Uno de nuestros festivales favoritos de Barcelona es sin duda el Cruïlla. Por su concepto abierto a todos los estilos con sus fusiones de bandas; su espíritu solidario; la comodidad de no estar del todo masificado y sobre todo porque año tras año nos siguen trayendo a grandes bandas. Justo por eso elegimos la jornada del sábado, pues su propuesta venía repleta de nombres interesantes del pop-rock y porque simplemente queríamos volver a disfrutar de esas sensaciones ya vividas en el Parc del Forum, con su ambiente cálido marino y al que siempre asociaremos a grandes recuerdos musicales y de juventud.
GINESTÁ
Puntuales a las 18:00 horas y bajo un sol que pegaba bien fuerte, esta pareja formado por los hermanos Júlia y Pau Serrasolsas nos dejaron claro que dejarían aparcados sus parlamentos para abordar el máximo número de canciones posible, temas que fueron cayendo en cascada ante un público en el que había muchas familias y que poco a poco se fue agrandando. Presentaban las canciones de su último disco, "Vida meva" (2024), como son "De tot el món" o "Un piset amb tu", bajo un formato que se configuraba con guitarrista, batería y teclado junto con unos juegos de voces formidables. Estructura de esta banda de pop edulcorado que sonó francamente bien y nos arrojó la primera grata sorpresa de la jornada. Encima tuvimos tiempo de corear la melancólica "Estimar-te com la terra" antes de abandonarlos para cambiar de escenario.
CALEXICO
Programados quizás demasiado pronto si tenemos en cuenta su valía, su concierto no decepcionó a nadie, con ese directo tan Tex-Mex basado en su particular acercamiento a los sonidos latinos por medio de un territorio rock, un recorrido que tan bien llevan haciendo desde hace años capitaneados por un sonriente cincuentón Joey Burns y su dulce voz, pero también por su otro fundador, John Covertino, tocando la batería al estilo Jazz. Calexico dio un gran recital en el que las trompetas y los ritmos tuvieron mucho protagonismo. Como en su presente gira, hubo presencia de los temas del disco "Feast of Wire" (2003) que el año pasado reeditaron, pero sobre todo de su último álbum de estudio, "El Mirador" (2022), como esa maravilla que es "Harness The Wind".
Igualmente cayeron la esperada versión de "All Again Or" de los Love, que tan bien llevan a su particular imaginario, y la inesperada "Heroes" cantada por el guitarrista de camisa chillona Brian Lopez que dedicó a la "gente de Catalunya". Además de Burns también puso la voz el trompetista Jacob Valenzuela quien alternó los solos a la trompeta con su vozarrón cantando en castellano, claro. Impresionante en la sección de vientos junto con el otro trompetista, Martin Enk, quien se exhibió también a la guitarra slide y al acordeón. Irresistibles los bailes de "Flores y Tamales" y de las clásicas "Crystal Frontier" y "Güero Canelo", con las que los de Arizona terminaron su set en el que demostraron como siguen rompiendo las barreras del rock.
THE TYETS
Sin apenas respiro cambiamos de escenario para ver a una de las formaciones más en boga del panorama musical catalán, The Tyets, con su propuesta moderna y de fusión donde el pop se puede cruzar con el reguetón o la música urbana. Con ganas de atraer a los fans arrancaron con esa "La Platja" que editaron junto a sus compañeros de promoción Stay Homas, para rubricar su show con esa sardana tan peculiar que es "Coti per Coti", para la que pidieron que el público hiciera corros con el baile tradicional. O como lo "Cool" no está reñido con lo ancestral.
JOHNNY MARR
Quizás la mejor sorpresa del sábado. Y no sólo por poder gozar de uno de los artífices de una de las mejores bandas pop de los ochenta, sino por lo entregado que se le vio y lo bien que acabó sonando. Y es que el mancuniano, ataviado con un chaleco y camisa de manga larga (¡qué calor!), nos ofreció algunos de sus éxitos en solitario que justo acaba de compilar en un "Best Of", un puñado de éxitos de Electronic, y cómo no los temazos de los Smiths. Se atrevió hasta con siete canciones de la banda que lideró junto con Morrissey, de la que no reniega como su antiguo compañero, y que sigue haciendo sonar de forma formidable con sus guitarrazos clásicos originales y con esa voz que aunque no alcanza las cotas de "Moz" las logra dignificar.
