda delante de nosotros, a pesar de la incertidumbre generada por un inesperado día de lluvia que afortunadamente llegada la noche se disipó. En ese entorno tan especial como son los Jardines Reales de Pedralbes se presentó la actual banda formada por la propia Chrissie y el batería fundador Martin Chambers, junto con los más jóvenes James Walbourne (guitarra) y Nick Wilkinson (bajo), una compañía estable desde el 2008. Un combo trabajado a lo largo de los años y que suena compacto, tal como debió ser concebido en la cabeza de la propia Chrissie, y con el que además sigue publicando discos notables como los recientes "Hate For Sale" (2020) y "Rentless" (2023), este último responsable de la gira.

De nuevo la de Ohio demostró cómo se puede ser elegante y estilosa vestida de rockera, y luchando contra la edad (va para los 73 años), no tardó en hacer patente su lozana energía y su talento con la inicial "Losing My Sense Of Taste". Desde la primera nota pudimos comprobar qué bien compenetrada está la banda y qué fabulosos son cuando se juntan. Demostración empírica a través de un bajo fornido, encargado de marcar el ritmo de las canciones, junto a esos aporreos de las baquetas claro y por supuesto las guitarras aguerridas y salvajes; y por encima de todo, esa voz tan personal y dulce.




"Kid" fue el primer hit que nos regalaron, deliciosa y alargada, al que le seguiría una melódica "Back On The Chain Gang", perteneciente a mi disco favorito "Learning To Crawl" (84). También pudimos regocijarnos con "Hymn to Her" que si bien apareció lánguida y con las guitarras etéreas, no fue más que una perezosa canción de cuna llena de sentimiento. A estas alturas Chrissie ya se había quitado la chaqueta con los consecuentes silbidos del público, por cierto.



La archipopular "Don t Get Me Wrong" llegó pronto para el deleite de la audiencia, que aunque la hayamos escuchado hasta la saciedad tenemos que rendirnos ante ella ya que quizás sea una de las canciones pop más bellas jamás compuesta. No se olvidaron de "Day After Day", con Hyde a la pandereta y esos solos despampanantes de James que fueron pura Nueva Ola, como tampoco lo hicieron de "Thumbelina", cargada por esos ritmos a los Johnny Cash a todo trapo y por otro solo descomunal del "guitar hero" no exento de cambios rítmicos brutales.

"Me gustan las rock bands", decía la cantante del flequillo antes de presentar la nueva "Let the Sun Come In". La caña punk nos la dio "Junkie Walk", con todos dando palmas manos arriba, y el momento baladón llegaría de la mano de "I' ll Stand By You", en la que el poderío vocal afloró ante nuestros ojos, mientras que maraca en mano interpretaría "Break Up the Concrete". Para la parte final quedó "Up The Neck" y la tralla de "Bad Boys Get Spangled", con hipertensos solos de guitarra aplaudidos a rabiar, y la irresistible "Middle Of The Road" antes de hacer el amago de irse que completaron con la revisión power popera de "Stop Your Sobbing", de los Kinks de 1964 (escrita por el ex de Chrissie, Ray Davis) y "Mystery Achievement" con sus lozanos desarrollos instrumentales .

Un directo muy disfrutable y poderoso de ese proyecto llamado Pretenders tras el que se esconde una genial rockera que un día cambió de continente para poder realizar su sueño, un sueño que también es el nuestro y que se resiste a terminar. A sus pies Mrs. Hynde.


Por Àlex Guimerà