De golpe arrancó con una "Panic" con esos "hang de dj" coreados, la sensacional "This Charming Man", la balada "Please Please Please Let Me Get What I Want" a la acústica o una de las últimas de su legendaria formación, "Stop Me If You Think You've Heard This One Before". También nos pidió que no le abucheáramos por no tocar canciones antiguas ya que las nuevas no son una "shit", lo que dijo antes de presentar "Walk Into The Sea", del año pasado. Más lejana en el tiempo resulta "Gettin Away With In", de Electronic, y el que quizás es su mejor hit en solitario, "Easy Money". Nos sorprendió con "The Passanger", de Iggy Pop, con esos riffs irresistibles y nos remató con la maravillosa "There Is A Light That Lever Goes Out" con la que nos transportamos directamente hacia un tiempo lejano y acabamos rendidos a sus pies. Puro pop británico.
PET SHOP BOYS
El momento cumbre del sábado llegó en el escenario central, que se hizo estrecho y en el que las idas y venidas de gente demostraron cómo en los festivales los seguidores de las bandas acaban diluidos. De nuevo el postureo y la falta de interés musical hicieron acto de presencia. Aunque ello no impidió que quienes queríamos escuchar al dueto nos fuéramos posicionando poco a poco. Un directo que sonó en su primera fase algo encorsetado, demasiado electrónico e impostado, a pesar que arrancaron con esa formidable pieza que es "Suburbia". Luego llegaron la versión de U2, "Where The Streets Have No Name" y "Rent", con Neil Tennant embutido en unos calurosos abrigo y gorro, cuando no disfrazado de unas gafas robóticas y otros artilugios.
Tras unas cuantas canciones con Neil y un siempre tímido Chris Love solos en escena, llegó el momento de introducir la banda con guitarras, percusiones y coros, fue cuando los juegos de luces, videos y efectos adornaron un espectáculo que uno desearía que fuera más simple y sin grandes efectos, que los emparentan más al Sonar que al synth pop ochentero de los que son padres. Sin embargo nos dio tiempo de gozar de sus gemas como "Always On My Mind" y una "Go West" que interpretaron delante de imágenes de manifestaciones del colectivo gay. El set y los hits llegaron en esa parte final con las mencionadas y con "West End Girls" y "Being Boring" en los bises.
SMASHING PUMPKINS
Arrancaron en el escenario Occident un cuarto de hora más tarde de lo que aparecía en el programa por culpa de los "chicos de la tienda de mascotas", pero lo hicieron con toda la fuerza posible. Con una banda en la que se mantienen Billy Corgan (voz y guitarra), James Iha (guitarra) y el bestial Jimmy Chamberlin a la batería, la formación se completa con bajo, corista, bajo, teclados y la espectacular guitarrista Kiki Wong, acabaron sonando potentes juveniles y pletóricos. Con el bueno de Billy vestido de cura y luciendo su mítica calva, las guitarras ofrecieron una tormenta eléctrica a través de la que descargaron sus hits, especialmente de sus dos grandes álbumes, "Siamese Dream" (1993) y "Mellow Collie" (1995), pues aunque sobre decirlo, sin ellos no tendrían un repertorio tan fornido como el que ofrecieron.
Quizás demasiado pronto aparecieron "Today" y la épica "Tonight Tonight", dejando para el tramo final "Bullet With Butterfly Wings" y la legendaria "1979". Luego llegarían grandes exhibiciones de batería (el alma de las "Calabazas"), solos de guitarra inacabables y estremecedores y mucha teatralidad del siniestro y carismático Billy, al que se le fue un poco la olla cuando subió a escenario a dos niños. Magistrales a los instrumentos fueron capaces de trasladarnos su rock inconformista de los 90 a estos tiempos tan vacuos que nos toca vivir. Para el cierre, las míticas "Cherub Rock" con sus riffs y "Zero", previa una extraña interpretación de "House Of The Rising Sun" y de la guitarra de "Are You Gonna Go My Way".
Llegando al final, otras grandes propuestas se perdieron por la noche, aunque todavía tuvimos fuerzas de cerrar tan maratoniana jornada con "Elefants" de los OQUES GRASSES, una banda festiva y luminosa ideal para el disfrute del público rejuvenecido que fue poco a poco poblando el recinto de un festival que en esta ocasión ha batido nuevo récord de asistencia con más de 77.000 personas. Larga vida al Cruïlla.
Por Àlex Guimerà